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META GENERAL DIOCESANA 2011 - 2014. Al finalizar el año 2014, nosotros como Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Socorro y San Gil: hemos asumido participativamente el espíritu de la Misión Continental;
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META GENERAL DIOCESANA 2011 - 2014
Al finalizar el año 2014, nosotros como Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Socorro y San Gil: • hemos asumido participativamente el espíritu de la Misión Continental; • hemos compartido experiencias de conocimiento, celebración y vivencia de los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, la Reconciliación y la Unción de los Enfermos, y su compromiso para la vida cristiana en comunión; • hemos consolidado la organización pastoral diocesana y parroquial requerida por el proceso, • a fin de continuar nuestro crecimiento hacia la madurez en el encuentro con Cristo Jesús, mediante el PDRE.
1. “Al finalizar el año 2014”: La Fase II de la Etapa III se realiza durante los años 2011 a 2014, es una fase de cuatro años, que nos une con todo el PDRE y de manera cercana nos conecta con la Fase I de la Etapa III, en la cual profundizamos en nuestro Ser Iglesia: Misterio de Vida, en Comunión y Misión que asume la Espiritualidad de Comunión como estilo de vida.
2. “Nosotros como Pueblo de Dios”: El “Nosotros” quiere hacernos pensar y sentir que la meta de la pastoral diocesana tiene un sujeto comunitario, no individual; y un sujeto con rostro, no anónimo. Somos nosotros los bautizados, hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos. Somos los laicos, los consagrados, los sacerdotes. Somos los que llevamos muchos años sirviendo al Señor en la pastoral de la Iglesia, somos los que nos sentimos invitados hace poco tiempo, somos los que estamos llegando en este año a asumir el compromiso pastoral, son incluso los alejados a quienes queremos hacer partícipes de ese “Nosotros”.
“Pueblo de Dios” que se reconoce pecador pero llamado por la misericordia de Dios a vivir la santidad. Pueblo que descubre la presencia de Dios en los acontecimientos de su propia historia. Pueblo que encuentra en la Palabra de Dios y en el Magisterio de la Iglesia su luz para caminar. Pueblo que es testigo de esperanza en medio de las adversidades del mundo. Pueblo de Discípulos – Misioneros de Jesucristo que camina con la Santísima Virgen María, animado por el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, hacia la Comunión de los hijos del mismo Padre. “Quiso, … , Dios santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados entre sí, sino constituirlos en un pueblo que le conociera en la verdad y le sirviera santamente”. (Concilio Vaticano II, L. G. 9).
3. “Que peregrina en la Diócesis de Socorro y San Gil”: El peregrinar nos hace pensar que ya llevamos más de 115 años de fundación como Diócesis. Que llevamos más de 25 años con el PDRE, tiempo en el cual, unos miembros del Pueblo de Dios han muerto, otros han nacido, pero como Iglesia, seguimos caminando en la construcción del Reino de Dios: “Caminando, pues, la Iglesia a través de peligros y de tribulaciones, de tal forma se ve confortada por la fuerza de la gracia de Dios que el Señor le prometió, que en la debilidad de la carne no pierde su fidelidad absoluta, sino que persevera siendo digna esposa de su Señor, y no deja de renovarse a sí misma bajo la acción del Espíritu Santo hasta que por la cruz llegue a la Luz sin ocaso.” (Concilio Vaticano II, L. G. 9).
El camino de nuestra Iglesia Diocesana continúa en esta segunda fase de la tercera etapa del PDRE, lo cual requiere de la participación consciente y gozosa del mayor número de bautizados en cada una de nuestras parroquias, para que nuestra Diócesis sea cada vez más “casa y escuela de comunión”.
4. “Hemos asumido participativamente el espíritu de la Misión Continental”: Si dijéramos simplemente asumir el espíritu, nos estaríamos colocando en el plano del pensamiento, pero cuando decimos “asumimos participativamente”, estamos colocándonos en el plano de la vida, del compromiso, de las actitudes, de la participación, porque misión es verbo no sustantivo.
La Misión Continental nos exige a todos una conversión pastoral: “La conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera. Así será posible que “el único programa del Evangelio siga introduciéndose en la historia de cada comunidad eclesial”209 (NMI 12) con nuevo ardor misionero, haciendo que la Iglesia se manifieste como una madre que sale al encuentro, una casa acogedora, una escuela permanente de comunión misionera. (Aparecida No. 370).
Así entendemos que, Aparecida nos invita a robustecer la conciencia misionera de la Diócesis, para salir al encuentro de quienes no creen en Cristo y de quienes creen pero no participan en la vida de la Iglesia:
La Diócesis, en todas sus comunidades y estructuras, está llamada a ser una “comunidad misionera”. Cada Diócesis necesita robustecer su conciencia misionera, saliendo al encuentro de quienes aún no creen en Cristo en el ámbito de su propio territorio y responder adecuadamente a los grandes problemas de la sociedad en la cual está inserta. Pero también, con espíritu materno, está llamada a salir en búsqueda de todos los bautizados que no participan en la vida de las comunidades cristianas. (Aparecida 168).
Para que la Diócesis crezca en conciencia misionera es fundamental la formación y el trabajo de los laicos: Los mejores esfuerzos de las Parroquias, en este inicio del tercer milenio, deben estar en la convocatoria y en la formación de laicos misioneros. Solamente a través de la multiplicación de ellos podremos llegar a responder a las exigencias misioneras del momento actual. También es importante recordar que el campo específico de la actividad evangelizadora laical es el complejo mundo del trabajo, la cultura, las ciencias y las artes, la política, los medios de comunicación y la economía, así como los ámbitos de la familia, la educación, la vida profesional, sobre todo en los contextos donde la Iglesia se hace presente solamente por ellos. (Aparecida 174).
Ello significa que la dimensión misionera de la pastoral diocesana se expresa en dos formas: a. “Salir en búsqueda de todos los bautizados que no participan en la vida de las comunidades cristianas.” (Aparecida 168). b. Hacer presentes los valores del Evangelio en “el complejo mundo del trabajo, la cultura, las ciencias y las artes, la política, los medios de comunicación y la economía, así como los ámbitos de la familia, la educación, la vida profesional” (Aparecida 174), labor en la cual la responsabilidad primera es de los laicos.
Los sujetos y los destinatarios de la Misión Continental en la Diócesis de Socorro y San Gil son todos los bautizados. Los misioneros son inicialmente los actuales “servidores de la pastoral”, pero además todas aquellas personas que acepten la llamada para ser misioneros de las familias, de los movimientos apostólicos, de los educadores (y otros sectores humanos), de los niños y los jóvenes, de las CEM.
La formación de este grupo grande de misioneros se realizará básicamente en los meses de febrero y marzo de cada año, sin desconocer que durante el año la formación irá muy unida a la acción misionera. La formación de estos discípulos misioneros tendrá cinco aspectos básicos: El encuentro con Jesucristo, la conversión, el discipulado, la comunión y la misión. Esta formación permanente de los discípulos misioneros estará orientada a buscar una madurez integral de las personas por eso comprenderá: el tema del año, tema bíblico, espiritualidad, dimensión humana, pedagogía misionera.
Algunos criterios para asumir el espíritu de la Misión Continental en nuestra Diócesis de Socorro y San Gil: • La Misión Continental asume y refuerza el plan de pastoral de la Diócesis • La Misión Continental busca la máxima participación de los laicos, particularmente de los jóvenes tanto en el ámbito de la Iglesia como en el de la sociedad • La Misión Continental favorece la centralidad de la Palabra de Dios y el sentido de comunidad eclesial • La Misión Continental utiliza al máximo las tecnologías actuales de comunicación
La Misión Continental está acompañada con intensas campañas de oración en todos los niveles • La Misión Continental llega a todos los estamentos de la sociedad, para que a partir del conocimiento de la realidad, como discípulos y misioneros, se comprometan en la transformación de la misma • La Misión Continental tiene momentos y signos celebrativos comunes en el ámbito parroquial, diocesano, regional y nacional, CONTINENTAL • Los Sujetos y destinatarios de la misión son todos los bautizados de la Diócesis.
Indicador de logro: El número de laicos que perseveran en la formación y están comprometidos en la Misión Continental, se incrementó en cada parroquia en un 50% durante la fase.
5. “Hemos compartido experiencias de conocimiento, celebración y vivencia de los sacramentos”: Compartir experiencias nos ubica necesariamente en una fase con ambiente misionero, que nos lleva a contemplar al misionero de Dios Padre, Jesucristo Nuestro Señor, en su manera de ser, en sus palabras, en sus obras, pues, “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”. (Aparecida 28).
5.1. Conocimiento de los sacramentos: • Esta fase nos proporciona y exige una catequesis permanente y a todo nivel, de manera especial catequesis de adultos que nos permita conocer a profundidad los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, la Reconciliación y la Unción de los enfermos: • Conocemos los sacramentos en su más profundo sentido dentro de la comunidad de fe: La familia, las CEM, los Movimientos Apostólicos, la Parroquia. • Conocemos los sacramentos a la luz de la Palabra de Dios; sin ella no son comprensibles. • Conocemos los sacramentos por el Magisterio vivo de la Iglesia.
“Siguiendo el ejemplo de la primera comunidad cristiana (cf. Hch 2, 46-47), la comunidad parroquial se reúne para partir el pan de la Palabra y de la Eucaristía y perseverar en la catequesis, en la vida sacramental y la práctica de la caridad”. (Aparecida 175).
Indicador de logro: Se unifican los criterios en toda la Diócesis para que se le dé la importancia debida a los cursillos pre - bautismales, de la preparación de los jóvenes de confirmación, de la preparación y ofrecimiento de la Confesión, y la Unción sea conocida como Sacramento distinto a tantas unciones que se están usando.
5.2. Celebración de los sacramentos: • En esta fase la celebración de los Sacramentos debe alcanzar su más alto nivel, de tal manera que la vida de las personas y de la comunidad esté muy unida con la celebración sacramental: • Celebramos los sacramentos en ambiente de Espiritualidad de Comunión. • Celebramos los sacramentos en comunión de vida con toda la Iglesia, comunión que se expresa entre otras cosas, en la manera como seguimos los ritos según las orientaciones litúrgicas de la Iglesia. • Celebramos los sacramentos en comunión con la realidad social en la cual viven las personas y comunidades, buscando siempre su transformación para que el Reino de Dios se haga presente entre nosotros.
“En otras palabras, la vida sacramental se empobrece y se convierte muy pronto en ritualismo vacío, si no se funda en un conocimiento serio del significado de los sacramentos y la catequesis se intelectualiza, si no cobra vida en la práctica sacramental.” (Juan Pablo II, La catequesis en nuestro tiempo 23).
Indicador de logro: En la Diócesis la celebración de los Sacramentos se consolida en calidad, expresada en: más atención a lo esencial y menos a la accesorio, acogemos, vivimos y oramos la Palabra, los sacramentos son de la Iglesia y nos exigen vivir como Iglesia en la sociedad.
5.3. Vivencia de los Sacramentos: • Esta fase nos permite descubrir que los sacramentos son una opción de vida en la Iglesia, la cual conlleva dones y gracias para la persona y la comunidad, y a su vez exigencias y compromisos: • La vivencia de los sacramentos nos da la posibilidad de alcanzar la madurez en Cristo Jesús. • La vivencia de los sacramentos nos exige un estilo de vida coherente con las actitudes de Cristo. • La vivencia de los sacramentos nos exige vivir como misioneros en la Iglesia y en la sociedad en general, anunciadores y constructores del Reino de Dios.
“Al participar de esta misión, el discípulo camina hacia la santidad. Vivirla en la misión lo lleva al corazón del mundo. Por eso, la santidad no es una fuga hacia el intimismo o hacia el individualismo religioso, tampoco un abandono de la realidad urgente de los grandes problemas económicos, sociales y políticos de América Latina y del mundo y, mucho menos, una fuga de la realidad hacia un mundo exclusivamente espiritual”. (Aparecida 148).
Indicador de logro: Las familias que piden sacramentos están participando en la vida de la Iglesia y tienen actitudes de responsabilidad social: respeto de la dignidad humana, solidaridad y cuidado del medio ambiente.
6. “Hemos consolidado la organización pastoral diocesana y parroquial requerida por el proceso”: La consolidación de las organizaciones pastorales es tarea que nunca se acaba, a esto le hemos venido trabajando todos durante muchos años, pero es necesario continuar con entusiasmo en esta lucha, somos sembradores y nos corresponde sembrar, sembrar siempre, el dueño de la cosecha es Dios.
Estamos convencidos de la necesidad de las organizaciones pastorales para poder evangelizar integralmente, así lo expresa el Ideal Diocesano: • Las estructuras pastorales existen al servicio de la integración de las personas y del dinamismo evangelizador misionero de la comunidad. • Al considerar a nuestra Iglesia como Pueblo y como Cuerpo, ya se está haciendo referencia a esos espacios concretos en los que la participación tiene sus posibilidades, para el enriquecimiento de toda la comunidad, y para realizar su anhelo de ser y sentirse parte del Pueblo de Dios que camina hacia su plena realización. • Entendemos las estructuras como un modo o estilo concreto de organizar la vida según la conciencia de los valores. A través de ellas, se realiza la expresión-comunicación, de tal modo que su ausencia puede provocar angustia y caos, y su presencia colabora en la realización de la persona.
Las Estructuras son un instrumento de la comunidad para canalizar las energías de todos los miembros del pueblo de Dios hacia la unidad. • Su función está en relación directa a la posibilidad de poder expresarse quienes forman parte de ellas. De ahí también que las mismas estructuras conlleven en sí una cierta disciplina, como medio para su eficacia, y no como fin de las mismas. • Se desprende que es exigencia de las estructuras que respeten las personas en su dignidad y libertad. • La ‘flexibilidad’ y ‘funcionalidad’ son dos características ligadas entre sí y que se deben tener siempre en cuenta”. (Tomado del Ideal Diocesano, capítulo 5).
Indicador de logro: Todas las parroquias tienen bien organizadas y actuando las siguientes estructuras básicas: EPAP, EVAP en todas las veredas, ESAP en todos los sectores, comité de las CEM, consejo de asuntos económicos, comité de pastoral familiar, comité de pastoral con la juventud, comité de pastoral con la niñez, comité de catequesis, comité de liturgia, comité de pastoral social, comisión parroquial de la misión continental.
7. “A fin de continuar nuestro crecimiento hacia la madurez en el encuentro con Cristo Jesús, mediante el PDRE”: Venimos caminando en nuestro proceso pastoral desde hace más de 25 años y estamos convencidos de que este proceso es una expresión clara de la Voluntad de Dios para todos nosotros, sólo así creceremos en nuestra madurez en el encuentro con Cristo. Por tanto es bueno que recordemos, profundicemos y asumamos los elementos fundamentales del PDRE: El Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización (PDRE) tiene tres elementos fundamentales: La espiritualidad de comunión, el proceso de evangelización, y el método prospectivo.
7. 1. Espiritualidad de comunión Constituye el núcleo fundamental y la razón de ser todo el proyecto, dado que es la esencia misma de la Iglesia y la clave de comprensión de la vida cristiana. “La propuesta de un nuevo estilo de vida no es sólo para los Pastores, sino más bien para todos los cristianos... A todos se les pide que profundicen y asuman la auténtica espiritualidad cristiana. En efecto, espiritualidad es un estilo o forma de vivir según las exigencias cristianas, la cual es la vida en Cristo y en el Espíritu, que se acepta por la fe, se expresa por el amor y, en esperanza, es conducida a la vida dentro de la comunidad eclesial”. (Iglesia en América No. 29).
“En este sentido, por espiritualidad.. se entiende no una parte de la vida, sino la vida toda guiada por el Espíritu Santo. Entre los elementos de espiritualidad que todo cristiano tiene que hacer suyos sobresale la oración. Ésta lo conducirá poco a poco a adquirir una mirada contemplativa de la realidad, que le permitirá reconocer a Dios siempre y en todas las cosas; contemplarlo en todas las personas; buscar su voluntad en los acontecimientos”. (Iglesia en América No. 29).
La Espiritualidad de comunión consta de tres aspectos, que están relacionados con las tres dimensiones propias de la vida cristiana, ya que, por el sacramento del Bautismo, nuestra vida cristiana tiene tres dimensiones: Profética, sacerdotal y real. • Espiritualidad de Comunión como Acontecimiento: es el encuentro con Dios en la realidad diaria y en el proceso histórico como espacios en los cuales Dios se hace presente, actúa y nos manifiesta su plan de salvación. La lectura de los signos de los tiempos, nos sirve de medio para entender la realidad como historia de salvación a través de cuatro pasos: Ver – Iluminar – Discernir - Responder. La Espiritualidad de Comunión como acontecimiento, tiene relación con la dimensión profética de nuestra vida cristiana.
b. Espiritualidad de Comunión como Vocación: Es la llamada a la santidad en la unidad trinitaria, que sentimos cuando vivimos como Iglesia – comunión, a esta llamada respondemos con relaciones nuevas: con Dios, con los demás, con nosotros mismos, con la creación, inspiradas por la fe, la esperanza y la caridad, en la radicalidad de los consejos evangélicos. La Espiritualidad de Comunión como vocación tiene relación con la dimensión sacerdotal de nuestra vida cristiana.
c. Espiritualidad de Comunión como Misión: La vivencia de la espiritualidad de comunión nos compromete a dar testimonio (palabra, presencia y acción) para la realización de la Iglesia ideal y de la sociedad ideal, ya que la Iglesia no existe para sí misma, sino para el mundo. La Espiritualidad de Comunión como misión tiene relación con la dimensión real de nuestra vida cristiana.
Indicador de logro: Los servidores de la pastoral en cada parroquia viven la Espiritualidad de Comunión: Dimensión Profética, en el encuentro con Dios en la realidad; Dimensión Sacerdotal, en la vivencia de los consejos evangélicos; Dimensión Real, en la construcción del Reino.
7. 2. Proceso de Evangelización La Evangelización constituye la razón de ser de la Iglesia y es instrumento fundamental para la formación de las personas y del Pueblo de Dios en la espiritualidad de comunión.
7.2.1. Criterios para el Proceso de Evangelización • Los criterios son las claves de orientación que nos dan seguridad en el camino pastoral. • Miremos si estamos aplicando estos cinco criterios en nuestra pastoral parroquial: • La misión propia de la Iglesia es EVANGELIZAR. “Anunciar el Evangelio no es para mi un motivo de gloria; es una obligación que tengo, y pobre de mi si no anunciara el Evangelio” (1Corintios 9,16). • La misión de la Iglesia es EVANGELIZAR A TODOS, sin excluir a nadie. “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…….” ( Mateo 28, 19-20).
La misión de la Iglesia debe ser realizada por TODOS LOS BAUTIZADOS. ¿Por qué están ahí todo el día sin hacer nada? – Porque nadie nos ha contratado. Vayan también ustedes a mi viña. (Mateo 20, 6-7). • La misión de la Iglesia se realiza con el TESTIMONIO E ILUMINANDO LA VIDA CON EL EVANGELIO. “No todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21). • La misión de la Iglesia se realiza con el apoyo de ESTRUCTURAS PARTICIPATIVAS Y FLEXIBLES. “Eligió, pues, hombres capaces de entre todo Israel, y los puso al frente del pueblo, como jefes de mil, jefes de ciento, jefes de cincuenta, y jefes de diez”. (Éxodo 18, 25).
7.2.2. Etapas en el proceso de Evangelización Kerigmática: descubrimiento de la presencia de Jesucristo en las realidades de la vida diaria (evangelización desde los valores) para un encuentro con El, que nos lleva a una opción primera por su persona y el modelo de vida que nos propone. (evangelización desde las culturas).
Catequética: conocimiento más profundo de Jesús como persona humana y como Hijo de Dios por medio de la Biblia y en una actitud de fe, que nos lleva a una segunda opción más profunda y consciente para integrar nuestra persona y nuestras relaciones teniendo a Jesucristo como centro y sentido de la vida.
Mistagógica: comprensión más profunda del sentido eclesial de nuestra opción (Iglesia comunión - misión), del sentido sacramental de nuestra vivencia de Cristo en la Iglesia (sacramentos) y del compromiso como expresión de la vida cristiana (Diversos ministerios).
7.2.3. Departamentos que permiten una evangelización integral: • Departamento de Pastoral Comunitaria, (Organización de la comunidad) es el núcleo clave de todo el proceso pastoral, está constituido por los niveles en los que se vive la experiencia de comunidad como tal: familia, CEM, parroquia como comunión de comunidades, diócesis como expresión plena de la Iglesia. • Departamento de Pastoral Sectorial es el ámbito donde se organizan las personas en niveles por razón de su diversidad: identidad (niños, jóvenes, adultos mayores, mujeres…), su función en la sociedad (obreros, educadores profesionales de las diversas áreas, comunicadores, políticos…) o según sus carismas (movimientos apostólicos).
Departamento de Servicios Pastorales estructurado en cuatro niveles de pastoral: Catequesis, Social, Litúrgica y Misionera, son servicios que ofrecen a las personas y a las comunidades las ayudas necesarias para el crecimiento en la vida cristiana integral. • Departamento de Pastoral Ministerial que mira a la formación de los animadores de la evangelización (en tres niveles: sacerdotes, religiosos/as, laicos/as), como impulsores de la participación de todo el pueblo en el proceso de evangelización, tanto en su expresión pastoral intra-eclesial, como en su proyección a las actividades de la vida social en sus diversas especificaciones (económica, política, organización social, cultural).
Departamento de Estructuras Pastorales (Apoyos pastorales) son las diversas formas como se organiza la pastoral en sus momentos de consulta y elaboración, decisión, coordinación y actuación. En la parroquia: El Consejo de Pastoral, el Consejo de asuntos económicos, el EPAP, los comités de los diversos niveles de la pastoral, los equipos veredales y sectoriales, la secretaría de la parroquia.
Indicador de logro: Cada acción pastoral a nivel diocesano o parroquial se programa, se ejecuta y se evalúa a la luz de los cinco criterios básicos del proceso evangelizador.
7. 3. Metodología prospectiva • En la Metodología prospectiva sus elementos fundamentales coinciden con los pasos que se siguen en la lectura de los signos de los tiempos: • VER. Modelo de Situación: Partir del conocimiento y comprensión de la realidad en la cual Dios actúa y desde la cual nos invita a participar en su plan de salvación. La realidad es lo que estamos viviendo, con las luces y sombras. Conocer a la comunidad de personas, las condiciones en que vive, sus problemas, sus dificultades, las aspiraciones, los valores, conocer y amar nuestras comunidades parroquiales en la realidad que viven hace más eficaz nuestra misión como Iglesia de hacer visible el Reino de Dios.