280 likes | 405 Views
Basílica significa: "Casa del Rey” y solamente se puede llamar Basílica a aquellos templos a los cuales el Sumo Pontífice les concede ese honor especial. En su consagración pasa a ser propiedad y sede de la Majestad divina; e indica que es: “Morada de Dios entre los hombres".
E N D
Basílica significa: "Casa del Rey” y solamente se puede llamar Basílica a aquellos templos a los cuales el Sumo Pontífice les concede ese honor especial .
En su consagración pasa a ser propiedad y sede de la Majestad divina; e indica que es: “Morada de Dios entre los hombres".
En la primera lectura de hoy el profeta Ezequiel proclama una visión del templo de Dios de donde surge un río que da vida abundante a todos y que sanea el mar.
Igualmente, si estamos en comunión con el Papa, el obispo de Roma donde tenemos nuestro templo principal, tomaremos del río de su enseñanza que nos dará vida abundante.
En su carta a los corintios, San Pablo nos anuncia que cada uno de nosotros es un templo de Dios y del Espíritu Santo; y en la misma carta sobre la necesidad de rechazar la inmoralidad sexual porque es violación del templo de Dios.
En el evangelio, Jesús les dice a los judíos que él levantará en tres días al templo destruido. Al referirse a su resurrección verifica que nuestros cuerpos pertenecen a Dios, y fueron hechos para la santidad y no para la inmoralidad.
La primer Basílica de la religión Católica fue la de Letrán, que es un símbolo de la unidad de todas las comunidades cristianas con Roma y nos recuerda que todos estamos construidos sobre el mismo cimiento de Jesucristo.
Esta basílica es la Catedral del Papa y la más antigua de todas las basílicas de la Iglesia Católica.
Es una de las cuatro basílicas más importantes de Roma y considerada Iglesia-madre de la Iglesia Católica Romana en su frontis tiene esta leyenda: "Madre y Cabeza de toda las iglesias de la ciudad y del mundo".
Las propiedad perteneció a la familia patricia de los Lateranos (Plautii Laterani) que la perdió por atreverse a conspirar contra Nerón.
Parece ser que luego fue propiedad de Fausta, la esposa de Constantino; que aconsejada, por Osio de Córdoba, lo donó a los Papas para su residencia habitual, como de hecho lo fue a través de bastantes siglos hasta el periodo de Aviñón.
El Papa San Silvestre convirtió en templo y consagró el 9 de noviembre del año 324.
Otra historia cuenta que el emperador Constantino contrajo el mal de la lepra y fue curado milagrosamente por San Silvestre; en agradecimiento, entregó los terrenos y ayuda económica para construirla. Esta es la razón de llamarla también "Constantiniana".
Se le llama también Basílica del Divino Salvador, porque cuando fue nuevamente consagrada, en el año 787, una imagen del Divino Salvador, al ser golpeada por un judío, derramó sangre.
Se llama también Basílica de San Juan (de Letrán) porque tienen dos capillas dedicadas la una a San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista, y era atendida por los sacerdotes de la parroquia de San Juan.
Durante mil años, desde el año 324 hasta el 1400 (época en que los Papas se fueron a vivir a Aviñón, en Francia), la casa contigua a la Basílica y que se llamó "Palacio de Letrán", fue la residencia de los Pontífices, y allí se celebraron cinco Concilios (o reuniones de los obispos de todo el mundo).
769 Concilio regional del Letrán 1123 I Concilio del Letrán 1139 II Concilio del Letrán 1179 III Concilio del Letrán 1215-1216 IV Concilio del Letrán 1512-1517 V Concilio del Letrán
Allí se firmó, ya en tiempos más cercanos, el Tratado de Letrán, el 11 de marzo de 1929, con el que Pío XI logró la libertad del papa de todo soberano temporal y con ello el libre ejercicio de su misión evangelizadora, firmándolo con Mussolini.
Ahora en el Palacio de Letrán vive el Vicario de Roma, o sea el Cardenal al cual el Sumo Pontífice encarga de gobernar la Iglesia de esa ciudad.
Aunque la Basílica de Letrán ha sido destruida por varios incendios, fue reconstruida de nuevo, y la construcción actual es muy hermosa.
Tanto el Renacimiento como el barroco dejaron en ella su huella artística perenne y restauradora, que Sixto V y León XIII la hicieron realmente suntuosa.
Allí fue Francisco de Asís en 1210 a solicitar del Papa Inocencio III la aprobación de su Orden.
La Basílica, con sus reconstrucciones continuas luego de los destrozos e incendios, es también un símbolo de la Iglesia de todos los tiempos donde hubo, hay y habrá persecuciones y flaquezas, intereses humanos y divinos, política, arte, espíritu, dogma y santidad.
San Agustín recomienda: "Cuando recordemos la Consagración de un templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: ‘Cada uno de nosotros somos un templo del Espíritu Santo’”.
“Ojalá conservemos nuestra alma bella y limpia, como le agrada a Dios que sean sus templos santos. Así vivirá contento el Espíritu Santo en nuestra alma".
Señor, tú que edificas el templo de tu gloria con piedras vivas y elegidas, multiplica en tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, a fin de que tu pueblo crezca siempre para edificación de la Jerusalén celeste. Por nuestro Señor Jesucristo.
Siembra Amor Si deseas recibir archivos de Espiritualidad Católica envía un correo sin asunto y sin texto a: siembra_amor+subscribe@googlegroups.com Los archivos del mes puedes descargarlos en: http://siembraconmigo.blogspot.com/ Servicio Gratuito