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DISCIPULAR A LOS ENFERMOS. Lección 5 para el 1 de febrero de 2014. EL MINISTERIO SANADOR DE JESÚS. “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” ( Isaías 53:4 ).
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DISCIPULAR A LOS ENFERMOS Lección 5 para el 1 de febrero de 2014
EL MINISTERIO SANADOR DE JESÚS “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (Isaías 53:4) “Sólo Cristo pudo llevar las aflicciones de muchos. "En toda angustia de ellos él fue angustiado" (Isa. 63: 9). Nunca provocó una enfermedad a su propia carne, pero llevó las enfermedades ajenas. Con la más tierna simpatía contemplaba a los dolientes que lo rodeaban. Gimió en espíritu cuando vio la obra de Satanás revelada en toda su maldad, e hizo suyo cada caso de necesidad y dolor... El poder del amor estuvo en toda su curación. Identificó sus intereses con los de la humanidad doliente” E.G.W. (A fin de conocerle, 11 de febrero)
SANIDAD COMPLETA “¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?” (Marcos 2:9) Jesús recorría “todas las ciudades y aldeas… sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mateo 9:35) Pero Jesús no se conforma con sanar las enfermedades físicas, sino que desea también sanar la enfermedad moral, el pecado. Jesús siempre intentaba sanar a la persona completa (espíritu, alma y cuerpo) No toda enfermedad es consecuencia de nuestro pecado. No obstante, la mente y el cuerpo están tan unidos que la angustia, el remordimiento y el sentimiento de culpabilidad producen enfermedades. Éstas solo pueden ser sanadas completamente gracias al perdón ofrecido por el Salvador.
SANIDAD PREVENTIVA “El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos” (Proverbios 17:22) Jesús y los apóstoles nos dejaron preciosos consejos para prevenir una buena parte de las enfermedades modernas. “No os hagáis tesoros en la tierra… sino haceos tesoros en el cielo”(Mt. 6:19-20) “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir” (Mt. 6:25) “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6:33) “Basta a cada día su propio mal” (Mt. 6:34)
SANIDAD PREVENTIVA “El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos” (Proverbios 17:22) “echando toda vuestra ansiedad sobre él,porque él tiene cuidado de vosotros” (1P. 5:7) “atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” (2Co. 4:8-9) “Regocijaos en el Señor siempre” (Fil. 4:4) “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Fil. 4:6) “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Fil. 4:8) “cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1Jn. 3:22)
El valor, la esperanza, la fe, la simpatía, el amor: todas estas cosas fomentan la salud y alargan la vida. Un espíritu satisfecho y alegre es como salud para el cuerpo y fuerza para el alma. El agradecimiento, la alegría, la benevolencia, la confianza en el amor y en el cuidado de Dios, son otras tantas incomparables salvaguardias de la salud E.G.W. (Dios nos cuida, 12 de febrero)
SANIDAD APOSTÓLICA “tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos” (Hechos 5:15) Los primeros años de la iglesia estuvieron acompañados de un gran despliegue de sanidad. A partir del sanamiento del cojo (Hch. 3:1-19), el don de sanidad comenzó a manifestarse enla iglesia. Los enfermos eran colocados en la calle para ser sanados al paso de Pedro (Hch. 5:15). Felipe expulsaba demonios y sanaba a paralíticos y cojos (Hch. 8:6-8). Pablo sanaba a gran cantidad de enfermos (Hch. 19:11-12; 28:7-9) Incluso tenemos registro de dos resurrecciones: Dorcas (Hch. 9:36-42) y Eutico (Hch. 20:7-10) Estos milagros revelaban la presencia de Dios entre ellos. Conforme el Evangelio se extendía, los milagros de sanidad fueron desapareciendo paulatinamente.
SANIDAD HOY “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:13-16) Dios ha otorgado a la iglesia de hoy de tres herramientas poderosas para la sanidad física y espiritual: La oración. La unción de enfermos. La reforma pro-salud.
SANIDAD DE LA MUERTE “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25-26) Jesús demostró tener poder sobre la muerte. Pero no era su deseo alargar la vida en este mundo de pecado. Él quiere resucitarnos a una vida mejor: una vida eterna libre de pecado. La enfermedad y los accidentes pueden prevalecer, pero la vida eterna está garantizada a todos los que hagan de Jesús su Salvador.