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EL SUEÑO, LA PESADILLA Y EL CUERPO HUMANO En la introducción mencioné como característica del surrealismo español el uso de la sinestesia con el fin de provocar una confusión de sentidos humanos: ojos que oyen, manos que huelen, oídos que ven,... Este recurso y la elevación del recurso de la
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EL SUEÑO, LA PESADILLA Y EL CUERPO HUMANO En la introducción mencioné como característica del surrealismo español el uso de la sinestesia con el fin de provocar una confusión de sentidos humanos: ojos que oyen, manos que huelen, oídos que ven,... Este recurso y la elevación del recurso de la metáfora a imagen visionaria o rota, son los principales instrumentos que utilizan los poetas españoles para adentrase en el mundo de los sueños. La realidad exterior y la problemática interior del poeta se adentran en el mundo de los sueños, creando una pesadilla particular dentro de su propio cuerpo, cuyo único obstáculo es la barrera del cuerpo humano ; el hombre surrealista mediante la poesía, la pintura, la escultura y el arte en general rompe esas barreras; son las llaves que abren al mundo exterior ese nuevo mundo interior: es la creación de un “surrealismo onírico”.
En este surrealismo onírico no hay barreras; el hombre adopta diversas y comprometidas formas que da paso a las imágenes visionarias. La pintura y la poesía son la vigilia que transforman esas formas fantasmagóricas en realidad artística. Una de las formas de manifestarse que tiene la pesadilla en el retorcimiento del cuerpo humano, con la tortura delos miembros y la tortura de los sentidos que habitan en ese cuerpo humano. La pesadilla, la falta de la lógica en la expresión, el “surrealismo onírico”, se encuentra en la mayoría de los poetas que se adentran en el movimiento estudiado; sin embargo, esta forma de escape queda fijada e nuestra literatura, traspasando las barreras del periodo surrealista, debido en parte a la realidad histórica que acompaña a los poetas: la Guerra Civil Española y la posguerra.
El hambre, la pobreza y la crisis que provocan estos periodos históricos destrozan los cuerpos humanos no en la pesadilla, sino en la realidad, y afectan directamente al poeta como hombre, que ve como los cuerpos distorsionados aparecen ante sus ojos y no dentro de sus sueños. Un ejemplo claro es la obra de Dámaso Alonso “Hijos de la ira” (1.944).