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TÓPICO DEL CARPE DIEM. ORIGEN DEL TÓPICO EVOLUCIÓN Y DESARROLLO. TÓPICO. Es un tema recurrente de la literatura que se repite en distintos lugares y épocas. El origen de los tópicos suele ser clásico (Grecia y Roma, o anterior), por lo que suelen enunciarse en latín. CARPE DIEM.
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TÓPICO DEL CARPE DIEM ORIGEN DEL TÓPICO EVOLUCIÓN Y DESARROLLO
TÓPICO Es un tema recurrente de la literatura que se repite en distintos lugares y épocas. El origen de los tópicos suele ser clásico (Grecia y Roma, o anterior), por lo que suelen enunciarse en latín.
CARPE DIEM Carpe diem es una locución latina para expresar un tópico literario, un tema recurrente en la literatura universal que cobró especial importancia en el Renacimiento y en el Barroco, pero que, desde las más antiguas manifestaciones literarias, llega fresco hasta nuestros días. EPICURO • El tópico del CARPE DIEM es una exhortación al goce durante la juventud. • Las corrientes de pensamiento que subyacen a este tópico son: • El epicureísmo, doctrina filosófica que recomienda la búsqueda del placer para alcanzar la felicidad, vivida en serenidad y armonía (ataraxia). La doctrina fue creada por Epicuro de Samos en el siglo IV a. C. • El hedonismo, doctrina filosófica que considera como fin supremo la consecución del placer y la neutralización del dolor. El epicureísmo es una de las corrientes hedonistas.
Es una incitación a gozar de la vida y la juventud (“coge, agarra el día”; “aprovecha la ocasión o el momento”, “vive a tope la vida”) ante la certidumbre de que pronto llegarán la vejez y la muerte.
Aunque existen múltiples ejemplos que desarrollan el tema en la literatura clásica anterior, a Horacio (65 a 8 a. C.), poeta latino célebre por sus sátiras, odas y epístolas, debemos la formulación del tópico. La expresión se encuentra en su “Oda a Leucónoe”. Origen del tópico Dumloquimurfugeritinvida carpe diem, quamminimumcredula postrero. Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Vive el día de hoy. Captúralo. No fíes del incierto mañana.
Horacio ODA A LEUCÓNOE (fragmento) No pretendas saber, pues no está permitido, el fin que a mí y a ti, Leucónoe,nos tienen asignados los dioses, ni consultes los números Babilónicos. Mejor será aceptar lo que venga, ya sean muchos los inviernos que Júpiter te conceda, o sea éste el último, el que ahora hace que el mar Tirreno rompa contra los opuestos cantiles. No seas loca, filtra tus vinos y adapta al breve espacio de tu vida una esperanza larga. Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Vive el día de hoy. Captúralo. No fíes del incierto mañana. Traducción de Luis Alberto Cuenca. En Horacio, junto al epicureísmo, se advierte la ideología estoica, aceptación del destino con serenidad. Los estoicos proclamaron que se puede alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a las comodidades materiales, la fortuna externa, y dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud (tal es la idea de la imperturbabilidad o ATARAXIA). El fundador de la escuela fue Zenón de Citio(siglos III-II a. C.)
El tema de la necesidad de disfrutar de los placeres antes de la juventud, tan relacionado con otro tópico, el tempus fugit, no aparece, sin embargo, con Horacio sino que ya se vislumbra en textos muy antiguos. Origen del tópico: antecedentes Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado a otro? No alcanzarás la vida que persigues. Cuando los dioses crearon la humanidad, decidieron que su destino fuese morir y reservaron la Vida para sí mismos. En cuanto a ti, Gilgamesh, llena tu vientre, diviértete día y noche, cada día y cada noche sean de fiesta, el día y la noche gózalos. Ponte vestidos bordados, lava tu cabeza y báñate. Cuando el niño te tome de la mano, atiéndelo y regocíjate y deléitate cuando tu mujer te abrace, porque también eso es destino de la humanidad. Lo encontramos ya en el poema épico mesopotámico Gilgamesh, considerada la primera gran manifestación literaria de la humanidad de la que se tiene noticia, y cuya versión asiria, que data del siglo VII a.C., recoge una tradición sumerio-babilónica de muchos siglos atrás. Siduri, la misteriosa tabernera que vive en los confines del océano, le dice al héroe estas palabras con las que le incita al placer y al gozo cotidiano para disuadirle de la búsqueda de la inmortalidad que nunca nadie había alcanzado jamás:
Origen del tópico: antecedentes La Biblia A Buda (Siddhartha Gautama, 563 a.C-486 a.C.), el legendario y sabio personaje indio, se le atribuye el siguiente consejo: El secreto de la salud, mental y corporal, está en no lamentarse por el pasado, preocuparse por el futuro ni adelantarse a los problemas, sino vivir sabia y seriamente el ahora. ...lleva siempre vestidos blancos y no falte el perfume en tu cabeza, disfruta la vida con la mujer que amas, todo lo que te dure esa vida fugaz, todos esos años fugaces que te han concedido bajo el sol; que esa es tu suerte mientras vives y te fatigas bajo el sol”. Y, más adelante: “disfruta mientras eres muchacho y pásalo bien en tu juventud [...]. Rechaza las penas del corazón y rehúye los dolores del cuerpo: niñez y juventud son efímeras
Origen del tópico: antecedentes La poetisa griega Safo (VII a. C.), instructora de poesía, música y danza, tiene claras las virtudes de la juventud y los males de la vejez cuando escribe estos versos: Vosotras cuidad, hijas, de los dones hermosos de las Musas de fragante regazo, y de la vibrante lira compañera del canto. Pero mi piel que antes fue tan suave la sometió ya la vejez y blancos se han vuelto mis negros cabellos de antaño. Pesado se ha hecho mi ánimo, y no me sostienen las rodillas que otro tiempo fueron tan ágiles como corzas en la danza. De eso me lamento día tras día. ¿Pero qué puedo hacer? Cuando se es humano, no es posible dejar de envejecer. De Titono, en efecto, contaban que la Aurora de brazos de rosa, inflamada de amor, lo raptó para llevarlo al confín de la tierra porque era bello y joven. Mas de igual modo a él con el tiempo lo atrapó la grisácea vejez, aun teniendo una esposa divina.
Origen del tópico: antecedentesEn la literatura latina, además de Horacio y Ausonio, otros muchos autores se acercaron al tema del Carpe diem Catulo (87 a.C.-h. 54 a.C.) Tibulo (55 a.C.-19 a.C) Vivamos, Lesbia, amemos; que nos importe un bledo el cuchicheo de los carcamales. Puede morir el sol y renacer, mas, una vez que muere nuestra breve luz, una y eterna noche para dormir nos queda Pero tú, mientras te florece la época de la vida joven disfrútala... Propercio (50 a.C.-15 a.C.) Mientras nos permiten los hados, saciemos en el amor nuestros ojos: ya viene una larga noche, y no ha de volver el día
Origen del tópico Este tema horaciano tuvo una importante recreación en el poema De rosisnascentibus del poeta latino-galo cristiano Décimo Magno Ausonio (310-h.393 d.C.).
Origen del tópico Ausonio (310-393), poeta latino y profesor de retórica. A él se debe la segunda formulación del tópico: “COLLIGE, VIRGO, ROSAS”. Este poeta da al tema un tratamiento más optimista y hedonista. ...La rosa que hacía poco brillaba con el fuego intenso de su corona, perdía el color al caerse los pétalos. Yo estaba sorprendido de ver el robo implacable del tiempo huidizo, de contemplar cómo envejecen las rosas apenas nacidas. He aquí que la purpúrea cabellera de la flor orgullosa la deja mientras hablo y es la tierra la que brilla cubierta de rubor. Tales bellezas, tantos brotes, tan variados cambios un único día los produce y ese día acaba con ellos. Lamentamos, Naturaleza, que sea tan breve el regalo de las flores: nos robas ante los mismos ojos los obsequios que muestras. Apenas tan larga como un solo día es la vida de las rosas; tan pronto llegan a su plenitud, las empuja su propia vejez. Si vio nacer una la Aurora rutilante, a esa la caída de la tarde la contempla ya mustia. Mas no importa: aunque inexorablemente deba la rosa rápida morir, ella misma prolonga su vida con los nuevos brotes. Coge las rosas, muchacha, mientras está fresca la flor y tu juventud, pero no olvides que así se desliza también tu vida” [“Collige, virgo, rosas, dumflosnovus, et nova pubes, / et memor esto aevum sic properaretuum”] (Trad. Antonio Alvar).2
Aportación fundamental de Ausonio Desde Ausonio, el carpediem quedó ligado al tema de “la brevedad de la rosa”; pues si Horacio exhortaba a aprovechar el presente y, sobre todo, el tiempo feliz de la juventud, éste encontró su mejor metáfora en la efímera belleza de la rosa, de tan breve vida. Y de esta manera los dos tópicos, complementarios y con un mismo motivo, quedaron unidos para siempre.
Evolución del tópico: origen, Edad Media Un tema habitual en la lírica griega y latina antiguas se convirtió en tópico. Las primeras formulaciones exactas fueron de Horacio (siglo I a. C.) y desarrollado por Ausonio (siglo IV). Ambos dieron al tema distintos matices, de manera que comprobaremos cómo algunos autores están más influidos por uno u otro. Durante la Edad Media, época religiosa que rechaza la ideología pagana, tiempo de desprecio de la vida terrena, es lógico que el tópico prácticamente dejara de utilizarse, salvo en la cultura árabe, más dada a los placeres, como el matemático y astrónomo nacido en Persia Omar Khayyan (1040 ó 1050-1123). En el mundo de la literatura destacó por sus famosas “Rubaiyat”, composiciones que constituyen una alabanza al brindis, una enorme plegaria fragmentada en estrofas que remiten a la celebración del vino y del goce del instante frente a la finitud de la vida. Fue en los siglos XVI y XVII (Renacimiento y Barroco) cuando el tópico tomo una preeminencia destacada.
Evolución del tópico: origen, Edad Media Olvida el día que te abandona. No te inquiete el de mañana que aún no ha venido. Desdeña lo que ha sido y lo que habrá de ser. Vive tu instante y no arrojes al viento tu vida. Créeme, bebe vino. El vino es vida eterna, filtro que nos devuelve la juventud. Con vino y alegres compañías, la estación de las rosas Vuelve. Goza el fugaz momento que es la vida. Óyeme, jovenzuelo. Esta rosa, este césped, están frescos, lozanos; mañana estarán ambos marchitos. Bebe vino y coge ahora la rosa, pues sólo de mirarlas ha de trocarse en polvo. Se nos da un breve instante para gustar del agua en este ardiente páramo. Ya el astro de la noche Palidece. La vida va a llegar a su término: el alba de la Nada. Vamos, pues, date prisa. Omar Kayyan
Omar Kayyan Evolución del tópico: origen, Edad Media Ya que la vida pasa, ¿qué más da si es amarga o si es dulce? No importa dónde estés cuando Llegue el fin. Bebe, pues. Goza, que después de nosotros la luna ha de morir y de nacer muchas veces. Cerca de una niña cuyo cutis es la rosa del alba acaricia la rosa y la copa de vino antes que tus días, igual que sus pétalos, vuelen al viento de la muerte. No puedes pensar hoy que verás el amanecer de mañana. Esperar que ese mañana sería locura. Si estás despierto no desperdicies este soplo de vida, sobre cuya duración no posees prueba ninguna.
A finales de la Edad Media, en los albores del Renacimiento, encontramos en prosa un maravilloso ejemplo de carpe diem en La Celestina. Evolución del tópico: transición de la Edad Media al Renacimiento CELESTINA (dirigiéndose a Melibea).- Señora, el perdón sobraría donde el yerro falta. De Dios seas perdonada, que buena compañía me queda. Dios la dexe gozar su noble juuentud y florida mocedad, que es el tiempo en que más plazeres y mayores deleytes se alcançarán. Que, a la mi fe, la vejez no es sino mesón de enfermedades, posada de pensamientos, amiga de renzillas, congoxa continua, llaga incurable, manzilla de lo passado, pena de lo presente, cuydado triste de lo porvenir, vezina de la muerte, choça sin rama, que se llueue por cada parte, cayado de mimbre, que con poca carga se doblega.
Evolución del tópico: Renacimiento El tópico se cultivó abundantemente cuando, después de la Edad Media, en el Renacimiento (siglo XVI) vuelve a valorarse la vida terrena, la vida humana, el cuerpo y la búsqueda del placer. Autores como Garcilaso, Shakespeare, Ben Johnson, Robert Herrick… recuperan el tópico, que se aviene bien a la nueva ideología.
Para muchos estudiosos, uno de los más hermosos y originales sonetos sobre este tema es el del poeta renacentista francés Pierre de Ronsard (1524-1585). Evolución del tópico: Renacimiento Este sorprendente poema produce una extraña sensación de modernidad por su palpitación cordial y por la inclusión en él, tan directa y personal, del propio poeta. Cuando seas muy vieja, a la luz de una vela y al amor de la lumbre, devanando e hilando, cantarás estos versos y dirás deslumbrada: “Me los hizo Ronsard cuando yo era más bella”. No habrá entonces sirvienta que al oír tus palabras, aunque ya doblegada por el peso del sueño, cuando suene mi nombre la cabeza no yerga y bendiga mi nombre, inmortal por la gloria. Yo seré bajo tierra descarnado fantasma y a la sombra de mirtos tendré ya mi reposo; para entonces serás una vieja encorvada, añorando mi amor, tus desdenes llorando. Vive ahora; no aguardes a que llegue el mañana: coge hoy mismo las rosas que te ofrece la vida (Trad. Carlos Pujol).8
Ronsard, poeta renacentista, perteneció al grupo de la Pléyade, que adaptó al francés la poesía petrarquista.Escribió varios sonetos que tratan el tópico.
Jacopo Sannazaro (1456-1530), escritor italiano del Renacimiento, famoso por consolidar el género pastoril con su obra La arcadia. Evolución del tópico: Renacimiento Cuando la rosa extiende cada una de sus hojas, cuando más bella y agradable es, entonces es buena para entretejer guirnaldas antes que su belleza se marchite, De manera que, muchacha, mientras esté más florida, cojamos la bella rosa del jardín.
Bernardo Tasso (1493-1569) , poeta italiano renacentista, que escribió obras como La fábula de Hero y Leandro, La fábula de Píramo y Tisbe y una versión de Amadís. Evolución del tópico: Renacimiento Muchas de las versiones españolas del tópico se basan en este poema. [Mientras vuestro áureo pelo ondea en torno de la amplia frente con gentil descuido; mientras que de color bello, encarnado, la primavera adorna vuestro rostro. Mientras que el cielo os abre puro el día, coged, oh jovencitas, la flor vaga de vuestros dulces años y, amorosas, tened siempre un alegre y buen semblante. Vendrá el invierno, que, de blanca nieve, suele vestir alturas, cubrir rosas y a las lluvias tornar arduas y tristes. Coged, tontas, la flor, ¡ay, estad prestas!: fugaces son las horas, breve el tiempo y a su fin corren rápidas las cosas (Trad. Paz Díez Taboada)].
Evolución del tópico: Renacimiento Garcilaso de la Vega (1501 ó 1503-1536) Garcilaso parece claro que tiene como modelo e “imita” el soneto arriba indicado de Bernardo Tasso, pero es importante a este respecto hacer una aclaración. El concepto clásico de la imitatio, vigente en el Renacimiento, no significaba una mera copia y, ni mucho menos, un plagio. Era un principio, comúnmente aceptado, de continuidad y permanencia en la tradición clásica, emulando a los grandes maestros y tratando de superarlos, y esto es lo que sucede con el soneto del poeta toledano. En tanto que de rosa y de azucenase muestra la color en vuestro gestoy que vuestro mirar ardiente, honesto,con clara luz la tempestad serena; y en tanto que el cabello, que en la venadel oro se escogió, con vuelo prestopor el hermoso cuello blanco, enhiesto,el viento mueve, esparce y desordena: coged de vuestra alegre primaverael dulce fruto, antes que el tiempo airadocubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado,todo lo mudará la edad ligerapor no hacer mudanza en su costumbre. Garcilaso opone imágenes relacionadas con la primavera (para referirse a la juventud) y con el invierno (para referirse a la vejez), pero no hay referencia a la muerte.
EL SONETO DE GARCILASO, REPRESENTATIVO DEL RENACIMIENTO La serenidad y la invitación a vivir en un gozo equilibrado y moderado corresponde a una época, el Renacimiento, mesurada y optimista, en absoluto angustiada y desengañada como sucedería en el Barroco. La imagen de la bella muchacha a la que se alude, cumple el canon renacentista de la belleza —piel blanca, rostro sonrosado, cabello rubio, cuello esbelto; y, en torno a él, revolando, el cabello suelto—; y, así, la imagen de la muchacha guarda clara semejanza con la figura de la diosa del amor, nacida de la espuma del mar, a la que el viento agita la dorada cabellera en torno al albo cuello, tal y como la representó el pintor italiano Sandro Botticelli en su cuadro El nacimiento de Venus (entre 1478 y 1486).
Evolución del tópico: Renacimiento En la lírica inglesa lo cultivaron Edmund Spencer (1552-1599), Shakespeare (1564-1616), Ben Jonson (1573-1637), Robert Herrick (1591-1674). Canción a Celia Ven, Celia, probemos, mientras podamos, los juegos del amor, el tiempo no será nuestro para siempre; él, al final, nuestros bienes nos roba. No malgaste, pues, sus dones en vano. El sol, que se pone, puede salir de nuevo: pero si alguna vez perdemos esta luz, eterna noche será para nosotros. ¿Por qué posponer nuestros placeres? Ben Jonson fue un poeta y dramaturgo británico.
Evolución del tópico: Renacimiento A las vírgenes, para que aprovechen el tiempo Coged las rosas mientras podáis, aún tenéis tiempo: este misma flor que hoy sonríe morirá mañana. El glorioso lucero del cielo, el Sol, cuanto más alto sube antes termina su carrera y más se acerca al ocaso. La edad primera es la mejor, cuando son más cálidas juventud y sangre; pero una vez transcurrida, los malos, los peores tiempos suceden a los primeros. No seáis esquivas, aprovechad el tiempo; y, mientras podáis, disfrutad del amor: pues una vez perdida la flor de la vida, jamás podréis recuperarla. Robert Herrick (1591-1674) fue un poeta y eclesiástico inglés, que escribió sobre todo poemas religiosos y de tema campestre.
Evolución del tópico: Barroco El tópico continúa cultivándose mucho durante el siglo XVII tanto en los países donde impera el Clasicismo, como en aquellos donde triunfa el Barroco como España (Góngora). Autores ingleses como Thomas Carew y Andrew Marvell escriben poemas sobre el carpe diem con ciertos rasgos barrocos. Es éste el segundo gran siglo del tópico del carpe diem, que mantiene sus constantes temáticas, pero se tiñe de pesimismo. Si el Renacimiento ponía énfasis en el optimismo vital, el Barroco insiste en la vejez y la inexorabilidad de la muerte.
Evolución del tópico: Barroco Góngora (1561-1627) SONETO DE GÓNGORA Mientras por competir con tu cabellooro bruñido al sol relumbra en vano;mientras con menosprecio en medio el llanomira tu blanca frente el lilio bello; mientras a cada labio, por cogello,siguen más ojos que al clavel temprano,y mientras triunfa con desdén lozanodel luciente cristal tu gentil cuello, goza cuello, cabello, labio y frente,antes que lo que fue en tu edad doradaoro, lilio, clavel, cristal luciente, no sólo en plata o viola troncadase vuelva, mas tú y ello juntamente en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
EL SONETO DE GÓNGORA, FIEL REPRESENTANTE DEL BARROCO. El poema de Góngora se inserta en la larga y fecunda cadena de reelaboración del soneto de Bernardo Tasso y a la que hay que sumar la del de Garcilaso. El tema es el mismo, pero introduce un cambio notable al no estar presente la rosa, ya que utiliza otras imágenes para la hermosura: el lirio, el clavel, el oro y el cristal. La estructura del soneto de Góngora es artificiosa, con una enumeración caótica (dinamismo, movimiento, caos típico del Barroco). Además, pone el acento en la caducidad de la belleza y la juventud, en la muerte que todo lo destruye y en el goce desesperado —angustiado, podríamos decir— de una vida tan precaria y fugaz. Por todo ello se puede afirmar que es este uno de los textos que mejor revelan el paso de la plenitud risueña y vitalista del Renacimiento al desengaño del Barroco. Lo más estremecedor es el famoso endecasílabo final, absolutamente pesimista y absolutamente fiel al Collige virgo, rosas: “Goza de la vida, muchacha, antes que toda tu belleza se convierta en nada”. Este verso fue imitado posteriormente por muchos poetas como Lope de Vega y está inspirado en el Génesis de la Biblia (“Con el sudor de tu rostro te alimentarás de pan, hasta que regreses a la tierra de la que fuiste formado: porque eres polvo y al polvo regresarás”). El mismo Horacio usó también esta expresión categórica: “Somos polvo y sombra”.
Evolución del tópico: Barroco Andrew Marvell (1621-1678), poeta inglés, que escribió pocas composiciones en su vida. Se dedicó especialmente a la política. A su desdeñosa amada (fragmento) Si tuviéramos mundo y tiempos suficientes, tu desdén, señora, no sería delito, demoraríamos pensando cómo entretener nuestros largos días de amor. Mas a mis espaldas siempre oigo el carro alado del tiempo presuroso; y a lo lejos, ante nosotros, yacen desierto de vasta eternidad. Se desvanecerá tu belleza y, bajo tu lápida, ya no oirás el eco de mi canto; pues los gusanos comerán esa virginidad largo tiempo guardada y tu honra convertirán en polvo, y en ceniza todos mis deseos. La tumba es un lugar bello y privado, mas nadie, que yo sepa, allí se abraza. Así pues, mientras el color de la juventud se pose en tu piel como el rocín de la mañana, y mientras tu alma anhelante transpire pasión por cada poro, gocemos el uno del otro mientras podamos; y ahora, como aves de rapiña enamoradas, de inmediato devoremos nuestro tiempo antes de consumirnos ante su dominio. (…)
Evolución del tópico: Barroco Otro de los grandes hitos poéticos del carpe diem, con un tratamiento típicamente barroco, es un soneto de la gran poetisa mexicana Juana de Asbaje —llamada en religión sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), nombre con que ha pasado a la literatura. Sor Juana presenta una figura femenina, Celia, que contempla una rosa y a ella se dirige, como trasunto de la propia autora dirigiéndose a las jóvenes; y, como el viejo Horacio o el caballero Garcilaso, les exhorta a gozar de su mocedad; aunque, con un enfoque muy personal y valiente, les aconseja afrontar el destino aciago que espera a todo ser vivo, porque, si bien es verdad que “llega la muerte presurosa”, más vale morir en la plenitud de la belleza que conocer el ultraje de la vejez, idea en la que parece latir la conocida frase del poeta griego Menandro: “Muere joven el amado de los dioses”. Miró Celia una rosa que en el prado ostentaba feliz la pompa vana, y con afeites de carmín y grana bañaba alegre el rostro delicado; y dijo: “Goza sin temor del hado el curso breve de tu edad lozana, pues no podrá la muerte de mañana quitarte lo que hubieres hoy gozado. Y aunque llega la muerte presurosa y tu fragante vida se te aleja, no sientas el morir tan bella y moza: mira que la experiencia te aconseja que es fortuna morirte siendo hermosa y no ver el ultraje de ser vieja”.
Evolución del tópico: XVIII, XIX, XX ¿No ves aquella rosa, que con beldad lozana el lindo seno ofrece al céfiro del alba? Pues aún no bien las sombras del alto monte caigan, cuando su pompa hermosa mustia verás y ajada. No pierdas, no Mirtila, tu plácida mañana; la más brillante rosa al otro sol no alcanza. El tópico continúa cultivándose mucho durante los siglos posteriores, aunque no con menor frecuencia y llega con frescura al Siglo XX, cuando se actualiza, adaptándose a los nuevos tiempos. Durante el siglo XVIII es muy utilizado en España por autores como Alberto Lista , Meléndez Valdés o Torres Villaroel. Alberto Rodríguez de Lista y Aragón (1775- 1848), matemático, poeta, periodista y crítico literario español
Evolución del tópico: XIX ¡Oh, no! No te dirijas al Leteo; ni tuerzas acónito de duras raíces, por su jugo venenoso; ni dejes que tu pálida frente bese la belladona, el racimo encarnado de Proserpina [...] Vive con la Belleza -la Belleza que muere- y la Alegría, siempre con la mano en los labios para decir adiós [...] ¡ah!, y en el propio templo del Deleite, velada, tiene Melancolía su altar señero, visto sólo de quien, con lengua tenaz, quebrar supiere uvas de la Alegría en su paladar fino: su triste poderío bien gustará aquel alma, y penderá entre aquellos trofeos nebulosos. John Keats (1795-1821), muerto muy joven de tuberculosis, es uno de los grandes poetas románticos ingleses.
Evolución del tópico: XX Rubén Darío (1865-1916), poeta modernista, escribió varios poemas dedicados al carpe diem, como estrofa de “Poema de otoño” Gozad del sol, de la pagana luz de sus fuegos; gozad del sol, porque mañana estaréis ciegos.
Evolución del tópico: XX A lo lejos los montes tienen nieve al sol Pero es ya suave el frío calmo que alisa y agudiza los dardos del sol alto. Hoy, Neera, no nos escondamos, Nada nos falta, porque nada somos. No esperemos nada Y tenemos frío al sol. Pero tal como es, gocemos el momento, Solemnes en la alegría levemente, Y aguardando la muerte Como quien la conoce. Fernando Pessoa (1888- 1935) es uno de los mayores poetas y escritores de la lengua portuguesa y de la literatura europea. Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos. Escribió varios poemas sobre este tópico.
Evolución del tópico: XX Tómame ahora que aún es temprano y que llevo dalias nuevas en la mano. Tómame ahora que aún es sombría esta taciturna cabellera mía. Ahora, que tengo la carne olorosa y los ojos limpios y la piel de rosa. Ahora, que calza mi planta ligera la sandalia viva de la primavera. Ahora, que en mis labios repica la risa como una campana sacudida aprisa. Después... ¡Ah, yo sé que ya nada de eso más tarde tendré! Que entonces inútil será tu deseo como ofrenda puesta sobre un mausoleo. ¡Tómame ahora que aún es temprano y que tengo rica de nardos la mano! Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca y se vuelva mustia la corola fresca. Hoy, y no mañana. Oh amante. ¿No ves que la enredadera crecerá ciprés? la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou (1872-1979) en su poema “La hora”
Evolución del tópico: XX Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama.Y enciéndete en la noche que ahora empieza,y entre tantos amigos (y conmigo)abre los grandes ojos a la vidacon la avidez preciosa de tus años.La noche, larga, ha de acabar al alba,y vendrán escuadrones de espías con la luz,se borrarán los astros, y también el recuerdo,y la alegría acabará en su nada. Más, aunque así suceda, enciéndete en la noche,pues detrás del olvido puede que ella renazca,y la recobres pura, y aumentada en belleza,si en ella, por azar, que ya será elección,sellas la vida en lo mejor que tuvo,cuando la noche humana se acabe ya del todo,y venga esa otra luz, rencorosa y extraña,que antes que tú conozcas, yo ya habré conocido. FRANCISCO BRINES, El otoño de las rosas (1987). Francisco Brines (1932), poeta español valenciano, perteneciente a la Generación de los 50. Es miembro de la RAE
Evolución del tópico: XX Epitafio romano «No fui nada, y ahora nada soy.Pero tú, que aún existes, bebe, gozade la vida..., y luego ven.» Eres un buen amigo.Ya sé que hablas en serio, porque la amable piedrala dictaste con vida: no es tuyo el privilegio,ni de nadie,poder decir si es bueno o malollegar ahí. Quien lea, debe saber que el tuyotambién es mi epitafio. Valgan tópicas frasespor tópicas cenizas. Francisco Brines
Evolución del tópico: XX EL FULGOR DEL RELÁMPAGO Hay cosas que la vida te da cuando ya apenas podías esperarlas, y su luz maravillosa, elemental, purísima, te hace feliz de pronto. Y desgraciado, pues comprendes que no te corresponde ese milagro ahora y que no debes a ciegas entregarte a lo que era propio tal vez de otro momento tuyo, de un momento anterior, cuando tenías fuerzas para ser libre. Mas déjate llevar, vive esa hermosura con coraje, sin miedo. A qué pensar en lo que te conviene. Es muy fugaz la dicha. No la desprecies. Tómala. Y apura el fulgor del relámpago. Después, tiempo tendrás para seguir muriéndote.. Eloy Sánchez Rosillo (1948), profesor de Universidad y uno de los poetas más importantes de la actualidad.
Evolución del tópico: XX Expresión de experiencia de vida es el poema de Paz Díez Taboada (1942), profesora universitaria y escritora,dedicado “A un joven, al alba de enero”: Porque el alba es delgada como una jabalina y la noche aún nos muestra sus estrellas lejanas; porque el día se quiebra, sonrosado, en tu rostro, quiero dejarte en prenda un consejo discreto; vive, goza la luz, aprende la mañana y olvida que a las rosas las mustia su belleza
Evolución del tópico: XX Ten sueños altos ahora que eres joven, pues el tiempo feroz segará pronto tus manos, y tus ojos, y tus labios. Gozarás hasta entonces de lo eterno que cabe en el transcurso de tus días. Hoy tu hermosura es casi divina. Mañana esas perlas que protegen la madrugada joven de tu pecho se abrirán al dolor o a la locura, no ahuyentarán la sombra de la muerte. (Astrolabio, 1979) Antonio Colinas (1946) en 1979. Se le ha vinculado con los Novísimos, aunque ha seguido un camino personal.
Evolución del tópico: XX COMENTABAN SU MUERTE CON ESCÁNDALO. EL MAL CRECIÓ -DECÍAN- Y SE HIZO INCURABLE. PASÓ DEL RECTO AL SEXO, Y SE EXTENDIÓ DE ALLÍ AL INTESTINO. DEBIÓ SER TERRIBLE. PERO ASÍ ACABA QUIEN ANDA TANTO POR AHÍ, CON CUALQUIERA, ENTREGADO A DIARIO A LA PEOR VIDA. ASÍ DECÍAN ENVIDIOSOS VIEJOS. Y YO RECORDABA, EN TANTO, AQUEL MARAVILLOSO CUERPO, HENCHIDO DE JUVENTUD, BELLÍSIMO, LA GRÁCIL ARMONÍA DEL TORSO Y EL FRÁGIL VIGOR DE AQUELLAS PIERNAS. RECORDABA EL BOZO, LA SALIVA, LOS LABIOS, LA MEJILLA... Y AL RECORDAR NO CONDENABA EN ABSOLUTO. JUZGARÍA -PENSÉ- QUE ES EFÍMERA LA VIDA (COMO TANTOS HAN DICHO) Y QUE EL ARDOR Y LA BELLEZA DEL CUERPO EN JUVENTUD APENAS DURA...ASÍ PENSÉ, Y LO ENTENDÍ ENSEGUIDA. Luis Alberto de Cuenca (1950), poeta, ensayista y filólogo. Es uno de los más importantes poetas de la actualidad.
Evolución del tópico: XX Collige, Virgo, RosasNiña, arranca las rosas, no esperes a mañana.Córtalas a destajo, desaforadamente,sin pararte a pensar si son malas o buenas.Que no quede ni una. Púlele los rosalesque encuentres a tu paso y deja las espinaspara tus compañeras de colegio. Disfrutade la luz y del oro mientras puedas y rindetu belleza a ese dios rechoncho y melancólicoque va por los jardines instilando veneno.Goza labios y lengua, machácate de gustocon quien se deje y no permitas que el otoñote pille con la piel reseca y sin un hombre(por lo menos) comiéndote las hechuras del alma.Y que la negra muerte te quite lo bailado."Por fuertes y fronteras" 1996 Luis Alberto de Cuenca
Evolución del tópico: XX Nuevos deseos de malgastar a vida¿Qué se hicieron esas noches? Apenas tres,cuatro años, y ya tanta nostalgia…el encendido gozo de divisar un cuerpoamable, la batahola de los bares canallashasta el alba casi, la alegría vorazde tantas camas desconocidas y oscuras,y el temblor aquél al apretarse juntos…Yo ardía cada noche por un cuerpo,Y me parecía interminable e infinitaLa pasión, con su largo cabello juvenilY su afición al placer de la carne y al exceso…(Era capaz de irme – no sin excitación –adonde fuese… Contigo, cobrizo y selvático,pidiendo prestada casa y dineroa un casi desconocido y ocasional amigoaquella noche…). Ahora sé y aprendo tarde- como siempre – el cuento. No pierdasni un pétalo de la rosa en vano.La emoción no es la misma. La intensidadTampoco es constante y hasta un mismo placer seduce menos.Moraleja cansina de la literatura: Collige, virgo,Rosas, mordiscos, pelos y azucenas… Luis Alberto Cuenca