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EL PAPEL DE LA FAMILIA MATTE EN LA SOCIEDAD CHILENA Una historia de intestinos, coherencia y responsabilidad. Eliodoro Matte, Patricia Matte, María Larraín de Matte y Bernardo Matte.
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EL PAPEL DE LA FAMILIA MATTE EN LA SOCIEDAD CHILENA Una historia de intestinos, coherencia y responsabilidad Eliodoro Matte, Patricia Matte, María Larraín de Matte y Bernardo Matte
Hace pocos días, al interior del supermercado de mi ciudad, decidí comprar unos rollos de papel higiénico para no tener inquietud en el hogar en los momentos, por decirlo sutilmente, difíciles.
Como al pensamiento debe seguir la acción, dirigí mis diligentes pasos hacia la estantería correspondiente, pero antes de elegir cualquier producto pensé en que sería un buen momento para ejercer mi derecho de ciudadano responsable y consciente, y adquirir cualquier marca que no estuviera relacionada con la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), perteneciente a la familia Matte.
Mi objetivo, castigarlos en el bolsillo porque con otra empresa familiar, Colbún, quieren construir cinco represas en la Patagonia.
Dicho y hecho. Voy al estante y elijo el primer papel higiénico que toco. Ahí está el histórico, el tradicional, el familiar, el auténtico cuya marca incluso se ha usado por generaciones como nombre genérico para este producto: CONFORT “Bien”, me digo. Doy vuelta el empaque, y al dorso veo en claras palabras…
UN PRODUCTO CMPC Tissue
“Pucha”, pienso. El clásico en manos del clan ecocida. Deberé continuar mi búsqueda eticomercial. Así, tomo el siguiente: ELITE Aunque me recuerda las servilletas con que me limpio la boca al comer y pondero que ambos actos, en realidad, son totalmente distintos y, es más, el que me mueve en este momento está en la antípoda cronológica del acto de alimentación, lo elijo. Ojeo el paquete…
UN PRODUCTO CMPC Tissue
“Qué lata”, se me ocurre. La elite se apropió del elite. Me río de la creatividad que me embarga. Habrá que escoger otro. Busco un poco más allá: DUALETTE Es más conocido, pero siempre fue un poco caro para mi bolsillo. No importa, la causa lo amerita. Miro la etiqueta…
UN PRODUCTO CMPC Tissue
“No puede ser”, me quejo. También este rollo anodino está en manos de la “Familia de Chile”. Sigo probando: NOBLE El negro (me carga la palabra negrito… el diminutivo me da la impresión de lástima) que nos proponía el más blanco de los papeles higiénicos me mira como diciendo “confía en mí, yo no te defraudaré”. Me lanzo con confianza a conocer a sus productores…
UN PRODUCTO CMPC Tissue
“Negro vendío”, bramo. Seguramente es parte de los resabios esclavistas de esta familia patronal, que no se conforma con tener en su bolsillo medio Chile sino que también trae del extranjero modelos africanos, negándoles oportunidad de trabajo como dibujo de paquete a compatriotas necesitados. Uff, me está dando rabia. La última oportunidad: ABOLENGO Conocido como “cartolengo” por la “suavidad corrugada” de su textura. Lo más alejado del papel “tissue” o extra suave. Pero miremos…
UN PRODUCTO CMPC Tissue
“Por la chucha”, me resigno. Entiendo, de esta innoble manera, que no es posible para un chileno decente y conciente ir al baño cumpliendo íntegramente con los ideales de no aportar un solo peso a una empresa que pertenece a un holding parentelar que destruye la naturaleza y arrasa con las comunidades por sus intereses económicos. Que quiere convertir a la Patagonia en la Gran Pila de Chile… llenando de paso sus bolsillos de dinero. $$$$
Así, pensando ya en las páginas de algún diario local -arrugadas con mi propia mano- para satisfacer mis íntimas y tripales necesidades con coherencia, dignidad y patriotismo llego a la más básica y lógica conclusión…
Ahora en serio, si quieres aportar, además de reenviar este correo, pídele a tus amigos que no compren estos productos y ninguno que tenga el sello CMPC. Te proponemos
VISITA www.patagoniasinrepresas.cl