130 likes | 357 Views
PREPARACIÓN PSU HISTORIA / SESIÓN Nº11 ECONOMÍA Y SOCIEDAD COLONIAL. Esteban Miranda Chávez. La economía colonial. El monopolio comercial.
E N D
PREPARACIÓN PSU HISTORIA / SESIÓN Nº11ECONOMÍA Y SOCIEDAD COLONIAL Esteban Miranda Chávez
La economía colonial • El monopolio comercial • Desde un punto de vista económico, los reinos americanos quedaron sometidos a un régimen de monopolio dirigido desde la metrópolis, y aun los españoles residentes y los vasallos indígenas estaban obligados a tributar al rey de España. Desde esta perspectiva, el concepto jurídico de Reino pierde validez, y es más aplicable el concepto económico de Colonia. • Este monopolio comercial definía lo que las colonias podían producir y lo que estaba reservado exclusivamente para la producción de la metrópolis. Así también, el monopolio establecía que el comercio sólo podía hacerse entre las metrópolis y las colonias, no entre las colonias o entre una colonia y otro Estado, lo que era considerado como contrabando, es decir, comercio ilegal.
El monopolio también definía que el comercio sólo podía ser desarrollado por los españoles. De este modo, los comerciantes se transformaron en un gremio especial que tenía sus propios privilegios y fueros, ya que ante la ocurrencia de delitos, sólo podían ser juzgados por tribunales especiales. • El monopolio era administrado centralizadamente por España por la Casa de Contratación. Esta institución administró el monopolio, a través de un sistema que consistía en el envío a América, dos veces al año, de una flota de barcos escoltadas por galeones, la que llegaba a puertos específicos (como el de Portobello, Panamá) en los cuales se organizaban ferias para la distribución de los productos al resto del continente. Según ese sistema, las colonias debían enviar sus productos a estas ferias para que los barcos cargaran lo que le correspondía llevarse a España (especialmente metales preciosos) y aquello que sería distribuidos en el resto del continente. • Los productos americanos eran importados en España por el puerto de Sevilla, donde residía la Casa de Contratación. 1717, Cádiz.
Como el sistema era engorroso y por el aumento del contrabando durante el siglo XVIII, la Corona estableció una serie de reformas destinadas a hacer más eficiente el monopolio comercial. • 1740: Sistema de navíos de registro del Cabo de Hornos (llamada así porque utilizaba esa ruta para llegar al Océano Pacífico), según el cual bastaba que un comerciante español tuviera capital para comprar un barco el que, tras registrarlo en la Secretaría General de Marina de Indias (creada en 1714 para reemplazar algunas facultades de la Casa de Contratación), podía comerciar con cualquier puerto hispanoamericano. • De este modo el monopolio comercial se hizo más dinámico, ya que los barcos registrados pudieron acceder a distintas colonias, en cualquier momento del año, y las colonias no tuvieron ya la obligación de enviar sus productos a puertos específicos.
En 1778, la Corona estableció el Reglamento de Libre Comercio, según el cual se consolidó la tendencia dinamizadora del monopolio. Desde entonces, todos los puertos de España quedaron liberados para comerciar en forma independiente con las colonias americanas. Sin embargo, pese al título del reglamento, esto no significó la libertad para las colonias de comerciar entre sí o con otras naciones, pues este comercio siguió siendo considerado como contrabando. • Gracias a estas reformas, el comercio chileno creció enormemente durante el siglo XVIII, y permitió el despegue de los puertos de Concepción y Valparaíso, que se transformaron en los primeros puertos de la costa americana del Océano Pacífico en ser visitados por los navíos de registro. Esta situación se incrementó a fines del siglo XVIII, gracias a la creación de la “Compañía de Filipinas”, cuyos barcos fueron autorizados para recalar en Argentina, Chile y Perú, y comprar productos locales para comerciarlos en Filipinas.
El mercantilismo • El mercantilismo fue la fase del desarrollo del capitalismo que perduró durante toda la Colonia. Se caracterizó por la comercialización de productos (mercancías) que tuvieran una alta demanda, para mayor ganancia de los comerciantes. Como los metales preciosos (oro y plata) tenían una fuerte demanda en Europa, los empresarios españoles enfatizaban en su explotación. • En particular, Chile fue una colonia que careció de oro y plata. Si bien durante el siglo XVI los conquistadores hallaron lavaderos de oro (Marga-marga, Quillacoya y Villarica), hacia 1560, éstos estaban completamente agotados. • El agotamiento de los lavaderos de oro llevó a los productores chilenos a modificar su sistema de producción de otras mercancías que tuvieran alta demanda internacional, como forma de lograr tasas de retorno en dinero lo suficientemente importantes para hacer rentables a sus propiedades.
De este modo, desde fines del siglo XVII, los productores chilenos se especializaron en productos derivados de la ganadería y de la agricultura triguera, y organizaron sus propiedades en grandes estancias y haciendas, especializadas en esas producciones, en torno de las cuales se organizó la mano de obra encomendada y libre.
Los sistemas de trabajo • Durante los siglos XVII y XVIII hubo dos grandes sistemas de trabajo en Chile: el trabajo compulsivo y el trabajo libre. • El trabajo compulsivo se radicó en torno de la encomienda de indígenas, primero, y ante la decadencia de ésta, ocurrida a partir de 1630, en torno a la esclavitud indígena y negra. • El desarrollo del ciclo de exportación del trigo al Perú (1680-1750), provocó el desarrollo del peonaje rural y cambios en el sistema de la tenencia de la tierra, que permitieron el acceso de los inquilinos.
El PEÓN fue un trabajador rural libre (es decir, no sujeto a encomienda o esclavitud), al que se le pagaba en especies (debido a la escasez de moneda durante la Colonia) por una jornada de trabajo diaria, ya sea en labores de siembra o de cosecha. El desarrollo del ciclo exportador del trigo permitió el crecimiento numérico de los peones, los que fueron reclutados de los mestizos vagabundos y españoles pobres, que vivían en los alrededores de las haciendas y en los márgenes de las ciudades. • El INQUILINO, en tanto, fue un “arrendatario” de un lote de tierra, ubicado en el interior de la hacienda y por el que le pagaba al propietario de la tierra un canon, consistente en especies, es decir, una cantidad de mercadería cuyo valor el propietario consideraba suficiente para pagar el uso de la tierra. De este modo, el inquilino no se transformaba en propietario, pero la necesidad de producir para pagar el canon y para su propia subsistencia, provocó que en el inquilinaje descansara la expansión de la producción durante el siglo exportador del trigo.
En síntesis: el legado económico colonial • El mercantilismo (por lo menos hasta el 1860). • El poder de la hacienda (por lo menos hasta 1965). • La dependencia de al exportación de un recurso natural (por lo menos hasta 1980). • La especialización en la explotación de recursos naturales y no en el desarrollo industrial (por lo menos hasta 1960). • El trabajo rural libre: inquilinos y peones (hasta hoy en día). • Cambios: • Monopolio comercial: abolido por el decreto de libre comercio de la Primera Junta de Gobierno en 1810. • La encomienda: abolida por Ambrosio O’higgins en 1791. • Los tribunales especiales de minería y de comercio (abolidos durante la Independencia).
Legado social de la Colonia • El desarrollo de prejuicios sociales, del culto a las apariencias, del racismo y del clasismo. • La sociedad fue predominantemente rural hasta 1940, cuando, por primera vez en la historia demográfica de Chile, la población urbana pasó a ser mayor que la rural. Sin embargo, no fue hasta 1970 en que la ciudad pasó a ser centro socioeconómico y cultural del país. • Ciertos privilegios de la aristocracia colonial perduraron en el tiempo. Los títulos de nobleza fueron abolidos por el gobierno de Bernardo O’higgins, pero los mayorazgos fueron eliminados recién en el gobierno de Manuel Montt (1851-1861).