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Situación Actual. La Pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miembros. Estos son retos que desafían fuertemente su misión evangelizadora.
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Situación Actual • La Pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miembros. Estos son retos que desafían fuertemente su misión evangelizadora. • Los signos de los tiempos nos están pidiendo un relanzamiento pastoral y un acto de fe en el paso del Espíritu por nuestro mundo tan agitado por tantas situaciones de muerte.
Las instancias eclesiales nos están invitando a un nuevo impulso en la proposición de la fe y en el fervor evangelizador. • Y sabemos que la catequesis, instrumento privilegiado de formación cristiana y de crecimiento en la fe, sigue siendo una pieza fundamental para la renovación eclesial.
Al realizar nuestra reflexión sobre la realidad de la Catequesis en la Arquidiócesis podemos constatar que: • El sistema tradicional de la catequesis no ha funcionado, pues no ha producido los frutos deseados. • En muchas de nuestras comunidades la catequesis de iniciación en realidad no inicia, sino que llega a ser un proceso de conclusión de la vida cristiana.
La catequesis con mucha frecuencia no logra presentar el mensaje cristiano de manera convincente y significativa para el hombre de hoy, porque quizá utiliza lenguajes que nadie entiende, se dirige a auditorios que ya no existen y responden a preguntas o a problemas que nadie tiene y vive (Cfr. La Catequesis en América Latina, 131). • En la mayoría de nuestras comunidades la catequesis sigue siendo sobre todo catequesis infantil e infantilizante lejos todavía de una verdadera catequesis adulta y para los adultos.
En la Iglesia es bastante notoria la distancia que existe entre la comunicación de la fe y la cultura de nuestro tiempo. Nuestra acción pastoral padece de un grave desfase cultural que compromete seriamente la eficacia del anuncio evangélico y del testimonio cristiano. • A pesar de todos los esfuerzos que se realizan en el campo de la formación de los catequistas y demás agentes de pastoral, debemos reconocer que son insuficientes porque no responden a las necesidades actuales.
Debemos reconocer además que por mucho tiempo los esfuerzos de la acción pastoral de la Iglesia han estado orientadas hacia la promoción y conservación de un modelo tradicional notable: aquello del buen cristiano o fiel practicante, del cristiano observante de las prácticas y de las normas religiosas, dóciles, fieles, obedientes, frecuentadores habituales de los sacramentos y fieles seguidores de las enseñanzas de los pastores; cristianos más de tradición que de convicción.
Hoy viene en crisis el modelo oficial de cristiano y surge entonces la necesidad de promover un nuevo modelo de cristiano más de acuerdo con las condiciones del mundo actual.
Necesitamos pasar de una concepción de catequesis intelectualista, doctrinal a una catequesis capaz de sostener la vida cristiana en los varios ámbitos de la existencia y motivar el empeño de los cristianos adultos en la comunidad eclesial y social.
Porque éste es un cristianismo que sacramentaliza, pero no evangeliza y se encuentra al margen de los grandes cambios sociales y culturales que nuestra sociedad vive.
Proyección • La renovación que necesita nuestra práctica Catequética debe manifestarse en los siguientes cambios: • De una catequesis como tarea de cristianos más o menos entusiastas … a una catequesis considerada como auténtico e indispensable Ministerio de la Iglesia.
De una catequesis para una situación de cristiandad … a una catequesis de iniciación cristiana en una situación de pluralidad. • De una catequesis que sólo propone verdades y doctrinas … a una catequesis que descubre significados profundos en la vida de los discípulos de Jesús.
De una catequesis de sólo respuestas … a una catequesis de cuestionamientos que impulsan a la búsqueda del Dios de Jesucristo. • De una catequesis de dogmas doctrinales … a una catequesis de valores evangélicos.
De una catequesis de lenguajes sólo religiosos … a una catequesis de lenguajes seculares para poder dialogar con el mundo actual. • De una catequesis que adoctrina a las personas … a una catequesis que forja identidad cristiana.
De una catequesis que no encuentra su lugar en la pastoral de conjunto … a una catequesis que tiene un sitio insustituible dentro de ella. • De una catequesis que se dirige sólo a destinatarios … a una catequesis que dialoga con interlocutores hermanos en la Fe.
De una catequesis que a veces quiere uniformar a las personas … a una catequesis que respete y promueva la diversidad de los carismas. • De una catequesis centrada en los sacramentos … a una catequesis en proceso que abarque todas las etapas de la vida.
De una catequesis que ve al catequista como agente único … a una catequesis que vea a toda la comunidad como agente. • De una catequesis para niños … a una catequesis para todos. • De una catequesis pre-sacramental … a una catequesis que configure la identidad cristiana.
De una catequesis de infantes en la fe … a una catequesis que lleve a la madurez en la fe. • De una catequesis ocasional (eventos) … a una catequesis permanente. • De una catequesis solo doctrinal que prepara para ir al cielo … a una catequesis que cuestiona, ilumina y transforma las realidades sociales.
De una catequesis solo por requisito … a una catequesis por libre compromiso. • De una catequesis por costumbre o tradición … a una catequesis por convicción y que lleve a una verdadera conversión.
Posibilidad • Para poder llevar a cabo los cambios descritos anteriormente es necesario lo siguiente: • Hacer conciencia de cómo está la Catequesis y cómo tendría que estar. • Transformar la visión Pastoral de los Pastores y los Catequistas, profundizando en los Contenidos de los Documentos del Magisterio (CT, DGC, CEC, DA, VD).
Hablar el mismo lenguaje pastoral (pastores y catequistas) para poder trabajar en comunión.