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Tema 2. índice. El texto y sus propiedades: la cohesión Clases de oraciones simples Léxico: los cultismos Literatura: la narrativa romántica y el teatro romántico. El texto y sus propiedades: la cohesión.
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índice • El texto y sus propiedades: la cohesión • Clases de oraciones simples • Léxico: los cultismos • Literatura: la narrativa romántica y el teatro romántico
El texto y sus propiedades: la cohesión • Conjunto de mecanismos lingüísticos que producen que los elementos de un texto están perfectamente articulados • Procedimientos de cohesión: • Sustitución léxica: (evitan la repetición de palabras) • Uso de sinónimos y antónimos: balón/esférico/cuero • Términos del mismo campo semántico: flor/planta • Procedimientos gramaticales: • Anáfora: repetición por pronombres y adverbios de lugar • Elipsis: omisión de elementos prescindibles • Deixis: alusión a la situación extralingüística (yo/aquí/ahora) • Nexos: conjunciones y locuciones
Ejemplo (El almohadón de plumas. Horacio Quiroga) Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
Ejemplo (El almohadón de plumas. Horacio Quiroga) Su luna de miel (de Jordán y Alicia) fue un largo escalofrío. (Alicia era) Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. (Alicia) Lo quería mucho, sin embargo, a veces (lo quería) con un ligero estremecimiento cuando(Alicia y Jordán estaban) volviendo de noche juntos por la calle, (Alicia) echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
Ejemplo (El almohadón de plumas. Horacio Quiroga) La luna de miel de Jordán y Alicia fue un largo escalofrío. Alicia era rubia, angelical y tímida, el carácter duro del marido de Alicia heló las soñadas niñerías de novia de Alicia. Alicia quería mucho a Jordán. A veces Alicia quería mucho a Jordán con un ligero estremecimiento, Alicia y Jordán estaban volviendo de noche juntos por la calle. Alicia echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, Jordán estaba mudo desde hacía una hora. Jordán amaba a Alicia profundamente, sin dar a conocer a nadie su amor por Alicia.
Clases de oraciones simples • Según la actitud del hablante o la modalidad
Clases de oraciones según la naturaleza del predicado • Atributivas • Son las de Predicado Nominal (P. N.) • llevan un verbo copulativo (ser, estar o parecer) • Llevan un Atributo (AT), CI y CC • Ejemplo: Isabel es médico • Predicativas • Son las de Predicado Verbal (P. V.) • El verbo sí mantiene su significado • Puede llevar todos los complementos (menos en AT) • Ejemplo: Isabel disfruta de la música cada día
Oraciones activas y pasivas • Oraciones activas: el sujeto realiza la acción • El vendedorvendiórápidamentelos pisos • Los pisosfueron vendidosrápidamentepor el vendedoror • Oraciones pasivas: el C. Agente es quien realiza la acción Sujeto V. voz activa CCModo CD S. paciente Verbo en voz pasiva CCModo C. Agente
La pasiva refleja • El verbo está en activa • El sujeto es paciente (recibe la acción) • Lleva se como marca de impersonal • Sevendieronlos pisosrápidamente. Marca de pasiva refleja Verbo en activa Sujeto paciente CC Modo
Clases de oraciones activas • Transitivas • Llevan CD • Pueden pasarse a pasiva (observar/ ser observado) • Ejemplo: Pon el pan sobre la mesa • Intransitivas • No llevan CD • No pueden pasarse a pasiva • Ejemplo: Le llamó por teléfono
Reflexivas: • Sujeto y complemento coinciden en la misma persona gramatical • La acción del sujeto recae sobre éste • Se puede añadir: “a mí/ti/sí mismo” • Ejemplo: • Pepe se lava (a sí mismo) CD • Yo me suspendo sola (a mí misma) CD • Tú te has peinado muy bien (a ti misma) CD • Se lavó la cabeza con un nuevo champú CI • Me he hecho la manicura yo sola CI • Te has hecho una trenza muybonitaCI
Oraciones impersonales 1. Unipersonales: verbos de fenómenos metereológicos Amaneció más temprano 2. Gramaticalizadas: haber, hacer, ser Había mucha gente Hace tanto tiempo Es de noche 3. Impersonales con se Se come bien aquí 4. Eventuales: 3ª pers. plural Dicen que el vuelo se va a retrasar
Léxico • Los cultismos • Son términos que proceden directamente del latín, sin apenas experimentar variaciones. • Ejemplos: • Insectus insecto • Lugubris lúgubre
Literatura: narrativa romántica • Predomina la búsqueda de la identidad del país, por medio de • La evocación del pasado (Edad Media idealizada) • novela histórica: El señor de Bembibre, Enrique Gil y Carrasco • Leyendas: • En prosa: Bécquer • En verso: Zorrilla o el Duque de Rivas • La observación del presente • Descripción de ambientes y personajes típicos • Novela de costumbres: Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) • Artículos de costumbres: Mesoneros Romanos • Descripción + crítica: Mariano José de Larra
El lirio azul Versión valencianaHabía vez y vez un Rey que tenía tres hijos, a los que dijo que daría la corona a aquel de los tres que le trajese el lirio azul. Echáronse los hijos cada cual por distinto rumbo a buscarlo por esos mundos. El más chico encontró la flor y se la metió muy contento dentro de la media, por si encontraba a sus hermanos, que no la vieran. En medio de un arroyo seco se lo encontraron, y conocieron ellos que llevaba la flor, y se dijo uno a otro: -¿Qué haremos para quitársela y ganarnos la corona? El otro respondió: -Matarle. Y así lo hicieron, enterrándolo después en la arena. Como eran dos, y una sola la flor, echaron a suertes a ver quién la ganaba, y le favoreció al mayor. Se fue muy contento a su casa, y cuando llegó y le dio a su padre la flor, el Rey le declaró heredero de la corona. • En esto pasó un pastor por el sitio en que estaba —40→ enterrado el hermano más chico, y vio que salía de la tierra una cañita blanca, la que arrancó e hizo con ella una flauta. La tocó, y decía: • Toca, toca, bon pastor, y no ennamenes per la flor del lliriblau; manmort en riu de arenes. Fue tocando esto hasta pasar delante del palacio del Rey, y este, habiendo oído la flauta, salió a llamar al pastor, y le dijo: -Sube a tocarme esa flauta, que quiero oírla. Entró el pastor y se puso a tocarla, y repitió su canción. Mandó llamar el Rey a sus hijos, y le dijo al pastor que le dijere de dónde había sacado aquella flauta. El pastor los llevó al sitio donde había encontrado su flauta, y el Rey dijo a sus hijos: -¿Sois vosotros los que habéis muerto a vuestro hermano? Pero ellos dijeron que no. Su padre mandó que levantaran la arena en aquel lugar, y encontraron al niño vivo y sano, sólo faltándole un dedo que había quedado fuera cuando lo enterraron, y era el que había servido para hacer la flauta, y el padre dio la corona al niño y castigó a sus hermanos. Vivió y reinó muchos años, pero siempre sin un dedo. Cuento contado, ya se ha acabado, y por la chimenea se fue al terrado.
La niña de los tres maridos Había un padre que tenía una hija muy hermosa, pero muy voluntariosa y terca. Se presentaron tres novios a cual más apuestos, que le pidieron su hija; él contestó que los tres tenían su beneplácito, y que preguntaría a su hija a cuál de ellos prefería. Así lo hizo, y la niña le contestó que a los tres -Pero, hija, si eso no puede ser. -Elijo a los tres -contestó la niña. -Habla en razón, mujer -volvió a decir el padre-. ¿A cuál de ellos doy el sí? -A los tres -volvió a contestar la niña, y no hubo quien la sacase de ahí. El pobre padre se fue mohíno, y les dijo a los tres pretendientes que su hija los quería a los tres; pero que como eso no era posible, que él había determinado que se fuesen por esos mundos de Dios a buscar y traerles una cosa única en su especie, y aquel que trajese la mejor y más rara sería el que se casase con su hija. Pusiéronse en camino, cada cual por su lado, y al cabo de mucho tiempo se volvieron a reunir —28→ allende los mares, en lejanas tierras, sin que ninguno hubiese hallado cosa hermosa y única en su especie. Estando en estas tribulaciones, sin cesar de procurar lo que buscaban, se encontró el primero que había llegado con un viejecito, que le dijo si le quería comprar un espejito. Contestó que no, puesto que para nada le podía servir aquel espejo, tan chico y tan feo. Entonces el vendedor le dijo que tenía aquel espejo una gran virtud, y era que se veían en él las personas que su dueño deseaba ver; y habiéndose cerciorado de que ello era cierto, se lo compró por lo que le pidió. El que había llegado el segundo, al pasar por una calle se encontró al mismo viejecito, que le preguntó si le quería comprar un botecito con bálsamo. -¿Para qué me ha de servir ese bálsamo? -preguntó al viejecito. -Dios sabe -respondió este-; pues este bálsamo tiene una gran virtud, que es la de hacer resucitar a los muertos. En aquel momento acertó a pasar por allí un entierro; se fue a la caja, le echó una gota de bálsamo en la boca al difunto, que se levantó tan bueno y dispuesto, cargó con su ataúd y se fue a su casa; lo que visto por el segundo pretendiente, compró al viejecito su bálsamo por lo que le pidió. Mientras el tercer pretendiente paseaba metido —29→ en sus conflictos por la orilla del mar, vio llegar sobre las olas una arca muy grande, y acercándose a la playa, se abrió, y salieron saltando en tierra infinidad de pasajeros. El último, que era un viejecito, se acercó a él y le dijo si le quería comprar aquella arca. -¿Para qué la quiero yo -respondió el pretendiente-, si no puede servir sino para hacer una hoguera?. • -No, señor -repuso el viejecito-, que posee una gran virtud, pues que en pocas horas lleva a su dueño y a los que con él se embarcan adonde apetecen ir y donde deseen. Ello es cierto; puede usted cerciorarse por estos pasajeros, que hace pocas horas se hallaban en las playas de España. • Cerciorose el caballero, y compró el arca por lo que le pidió su dueño. • Al día siguiente se reunieron los tres, y cada cual contó muy satisfecho que ya había hallado lo que deseaba, y que iba, pues, a regresar a España. • El primero dijo cómo había comprado un espejo, en el que se veía, con sólo desearlo, la persona ausente que se quería ver; y para probarlo presentó su espejo, deseando ver a la niña que todos tres pretendían. • ¡Pero cual sería su asombro cuando la vieron tendida en un ataúd y muerta! • -Yo tengo -exclamó el que había comprado el bote- un bálsamo, que la resucitaría; pero de —30→ aquí a que lleguemos, ya estará enterrada y comida de gusanos, • -Pues yo tengo -dijo a su vez el que había comprado el arca- un arca que en pocas horas nos pondrá en España. • Corrieron entonces a embarcarse en el arca, y a las pocas horas saltaron en tierra, y se encaminaron al pueblo en que se hallaba el padre de su pretendida. • Hallaron a este en el mayor desconsuelo, por la muerte de su hija, que aún se hallaba de cuerpo presente. • Ellos le pidieron que los llevase a verla; y cuando estuvieron en el cuarto en que se encontraba el féretro, se acercó el que tenía el bálsamo, echó unas gotas sobre los labios de la difunta, la que se levantó tan buena y risueña de su ataúd, y volviéndose a su padre, le dijo: • -¿Lo ve usted, padre, cómo los necesitaba a los tres? • (C. B. de Faber)
Mariano José de Larra (1809-37) • Biografía: • Formación sólida y cosmopolita • Heredero de los ilustrados (del s. XVIII) • Personalidad combativa y crítica • Obras: • Artículos periodísticos • Obras literarias: lírica, teatro y novela histórica • Estilo: • Claro y sencillo • Uso de la ironía y amargura al final, por la decepción de no reformar nada en España
Teatro romántico • Rasgos: • Inspiración en temas del siglo XVII (Barroco) • Empleo del verso, estilo grandilocuente, gestos exagerados • Separación en jornadas, • Rechazo a las tres unidades (abundantes escenarios) • Temas medievales relacionados con el honor, poco verosímiles • Tipos humanos: galán, dama, gracioso y anciano • Finales adversos (la fuerza del destino) • Obras: • La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa • El trovador, de Antonio García Gutiérrez • Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas • Don Juan Tenorio, de José de Zorrilla
Duque de Rivas • Rasgos: • Temas históricos • Descripciones costumbristas • Situaciones misteriosas provocadas por la fatalidad • Obras: • Romances históricos inspirados en crónicas medievales • Dramas: Don Álvaro o la fuerza del sino • Mezcla de prosa y verso • Héroe de origen misterioso • Le persigue la fatalidad (=mala suerte)
Don Álvaro o la fuerza del sino(1835, Duque de Rivas) Marqués de Calatrava Don Carlos (Lo mata) padre Don Alfonso (Lo mata) Lo mata Don Álvaro Doña Leonor
Los amantes de Teruel (1217) Juan Eugenio de Hartzenbusch, 1837 Pedro Fernández de Azagra padres boda Juan Diego de Marsilla Isabel de Segura
Don Juan Tenorio. 1844, José de Zorrilla Don Diego padre Don Juan Don Luis Doña Inés Doña Ana Don Gonzalo padre