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Santo Tomás de Villanueva
Tomás García Martínez nació en Fuenllana (Ciudad Real) en1486, en un pueblo donde vivían sus abuelos maternos. Se educó y creció en Villanueva de los Infantes, provincia de Ciudad Real Por eso, se le llamará santo Tomás de Villanueva. A pesar de su familia era pudiente, muchas veces el muchacho andaba desnudo porque había dado sus vestidos a los pobres. Queda en pie parte de la casa original, con un escudo en la esquina, al lado de un oratorio de la familia
«La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece y librarla de ella cuando fuere posible». de forma que, aunque era muy limosnero, procuraba solucionar definitiva y estructuralmente la pobreza mediante la redención activa de la misma, dando trabajo a los pobres.
El emperador Carlos I, al oírle predicar, exclamó: «Este Monseñor conmueve hasta las piedras», y provocaba sonoras conversiones. Algunos de sus sermones arremeten contra la crueldad de la fiesta de los toros. Tuvo asimismo una gran devoción por la Virgen María, cuyo corazón comparó a la zarza ardiente, que nunca se consumía. Es autor de varios Opúsculos, dentro de los que se incluye el Soliloquio entre Dios y el alma, en torno a la comunión.
Santo Tomás de Villanueva fue de los mayores fustigadores de la fiesta de los toros. El arzobispo de Valencia llegó a preguntarse: "¿Hay brutalidad mayor que provocar a una fiera para que despedace al hombre?" Y, tras calificar este espectáculo de "duro y cruelísimo" denunciaba "en nombre de Jesucristo, a todos cuantos obráis y consentís o no prohibís las corridas" y a todos ellos les conminaba de esta manera: "No sólo pecáis mortalmente, sino que sois homicidas y deudores delante de Dios". La canonización de Villanueva fue celebrada, paradójicamente, con corridas de toros en Valencia, Zaragoza y otras ciudades.
Llegó a Valencia de noche mientras caía un fortísimo aguacero, acompañado solamente por un religioso. Pidió que lo hospedaran por caridad en el convento de los Padres Agustinos, diciendo que le bastaba una estera en el suelo para dormir. Antes de tomar posesión del arzobispado hizo seis días de retiro, oración y penitencia en el convento. Los sacerdotes de la ciudad le obsequiaron con 4000 monedas de plata que entregó al hospital diciendo: "los pobres necesitan esto más que yo
Limosna fue su breve magisterio en la cátedra de Artes de Alcalá. Dios reclamaba su persona Limosna fue la predicación encendida del fraile de rostro moreno y ascético, de ojos obscuros y melancólicos. El pueblo de Salamanca, la abigarrada turba de universitarios, nobles y magistrados, hasta Carlos V con su corte, escucharon con regalo a quien creía lo que predicaba y predicaba lo que vivía. Limosna fue, en fin, larga y copiosa su paso por la sede de Valencia. "¡Amad, oh ricos, a los pobres, hermanos vuestros, redentores vuestros!"
Capilla del Santo en la Catedral de Valencia Ingresó en la Orden de los Agustinos de Salamanca (1516) y en 1518 fue ordenado sacerdote; en esta orden ocupó los cargos de prior conventual, visitador general y prior provincial de Andalucía y Castilla. También fue profesor de la universidad y consejero y confesor de Carlos I de España.
Falleció por una angina de pecho en 1555 a los sesenta y seis años. Fue canonizado el 1 de noviembre de 1658, siendo uno de los tres santos, todos españoles, canonizados durante el pontificado del papa Alejandro VII. Francisco de Quevedo escribió una biografía suya, Epítome a la historia de la vida ejemplar y gloriosa muerte del bienaventurado fray Tomás de Villanueva. La Universidad de Alcalá de Henares le dedicó el primer patio del Colegio Mayor de San Ildefonso-