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SEXUALIDAD Y DISCAPACIDAD. Lic. Javier Mendoza Yánez . Sexualidad y discapacidad. " Todo lo que divide a los hombres, todo lo que los especifica, aparta o acorrala, es un pecado contra la humanidad." JOSÉ MARTÍ. Sexualidad y discapacidad.
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SEXUALIDAD Y DISCAPACIDAD Lic. Javier Mendoza Yánez
Sexualidad y discapacidad "Todo lo que divide a los hombres, todo lo que los especifica, aparta o acorrala, es un pecado contra la humanidad." JOSÉ MARTÍ
Sexualidad y discapacidad Sin lugar a dudas, todo individuo humano es biológicamente sexuado, estando determinada su pertenencia a un sexo masculino o femenino por fenómenos y procesos relacionados con los cromosomas, hormonas, glándulas y órganos sexuales, que le confieren especiales funciones ante el otro sexo, fundamentalmente en el acto sexual y la reproducción. De hecho, cada persona se proyecta como un ser femenino o masculino, portador de valores, actitudes, sentimientos, criterios y modos de conducta, en dependencia de cómo se ha configurado su identidad de género, la cual matiza, por tanto, todas y cada una de las esferas de su actividad personal y social, no restringiéndose exclusivamente a la vida erótica. La formación de la identidad de género tiene lugar a partir de los conocimientos, sentimientos y valores acerca de sus atributos sexuales biológicos que la persona asimila desde su nacimiento, y de la apropiación de los modelos y patrones de conducta que la sociedad considera propios para uno u otro sexo, los cuales están sujetos a un fuerte condicionamiento cultural, y pueden tener un carácter sexista, rígido y estereotipado.
Sexualidad y discapacidad De hecho, cada persona se proyecta como un ser femenino o masculino, portador de valores, actitudes, sentimientos, criterios y modos de conducta, en dependencia de cómo se ha configurado su identidad de género, la cual matiza, por tanto, todas y cada una de las esferas de su actividad personal y social, no restringiéndose exclusivamente a la vida erótica. La formación de la identidad de género tiene lugar a partir de los conocimientos, sentimientos y valores acerca de sus atributos sexuales biológicos que la persona asimila desde su nacimiento, y de la apropiación de los modelos y patrones de conducta que la sociedad considera propios para uno u otro sexo, los cuales están sujetos a un fuerte condicionamiento cultural, y pueden tener un carácter sexista, rígido y estereotipado.
Sexualidad y discapacidad • Puede comprenderse que para las personas con discapacidad, tales expectativas sociales no pueden corresponderse con sus posibilidades reales, debido a las limitaciones diversas que pueden presentar en el orden físico o psicológico. • La comparación con los códigos y modelos culturales vigentes para cada sexo, puede conducir a una desvalorización de la propia imagen y autoestima, a la convicción de que no pueden ser deseados y amados por alguien del otro sexo, a autoclasificarse como seres asexuados.
Sexualidad y discapacidad • Así, por ejemplo, las personas que padecen deficiencias físico-motoras vinculadas a lesiones medulares, malformaciones congénitas, parálisis cerebral o enfermedades degenerativas, entre otras, se enfrentan, al arribar a la etapa adolescente y adquirir la madurez sexual, a limitaciones de origen orgánico en su respuesta sexual: disfunciones en la erección y la eyaculación en el caso del hombre, dificultades en la lubricación vaginal en la mujer, falta de sensibilidad genital en ambos sexos, etc. Pero, independientemente de estos trastornos, hay que valorar el impacto de los factores PsicoSociales asociados, y el mecanismo a través del cual la personalidad asume y maneja la discapacidad, cuestión determinante para la calidad del desempeño en la vida sexual.
Sexualidad y discapacidad • La riqueza de recursos personológicos y su repercusión en la sexualidad puede ser claramente evidenciada en las estrategias de enfrentamiento del individuo a su discapacidad. Ante una enfermedad o accidente discapacitante, la persona puede poner en juego su flexibilidad para encontrar alternativas frente a la nueva situación, reestructurar su campo de acción a partir de profundas reflexiones y de la búsqueda de la información significativa que requiere, y proyectarse así a una dimensión temporal mediata, poniendo en función de ello todas sus potencialidades reguladoras.
Sexualidad y discapacidad • Si por el contrario, la pobreza de sus recursos personológicos es notoria, se afectaren gran medida el proceso de rehabilitación y reinserción del individuo en la vida social, resultado igualmente entorpecida la posibilidad de expresión sexual. La merma en la autoestima y en los niveles de aspiración, la falta de confianza en sí mismo, el temor al fracaso, el manejo estereotipado de las normas, valores y actitudes psicosexuales, la inflexibilidad para encontrar nuevos caminos, el aferramiento a formas de pensar y actuar que ya no son eficientes en circunstancias distintas, entre otros, constituyen cualidades y rasgos de la personalidad que, en estrecho interjuego, pueden determinar que la persona quede atrapada en un círculo cerrado, autoaislándose involuntariamente de la participación social y del disfrute del amor, la sexualidad y la procreación.
LA EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD EN NIÑOS, ADOLESCENTES Y ADULTOS CON NECESIDADES ESPECIALES • La educación sexual, como parte indisoluble de la preparación de la persona con discapacidad para la vida individual y social, es el proceso de dirección del desarrollo de la esfera sexual de la personalidad, donde se prepara a las personas para el encuentro con el otro sexo y con la propia sexualidad, en correspondencia con sus propias necesidades y problemas y con las expectativas de cada sociedad. • En este proceso, donde intervienen diversos factores educativos, desempeñando la escuela un papel rector, debe garantizarse la apropiación de conocimientos, ideas, valores y normas de relación con las personas de ambos sexos, resultando especialmente importante garantizar otros aprendizajes básicos para la vida sexual, como: aprender a conocerse, valorarse y estimarse a sí mismo como ser sexuado, dominar estrategias para solucionar inteligentemente los problemas derivados de las relaciones entre los sexos, la pareja y la familia, teniendo en cuenta sus limitaciones y sus fortalezas, proyectar y decidir responsablemente, y en la medida de sus posibilidades, su propia vida sexual, alcanzando los correspondientes niveles de regulación
principios • Las acciones en la esfera de la educación sexual de los niños, adolescentes y adultos con deficiencias mentales, físicas o sensoriales, se fundamentan en los mismos principios generales que se toman en consideración para el resto de la población, adaptándolos en todo momento a las peculiaridades de cada tipo de discapacidad. • Estos PRINCIPIOS son los siguientes:
1- CARÁCTER SOCIALIZADOR • Las personas nacen biológicamente sexuadas, pero que es a través de la vida que devienen psicológica y socialmente sexuadas, corresponde precisamente a la educación sexual el papel de proceso formador y desarrollador de esta dimensión personológica. • En este sentido hay que considerar siempre el interjuego de lo social y lo individual, que representa asimismo la dirección de desarrollo de la personalidad. De este modo, la riqueza del mundo y la cultura creados por el hombre, sus modelos, códigos y valores, llegan al niño desde pequeño, pero no son asumidas mecánicamente, sino reconstruidas subjetivamente, en correspondencia con sus necesidades, posibilidades y particularidades, hasta que se convierten paulatinamente en órganos vivos de la individualidad, en contenidos personalizados. • Así, se va configurando en este rico y complejo proceso, la identidad de género, como núcleo de la sexualidad, actuando aquí en la dinámica socializadora, los conocimientos precisos y objetivos acerca del propio sexo y del otro y todos los aspectos valorativos, afectivos y emocionales vinculados a estos, como fundamento para la construcción activa y creadora de la masculinidad y la femineidad.
2- CARÁCTER HUMANISTA Y PARTICIPATIVO. • Tomar al individuo como centro del proceso, conocer y respetar sus necesidades y potencialidades, promover el diálogo, la implicación y el compromiso, la confianza y la participación activa, son fundamentos esenciales de un proceso donde el niño y el adolescente son los verdaderos sujetos de su propia educación, con plenas posibilidades para decidir responsablemente su camino, sin que el educador les imponga sus ideas y sentimientos, ni ocupe el espacio que a ellos les corresponde como personalidades únicas e irrepetibles.
3- PREPARACIÓN ACTIVA. • La educación de la sexualidad, como proceso desarrollador, debe tener en cuenta tanto las particularidades del esta esfera en las distintas etapas, como los rasgos individuales inherentes a cada personalidad y las características de los grupos humanos en los cuales esta se integra, incluyendo también lo que es propio de cada región o comunidad y las correspondientes exigencias sociales representadas en los distintos modelos de sexualidad culturalmente determinados. • Simultáneamente, la complejidad de este proceso exige el fomento de la educabilidad, preparando al individuo para los cambios y transformaciones posteriores, para hacer frente a los problemas autónomamente, a partir del manejo activo de conocimientos y estrategias de enfrentamiento a la vida.
4- CARÁCTER ALTERNATIVO. • Este proceso no puede ser ciego y sin orientación, sino que debe partir de un modelo general y flexible del hombre a formar y de su sexualidad. Dicho modelo, amplio, rico en opciones y posibilidades de formas de comportamiento diversas, es el punto de referencia inicial en función del cual, las influencias educativas se adecuan a las necesidades y potencialidades de los niños y jóvenes, y al mismo tiempo, estos, de modo activo, construyen su individualidad y eligen su propio camino.
5.-VINCULACIÓN CON LA VIDA. • Si la educación sexual se concibe como parte de la preparación para la vida, debe relacionarse orgánicamente con la vida misma, tanto en su alcance y contenido, como en sus formas de influencia ,Esto significa, por un lado, que los educandos deben ser pertrechados de aquellos conocimientos claros, veraces y objetivos, que sean significativos para la vida, así como de los valores, normas, convicciones, estrategias de acción, vías para la toma de decisiones y solución de conflictos vitales, para la proyección del futuro, la consecución de los planes de vida y la autorrealización. • Al mismo tiempo, el vínculo con la vida sólo puede garantizarse cuando el proceso educativo integra a todos los factores sociales que se interrelacionan en la actividad vital humana, como la familia, la escuela, la comunidad, etc.
6- UNIDAD DE LO AFECTIVO, LO COGNITIVO Y LO CONDUCTUAL. • La educación sexual no puede ser entendida como un simple proceso de carácter bancario donde se transmiten grandes volúmenes de conocimientos ya que la información, cuando no se vincula con lo afectivo y se expresa en el comportamiento, representa una carga muerta y formal, ajena a la personalidad y sin participación en la regulación de la actividad. • Por tanto, este proceso, cuando se fundamenta en la unión orgánica de lo instructivo y lo formativo, promueve la construcción de sistemas de información, valores y convicciones personalizados, con un especial sentido para la persona como individualidad, adquiriendo un papel diná mico en su comportamiento
7- CARÁCTER PERMANENTE. • Las influencias que participan en la configuración de cada personalidad sexuada comienzan a organizarse desde antes del nacimiento del niño, y actúan sistemáticamente a través de toda la vida, a partir de la infancia y hasta la tercera edad. Así, la personalidad, como sistema vivo y en constante desarrollo, enfrenta, en cada momento de la existencia, retos, contradicciones y tareas vitales, encontrándose en ininterrumpido crecimiento y progresión hacia su plena realización.
Carácter permanente • Los principios educativo sexuales representan lineamientos rectores que pertrechan a padres y maestros de orientaciones para dirigir el proceso en correspondencia con sus regularidades y tendencias; pueden ser considerados como guías para la acción, de significativo valor en el trabajo con personas que presentan necesidades especiales.
Carácter permanente • Es a través de la actividad objetal y de la comunicación interpersonal, que el mundo va cobrando un sentido psicológico para el niño, jugando aquí un trascendental papel mediatizador el adulto, como agente fundamental para la transmisión de la cultura, los conocimientos, los valores, las normas de conducta, los sentimientos y las convicciones. • Sabemos que no existe desarrollo de la personalidad fuera de los sistemas de la actividad y la comunicación. Estos, sin embargo, funcionan con diferentes grados de dificultad en las personas discapacitadas, en dependencia del tipo de limitación que sufren, y del momento concreto de su vida en que esta se originó.
Carácter permanente • los niños y adolescentes con necesidades especiales, se ven privados frecuentemente - debido a sus deficiencias y también al mal manejo familiar y escolar de experiencias y vivencias trascendentales para el desarrollo de su personalidad y la esfera sexual. • Muchos limitados físico-motores son sobreprotegidos de tal modo que se les aísla de los contactos estrechos con sus coetáneos, de participar en juegos colectivos y actividades comunes, además de estar restringidas sus posibilidades de interacción con el mundo de los objetos. • En el caso de los sordos, su déficit sensorial, unido a la incapacidad de muchos adultos para lograr una comunicación eficaz con ellos, puede retrasar el proceso de socialización y la apropiación de valores, normas y sentimientos vinculados con la vida sexual.
Carácter permanente • Los niños y adolescentes ciegos, por su parte, encuentran dificultades para lograr la identificación con su propio sexo, al estar limitados en el acceso al conocimiento corporal y la apropiación de modelos de conducta femeninos y masculinos. • Ellos sólo pueden construir su imagen corporal y representarse al otro sexo en la medida en que se les posibilite la manipulación directa del cuerpo humano o de maquetas anatómicas, lo que no se propicia con frecuencia por parte de los padres y maestros. • En consecuencia, pueden llegar a formarse ideas imprecisas o erróneas acerca de la anatomía sexual de ambos sexos y sus correspondientes funciones. Paralelamente, están privados de la percepción directa del comportamiento masculino y femenino, de la forma de caminar, moverse, gesticular y expresarse que se asocian, en cada sociedad, con el hombre y con la mujer.
Carácter permanente • Estos breves ejemplos demuestran que la educación sexual de estos niños y adolescentes debe partir de las peculiaridades del desarrollo de su personalidad y la esfera sexual en los diferentes tipos de discapacidades, siendo indispensable organizar un proceso sistemático y permanente, basado en un profundo respeto al educando como individualidad que tiene deficiencias, pero también otras potencialidades, y que tiene derecho a no ser perfecto. En este sentido, lo esencial es confiar en el ser humano, en su capacidad para desarrollarse, ofreciéndole la oportunidad de participar como sujeto activo y elegir su propio camino.
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • La participación es una necesidad y un legítimo derecho humano. • Al ser, tener y tomar parte del proceso educativo, los niños, adolescentes y adultos se implican en este afectiva y profundamente, como personalidades, y las actividades en las que se integran, realizadas a través de la interacción y la comunicación con los demás, adquieren un especial sentido para todos: de ahí su elevado potencial transformador y autotransformador
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Partiendo de la necesidad de cambiar las concepciones que a través de los años han guiado la educación sexual, y del reconocimiento de la discapacitado como una personalidad activa, capaz de desarrollarse y autorrealizarse, se propone un enfoque del proceso de educación y orientación de la sexualidad fundamentado en postulados de la psicología y la pedagogía humanistas, y de la investigación-acción-participativa
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Esta propuesta parte de la idea de que toda influencia educativa impuesta desde afuera, formalmente, sin que el individuo se comprometa, resulta ineficiente para lograr transformaciones en la personalidad y su esfera sexual. • Consecuentemente, se requiere poner a la persona en el centro del proceso educativo, involucrarla en el descubrimiento y la concientización de sus problemas y en la búsqueda y materialización de soluciones a éstos. • Desde esta óptica, la persona con discapacidad, situada en un papel protagónico, participa activamente en el conocimiento y transformación de su propia realidad. Se beneficia así no sólo con los resultados - por cuanto logra solucionar sus problemas - sino además con el proceso mismo - ya que adquiere nuevos conocimientos y habilidades, libera su potencial creador, aprende a reflexionar, discutir, valorar, buscar alternativas, tomar decisiones y movilizar sus recursos para lograr las metas propuestas -.
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Con vistas a implementar estas concepciones en el trabajo educativo cotidiano con grupos de niños, adolescentes y adultos, se sugiere un algoritmo general y flexible de cuatro etapas o momentos dialécticamente vinculados:
Propuesta de algoritmo • Exploración de los problemas y • determinación de las necesidades <--------------------------------------- básicas de aprendizaje • ¦ ¦ • ¦ ¦ • v ¦ • Programación de la acción educativa • ¦ ¦ • ¦ ¦ • v ¦ • Acción educativa participativa • ¦ ¦ • v Evaluación Nuevos • del impacto ----------> problemas • de la y • intervención necesidades
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • De acuerdo a este enfoque, la planificación de las acciones educativas no puede ser realizada sin tomar en cuenta a los educandos, sin determinar cuáles son sus problemas y necesidades reales, tal y como ellos los experimentan y vivencian. De este modo, es esencial, llevar a cabo una exploración y diagnóstico, y sobre esta base, planificar, intervenir y evaluar.
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • En la fase exploratoria, se elabora una representación del estado deseado partiendo del estudio documental (bibliografía psicológica y pedagógica, documentos normativos, programas, etc), resultando asimismo de gran utilidad el criterio de expertos o jueces.
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Por ejemplo, en el caso de adolescentes con retraso mental leve, puede aspirarse a que logran, de manera general, un conjunto de aprendizajes básicos para la vida sexual, semejantes a los de otros grupos que no sufren déficit intelectual, ya que se ha constatado que tienen las potencialidades necesarias para incorporarse a actividades sociales útiles, relacionarse con las personas de ambos sexos respetando las normas culturales vigentes, reconocerse a sí mismos como seres sexuados, formando una adecuada identidad de género, etc.
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Sin embargo, al educar la sexualidad de retrasados mentales moderados, hay que adecuar el estado deseado a sus posibilidades reales de desarrollo: ellos son capaces de adquirir conocimientos limitados acerca de la procreación, la menstruación y la higiene sexual, así como de funcionar a niveles de regulación elementales que les permiten inhibir sus manifestaciones sexuales en público, protegerse de abusos sexuales, etc
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Para establecer el estado actual se requiere una adecuada evaluación y diagnóstico de la esfera psicosexual mediante el empleo de distintos métodos y técnicas como: observaciones, juegos, dramatizaciones, encuestas, entrevistas, pruebas, dibujos, composiciones, etc. • Aquí juega un importante papel el educando en la búsqueda de conocimientos acerca de sí mismo y de su grupo, siendo fundamental garantizar su participación en este sentido, de diversos modos como pueden ser: conocer la finalidad que se persigue con la técnica aplicada, intervenir en la discusión y reflexión acerca de los resultados, etc.
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Resulta especialmente productivo vincular a los educandos según sus posibilidades, al proceso mismo de la investigación, ya que además de promoverse la toma de conciencia y el análisis de los problemas propios y ajenos, se desarrollan otras habilidades, capacidades y cualidades de la personalidad, se incentiva la necesidad de búsqueda y de cuestionamiento, se potencia una actitud y mentalidad científica, etc. • Posteriormente, al realizar la comparación entre el estado actual y el estado deseado, se identifican los problemas y las correspondientes necesidades básicas de aprendizaje, y se avanza hacia el momento de la programación de las acciones, o sea, la elaboración de un plan que permita transitar del estado actual al deseado.
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • En la estructuración del plan también debe contarse con los intereses de los educandos, no sólo teniendo en cuenta cómo quieren ser educados, sino fundamentalmente, qué van a hacer, cómo van a intervenir personalmente en su propia educación. • No podemos olvidar que el educador, abandonando su rol de experto que lo aleja del niño y del adolescente, debe ofrecer a estos una libertad responsable que les permita escoger y decidir acerca de los rumbos que tomar un proceso crucial para sus vidas, cuyo éxito depende en gran medida del grado de compromiso personal
La persona con discapacidad como protagonista de la educación de su sexualidad • Luego de llevar a cabo la intervención, concebida como la aplicación flexible del plan elaborado conjuntamente por el educador y los educandos, se hace indispensable evaluar, también con la participación de todos, el comportamiento de lo planificado, el grado de cumplimiento de los objetivos trazados, así como los nuevos problemas surgidos en el transcurso del proceso. Estos últimos conducen nuevamente a la continuidad del trabajo de orientación sexual, manifestándose así su carácter permanente e ininterrumpido
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA EDUCAR LA SEXUALIDAD DE LAS PERSONAS CON NECESIDADES ESPECIALES • - La persona, debe ser considerada como protagonista de su propia educación, estimulándola a involucrase, a decidir de forma autónoma, activa y creadora los caminos para transitar su sexualidad. De este modo, cada individuo aprende, con la ayuda y orientación del educador, a construir su propia sexualidad. • Es por ello muy importante no sobreproteger ni marginar a estas personas, sino, por el contrario, brindarles un espacio para las participación en todas las esferas de la vida, para que interactúen y se comuniquen con las demás personas, discapacitadas y no discapacitadas. • El proyecto educativo de partida debe ser sumamente flexible, rico en opciones, con una acción individualizadora, ajustándose a las particularidades, potencialidades y necesidades básicas de aprendizaje de cada sujeto y del grupo, según cada personalidad, el tipo de discapacidad, el género, el contexto en que se desarrolla, etc.
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA EDUCAR LA SEXUALIDAD DE LAS PERSONAS CON NECESIDADES ESPECIALES • Este proceso sólo puede resultar enriquecedor y exitoso cuando parte de una determinación de necesidades, es decir, de un diagnóstico de la realidad intrasubjetiva y contextual y de los problemas de cada grupo de personas con discapacidad. • Es indispensable establecer cuáles son las habilidades, conocimientos, valores y desempeños que requieren individual y colectivamente, para disfrutar de una vida sexual, familiar y reproductiva satisfactoria y responsable. • Es fundamental promover la capacidad de la persona con discapacidad para decidir y construir su forma particular de vivir la sexualidad, atendiendo al principio de que todo lo que sea satisfactorio, enriquecedor y no cause daño físico o espiritual al individuo, su pareja o terceras personas, se considera una variante sexual sana y digna de respeto, incluyéndose aquí la comprensión y aceptación de la homosexualidad, en caso de ser esta la orientación asumida.
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA EDUCAR LA SEXUALIDAD DE LAS PERSONAS CON NECESIDADES ESPECIALES • Resulta vital el rompimiento de mitos, esquemas, tabúes y estereotipos que limiten la expresión de la sexualidad, ya que existen tantas formas de vivirla como personalidades portadoras de ella. • Debemos ayudar, especialmente a los limitados físico-motores, a comprender y vivenciar las formas alternativas de disfrute de la sexualidad, que no se refieren solamente al coito, demostrándoles que todo el cuerpo constituye una interminable zona erógena, fuente de placer sexual, y que el amor y la vida en pareja constituyen derechos de todos los seres humanos, independientemente de que sufran o no de discapacidades diversas. • De igual modo, debe ayudárseles a comprender el autoerotismo, la masturbación íntima como una vía necesaria de experimentación y canalización de las necesidades sexuales, sobre todo en la etapa adolescente, o en condiciones de ausencia de una pareja.
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA EDUCAR LA SEXUALIDAD DE LAS PERSONAS CON NECESIDADES ESPECIALES • No puede tampoco obviarse el imperativo de prepararlos para que su condición de personas con discapacidad no los convierta en víctimas de abusos o explotación sexual. Paralelamente, hay que considerar su capacitación para la paternidad y la maternidad responsables, la planificación familiar y el logro de una salud sexual y reproductiva. • Al mismo tiempo, hay que estimular un efectivo autoconocimiento y autoevaluación de sí mismos como seres sexuados, asumiendo su masculinidad o femineidad y ayudándolos a convivir, aceptar y compensar sus limitaciones o discapacidades.