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Un vuelo hacia el pasado. Parte III. Los primeros exploradores europeos encontraron algunos indios nativos en el Caribe, pero no comprendieron lo extenso y complejo de las sociedades indígenas del resto de la región. .
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Un vuelohacia el pasado Parte III
Los primeros exploradores europeos encontraron algunos indios nativos en el Caribe, pero no comprendieron lo extenso y complejo de las sociedades indígenas del resto de la región.
En 1517 unas expediciones desde la isla de Cuba establecieron contacto con unos indígenas en la península de Yucatán y el 1519 Hernán Cortés partió con un grupo de más de 100 marineros y 500 soldados para investigar la situación.
Encontró y logró conquistar la cuidad de Potonchán (hoy Tabasco), donde recibió como regalo de los vencidos un grupo de veinte mujeres. Entre ellas se encontraba una princesa azteca llamada Malinche, quien además de su propio idioma, náhuatl, sabía el idioma de los mayas.
Malinche era la hija de aztecas nobles, pero su propia madrelavendió como esclavo a los Tabascos para asegurar la herencia de un hijo menor.
Malinche tenía catorce años cuando los Tabascos la regalaron a los españoles después de la conquista de Potonchán. Por lo tanto ella sirvió como guía e intérpretede Cortés, y fue conocida entre los cristianos por el nombre de Doña Marina.
Su colaboración fue importantísima para Cortés y los conquistadores. Sin embargo, para muchos mexicanos, Malinche es considerada una traidora de su raza no solo porque ayudó a Cortés sino también porque fue amante de Cortés.
Malinche guió a Cortés hacia la cuidad de Tenochititlan, la capital del imperio azteca, gobernada por el emperador Moctezuma II. Llegaron a Tenochititlan, y Cortés encontró varios grupos de indígenas que estaban bajo el dominio azteca y guardaban gran resentimiento hacia el emperador.
Uno de estos grupos era los Tlaxcalas, y con su ayuda los exploradores pudieron llegar a la cuidad imperial donde pasaron un tiempo de huéspedes de Moctezuma. El emperador azteca tenía una fuerza militar muy grande y podría haber derrotado fácilmente a los españoles.
Pero la llegada de estos hombres fue un evento tan extraño que algunos de los aztecas (incluso el emperador) pensaron posiblemente que eran seres divinos, agentes de su dios Quetzacóatl. La mayoría de la población azteca, sin embargo, no estuvo de acuerdo con esta idea.
Cuando Cortés empezó a ordenar la destrucción de los símbolos de la religión azteca para reemplazarlos por la cruz y la Virgen María, la gente empezó a pedir la expulsión de los españoles.
Cortés estaba esperando un refuerzo de soldados y armas de Cuba, y salió Tenochititlan para negociar su llegada, dejando la mitad de sus fuerzas en la cuidad.
Cuando regresaba, supo que el grupo de españoles que había quedado allí había provocado una confrontación con los aztecas que resultó en pura guerra.
Cortés llevó sus tropas, que ahora consistían en más de 1.000 soldados y caballería, a la cuidad para ayudar a las fuerzas españolas.
El emperador Moctezuma murió en la batalla, pero los españoles fueron derrotados y tuvieron que huir de la cuidad. Trataron de escapar durante la noche, pero fueron descubiertos por los soldados aztecas.
Más de 800 de los soldados españoles murieron en ese ataque y en los días siguientes, junto con 4.000 de sus aliados indígenas. Esta derrota, que tuvo lugar el primer de julio de 1520, se conoció después de la Noche Triste.
Los españoles que sobrevivieron la batalla, incluyendo a Cortés, encontraron apoyo de sus aliadosTlaxcalas y se refugiaron entre ellos. Cortés quería hacer un nuevo intento de conquistar Tenochititlan, aunque había perdido muchas de las ventajas que había tenido sobre sus adversarios.
Los aztecas se habían dado cuenta que los europeos no eran dioses, y habían perdido el temor de sus armas y caballos; ahora sabían defenderse mejor.
Cortés pasó los meses siguientes haciendo alianzas con otros grupos indígenas y haciendo arreglos para traer más fuerzas españolas del Caribe.
Mientras tanto, una epidemia, probablemente de viruela, había devastado la capital azteca. Con esto a su favor, los españoles comenzaron el sitio de Tenochititlan en mayo de 1521, y después de meses de una guerra intensa, los españoles tomaron la ciudad en agosto del mismo año.
Conquistaron el centro del imperio azteca, a costa de destruir casi totalmente la majestuosa ciudad y de perder sus tesoros en el lago que la rodeaba. Empezaron a construir una nueva cuidad sobre sus ruinas, llamada México, capital de la Nueva España.