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Educación y trabajo. ¿Se autovalidan o su naturaleza, sentido y alcance se inscribe en un marco que los contiene y significa?.
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Educación y trabajo ¿Se autovalidan o su naturaleza, sentido y alcance se inscribe en un marco que los contiene y significa?
«No se puede tomar a la educación y al trabajo como si flotaran en el vacío».Tenemos la experiencia práctica y teórica de que en la sociedad no hay compartimentos estancos, que todos los ámbitos están interconectados. La sociedad está conformada por un sinfín de relaciones “sociales”, como no podría ser de otro modo, que se organizan en funciones específicas, como la economía, la educación, la seguridad ciudadana. Están conectados
De la clase dominante proviene ese modo de separar los fenómenos y su estudio, abstrayéndolos, haciéndolos abstractos, o sea separados de lo terrenal, de lo histórico. Transformados en conceptos y magnitudes, porque para esta ideología, el colmo de lo abstracto es lo matemático, por lo que la operación culmina con la elaboración de «indicadores». Indicadores indican
Una mirada reductiva dificulta encarar el problema: reducir la crisis de la Educación sólo al sistema educativo formal, es recortar el estudio de sus causas, conexiones, alcance. Las causas son más globales y más profundas. Mirada reductiva
Como nos inspiramos en la visión crítica de los clásicos, es que una sociedad es un todo orgánico, en el que todos los “temas” están entrelazados. En una sociedad como la capitalista, basada en la explotación de la fuerza de trabajo, en la estructura productiva se condensan y expresan la explotación económica, la eficacia de la institucionalidad estatal, que señala quiénes son dueños del capital y quiénes no, así como la eficacia de la ideología dominante, que asigna los roles en la sociedad y los justifica. Un todo orgánico
Esta es la llamada “centralidad del trabajo”, esto es, en el proceso productivo se asienta la vida de toda la sociedad y, a la vez, le asigna su eficacia y contenido, a “lo económico”, “lo institucional”, “lo ideológico”. Al ampliar la mirada con esta metodología, se ve que la educación ha tenido, tiene y tendrá una función social. Los estudiosos de la sociedad, desde hace mucho han establecido empíricamente que cada instancia social (trabajo, familia, barrio, escuela, televisión, etc.), les da identidad, lenguaje, códigos a los que la integran. Eso se llama “socialización”. Centralidad del trabajo
Cada organismo social, “socializa” creando en cada individuo una red de influencias, en que juegan la familia, el trabajo, la escuela, los medios de comunicación. O sea, la educación es aquello que socializa. Incluso a la ciudad y sus ciudadanos. Uno de los modos de socializar es el Sistema Formal o Institucional de Educación. Su importancia es grande y su peso relativo varía con el tiempo. A su vez, se coincide que atraviesa serias dificultades, pero no es el único. Sistema educativo formal
Los grandes elementos críticos que se dan en la educación y el trabajo son comunes a ambas, como expresión de “crisis social”, reproduciéndose por donde se despliega la “mundialización” o “globalización” capitalista. Dentro de esa gran geografía económica común de alcance mundial, tienen además, otro espacio en común, la ciudad en crecimiento desenfrenado. Muchos autores reúnen todos estos elementos en el concepto de “crisis urbana”.
Entre 1973-1991 se da final de los equilibrios internacionales nacidos en 1945 y mantenidos gracias a la guerra fría. Se acelera el proceso de mundialización del mercado, reaparece el desempleo masivo en Occidente, el Estado de Bienestar cae en profunda crisis y reaparece la extrema pobreza en las ciudades. La contrarrevolución capitalista, “globalización”, en términos asexuados, y el neoliberalismo como ropaje livianamente doctrinario, han constituido un triunfo/y una derrota sin apelación ni precedentes. Un triunfo imperialista. Una derrota para el campo popular. Contrarrevolución capitalista
El trabajo, la producción y la seguridad social sufrieron los efectos perversos de esta política. La desindustrialización, junto con abrir los mercados a la producción foránea, provocó la desocupación de miles de trabajadores y la desaparición de oficios especializados. Las Administradoras de Fondos de Pensiones escamotearon miles de millones de la jubilación de los trabajadores. La privatización de servicios otrora brindados por el Estado agudizó las condiciones de desprotección de las poblaciones menos favorecidas, La renuncia del Estado a regular activamente las condiciones macroeconómicas, especialmente en lo referente al empleo, generalizaron el trabajo precario y los abusos patronales. Centralidad del trabajo precario
A escala internacional, se generalizaron los ataques desde el gobierno y las empresas a los sindicatos, desplazando el poder a favor del capital y debilitando la capacidad de negociación de los trabajadores. Desaparecieron centenares de sindicatos. Los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. Desde el punto de vista económico, la globalización es un proceso: insolidario, ya que no es redistributivo porque obedece, exclusivamente, a la lógica del capital; tutelado, porque es un proceso impulsado y controlado por las elites económicas y por los países centrales del sistema mundial y segregacionista, porque favorece y reproduce situaciones de desigualdad. Proceso insolidario
Para Bourdeiu se trata, en definitiva, de un “programa de destrucción de las estructuras colectivas” y de promoción de un nuevo orden fundado sobre el culto del “individuo solo, pero libre” Se puede hablar, pues, de mutaciones porque han cambiado a fondo aspectos esenciales de la vida de millones, como el trabajo, sus materiales, procesos, organización; el consumo, con la aparición del endeudamiento inducido para un sobreconsumo superfluo; la vida social, acelerada, fragmentada, con mucha violencia; la política, en la que las instituciones tradicionales del sistema político pierden valor de representación. Destrucción de estructuras colectivas
En muchas ciudades, especialmente en los países en vías de desarrollo, los habitantes de los barrios precarios representan más del 50 por ciento de la población y tienen poco o ningún acceso a los servicios de vivienda, agua, saneamiento, educación o salud. Con demasiada frecuencia, también se les priva de sus derechos humanos y civiles. Dicho de otro modo, nunca antes en la historia el mundo había sido testigo de un vertiginoso crecimiento de la urbanización igual a este. Sin embargo, con este rápido movimiento la población de barrios precarios ha aumentado de 776,7 millones en el año 2000 a alrededor de 827, 6 millones en 2010 Crisis urbana
En Uruguay, viven en Montevideo cerca del 40% de los habitantes. Este desequilibrio con profundas raíces en la historia y la economía del país, se conjuga con los desajustes producidos por la mundialización capitalista -especulación, segregación, narcotráfico, inseguridad ciudadana, entre otros – de modo que se puede afirmar que estamos en presencia de una crisis urbana típica del momento actual a escala internacional. Por eso, proponemos la idea de que se trata de un “problema estructural” que ha de encararse con transformaciones estructurales cuyos principales actores sean toda la ciudadanía. Problema estructural
En nuestro país, la fuerza centrífuga de la globalización, se combina con la fragmentación estructural conservadora. Uruguay ha construido su historia, su economía y su cultura, basado en el particularismo, un “chacrismo” que permea todas las estructuras sociales, desde un Ministerio a un club deportivo. Por principio y conveniencia, en Uruguay, los dueños del capital rechazan toda regulación, pues las normas generales interfieren en su lógica particularista. Globalización e historia
La relación particularista “fomenta una forma patrimonial de ejercer el poder, es decir, los espacios y los recursos políticos se usan para satisfacer los fines particulares de determinados grupos poderosos, los que aumenta el uso discrecional de los recursos públicos…generando una cultura política orientada a satisfacer las reivindicaciones inmediatas y particularistas, e impide consolidar una visión general de los problemas de la sociedad”. Zubriggen, ob.cit., pp.18 y 19 Relación particularista
De esta manera, por su carácter clientelista, rentista, los empresarios se orientan a una estrategia de competitividad a la baja, características todas que se conjugan para conformar un sistema productivo de baja calidad. Por eso las innovaciones no aparecen como indispensables, pues las ganancias se basan en otros factores. En la medida en que no haya premios y castigos orientados a la competencia entre empresas y a una competitividad/país basada en la calidad, no se podrán diseñar normas de carácter general con un viso de eficacia. Competitividad a la baja
Esta cultura obstaculiza la construcción de políticas públicas. Por ese atavismo cultural y por la supervivencia de posturas neoliberales, el Estado adopta una actitud fragmentada, por ejemplo, en lo que hace al desarrollo industrial, donde si bien constituye un avance la creación de los Consejos Sectoriales tripartitos del Gabinete Productivo, hay muchos sectores que no son alcanzados por esta visión, ni tampoco las EE:PP. Obstáculo a Políticas Públicas
El sistema formal de la Educación no escapa a esta determinación estructural, como lo muestra un artículo de Dra. en Educación, Ema Massera, que expresa: “El problema puede ser formulado del siguiente modo: Como fruto de la separación en partes, autónomas entre si y del Estado, la educación uruguaya, a) Carece de una conducción, b) No constituye un sistema , c) Tiende a reproducirse en esa situación. sin condiciones de transformación , El Sistema Educativo Uruguayo. Identificación de problema estructural de forma. En Cuadernos del Centro N°2, publicación del Centro de Formación y Estudios “José D'Elía” del SUNCA, julio de 2012. Educación y sistema educativo
A la fragmentación estructural del la Educación formal, se le superpone el retraso pedagógico, en la medida en que no se innova desde hace mucho tiempo y han sobrevenido drásticos cambios sociotécnicos. Hay un hecho civilizatorio de gran alcance, que ha de incidir en esta búsqueda. Por decenas de miles de años, los mayores asentaban la legitimidad de su rol social, en las enseñanzas que trasmitían a los jóvenes y niños. Los socializaban. Con la irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en todos los ámbitos de la vida actual, es más frecuente que los más jóvenes “socialicen” a sus mayores. Retraso pedagógico
Naturalmente que lo pedagógico, centro de la relación entre docentes y alumnos, tiene un elemento central en la motivación de sus protagonistas, lo que exige escucharlos para aprender de ellos a proyectar las actividades. No tendría por qué excluirse a priori que investiguen por Internet, que diseñen páginas Web, que cultiven granjas orgánicas. En definitiva, que sintonicen con la vida social que apunta a la “pública felicidad”. Motivación de los protagonistas
Superar la crisis de la educación y la crisis urbana, constituye un eje estratégico porque sintetiza las aspiraciones de la mayoría de la sociedad y es llamada a ser la función que incide en la formación de valores para una sociedad fundada en el trabajo, la solidaridad y la democracia. La educación pública se ha ido empobreciendo y los sueldos docentes son un fiel reflejo de ello. Si no se concibe la valorización de los docentes como un eje de la transformación educativa, ésta va a tener una base muy precaria. Eje estratégico
La superación de la crisis social –incluida la de la educación – está orgánicamente asociada a la ruptura creativa del actual bloque de poder, que supone transformar la matriz productiva, lo que sólo podrá lograrse por la lucha organizada de cientos de miles de uruguayos, en primer lugar los trabajadores sindicalizados. Como en cualquier otra actividad compleja, la forma institucional debe ser la culminación de un proceso de construcción conceptual y práctica y no solamente la definición a priori e inconsulto de actores políticos. Transformar la matriz productiva
El desafío estratégico de cambiar la matriz productiva y transformar la educación muestra cómo las relaciones sociales se modifican, “maduran” en el proceso histórico: en su larga historia el movimiento sindical uruguayo tuvo que dedicar sus mayores esfuerzos en la lucha reivindicativa económica y política. Ahora, estos esfuerzos se amplían al diseño estratégico, a la construcción de la hegemonía, a la dirección de la sociedad. Se amplían escenarios
El primer requisito de toda tarea gigantesca es la pasión de encararla. En al caso de los trabajadores el ingrediente principal, en cualquier caso, es la ética solidaria, o sea, la contraria a la que pregona la globalización neoliberal. En la sociedad, en nuestra vida, aparecen juntas la economía, la salud, la educación, la vida social, más o menos segura. Por lo tanto, nuestra solidaridad y la política sindical no se detienen en la obra, tienen que proyectarse fuera de ella. Yo diría, incluso, que no es una opción, sino que es una obligación. Porque, de otra manera, lo que ganamos por el lado de la economía, lo arriesgamos por el otro lado. Pasión por encarar la tarea
El trabajo, más trabajo y mejor trabajo, es la única salida, en todos los aspectos. La “exclusión” se supera metiendo pa’dentrode obras y fábricas a los gurises a los que la vida actual no les ofrece futuro alguno. No rebajando la edad de imputabilidad penal. La salida está por el lado de más trabajo, mejor trabajo, lo que exige cambiar la matriz productiva, o sea, fabricar mejores productos, mejorar la organización del trabajo. Mejores productos significa productos con más valor agregado. No los rolos sin procesar, o el fierro sin industria metalúrgica, Más trabajo, mejor trabajo (I)
Más trabajo, mejor trabajo exige formar futuros trabajadores de alta calidad y capacitar a los actualmente en actividad. O sea, ensanchar y mejorar la educación en todas sus ramas. Un ejemplo vivo lo constituye el convenio del SUNCA con el INAU, mediante el cual se han incorporado cientos de “gurises” del INAU a trabajar en la Construcción. Ayer se autoidentificabancomo “pibes chorros”, ahora, sin ser unos ángeles ni mucho menos, expresan “soy del SUNCA”. Ayer estaban socializados como “pibes chorros”, hoy están resocializándose como trabajadores de la construcción. Más trabajo, mejor trabajo (II)
«Parte de la changa no sólo pensar las protestas, es pensar la base social que les pongo abajo, por eso en la estrategia es primero el trabajo. Que el bolichero, el vecino, el del transporte que si marchamos nosotros marcha también, porque nuestra lucha es también la lucha del pueblo uruguayo. No es casualidad que este gremio cuando define que hay paralización corta en el shopping o en la mansión lujosa, pero nunca en una escuela o una cooperativa, porque no se trata de ponernos al pueblo de poncho, y las luchas alejadas del pueblo van rumbo a la derrota», señaló Oscar Andrade, secretario general del SUNCA, en la asamblea realizada en el Velódromo Municipal el 28 de agosto. La base social que le pongo