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LA INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA BIBLIA. El Antiguo Testamento como Escritura inspirada. II Tm. 3,16. Toda Escritura inspirada por Dios ( theópneustos ) útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia. es. II Tm. 3,16. Toda Escritura inspirada por Dios
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LA INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA BIBLIA El Antiguo Testamento como Escritura inspirada
II Tm. 3,16 • Toda Escritura inspirada por Dios (theópneustos) útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia. es
II Tm. 3,16 • Toda Escritura inspirada por Dios (theópneustos) y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia. es
II Pe. 1,20-21 • Pero, ante todo, tengan presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres, movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios.
LA INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA BIBLIA El Concilio Vaticano I
Sesión IIIª - 24 de abril de 1870 • Dichos libros del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento íntegros, con todas sus partes, como se describen en le decreto del mismo Concilio [Concilio de Trento] (...) deben ser recibidos por sagrados y canónicos. La Iglesia los tiene por sagrados y canónicos no porque, habiendo sido escritos por la sola industria humana, hayan sido después aprobados por su autoridad, ni sólo porque contengan la revelación sin error, sino porque, habiendo sido escritos por inspiracióndelEspírituSanto, tienen a Dios por autor y como tales han sido entregados a la misma Iglesia.”
Sesión IIIª - 24 de abril de 1870 • Los libros sagrados, que antes eran considerados como única fuente y único juez de la doctrina cristiana, ya no son tenidos por divinos e incluso comienzan a ser contados entre las especulaciones míticas.
LA INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA BIBLIA La encíclica Providentissimus Deus León XIII - 18 de noviembre de 1893 -
nº 44:En efecto, los libros que la Iglesia ha recibido como sagrados y canónicos, todos e íntegramente, en todas sus partes, han sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo; y está tan lejos de la divina inspiración el admitir error, que ella por sí misma no solamente lo excluye en absoluto, sino que lo excluye y rechaza con la misma necesidad con que es necesario que Dios, Verdad suma, no sea autor de ningún error.
nº 40: Los escritores sagrados, o mejor el Espíritu Santo, que hablaba por ellos, no quisieron enseñar a los hombres estas cosas (la íntima naturaleza o constitución de las cosas que se ven), puesto que en nada les habían de servir para su salvación; y así, más que intentar en sentido propio la exploración de la naturaleza, describen y tratan a veces las mismas cosas, o en sentido figurado o según la manera de hablar en aquellos tiempos, que aún hoy rige para muchas cosas en la vida cotidiana hasta entre los hombres más cultos.
LA INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA BIBLIA La encíclica Divino Afflante Spiritu Pío XII - 30 de septiembre de 1943 -
nº 23: Es absolutamente necesario que el intérprete se traslade mentalmente a aquellos remotos siglos del Oriente, para que, ayudado convenientemente con los recursos de la historia, arqueología, etnología y de otras disciplinas, discierna y vea con distinción qué géneros literarios, como dicen, quisieron emplear y de hecho emplearon los escritores de aquella edad vetusta. Porque los antiguos orientales no empleaban siempre las mismas formas y las mismas maneras de decir que nosotros hoy, sino más bien aquellas que estaban recibidas en el uso corriente de los hombres de sus tiempos y países. Cuáles fueron éstas, no lo puede el exégeta como establecer de antemano, sino con la escrupulosa indagación de la antigua literatura del Oriente.
LA INSPIRACIÓN Y LA VERDAD DE LA BIBLIA El Concilio Vaticano II
Constitución Dogmática Dei Verbum • nº 11:Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo. La santa Madre Iglesia, según la fe apostólica, tiene por santos y canónicos los libros enteros del Antiguo y del Nuevo Testamento con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo (cf. Jn., 20, 31; 2 Tm., 3, 16; 2 Pe., 1, 19-20; 3, 15-16), tienen a Dios como autor, y como tales se le han confiado a la misma Iglesia. Pero en la redacción de los libros sagrados Dios eligió a hombres, y se valió de ellos que usaban sus propias facultades y fuerzas, de forma que, obrando Él en ellos y por ellos, escribieron, como verdaderos autores, todo y sólo lo que El quería.
Constitución DogmáticaDei Verbum • nº 12:Dios habla en la Sagrada Escritura por medio de hombres y en lenguaje humano, por lo tanto, el intérprete de la Escritura,para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atencióndecir y Dios quería dar a conocer con dichas palabras.
nº 12: Para descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta, entre otras cosas los géneros literarios. Pues la verdad se presenta y enuncia de modo diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos o en otros géneros literarios. El intérprete indagará lo que el autor sagrado dice e intenta decir, según su tiempo y su cultura, por medio de los géneros literarios propios de su época. Para comprender exactamente lo que el autor propone en sus escritos, hay que tener muy en cuenta los modos de pensar, de expresarse, de narrar que se usaban en tiempo del escritor, y también las expresiones que entonces más se solían emplear en la conversación ordinaria.
Las consecuenciasde la inspiración La verdad de la Sagrada Escritura
Constitución Dogmática Dei Verbum • nº 11: Puesto que todo lo que los autores inspirados o hagiógrafos afirman debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, hay que confesar que los libros de la Escritura enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra salvación. Así, pues, ‘toda la Escritura [es] divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y preparado para toda obra buena’ (2 Tim., 3, 16-17 gr.).
Las consecuencias de la inspiración La fuerza de la Sagrada Escritura
Constitución Dogmática Dei Verbum • nº 21: En los Libros sagrados, el Padre, que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos. Y es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual. Por eso se aplican a la Escritura de modo especial aquellas palabras: ‘La palabra de Dios es viva y enérgica’ (Heb. 4,12), ‘puede edificar y dar la herencia a todos los consagrados’ (Hch. 20,32; cf. 1 Tes. 2,13).