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3er Domingo de Pascua - Ciclo C. EL REGRESO AL LAGO. Salieron y se embarcaron, y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla, pero ellos no le reconocieron. -Muchachos, ¿Tenéis pescado? Ellos contestaron: -NO.
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3er Domingo de Pascua - Ciclo C EL REGRESO AL LAGO
Salieron y se embarcaron, y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla, pero ellos no le reconocieron.
-Muchachos, ¿Tenéis pescado? Ellos contestaron: -NO -Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: Jn 21, 4-7 - ES EL SEÑOR.
Después de la muerte de Jesús, los discípulos regresan al lago de Galilea. Pero allá vuelve a buscarlos el Señor resucitado. La elección primera no ha perdido validez. Aunque los discípulos pretendan olvidarlo, Él no los olvida.
Al amanecer no tienen pescado en las redes. De nuevo es la presencia de Jesús y no el esfuerzo de sus discípulos lo que hace eficaces sus intentos. LA FE SUPERA A LA PROFESIONALIDAD.
Llegados a tierra son invitados por Jesús a almorzar. El convite, signo de amistad y de intimidad, nace también de la iniciativa de Jesús.
Toma el pan y lo entrega • a sus discípulos. • El gesto, sin palabras, • evoca su entrega, • confirma su amistad y • reclama la confianza de sus discípulos que lo abandonaron. Como buen pastor, el Señor recoge a sus ovejas perdidas.
¿Me amas más que estos? Señor, tú lo sabes todo. Sabes que te amo. Esa referencia a la noche del abandono queda especialmente subrayada por el diálogo entre Jesús y Pedro
SÍGUEME Como en las mejores historias de amor, la evocación de los comienzos ofrece consistencia a la fidelidad. La llamada al seguimiento incluye la perspectiva de muerte con que el discípulo dará gloria a Dios.
Señor Jesús, resucitado de entre los muertos, tú no olvidas a los que has llamado, sino que les reiteras tu confianza. Queremos descubrir tu presencia en nuestras tareas de cada día y mantenernos fieles a la vocación con que nos has distinguido. Amén. Aleluya.
José Román Flecha Andrés Palabra del Señor, Salamanca , Editorial.Secretariado Trinitario,2007 Presentación: Antonia Castro Panero