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Ciclo B. 14 octubre 2012. 28 Domingo Tiempo Ordinario. Música: Canto bizantino en árabe. Vino a mí el espíritu de sabiduría.
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Ciclo B 14 octubre 2012 28 Domingo Tiempo Ordinario Música:Canto bizantino en árabe.
Vino a mí el espíritu de sabiduría Sa 7,7-11 Por eso rogué, y me fue dada la prudencia; supliqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría.La he preferido a los cetros y a los tronos,y a su lado en nada he tenido la riqueza.Ni siquiera la he comparado a la piedra más preciosa, pues todo el oro ante ella es un poco de arena, y a su lado la plata no pasa de ser lodo.La he amado más que a la salud y a la belleza,y la he preferido a la misma luz, porque su resplandor no tiene ocaso.Todos los bienes me han venido con ella, tiene en sus manos riquezas innumerables.
Salmo 89 Nos sacias de tu misericordia, Señor,y toda nuestra vida es alegría y júbilo. Enséñanos a calcular nuestros días,para que adquiramos un corazón sabio.¿Cuánto tardarás, Señor, en volverte hacia nosotros?Ten compasión de tus siervos.
Nos sacias de tu misericordia, Señor,y toda nuestra vida es alegría y júbilo. Sácianos de tu amor por la mañana,para que vivamos con alegría y júbilo.Alégranos tantos días como nos afligiste,tantos años como conocimos desgracias.
Nos sacias de tu misericordia, Señor,y toda nuestra vida es alegría y júbilo. Que tus siervos vean tus acciones,y tus hijos contemplen tu esplendor.Que descienda sobre nosotrosla bondad del Señor, nuestro Dios.Da éxito a todo cuanto hagamos.
He 4,12-13 Porque la palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que una espada de dos filos: penetra hasta la división del alma y del espíritu, hasta las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Así que no hay creatura que esté oculta a Dios. Todo está al desnudo y al descubierto a los ojos de aquél a quien hemos de rendir cuentas. Todo está al desnudo y al descubierto a los ojos de aquél a quien hemos de rendir cuentas.
Felices los pobres en el espíritu,porque de ellos es el Reino de los Cielos. Mt 5,3
Cuando iba a ponerse en camino se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:–Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?Jesús le contestó:–¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.Él replicó:–Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.Jesús lo miró fijamente con cariño y le dijo:–Una cosa te falta: vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.Ante estas palabras, él frunció el ceño y se marchó todo triste, porque poseía muchos bienes. Seforis. Ruinas de Santa Ana
Jesús mirando alrededor, dijo a sus discípulos:–¡Qué difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!Los discípulos se quedaron asombrados ante estas palabras. Pero Jesús insistió:–Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.Ellos se asombraron todavía más y decían entre sí:–Entonces, ¿quién podrá salvarse?Jesús los miró y les dijo:–Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.Pedro le dijo entonces:–Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.Jesús respondió: –Os aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por la buena noticia, recibirá en el tiempo presente cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque junto con persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna. Mc 10, 17-30