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DEL RESENTIMIENTO AL PERDÓN. VIVIMOS EN UN MUNDO HERIDO. EL PESO DE LA HERIDA.
E N D
EL PESO DE LA HERIDA ¿No es verdad que hay cosas como un peso que te llevan siempre a la negatividad, al desánimo, a la experiencia de estar abandonado, como aislada, como ansiosa, como angustiado…. –eso que se llama depresión- y que no sabes ni por qué vienen y casi tampoco sabes ni cómo se van? ¿No es cierto que has intentado acallar, muchas veces, todos esos “ruidos desequilibrantes”, del vacío interno, con más trabajo, con más actividad, con drogas, con alcohol, con música, con televisión que te distraigan? ¿No es verdad que quizá alguna vez has intentado preguntarte qué te pasa pero no has podido entenderte en nada y entonces has optado por espantar el malestar con cosas extrañas?
Quien está resentido se siente herido u ofendido por alguien o por algo que influye contra su persona. • El detalle es que muchas veces no sabemos de dónde proviene esa herida. • Otro detalle importante es que muchas veces actuamos de manera inconsciente. • Y por último, experimentamos una gran dificultad para manejar nuestros sentimientos.
ORIGEN DE LAS HERIDAS • Desde el seno materno podemos recibir estímulos negativos y positivos que marcan nuestra existencia. • La necesidad que tiene toda niña, todo niño de recibir reconocimiento y amor incondicional. • Cuando no se acepta el embarazo de la madre, cuando no se está de acuerdo con el sexo de quien nace. • Cuando no se apuesta por el niño. • Cuando se maltrata y no se recibe el tacto adecuado. • Cuando se erotizan las caricias.
ORIGEN DE LAS HERIDAS • Cuando se reciben castigos físicos • Cuando los niños perciben los conflictos matrimoniales • Cuando los niños se sienten comparados. • Cuando se sienten abandonados • Cuando sienten que prefieren a sus hermanos • Cuando son ignorados o sobreprotegidos.
QUIÉN PROVOCA LA HERIDA • La madre, el padre, los hermanos y familiares cercanos • A través de exigencias de comportamientos superiores a su desarrollo, sensación de ser relegado al cuidado de varios miembros de la familia, ironías, burlas, chantajes y sobreprotección. • También ambientes inhóspitos, económicamente precarios, insalubres, violentos o de guerra. Perdidas afectivas tempranas.
Todas estas son algunas posibles formas de experimentar el no-reconocimiento, la no-satisfacción de las necesidades básicas, la ausencia de amor incondicional, generándose así, las heridas. Es importante que tengas en cuentas que las heridas pueden darse por falta o por exceso.
Estas heridas al producir una sensación de indefensión en el niño, en la niña, hacen que surjan en ellos unos miedos básicos: a ser condenada, a no ser querido, a fracasar, a ser comparada, a quedarse vacío, a ser abandonada, a sufrir, a mostrarse débil, al conflicto.
¿Cuál de esas posibles causas de heridas me resuenan como si fuese la mía? • ¿Cuál al leerla sentí que se me movía algo por dentro? • ¿Cuál suscitó algo de tristeza, de cólera? • ¿Cuáles otras causas añadiría yo como causantes de golpes en el corazón? Es importante descubrir esto, porque es justamente el ir buscando satisfacer esta necesidad que no fue satisfecha en la niñez, la que me hace reaccionar desde esa carencia y me hace buscar –ya siendo adulto- satisfacciones como si fuese aún pequeña.
LOS SÍNTOMAS DE LA HERIDA • El ser perfeccionista para evitar ser condenado • El ser extremadamente servicial para evitar el no ser querido • El buscar tener éxito antes que nada por miedo al fracaso • El mostrarse notoriamente como diferente para no ser comparado • El ser un acumulador intelectual por miedo al vacío. • El seguir la norma antes que nada, por miedo al abandono. • El buscar desmedidamente el placer exponiéndose constantemente al sufrimiento • El mostrar el poder para no mostrar fragilidad • El ser un pacifista por miedo al conflicto
REACCIONES DESPROPORCIONADAS • Se manifiestan sobre todo a través del lenguaje y de las actitudes: “no me quieren” “no soy importante” “no me valoran” “no creen en mí” “me van a hacer daño” “si no hago esto me abandonarán”
CULPA INSANA • El remordimiento que lleva a la negación del auto-perdón, y por tanto incapacita para experimentar muchas veces la gratuidad del amor humano, y ya en el plano espiritual, la misericordia de Dios. • El remordimiento –te comes a ti mismo- hace que te quedes encerrado en ti cuando cometes un error, cuando haces algo inadecuado, cuando fallas, lamentándote de tu incapacidad y autodestruyéndote con las cosas que te dices, en vez de centrarte en las consecuencias de tu acción, para aprender de ello u para buscar caminos de reparación o por lo menos evitar futuras reincidencias. • Siempre paraliza, censura, socava la estima personal
EXPRESIONES DE CULPA INSANA • Ser demasiado responsable • Preocuparse en serio • Ser un ayudador compulsivo • Disculparse continuamente • Culparse constantemente • Preocuparse por lo que las personas piensen de uno • Debo y debería son las palabras favoritas • No darse tiempo para sí
EXPRESIONES DE LA CULPA INSANA 9. Preocuparse de que otros sean mejores que uno 10. Pensar que no se es tan bueno como la gente considera. 11. No se puede soportar la crítica 12. Se es un perfeccionista 13. Preocupa el ser egoísta 14. Disgusta el pedir ayuda 15. No se pueden aceptar cumplidos 16. A veces preocupa ser castigado por los pecados 17. No puede decir que no.
CULPA SANA • Es la que lleva a hacerse responsable de los propios actos, a dejar el pasado y a sentirse dignos. Este proceso de responsabilidad, auto-cuestionamiento y abandono del pasado renueva y profundiza el auto-respeto. Se llama perdón. La culpa sana me permite juzgar, y en todo caso reprobar, solamente mi conducta, nunca mi persona.
¿CUÁNDO ES SANO UN SENTIMIENTO DE CULPA? • Cuando es más consciente • Cuando duele por haber hecho daño a otros • Cuando va acompañado por un pensamiento más desarrollado • Cuando no es ni muy espontáneo ni muy cultivado • Cuando incita a hacer algo bueno • Cuando invita a perdonar y a perdonarnos • Cuando facilita la empatía • Cuando no enloquece.
SANAR LAS HERIDAS • Donde quiera que se guarden los traumas que se originaron por las heridas ya sea en el inconsciente , en la memoria corporal, o como pensamos muchos, en el niño o en la niña que fuimos y sigue vive en nosotros, desde allí, el dolor ligado a nuestro pasado influye, condiciona y perturba nuestro presente, ciñendo nuestro potencial y jugando en contra de nuestros mejores proyectos. • Genialmente, John Bradshaw, el más didáctico de los terapeutas contemporáneos, llamó a estos aspectos el niño herido interior.
EL NIÑO HERIDO • Muy frecuentemente, ese niño interior sufre el no haber superado las consecuencias de una deficiente actuación de su padre o madre, o la falta de herramientas de su entorno para contener situaciones difíciles, como son, por ejemplo, la muerte de una figura importante o una debacle socioeconómica familiar. • Por lo general, no se trata solamente de alguna frustración o hecho doloroso, pues la vida de todos las incluye y las incluirá. • Se trata más bien, de la represión –consciente o no; por mandato o imitación- de los sentimientos ligados a esos episodios
EL NIÑO HERIDO • Si un niño no aprende a dejarse sentir y a expresar, especialmente por ser rechazado, terminará irremediablemente desconectado, asustado y distante de todo y de todos. El hiño herido siente, cree, sabe o recuerda la amenaza de no ser amado si hacía eso o aquello o si dejaba de hacer eso otro. • La fantasía del desamor o del abandono crea un vacío que se intentará llenar después con actitudes inadecuadas, repetición de conductas, manipulación de los demás, adicciones y autodestrucción (depresión, aislamiento, autoboicot…) o con respuestas agresivas y hostiles hacia todo y todos.
EL NIÑO HERIDO • Nuestro niño interior representa nuestra parte más vital y espontánea. • Sus dolores son los nuestros y su desamparo, nuestra desesperación. • Sanarlo es sanar nuestro pasado y, por lo tanto, “curar” nuestra existencia presente y futura.
SENTIR LAS EMOCIONES • No se trata de re-educar al niño interior sino dejarlo ser. • Es un descubrimiento de nuestras esencias y habilidades ya olvidadas. • Muchas veces sentimos el rechazo por aspectos reprimidos y tenemos miedo de que el dolor nos invada, de que nos paralice o destruya. • Pero es necesario darse cuenta de que nada de eso sucederá. • Esa es una idea exagerada de nuestra vulnerabilidad o fragilidad, que, en realidad, es el desamparo de un niñi que se siente solo y lastimado.
SENTIR LAS EMOCIONES • Para ello es necesario establecer contacto con nuestro niño interior. Es necesario volver atrás y permitirnos sentir aquellas emociones bloqueadas, que son las que nos encarcelan en una determinada “personalidad” socialmente correcta y aceptada, pero ausente de espontaneidad y frescura. • No son los traumas de la infancia los que nos enferman sino nuestra incapacidad de expresarlos. • Necesitamos crear un espacio para que salga ese niño espontáneo y expresivo, libre y feliz.
RECONOCER AL NIÑO INTERIOR • La idea principal es volver a conectar con ese niñito que generalmente se siente solo y abandonado para que nos diga qué necesita, para ayudarlo a expresarse, para validarlo, para que confíe en sus emociones y en sí mismo. De esa forma, empezaremos a confiar en nosotros mismos. • Nuestro adulto interior, la parte más sana y crecida que podemos encontrar en nosotros, debe reconocer el aspecto infantil y herido del niño que nos habita y aceptarlo tal como es.
RECONOCER EL NIÑO INTERIOR 3. Debemos aprender a tratar al niño interior con un amor incondicional u mostrar una actitud tan permisiva que le permita sentirse libre para expresar sinceramente sus sentimientos. 4. Debemos respetar la forma en la que el niño herido pretende enfrentar sus problemas. aceptar que quizás él o ella saben, más que nosotros, cómo afrontar la situación y qué es lo que hay que cambiar. No se trata de dirigir las acciones sino de ser el continente que el niño necesita para poder encarar su desafío. Él decide el rumbo y el adulto lo sostiene.
RECONOCER EL NIÑO INTERIOR 5. El adulto interno debe resistir sus urgencias y no forzar al niño lastimado a que soluciones sus cosas ya, ni a que deje de llorar, ni, mucho menos, a que sea feliz ahora. Todo eso es la consecuencia de una acción pero no su punto de referencia.
EXPECTATIVAS “Si vives satisfecho tener más pierde importancia” La sociedad parece creer firmemente que la felicidad, igual que la desdicha, se pueden calcular, medir, comparar y evaluar, día a día, minuto a minuto, año tras año. Eterno Quieromás
EXPECTATIVAS • Método pasivo: acumular mandatos y condicionamientos sin siquiera revisarlo nunca. ¿Qué es lo mejor que quieres para mi? • Método activo: consiste en dedicar una parte importante de cada semana a cotejar todo lo que posee con todo lo que otros tienen, han tenido o podrían llegar a tener. Sin pensar, vivimos mirando a nuestro alrededor y comparándonos con los demás hasta el ridículo.
NUESTRO DESEO DE SER ACEPTADOS • Surge del anhelo de gustar a los demás y de que nos acepten las personas importantes. • Activismo: hacer cosas por los demás, manejar a los demás o amar con condiciones. • Competitividad: queremos dejar una marca en la vida, ser diferentes, especiales. Comparaciones.
VIVIR SIN EXPECTATIVAS “El único camino para seguir creciendo es aprender a apreciar lo que ya tenemos”. El verdadero antídoto del anhelo es la aceptación y no la posesión, el deseo pero no la expectativa, la conciencia pero no el control.
EL RESENTIMIENTO Re - sentir
RE-SENTIR • Echarle leña al fuego • Es despertarte y pensar en aquello que pasó y que te molesta tanto. • Es machacarle al asunto • Rayar el disco • Es desperdiciar el maravilloso archivo de la memoria guardando agravios (clasificados y por fechas) que al final nos amarga la existencia.
NATURALEZA DEL RESENTIMIENTO • El resentimiento suele aparecer como reacción a un estímulo negativo que nos hiere y que se presenta en forma de ofensa o de agresión. • No toda ofensa produce resentimiento, pero todo resentimiento va siempre precedido de una ofensa.
LOS ESTÍMULOS DEL RESENTIMIENTO • La ofensa que causa resentimientos puede presentarse, en primer lugar, como acción de alguien contra mí: cuando me agreden físicamente, me insultan o me calumnian. • En segundo lugar, en forma de omisión cuando no recibo lo que esperaba, como una invitación, un agradecimiento por el servicio prestado o el reconocimiento por el esfuerzo realizado. • En tercer lugar están las circunstancias pues se puede estar resentido por la situación socioeconómica, por algún defecto físico, o por las enfermedades que se padecen y no se aceptan.
LOS ESTÍMULOS DEL RESENTIMIENTO Todo resentimiento depende del modo como se mire una misma realidad, o más concretamente cómo se juzguen las ofensas recibidas- con objetividad, exageradamente o de forma imaginaria. y explican el que muchos resentimientos sean completamente gratuitos, porque dependen de la propia subjetividad que aparta de la realidad, exagerando o imaginando situaciones o hechos que no se han producido o no estaban en la intención de nadie.
LA RESPUESTA PERSONAL • El resentimiento es un efecto reactivo ante la agresión, que en cuanto tal tiene carácter negativo. • Consiste en la respuesta ante la ofensa que se experimenta íntimamente. • Por eso lo determinante en el resentimiento no radica en la ofensa en cuanto tal sino en la respuesta personal. • Y esta respuesta depende de cada quien, porque nuestra libertad nos confiere el poder de orientar de alguna manera nuestras reacciones.
“No es lo que los otros hacen ni nuestros propios errores lo que más daña; es nuestra respuesta”. Si perseguimos a la víbora venenosa que nos ha mordido, lo único que conseguiremos será provocar que el veneno se extienda por todo nuestro cuerpo. Es mucho mejor tomar medidas inmediatas para extraer el veneno.
Esta alternativa se presenta ante cada agresión: o nos concentramos en quien nos ofendió con su agravio y entonces surgirá el veneno del resentimiento, o lo eliminamos mediante una respuesta adecuada, no permitiendo que permanezca dentro de nosotros.
SENTIRSE, LAMENTARSE O RESENTIRSE • Sentirse: retraerse o distanciarse de quien a cometido la agresión, en ocasiones incluso retirándole la palabra. • “La susceptibilidad que está a flor de piel”. Estar sentido con alguien es lo mismo que estar dolido, triste, enojado por algún desaire que nos hicieron. Muchas real y muchas más, aparente. • “Ve moros con tranchetes”
Lamentarse: o simples protestas verbales, que son como un desahogo de quién está sentidos sin que se traduzcan en acciones. • En el caso, por ejemplo, del hermano mayor de la parábola del hijo pródigo: No es de extrañar que, en su ira, el hijo mayor se queje al padre… Sus palabras demuestran que está dolido. • Su autoestima se siente herida por la alegría del padre y su propia ira le impide reconocer a este sinvergüenza como su hermano. Con las palabra “ese hijo tuyo” se distancia de su hermano y también de su padre, se han convertido en dos extraños.
Resentirse: incluye el afán de reivindicación, de venganza, de desquite. • El resentido no sólo siente la ofensa que le infligieron, sino que la conserva unida a un sentimiento de rencor, de hostilidad y hacia a persona causante del daño, que impulsa a la revancha, a un ajuste de cuentas, no dejando las cosas tal y como se han dejado. • Lo triste es cuando el resentido no puede actuar contra aquel que considera le ha dañado y entonces su acción puede recaer sobre quienes no tienen nada que ver en el asunto.
El resentido retiene interiormente la ofensa porque no quiere olvidar. • Puede recordar y describir con detalle lo que sucedió porque ha vivido concentrado en ese suceso. • Vuelve sobre el hecho una y otra vez, ante ciertos estímulos recordatorios. • La detonación del resentimiento puede venir años después de los hechos que lo hicieron germinar; en un momento dado dan cumplida cuenta de la venganza que guardaban.
“El Resentimiento es un veneno que me tomo yo, esperando que le haga daño al otro”
El Resentimiento es una carga • la vamos arrastrando fatigosamente • nos aferramos a él • no nos damos cuenta del mal que nos hace
El Resentimiento te lastima sobre todo a ti • Te corroe por dentro • Te impide alcanzar la paz • Te hace gastar energías • Te afecta la salud
El Resentimiento nos daña • Padecimientos: • dolores de cabeza y de estómago • úlceras, colitis • enfermedades nerviosas • cáncer
El Resentimiento nos inmoviliza • Imagina que alguien hace que te tropieces en un arbusto espinoso, ¿qué harías? • Quedarte tirado y lamentándote por tu herida • Dar gritos para que todos se detengan a consolarte, a quitarte las espinas • Hacer que la persona que te hizo caer se detenga y te ayude • Tirarla tu también para que vea lo que se siente • Levantarte, sacudirte las espinas y seguir caminando.
El Resentimiento es infeccioso • Se propaga en tu interior • Es como una droga • La persona se acostumbra a vivir en el odio, la amargura, y llega el momento en que ya no quiere perdonar pues su deseo de venganza se ha convertido en su razón de ser y ya no concibe su vida sin ese odio que siente hacia determinada persona.
El resentimiento se contagia a otros • Al platicar horrores de alguien • Cuando se busca cómplices que te den razón • Lo que comenzó como un problema personal, pronto involucra a más y más personas
Albergar un resentimiento equivale a comerte a una creatura venenosa que desde tu interior generará destrucción, no sólo a ti mismo sino contra cuantos se acerquen a ti. El resentimiento destruye al ser humano con el odio.