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A la Señora Academia César Bruto Poemas Lunfardos. Yo soy hijo del lunfardo y es mi cuna arrabalera; yo conocí a las percantas más vivas y más gilbertas;. y anduve con los bacanes, y alterné con los linyeras, y chamuyé con los chorros y otros reos bien pulentas.
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A la Señora Academia César Bruto Poemas Lunfardos
Yo soy hijo del lunfardo y es mi cuna arrabalera; yo conocí a las percantas más vivas y más gilbertas; y anduve con los bacanes, y alterné con los linyeras, y chamuyé con los chorros y otros reos bien pulentas.
Y en la pieza del cotorro yo tuve mina y catrera, y en el ropero del cuarto yo colgué mi viola rea, y usé lengue y usé funyi cuando de noche iba al feca.
Yo conocí en mis andanzas la alegría y la tristeza, la del tipo bien derecho y la del tipo berreta, la de aquel que fue en cafúa porque lo ensució una grela, y la del otro cafishio que al final quedó en chancleta.
hoy vine para dejarle en esta preciosa fiesta, la humilde flor del suburbio que nació en una maceta, Por eso quiero decirle a la señora Academia Porteña de los Lunfardos, que, aunque yo soy un cualquiera,
pero que tiene un perfume que de lejos te recuerda, el cariño de la javie y el amor de una pendeja.
Adoquín ingrato No te encontré en las esquinas pues un adoquín ingrato me privó de ser vereda para rozarte los tacos. Hasta el puñal de mi guapo empeñé en esa quimera era invierno, te vi plena con ese coso al costado y como un gato enjaulado morí de puro rabioso pues no era yo ese mozo con quién gastabas las suelas. Ergasto-7-2010 FIN -Ergasto-Art