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S.S. JUAN PABLO II “El Grande”. He venido, como mensajero de la verdad y de la esperanza, a confirmarlos en la fe y dejarles un mensaje de paz y reconciliación en Cristo. Viaje a Cuba, enero de 1998. ¿Cómo fue la infancia y la juventud de Juan Pablo II?.
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S.S. JUAN PABLO II “El Grande” He venido, como mensajero de la verdad y de la esperanza, a confirmarlos en la fe y dejarles un mensaje de paz y reconciliación en Cristo. Viaje a Cuba, enero de 1998
¿Cómo fue la infancia y la juventud de Juan Pablo II? • Karol Wojtyla nació el 18 de Mayo de 1920 en Wadowice, sur de Polonia. Su familia estaba compuesta por su padre, de nombre Karol, un militar del ejército austro-húngaro, su madre, Emilia, una joven sileciana de origen lituano, y un hermano adolescente de nombre Edmund. Los padres de Karol Wojtyla lo bautizaron a los pocos días de nacer en la Iglesia de Santa María de Wadowice. A los 9 años de edad recibió un duro golpe: el fallecimiento de su madre al dar a luz a una niña que murió antes de nacer. Años más tarde falleció su hermano y en 1941 murió su padre. • Uno de sus profesores, el Padre Zacher, recuerda a Karol como un niño muy inteligente, en algunos momentos de mirada triste, muy emotivo y amante de la libertad. Se le daban de maravilla las lenguas antiguas y modernas, un poco peor la física y la química, y muy bien la literatura, la historia, el deporte (todo tipo de deporte: el esquí, el remo, la natación, el montañismo), la música, la poesía. Pero lo que más le gustaba era el teatro, llegando a fundar el grupo de teatro Estudio 39. Al tiempo que se ganaba el pan de cada día picando piedra, a veces a treinta grados bajo cero, Karol y sus amigos se servían del teatro en esos años durísimos del nazismo para llenar de contenido su vida y la de los demás, entre arrestos de la Gestapo y bombardeos de la Luftwaffe.
¿Cómo Juan Pablo II descubrió y desarrolló su vocación al sacerdocio? • Dada su gran inquietud por el teatro y las artes literarias polacas, cuando aún estaba en el colegio Karol Wojtyla pensaba seriamente en la posibilidad de continuar estudios de filología y lingüística polaca, pero un encuentro con el Cardenal Sapieha durante una visita pastoral, le hizo considerar seriamente la posibilidad de seguir la vocación que tenía impresa -entonces aún sin develarse plenamente- en el corazón: el sacerdocio. • Al desatarse la segunda guerra mundial los alemanes cerraron todas las Universidades de Polonia con el objetivo de invadir no sólo el territorio sino también la cultura polaca. Frente a esta situación Karol Wojtyla con un grupo de jóvenes organizaron una Universidad clandestina en donde estudió filosofía, idiomas y literatura. Poco antes de decidir su ingreso al seminario, el joven Karol tuvo que trabajar arduamente como obrero en una cantera. Según relata el hoy Pontífice, esta experiencia le ayudó a conocer de cerca el cansancio físico, así como la sencillez, sensatez y fervor religioso de los trabajadores y los pobres. • En 1942 ingresó al Departamento teológico de la Universidad Jaguelloniana. Durante estos años tuvo que vivir oculto, junto con otros seminaristas, quienes fueron acogidos por el Cardenal de Cracovia. El 1 de Noviembre de 1946, a la edad de 26 años, Karol Wojtyla fue ordenado sacerdote en el Seminario Mayor de Cracovia y celebró su primera Misa en la Cripta de San Leonardo en la Catedral de Wavel.
¿Cómo fue la vida de Karol Wojtyla de joven sacerdote y obispo? • Al poco tiempo de su ordenación obtuvo la licenciatura de Teología en la Universidad Pontificia de Roma Angelicum y más adelante se doctoró en Filosofía. Si en filosofía se especializó en la ética de Max Scheler, en teología lo hizo en nuestro místico español San Juan de la Cruz. Durante algún tiempo se desempeñó como profesor de ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Universidad Estatal de Cracovia. Junto a la docencia ejerció una intensa labor apostólica, especialmente con los jóvenes, con quienes compartía tanto momentos de reflexión y oración como espacios de distracción y aventura al aire libre. • Con 38 años fue consagrado Obispo Auxiliar del Administrador Apostólico de Cracovia, Monseñor Baziak, convirtiéndose en el miembro más joven del Episcopado Polaco. Participó activamente en el Concilio Vaticano II, especialmente en las comisiones responsables de elaborar las constituciones Lumen Gentium y Gaudium et Spes. Con el fallecimiento, en 1964, de Monseñor Baziak, Wojtyla ocupó la sede de Cracovia como titular. Dos años después, el Papa Pablo VI convierte a Cracovia en Arquidiócesis. Durante su labor como Arzobispo, el futuro Papa se caracterizó por la integración de los laicos en las tareas pastorales, la promoción del apostolado juvenil y vocacional, la construcción de templos a pesar de la fuerte oposición del régimen comunista, la promoción humana y formación religiosa de los obreros y el aliento del pensamiento y las publicaciones católicas.
¿Cómo fue la elección de Juan Pablo II? • En mayo de 1967, a los 47 años de edad, el Arzobispo Wojtyla fue creado Cardenal por el Papa Pablo VI. En 1974 el nuevo Cardenal ordenó a 43 nuevos sacerdotes, en la ordenación sacerdotal más numerosa desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. • En 1978 muere el Papa Pablo VI y es elegido nuevo Papa el Cardenal Albino Luciani de 65 años quien tomó el nombre de Juan Pablo I. El “Papa de la Sonrisa”, sin embargo, fallece a los 33 días de su nombramiento. El 15 de octubre de 1978, luego de un nuevo cónclave, el Cardenal polaco Karol Wojtyla es elegido como el sucesor de San Pedro, rompiendo con la tradición de más de 400 años de elegir Papas de origen italiano. El 22 de Octubre de 1978 fue investido como Sumo Pontífice asumiendo el nombre de Juan Pablo II. • Si al asomarse al balcón principal de la fachada de la Basílica de San Pedro el nuevo Papa se presentó como un obispo “de un país lejano”, el primer comentario que minutos antes había hecho Juan Pablo II, mientras el sastre le retocaba una de las tres sotanas bancas preparadas de antemano para el Papa recién elegido, fue: “Desde luego, por falta de valor de los señores cardenales para elegir a un Papa de Polonia no ha quedado…”. Y añadió, resignado y sonriente, la frase con la que empieza y termina todas y cada una de sus intervenciones públicas: “¡Alabado sea Jesucristo!”.
¿Por qué es excepcional el pontificado de Juan Pablo II? • Dice el Padre Joaquín Alliende, uno de los hombres de confianza del Papa para las catequesis de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que si todos los papas son providenciales, algunos, como Juan Pablo II, además son excepcionales. • “He visto que un Papa no es bastante para abrazar a cada uno. Sin embargo, no puede haber más que un Papa y no sé como multiplicarlo”, dijo en su primera audiencia el Papa Wojtyla. Lo cierto es que este Papa, que será recordado por muchas cosas, lo será también por haber sabido como solucionar este problema. El ha llevado el barco de la Iglesia como un Padre que bendice a cada uno de sus hijos antes de acostarlos cada noche. Ciertamente se ha multiplicado más que nadie, más que ningún otro Papa había podido hacerlo, y en este multiplicarse ha alcanzado muchos récords que bien podrían aparecer en el libro del guinness: Casi un centenar de viajes fuera de Italia, muchos de ellos a más de cinco países a la vez, trece encíclicas; más de ochenta exhortaciones y cartas apostólicas, miles de alocuciones y mensajes, la personal atención a numerosos movimientos y comunidades eclesiales, que sigue personalmente; las novedosas jornadas mundiales de la juventud -año tras año desde 1985- con las que se ha convertido en la persona que más gente ha congregado en la historia, llegando a reunir varios millones de jóvenes.
¿Por qué el Papa es tan comunicativo y televisivo? • Juan Pablo II no es un hombre de multitudes, sino de personas. El siempre esta entre personas, se dirige a personas, provoca la reacción y la respuesta de personas, y nunca de masas. Forma parte de su capacidad de espontánea concentración: mira a cada persona. Y es indiferente a otra mirada, como la mirada de las cámaras o de la televisiones, a las que nunca presta atención. Su telegenia es la telegenia de alguien que no se deja dominar por la cámara, que no se presta a la servidumbre de la imagen pública, y menos a la audiovisual. Él va a lo suyo, y la cámara le sigue. Para él es mejor así, para la cámara, mucho mejor todavía: actúa más libremente. En un estudio realizado en EEUU sobre Juan Pablo II y la televisión, la primera conclusión fue ésta: “Juan Pablo II domina la televisión ignorándola”. Y es que la televisión y el resto de los medios de comunicación quedan fascinados y atraídos por la peculiar “autenticidad semántica” de sus gestos. • Ciertamente la telegenia de Juan Pablo II constituye un nuevo lenguaje religioso, una nueva expresión del mensaje cristiano, una concreción más, entre muchas otras, de que la “nueva evangelización” por el propiciada es nueva “en sus métodos, en su ardor y en sus expresiones”, tal y como por vez primera la definió en Haití en 1983.
¿Quién quiso matar al Papa? • Veinte años después de aquella trágica mañana del 13 de mayo en la plaza San Pedro, no hay un solo dato incontrovertible que pueda permitir una respuesta precisa y concreta a esta pregunta. Sólo quien lo hizo puede saberlo; pero de ninguna de las investigaciones policiales y judiciales que siguen abiertas se ha podido demostrar, con pruebas irrefutables, quién quiso asesinar a Juan Pablo II. Otra cosa es que todas las indicaciones y pistas hagan pensar razonablemente en que a la Unión Soviética que estaba dando sus últimas boqueadas como tal, le interesaba mucho que alguien como Juan Pablo II dejara de hacer y decir lo que él hacía y decía. Cuando Mijael Gorvachov, aludió indirectamente a esta cuestión muchos años después, todo lo que dijo fue que la caída del muro de Berlín y por tanto del comunismo, no hubiera sido posible sin Juan Pablo II. En cualquier caso, esa ignominia tristemente histórica, pese sobre quien pese, es ya lo de menos; lo que importa es que en cuanto el Papa pudo salir del hospital, lo primero que hizo fue ir a dar un abrazo y perdonar a quien había querido asesinarle.
Con su edad y con su estado de salud ¿por qué no dimitió el Papa? • En primer lugar el Papa, ningún Papa, puede dimitir, porque ante quién lo va a hacer. En todo caso, y si se cumpliesen unas condiciones extremas, el Papa podría renunciar a su altísima misión. Para ello están establecidas en el código de derecho canónico las condiciones de tal no deseable eventualidad. Se ha llegado a plantear la hipótesis, ciertamente muy problemática de qué ocurriría si en un determinado momento hubiera dos sumos pontífices vivos en la Iglesia: el que hubiera renunciado y el nuevo que habría que elegir. El mismo día que comenzaba su 25 año de pontificado, para dejar las cosas muy claras, Juan Pablo II dijo: seguiré adelante hasta el final. Me pongo en manos de María: madre santísima consígueme las fuerzas del alma y del cuerpo para que pueda cumplir hasta el final la misión que me confió el resucitado. No parece, pues, que deba caber duda alguna al respecto. Juan pablo II estará en su puesto hasta el final y hasta el fondo. Cuando alguien de su confianza se atrevió no hace mucho a comentarle preguntas parecidas a esta, el Papa respondió sonriendo: no renuncio porque tampoco Cristo se bajó de la cruz y ciertamente, podía haberlo hecho.
¿Qué le ha impulsado a Juan Pablo II a realizar 103 viajes apostólicos? • Fue Jesús quien encomendó a los apóstoles la misión de ir por el mundo para predicar el Evangelio. Evangelizar, comunicar la Buena Nueva por todos los rincones del planeta… San Pablo en su carta a los romanos escribió con poético realismo: "Qué hermosos son los pies de aquellos que van proclamando el esperanzador anuncio de la paz"… Juan Pablo II siguiendo la voluntad de Cristo y con el entusiasmo de Pablo, pocos días después del inicio del pontificado, dejó claro que su pontificado sería itinerante. El telón de fondo del papado no solo sería la cúpula y la plaza de San Pedro, serían también rascacielos, aldeas perdidas, campos y ciudades de los cinco continentes. Desde el primer momento sus palabras no dejaron lugar a dudas: "Quiero acercarme a todos, a los qu rezan y donde rezan… Al beduino en la estepa, a la carmelita o al monje cisterciense en sus conventos; al enfermo en su lecho de sufrimiento, al oprimido, a los humillados… a todos y por doquier. Desearía traspasar el umbral de todas las casas…He decidido viajar hasta los extremos confines de la tierra". A los periodistas, en uno de los vuelos nos dirá: "Cada día recorro en la oración una geografía espiritual… Mi espiritualidad es un poco geográfica".
¿Cuáles son los objetivos de los viajes del Papa? • Al regresar de una de las visitas a África, Juan Pablo II explicó que se consideraba el párroco del mundo: "Hasta ahora los feligreses se acercaban a la parroquia, ahora es el párroco quién debe ir entre las gentes". Confirmar a los hermanos en la fe es la razón principal de "estas peregrinaciones al santuario viviente del pueblo de Dios". Tres meses después de su elección a la cátedra de Pedro, en su primer viaje pastoral a Méjico, para presidir en Pueblo de los Ángeles la tercera conferencia del episcopado latino americano, en la escala de Santo Domingo le preguntamos al papa: "¿hacia donde iba el pontificado de Juan Pablo II? y contestó sin dudarlo "Hacia adelante, en busca y en defensa del hombre y con el Evangelio en la mano". Al regresar a Roma una semana más tarde, el primero de febrero de 1979, dirá: "He rezado por un mundo mas pacífico, más justo y más humano". Confirmar y alentar a los hermanos en la fe es la principal razón de los viajes de Juan Pablo II. No importa que sean pocos, como en Azerbayan donde la comunidad católica apenas son 130 miembros. El papa va para asegurarles que está con ellos; que la Iglesia no les abandona.
¿Qué espera el Papa de los jóvenes del tercer milenio? • En el discurso del Papa a los jóvenes en el Monte del Gozo en Santiago de Compostela, les dijo expresamente:” No tengáis miedo a ser santos...” El Papa invita a los jóvenes a ser heraldos del Evangelio, mensajeros del amor, testigos valientes de Cristo que no tengan miedo a proclamar con su vida que hoy Cristo, sigue viviendo en medio de nosotros. Les invita a que sean mensajeros de verdad, para ser testigos en el mundo, sobre todo ante sus compañeros de viaje, los jóvenes, que buscan el camino, la verdad, y la vida... “Ha llegado la hora de la nueva evangelización”, y a ello invita con fuerza el Papa... porque hoy más que nunca el mundo necesita de ti, de mi, de todos, para proclamar con fuerza el mensaje del Evangelio: que sólo el amor podrá hacer arder al mundo.
Cogido de los siguientes autores:Manuel María BruVíctor CortizoMiguel Angel VelascoJosé Francisco SerranoJosé Luis RestanPaloma Gómez BorreroVíctor Cortizo Cortesía de: http://www.archimadrid.es