1 / 7

H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970 Serie meditativa 05 cepam

H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970 Serie meditativa 05 cepam.

ignatius
Download Presentation

H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970 Serie meditativa 05 cepam

An Image/Link below is provided (as is) to download presentation Download Policy: Content on the Website is provided to you AS IS for your information and personal use and may not be sold / licensed / shared on other websites without getting consent from its author. Content is provided to you AS IS for your information and personal use only. Download presentation by click this link. While downloading, if for some reason you are not able to download a presentation, the publisher may have deleted the file from their server. During download, if you can't get a presentation, the file might be deleted by the publisher.

E N D

Presentation Transcript


  1. H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970 Serie meditativa 05 cepam

  2. “La vida religiosa ha de acoger seria y profundamente el don de Dios para hacerlo producir frutos maduros, expresados en forma visible y definitiva en una vida de comunidad. De ahí que en toda renovación seria de la vida religiosa (y a ello nos llama el Concilio), la reestructuración de la vida comunitaria ha de ocupar un lugar y un papel de especial importancia”. (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 113)

  3. “El que quiera cumplir perfectamente el mandato del Señor, no sólo estará dispuesto a poner en común sus bienes, su talento, su capacidad y su propia vida, sin limitaciones egoístas, sino que efectivamente lo hará así, dándose sin reserva, soportando las cargas de los demás, etc., pues la vida común es, respecto al amor, su objetivo, su atmósfera, su permanencia visible, su fruto y su apoyo.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 114)

  4. “El P. Champagnat ponía en práctica sus propias enseñanzas sobre la vida comunitaria: «El buen Padre compartía la alimentación y el alojamiento de los hermanos y, a menudo, tomaba para sí lo peor». Si nos imbuyésemos de estas ideas y, en vez de quejamos de la frialdad de nuestras relaciones, de la superficialidad de nuestro amor, de la insulsez de nuestro diálogo, nos ocupáramos en amar y en dialogar con verdad y profundidad, muchas cosas cambiarían de aspecto para nosotros y para los demás. Hay que ser promotores e iniciadores de vida comunitaria, y comenzar siéndolo a nivel interpersonal.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 118)

  5. “Si la vida en común estuviese constituida fundamentalmente por el sincronismo y la uniformidad, no habría mejor vida comunitaria que la de una cárcel bien gobernada. No está en esas características el amor cristiano, sino en el hecho de que los miembros de la comunidad se amen, tengan ocasión y facilidad de encontrarse, y encontrarse en profundidad; en que haya aprecio de las personas y dedicación exhaustiva de los unos a los otros; en que cada uno se esfuerce en aportar a la circulación comunitaria lo mejor de sí, lo mejor de lo que es y de lo que tiene, y que acepte con afecto y gozo el bien que le ofrecen los demás. Sólo con semejante actitud interna cobrarán valor, sentido y autenticidad los gestos, la mutua hospitalidad, las normas exteriores, la misma comunicación de bienes y la oración común.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 119)

  6. “La comunidad es parentesco, porque se trata no de una simple agrupación polivalente, sino de una verdadera familia que incluye, so pena de no ser familia, «sangre y carne comunes», o sea, un espíritu y modo de ser que, aparte de constituir un patrimonio colectivo, son queridos y cultivados por los miembros. Es lo que tantas veces se ha llamado «espíritu de familia» y que podríamos denominar también «aire de familia». Ese modo de ser, ese modo colectivo de vivir, ha de ser la característica de nuestro «hogar». Cuando un religioso tiene su centro cordial fuera de su comunidad, o él ha perdido el parentesco o la comunidad es falsa.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 123)

  7. Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida

More Related