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La adquisición de las habilidades fonológicas y fonéticas. Que los alumnos comprendan que el desarrollo fonológico es un proceso que se inicia desde el nacimiento hasta la producción de palabras. Las unidades sonoras y su organización en nuestras lenguas.
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La adquisición de las habilidades fonológicas y fonéticas Que los alumnos comprendan que el desarrollo fonológico es un proceso que se inicia desde el nacimiento hasta la producción de palabras.
La composición acústica y la duración de los fonemas afecta en su perceptibilidad. • Los fonemas vocálicos son de mayor duración lo cual provoca que sean mayormente perceptibles. • Los fonemas consonánticos oclusivos tienen una transición muy rápida hasta la composición de una sílaba
Período prelingüístico: el balbuceo • Los bebés no pueden producir los fonemas que saben distinguir, debido a que las condiciones anatómicas de su aparato fonoarticulador no se lo permiten • Sonidos tan aparentemente sencillos como lo son las vocales no pueden ser emitidos; ya que al existir un gran espacio en la cavidad oral el movimiento de la lengua causa una constricción y por tanto los sonidos no son claros. • Repertorio de reflejos sonoros. • Necesario el control voluntario de la respiración en coordinación con los movimientos de la laringe, la lengua y el velo para iniciar el balbuceo
Desarrollo vocal: características del balbuceo a las primeras palabras FUNCIONES DEL BALBUCEO • Practicar y consolidar los esquemas de producción sonora. • Organización silábica de los sonidos • Agrupaciones amplias de sonidos El balbuceo es una conducta con un repertorio similar en niños de diferentes culturas.
El período lingüístico Los alumnos explicarán la evolución del lenguaje a partir del inicio del periodo lingüístico.
Fenómenos en el léxico inicial Aproximadamente a los 13 meses, la mayoría de los niños comprenden que una palabra corresponde a una cosa o evento específico y puede aprender rápidamente el significado de un vocablo nuevo. El vocabulario continúa creciendo durante los 12 y 18 meses. En algún momento entre los 18 y 24 meses ocurre la “explosión del vocabulario”. En pocas semanas, un niño puede pasar de pronunciar alrededor de 50 palabras a decir cerca de 400.
Las primeras palabras dichas son con frecuencia los nombres de las cosas (sustantivos), bien sea generales o específicos. Otras son palabras que indican acción, modificadores, términos que surgen de sentimientos personales o relaciones sociales y unos cuantos vocablos funcionales. Después de las primeras 100 palabras este patrón se modifica y la proporción de verbos y los nombres comienza a crecer. Los niños durante el primer año de edad tienden a ampliar o reducir la extensión o a traslapar las categorías de que se sirven para determinar qué palabras las expresan, porque no suelen compartir el conocimiento de los adultos de las funciones apropiadas y las características de los objetos en su cultura
La interiorización de las formas simbólicas Aproximadamente entre los dos y tres años el niño empieza a crear imágenes internas del mundo; por medio de símbolos, los cuales pueden representar intenciones, deseos y sentimientos. “Expresión de emociones de manera simbólica” Una imagen representará afecto y no sólo un abrazo. La comunicación como un medio para descubrir los sentimientos, favorecer la reflexión.
Las nuevas palabras adquieren un significado y acabarán formando parte del vocabulario del niño únicamente cuando vayan asociadas a emociones o determinados propósitos. Una imagen representa escenas y acontecimientos complejos que el niño ha observado y los relaciona de diferentes maneras. Se elaboran recuerdos que además de representar patrones conductuales, también implican emociones, propósitos y deseos. IMÁGENES INTERNAS