La conversi n de San Pablo

1. La conversi�n de San Pablo �Conversi�n o Vocaci�n?

2. Pablo es, desde luego, un jud�o helen�stico, nacido en Tarso, al sureste de la pen�nsula de Anatolia, cerca de la frontera con Siria. Ciudad de la provincia romana de Cilicia, relativamente grande y con una importante escuela de filosof�a popular de tipo estoico. Es un centro cultural no desde�able. Saulo nace probablemente a comienzo de nuestra era, de una familia jud�a de ciudadanos romanos, pues �l lo es desde su nacimiento (cf. Hch 16,37; 22,25-29; 23,27).

3. lWav� Saulus Paulus Saulo recibe como nombre propio el t�pico jud�o del primer rey de Israel. Pablo es la versi�n castellana del lat�n �Paulus�, conocido gentilicio (apellido) o �cognomen� de la �gens Paula�, familia patricia importante y antigua en Roma. Quiz�s la de Saulo adoptase ese apellido como homenaje a alg�n miembro de tal �gens� con quien tuviera especial relaci�n (Hch 13,9). Da la impresi�n de que su familia es de clase acomodada, precisamente por tener esa ciudadan�a y por la educaci�n de que Pablo da muestras a lo largo de su vida. Es parte de la numerosa colonia jud�a de esa ciudad y, adem�s de las normales relaciones de los jud�os de la di�spora con Jerusal�n, tiene otras, porque Pablo se encontrar� con un sobrino, hijo de su hermana, que vive en Jerusal�n (cf. Hch 23,26).

4. Formaci�n griega y jud�a Saulo y su familia son de la tribu de Benjam�n, jud�os observantes y de tendencias fariseas, �l personalmente, y con mucha probabilidad tambi�n los suyos (Flp 3,5). Como era costumbre, Saulo recibe una educaci�n griega, que aparece en la lectura de su posterior correspondencia. Tambi�n formaci�n jud�a en Jerusal�n, como parece indicar la frase: �educado a los pies de Gamaliel�, en boca de Pablo ante los jud�os en Hch 22,3. Tambi�n esa formaci�n aparece en sus cartas. Domina, en efecto, las t�cnicas interpretativas de los maestros jud�os y conoce bien los libros sagrados. Podr�a decirse que es un rabino, aunque utiliza normalmente la versi�n griega de esos libros conocida como los Setenta.

5. Sin embargo, el juda�smo hab�a sido profundamente helenizado, aunque sin perder del todo sus caracter�sticas tradicionales: en Alejandr�a, por ejemplo, la ciudad tal vez m�s importante del Mediterr�neo, se hab�a producido una profunda fusi�n entre cultura hel�nica y mentalidad judaica. Fruto de ello fue la traducci�n llamada "de los Setenta" en que por primera vez el intangible y venerado texto hebreo del AT fue vertido al griego, no sin esc�ndalo de los rabinos m�s observantes. Tambi�n en Alejandr�a vivi� y ense��, Fil�n de Alejandr�a, el pensador hebreo m�s original y, tal vez, el m�s destacado de todo el siglo I a.C.: aquel Fil�n de Alejandr�a que quiso leer la Revelaci�n a la luz del pensamiento plat�nico, dando as� origen a una ex�gesis totalmente original y comunicando nueva savia al llamado "platonismo medio".

6. Vocabulario de los LXX En consecuencia, San Pablo rompe tambi�n con la tradici�n jud�a de los fariseos, que afirmaban que la Sagrada Escritura s�lo pod�a leerse en hebreo, ya que cita el AT seg�n la versi�n griega de los LXX. M�s a�n, todo su vocabulario religioso se inspira en el uso de la Septuaginta (p.ej. en el empleo de t�rminos como dikaiosu,nh, hj dikaiosyne, kardi,a, aj kardia, no,moj, ou nomos, yuch,, h/j psykhe. a[gioj, a, on hagios, klhto,j, h,, o,n kletos, evkklhsi,a, aj ekklesia, ca,rij, itoj kharis, etc.). En este sentido, Pablo manifiesta su proximidad con el juda�smo, pero con el juda�smo helenizado. Por otro lado, no faltan en las cartas paulinas conceptos t�picos del helenismo como evleuqeri,a, aj eleutheria. evgkra,teia, aj egkrateia, swfrosu,nh, hj sofrosyne, sunei,dhsij, ewj syneidesis, etc., derivados del patrimonio filos�fico com�n de los griegos y que en Pablo adquieren una caracter�stica connotaci�n religiosa.

7. Otro factor que atestigua la presencia de la cultura griega en la formaci�n de San Pablo son las citas de autores profanos. 1 Cor 15, 33 cita a Menandro, Tais; Tit 1, 12 cita los Or�culos de Epim�nides; y Act 17, 28 parece ensamblar los Fen�menos, 5 de Arato con Cleante, Himno a Zeus, 5. Aunque estas breves citas no sean muy significativas y puedan remontarse simplemente a la sabidur�a popular m�s que a la lectura de los autores, es cierto de todos modos que San Pablo estaba en contacto con el mundo de cultura griega y pod�a afirmar con seguridad que se hab�a hecho "griego con los griegos" (cfr 1 Cor 9, 2 1). En efecto, en coherencia con su finalidad apost�lica y su af�n universal de evangelizaci�n, Pablo escogi� deliberadamente la lengua griega para expresarse. El Ap�stol emplea la lengua griega koine con total dominio; su griego es popular pero no elemental. Hay, por ejemplo, una clara diferencia entre el griego paulino, rico en palabras, expresiones, giros, met�foras, y la lengua de Mc o de Ioh, mucho m�s modestas y pobres desde el punto de vista del l�xico.

8. Hay interesantes cuestiones sobre la juventud de Saulo. Si se form� en Jerusal�n, �conoci� a Jes�s personalmente? No parece que la frase de 2 Cor 5,16: �si alguna vez conocimos a Cristo seg�n la carne...� se refiera a un conocimiento personal. Porque, de haber sido as�, parecer�a l�gico que alguna vez lo mencionase, sobre todo el hablar de su hostilidad contra lo cristiano (Gal 1,13-14; 1 Cor 15,9). Quiz�s, despu�s de una permanencia en Jerusal�n, estuviera fuera de all� precisamente durante la actividad p�blica de Jes�s, y volviese luego, despu�s de su muerte. Pero es imposible saberlo.

9. Lo mismo que otro tema personal: saber si era soltero, casado o viudo. Desde luego, cuando escribe la primera carta a los Corintios no tiene mujer (cf. 1 Cor 7,8), pero, aparte de la normal costumbre humana y jud�a, un rabino o aspirante a rabino deb�a de ordinario estar casado antes de los 30 a�os por razones de respetabilidad y honestidad. Pablo se hizo cristiano probablemente despu�s de esa edad, en cuyo caso es m�s veros�mil que se hubiera casado. Entonces habr�a enviudado cuando escribe la carta mencionada. Pero hay otras posibilidades, como la de haberse convertido antes de la edad apuntada, o que �l personalmente no se casase nunca. Y quiz�s hay alg�n leve indicio de esto �ltimo en el tono con que habla del matrimonio en la misma carta. Pero tampoco aqu� podemos hacernos una idea cierta.

10. Hacia mediados de los a�os 30 de nuestra era, lo encontramos en Jerusal�n. Tiene un puesto de cierta relevancia en la comunidad jud�a. Se puede imaginar este puesto como una especie de brazo ejecutor de las decisiones del sanedr�n; m�s concretamente, de las persecuciones de las autoridades jud�as contra la primera comunidad, tan largamente contadas en la primera parte de Hechos de los ap�stoles. Aprueba y participa en la muerte de Esteban (Hch 7,58; 8,1a), hostiga y quiere destruir a la Iglesia, encarcelando a los cristianos (Hch 8,3; 22,4.19; 26,9-11). Destaca efectivamente en este af�n persecutorio (Gal 1,13-14; Flp 3,5a). Quiz�s vea en ellos una amenaza contra el juda�smo, y no s�lo un grupo especial de jud�os, de los que hab�a tantos en su �poca. De hecho se toleraban grupos tan dispares como esenios, celotes, saduceos, fariseos, bautistas... antes de la unificaci�n producida a finales del siglo I, con total predominio del farise�smo.

11. Saulo da la impresi�n de un cierto fanatismo o, por lo menos, de gran apasionamiento. Es un indicio de su temperamento, lleno de celo y de entrega religiosa, que luego se confirmar� en su correspondencia. Por datos como esta actividad de Saulo, uno puede imaginar con bastante seguridad su modo de ser. Es importante tenerlo en cuenta porque, como es sabido, la gracia cae sobre la naturaleza o, mejor dicho, la naturaleza misma de cada uno ya es gracia. No podemos pensar razonablemente que el Pablo de las cartas nada tenga que ver con el Saulo jud�o, que se produjera un cambio total de car�cter, que Dios lo transformara del todo. Es m�s cierto lo contrar�o: que el temperamento y car�cter de Saulo, su educaci�n y formaci�n, vivencias y opciones, son el substrato humano fundamental y permanente de su persona y, por ello mismo, los medios por los que Dios actu� en �l y a trav�s de �l. Quiz�s Pablo no hubiese sido el ap�stol de los gentiles, si antes no hubiera sido el perseguidor de los cristianos. De la misma manera y con id�ntica dedicaci�n con que defend�a los derechos de Dios contra la amenaza cristiana, se convertir� en el m�s ferviente y radical propagador del mismo cristianismo.

12. El Camino de Damasco Saulo pretende extender su radio de acci�n fuera de Jerusal�n y pide a las autoridades credenciales para ir a Damasco, lo cual no deja de ser extra�o, pues tales autoridades no ten�an jurisdicci�n alguna fuera de Palestina. Quiz�s eran simplemente cartas de presentaci�n y recomendaci�n para que la comunidad jud�a apoyase las actividades de Saulo contra los cristianos en Siria. En el camino hacia all�, se convierte. Este es un hecho de importancia y consecuencias absolutas tanto para Saulo/Pablo como para el anuncio cristiano de entonces -y aun de tiempos posteriores-, y para su teolog�a. El relato lo encontramos en Gal 1,15-16 sobre todo y en Hch 9,1-9, repetido en Hch 22,6-16; 26,12-18 casi al pie de la letra.No parece que �Damasco� sea una designaci�n simb�lica de otro sitio, vgr. Qumr�n. A la capital de Siria habr�an llegado helenistas huidos de Jerusal�n y habr�an fundado una comunidad cristiana, seguramente peque�a.

13. Hay, en la conversi�n del perseguidor de Tarso, una compleja mezcla de elementos interiores y de factores sobrenaturales externos. San Lucas pone de relieve, con toda intenci�n, que uno de los factores que intervinieron fue la muerte de Esteban, un hombre que era toda una promesa para la Iglesia naciente. El hecho es que la rendici�n de Saulo en el camino de Damasco fue completa e incondicional. En la narraci�n "objetiva" de Hch 9, San Lucas describe la conversi�n como efecto de una teofan�a: Dios aparece en medio de una luz que viene del cielo, hay una voz que dialoga con Saulo tendido en el suelo (cfr. Ez 1, 28; 43, 3; 44, 4; Dan 8, 17; 10, 9). Saulo exclama "�Qui�n eres, Se�or?'', empleando la palabra Kyrie en su sentido m�s fuerte. El autor de Hch se preocupa tambi�n de se�alar que Saulo es llevado por el Se�or o por instrumentos suyos: los compa�eros le conducen a Damasco, Anan�as le bautiza; Saulo es sujeto pasivo de una iniciativa divina. Sin embargo, el futuro Ap�stol pone de su parte algo: se dedica a la oraci�n y al ayuno, como una purificaci�n previa al bautismo.

14. La versi�n biogr�fica de G�latas La describe usando expresiones que recuerdan a las de los antiguos profetas cuando refieren su vocaci�n. En la llamada, Dios tuvo la iniciativa total: �Cuando plugo al que me escogi� desde el vientre de mi madre� (Gal, 1,15), con palabras donde resuenan Jr 1,1 e Is 49,1. Hay asimismo una aceptaci�n por parte de Saulo, que �no consult� a la carne ni a la sangre� (Gal 1,16-17). COMENTARIO: Aunque se hable de �gracia tumbativa�, en expresi�n popular quiz�s no muy exacta, ello no quita el libre albedr�o ni la responsabilidad.

15. Vocaci�n Un modo conveniente de imaginar el suceso es el de vocaci�n, m�s que el frecuente de conversi�n. Vocaci�n es una forma de hablar interpretando una vivencia. Puede decirse que el suceso en el camino de Damasco es una experiencia religiosa de Saulo, que tiene como referente a Jes�s resucitado, vivido en su interior. Pablo dir� luego que ha visto al Se�or Jes�s como los dem�s testigos de la resurrecci�n (1 Cor 9,1 y 15,8). El momento m�s veros�mil, o uno de ellos, para colocar este hecho es el de la �conversi�n�.

16. Se puede llamar razonablemente vocaci�n a todo este acontecimiento, porque todos los procesos psicol�gicos, afectivos, sociales y humanos en general que imaginemos llevan en definitiva a Pablo/Saulo hacia Jes�s resucitado que se hace presente. Llamada y respuesta. Saulo se convierte en cuanto que cambia de vida y enfoca la existencia desde Jesucristo, pero �l ya era creyente, y lo sigue siendo. S�lo que no en el Yahv� del Antiguo Testamento y de la Tora, sino en el Padre de Nuestro Se�or Jesucristo y en el propio Hijo. Es decir, transforma un tanto su perspectiva religiosa, pero contin�a con los principios de trascendencia que probablemente inspiraban su vida anterior. No era pecador, sino que guardaba irreprochablemente la ley (Flp 3,6). Por eso es un poco ambiguo hablar de conversi�n.

17. San Pablo, a partir de su conversi�n, tuvo siempre muy clara la idea de que hab�a recibido una misi�n espec�fica, directamente del Se�or y no de los hombres. Por la gracia de Dios, soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido est�ril en m�. Antes bien, he trabajado m�s que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que est� conmigo". El Ap�stol subraya muchas veces que es ap�stol "por voluntad" de Dios y de Cristo: "Pablo, ap�stol no de parte de los hombres ni por medio de ning�n hombre, sino por obra de Jesucristo y de Dios Padre que le resucit� de entre los muertos" (Gal 1, 1); "Pablo llamado a ser ap�stol de Cristo Jes�s por la voluntad de Dios" (1 Cor 1, 1); "Pablo, ap�stol de Jesucristo por la voluntad de Dios" (2 Cor 1, 1); "Pablo, siervo de Jesucristo, ap�stol por vocaci�n, designado para el evangelio de Dios" (Rom 1, 1); "Pablo, Ap�stol de Cristo Jes�s por voluntad de Dios" (Col 1, 1; Eph 1, 1); "Pablo, Ap�stol de Cristo Jes�s por disposici�n de Dios nuestro Salvador, y de Cristo Jes�s nuestra esperanza" (1 Tim 1, 1); "Pablo, ap�stol de Cristo Jes�s por voluntad de Dios, para anunciar la vida prometida que hay en Cristo Jes�s" (2 Tim 1, 1).

18. T�rminos que expresan vocaci�n kale,w, llamar klh/sij, ewj f llamada klhto,j, h,, o,n llamado evkle,gomai, elegir evklogh,, h/j, elecci�n evklekto,j, h,, o,n, elegido

19. Las Cartas Paulinas Pablo, escritor 2. Catorce cartas 50 1 Tes (Corinto) 51 2 Tes (Corinto) 53-55 1-2Cor (�feso) Flp y Flm (desde la c�rcel) 56 Gal (�feso o Macedonia) 56-57 Rom (Corinto) 57-58 Colosenses (Cesarea, Jerus.) 65 1 Tim, Tit 67 2 Tim 70-80 Col (��feso?) 80-90 Ef (��feso?)

20. Las Cartas Paulinas 3. �Cartas o ep�stolas? 4. Lenguaje hablado, lenguaje religioso y convenciones ret�ricas Aticismo Calidad Literaria de Pablo 5. Modelos griegos y jud�os En el AT En el mundo Grecorromano 6. Obra de maestro y de pastor Elemento desencadenante: la urgencia pastoral

21. Las Cartas Paulinas 7. Unidad e integridad de las cartas Cr�tica de las fuentes 8. �Formas� y �tradiciones� Historia de las formas Historia de las tradiciones 9. El �taller� de Pablo

22. Las Cartas Paulinas 10. La materialidad de las cartas 1. Escribir directamente 2. Dictar palabra por palabra 3. Dictar las ideas y la estructura 4. �Encargar� la carta

23. Las Cartas Paulinas a) La Primera a los Tesalonicenses es la primera de las cartas de Pablo b) 2Tes es la segunda] c) la (llamada) Primera a los Corintios es anterior a la (llamada) Segunda d) La Carta a los G�latas es probablemente posterior a Primera Corintios y ciertamente anterior a Romanos

24. Las Cartas Paulinas e) La carta a los Romanos es posterior a la correspondencia Corintia f) Se discute respecto de la �cautividad� en que fueron escritas las cartas a los Filipenses y a Filem�n g) Col es contempor�nea a Filem�n h) La carta a los Ef es posterior a Col

25. Las Cartas Paulinas i) Las cartas pastorales (1-2Tim, Tit) son probablemente posteriores a los dem�s escritos que llevan el nombre de Pablo j) La carta a los Heb es evidentemente obra de un autor distinto