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El cuento. Había una vez una niña muy bonita todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Había una vez un lobo. De niño fue muy bueno. Se llamaba Jose Antonio y le gustaba hacer maquetas de aeromodelismo con su hermana Encarnita.
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Había una vez una niña muy bonita todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Había una vez un lobo. De niño fue muy bueno. Se llamaba Jose Antonio y le gustaba hacer maquetas de aeromodelismo con su hermana Encarnita
Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela, recomendándole que no se entretuviese en el bosque, pues era muy peligroso, ya que andaba acechando por allí el lobo.
Caperucita Roja se puso en camino. • De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella. • ¿A dónde vas, niña? —le preguntó el lobo con su voz ronca. • A casa de mi abuelita —le dijo Caperucita. • No está lejos —pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita • llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era
El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos.
No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
Alberto, presidente de la Peña de cazadores de su pueblo. • Está muy afectado desde que su mujer le dejó por el tesorero de la Peña, Miguel. • Invierte la mayoría de su tiempo en las funciones de su cargo y en buscar novia • Se siente un poco solo
—Abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! —Son para verte mejor —Abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes! —Son para oírte mejor —Abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes! —Son para...¡comerte mejoooor! diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador que pasaba por allí , decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. • Al entrar, vio al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. • La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!. • El cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. • Cuando el lobo despertó, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque • Como las piedras pesaban mucho, cayó y se ahogó.
Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección. • Prometió a su Abuelita no hablaría con ningún desconocido que se encontrara en el camino… • …hasta que entró en el instituto y conoció a Joaquín. Lo abandonó años más tarde por una crisis de identidad sexual. • Actualmente vive en Lloret de Mar y regenta un camping, donde tiene oportunidad de hablar con todos los desconocidos que quiera
Juan Antonio dejó a su mujer, Rosa, con cuatro criaturas • Gracias a su esfuerzo han salido todos para adelante. Todos crecieron sanos y fuertes y ocupan puestos de responsabilidad en la Administración de la Manada. • Actualmente Rosa espera su primer nieto
Otros títulos de esta colección • Escenas de la lucha sindical • La Guerra Mundial contra el terrorismo • El Príncipe de Al-Qaeda • El estatuto perdido • Juan y los piratas del cuerno de África Sígalos en los principales medios de comunicación: radio, televisión y prensa.