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Mejorando Nuestra Imagen. Isaías 53:5 (TLA) Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados. Isaías 53:3
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Mejorando Nuestra Imagen
Isaías 53:5 (TLA) Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados. Isaías 53:3 Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos.
El sufrimiento de Cristo • Se angustió Mateo 26:38 «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir—les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo.»
El sufrimiento de Cristo • Se angustió • Quiso evitar el trago amargo Mateo 26:42 Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad.»
El sufrimiento de Cristo • Se angustió • Quiso evitar el trago amargo • Fue herido en el rostro Mateo 26:67–68 67 Entonces algunos le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos. Otros lo abofeteaban 68 y decían: —A ver, Cristo, ¡adivina quién te pegó!
Génesis 1:26–27 26 y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.» 27 Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó
Ezequiel 1:8–10 8 En sus cuatro costados, debajo de las alas, tenían manos humanas. Estos cuatro seres tenían caras y alas, 9 y las alas se tocaban entre sí. Cuando avanzaban no se volvían, sino que cada uno caminaba de frente. 10 Sus rostros tenían el siguiente aspecto: de frente, los cuatro tenían rostro humano; a la derecha tenían cara de león; a la izquierda, de toro; y por detrás, de águila.
Marcos 14:43–46 43 Todavía estaba hablando Jesús cuando de repente llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos. 44 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo le dé un beso, ése es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado.» 45 Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús. —¡Rabí!—le dijo, y lo besó. 46 Entonces los hombres prendieron a Jesús.
Santiago 1:22–24 22 No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. 23 El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo 24 y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es.