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EL PÓRTICO DEL SANTUARIO La entrada al Santuario lo hacemos, con una antesala…. Son siete luminarias que nos recuerdan los siete días de la creación; los siete sacramentos de acceso a la vida con Dios y los siete dones que el Espíritu Santo nos regaló. Las Puertas Grandes y Dignas
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EL PÓRTICO DEL SANTUARIO La entrada al Santuario lo hacemos, con una antesala…
Son siete luminarias que nos recuerdan los siete días de la creación; los siete sacramentos de acceso a la vida con Dios y los siete dones que el Espíritu Santo nos regaló.
Las Puertas Grandes y Dignas de una entrada a la casa de Dios y habitación de Guadalupe de Ayquina.
Las bancas, que al mirar en perspectiva, siempre nos conducirán al Encuentro con el Señor. Son 40, al igual que 40 días del Diluvio Universal; 40 fueron los años que tuvo que pasar Israel en el Desierto; 40 fueron los días de Retiro de Jesús en el Desierto.
LAS LÁMPARAS Significan la presencia del Evangelio, que es luz para todo hombre y toda mujer. Son los cuatro Evangelistas, que iluminan la vida de toda la Iglesia, con sus palabras escritas, palabras de salvación Comúnmente el camino del hombre y la mujer se pierde fácilmente en las tinieblas. Sea cual sea la lámpara que tiene el hombre y la mujer en sus manos, la Luz viene de Dios para preservarlos de las emboscadas del camino.
LAS VENTANAS Nos recuerdan en este momento, las seis tinajas de las Bodas de Caná. Ellas con su boca abierta, esperan ser llenadas con la gracia de Dios. Con sus bocas abiertas quieren expresar al mundo la gloria del Señor.
Destaca por el juego con las piedras de la quebrada, recordándonos el misterio de la Quebrada de Ayquina. El lugar donde esta imagen de María, quiso esconderse para luego aparecer en la devoción de su pueblo. EL PRESBITERIO Es el lugar donde se celebra al Señor, en la Mesa de la Palabra y en la Mesa de la Eucaristía.
LA SEDE La silla donde el Presidente de la Asamblea se sienta y en nombre y en la persona de Cristo, ejerce la triple función del ministerio sacerdotal: Sacerdote, Profeta y Pastor.
EL AMBÓN Digno, Fuerte y Sencillo. Dos piedras sostienen a otra que está encima de ellas. Las dos primeras representan las dos naturalezas de Cristo: Humana y Divina. La otra, es la Palabra de Dios, que en la Antigua Alianza, con Moisés, se escribió en piedra y que ahora, en la Nueva Alianza con Cristo, Nuevo Moisés, quiere inscribirse en tu corazón.
La Cruz es la verdadera escalera que lleva al cielo. La Cruz en donde debemos de crucificar nuestro ego. La Cruz en donde está nuestra salvación. La imagen que preside este templo, es la de Cristo crucificado, que sufre por cada uno de nosotros en la Cruz. Cristo mira, desde la Cruz a su Madre, y le dice: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, es decir, le dice a María, Guadalupe de Ayquina: “Ahí está tu pueblo… ahí están tus hijos” Jesús, mira a su pueblo y mira a su madre. Nos mira a cada uno de nosotros y mira tiernamente a su Madre y nos entrega a ella, para que desde ese entonces sea nuestra madre.
EL ALTAR DE LA VIRGEN La piedra es la base de este Altar para María. En su interior está la tierra bendita de los distintos Santuarios del país y del mundo, que nos han enviado ese trozo de experiencias del amor de Dios, esparcido por distintos lugares de fe popular. En este Altar recibe esta imagen sagrada de María de Ayquina. Es en este Altar en donde demostramos nuestra fe con emoción, nuestras lágrimas de corazón, nuestros cantos y bailes de devoción y nuestras largas caminatas de amor. En su interior también reposan las cenizas que quedaron del sacrilegio acontecido en este Santuario.
LA CAPILLA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO La ampliación de esta Capilla, constituye el acierto más grande que hemos logrado. Para poder llegar al Señor, necesitamos de María; y, es ella, la que siempre nos llevará a Jesús. El Tabernáculo es el centro, para que nuestra primera mirada sea hacia Él. El Altar, frente al Tabernáculo, para recordarnos que solo Él es el centro de nuestra Vida e Historia. Respirar el aire de Dios y contemplarlo en el silencio, es tan agradable que muchas veces no nos queremos retirar. Tres lámparas lo iluminan, haciendo la presencia de la Santísima Trinidad, la Luz que guía nuestro caminar.