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A L G D G A D U . La Muy Leal y R L S “Argos” No. 3. de la Muy Respetable Gran Logia Soberana de Baja California de AA LL y AAMM. Presenta, el número 7 de su serie:. “Silencio, hermanos míos…”.
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AL G D G A D U La Muy Leal y RLS “Argos” No. 3 de la Muy Respetable Gran Logia Soberana de Baja California de AALL y AAMM Presenta, el número 7 de su serie: “Silencio, hermanos míos…” ¡Utilice el botón izquierdo de su apuntador electrónico para avanzar!
AL G D G A D U La primera parte del presente trabajo, corresponde a quien solo firma como ‘Javier’. Para él nuestro reconocimiento más fraternal y sincero. La segunda parte, contiene reflexiones de nuestro Venerable Maestro saliente, QH Rogelio Amaral Barragán. Diciembre del 2008 E V Los Argonautas.
PRIMERA PARTE Vientos de cambio, brisas de esperanza.
Al respecto de Barak Obama se han escrito muchas cosas, relativas a su raza, a su origen. Pero no se ha mencionado lo más significativo de su íntima inspiración : Su joven madre.
Ante el océano de posibilidades de la vida, cabe a los padres conducir los pasos de los hijos por el mejor camino.
Obama tuvo en su madre un vivo ejemplo de generosidad y de servicio al prójimo.
De ella, Obama heredó una cierta forma de mirar las cosas.
“Ten el coraje de recorrer el mundo, y de buscar tu vida” –alguna vez le dijo-.
Ann Dunham nació en el estado de Kansas, en Noviembre de 1942.
La herencia más preciosa que legó a Obama fue, ciertamente, su modo peculiar de ineterrelacionarse con otras personas y con el mundo a su alrededor. Su mirada solidaria, o su mirada compasiva.
Hija única de la pareja Dunham, Ann creció en una familia de clase media norteamericana, en el estado de Hawaii.
Su padre, Stanley, trabajaba en una firma de muebles, y su madre Madelyn, era ama de casa.
Desde temprana edad, Ann destacó en los estudios, y aún adolescente, antes de concluir la Preparatoria, ganó una beca para acudir a la Universidad de Chicago.
Pero su padre le pidió que rechazara la invitación y se quedara junto a la familia.
“Pájaro tierno tiene que volar cerca del nido”, opinaba su padre, sin poder imaginar las consecuencias que tal decisión acarrearía...
Ann, hija obediente como era, permaneció al lado de sus padres y, tras concluir la Preparatoria, ingresó a la Universidad de Hawaii.
La joven universitaria, reservada y pensativa, valoraba las amistades, y alimentaba un gusto especial por la cultura.
Cursó Antropología, y mostró un interés especial por los nacientes movimientos de lucha por los derechos civiles.
Las decisiones de la mente, y las decisiones del corazón.
Así, al inicio de la universidad, Ann se enamora de un estudiante africano que había venido a hacer intercambio estudiantil en los Estados Unidos.
Ella, una joven de diecinueve años, inteligente, recatada y tímida. Él, un joven inteligente y carismático, constante centro de las atenciones, con mil historias para contar de su tierra natal, la lejana Kenya.
“¿Quién algún día arrancará los secretos del corazón, los misterios del amor?...”
“Aun la barriga no crece y ya los hijos brillan en los ojos de las madres”... escribió cierta vez un poeta.
El 4 de agosto de 1961, la maternidad llegó para Ann y le obsequió al pequeño Barak Obama.
La radiante felicidad de una joven madre que llevó en su regazo al primogénito.
Pero un día, el Sr. Obama anunció que se iba a dictar una cátedra en la Universidad de Harvard.
A Ann le extrañó la decisión, pues tal transferencia implicaba el corte de su beca de estudios. ¿Cómo iría él a mantener a su família?
Pero el Sr. Obama se mostró firme en su decisión, alegando la superioridad del nivel de enseñanza.
A la izquierda, el pequeño Barak Obama, aún sin cumplir dos años, cuando su padre dejó a la familia y se marchó de Hawaii.
Poco tiempo después llegó la noticia de que el padre, tras concluir el curso, resolvió regresar a Kenya, en África.
Así, el Sr. Obama se apartó para siempre de su esposa e hijo.
Dicen que los primeros recuerdos conscientes que guardamos se remontan a los tres años de edad. Barak Obama pasa su primera infancia, entonces, sin ningún recuerdo de la presencia de su padre.
“De mi padre, tiene más presencia su falta en mí” -Dijo alguna vez un poeta-.
¿Qué es lo que pudieron hacer la madre y los abuelos de Barry (cariñoso sobrenombre utilizado por la família), si no amarlo el doble?
A medida que iba creciendo, surgieron las inevitables preguntas: “¿Dónde está mi padre? ¿Por qué se fue? ¿Cuándo regresará?”
Sin tener las respuestas, su familia, compuesta ahora por su madre y sus abuelos, procura, en la medida de lo posible, supliresa ausencia con amor y cariño.
El abuelo y el nieto. Playas de Hawaii. El amor sincero que hace aflorar sonrisas en los rostros.
“Una infancia amorosa y ordenada afirma el terreno por el cual caminaremos hasta la vejez...
...y nuestra aventura existencial tendrá más o menos oportunidades a medida que ese terreno sea confiable”... -escribió cierta vez una poetisa-.
Entretanto Ann, con sus veintitantos años, mantiene la frescura del entusiasmo que la hace ver la vida como un océano de oportunidades positivas.