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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL Maestría en ingeniería sanitaria Evaluación del impacto y sistemas de gestión medioambiental. Spiral Jetty (1970) de Robert Smithson, o sobre evaluación y análisis de impactos socioeconómicos. Guayaquil, mayo de 2008 Dr. José Manuel Álvarez-Campana.
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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUILMaestría en ingeniería sanitariaEvaluación del impacto y sistemas de gestión medioambiental Spiral Jetty (1970) de Robert Smithson, o sobre evaluación y análisis de impactos socioeconómicos Guayaquil, mayo de 2008 Dr. José Manuel Álvarez-Campana
evaluación/análisis de impactos socioeconómicos • Los impactos socioeconómicos (positivos o negativos) son sistemáticamente minusvalorados o ignorados en las evaluaciones de impacto ambiental (EIA). No obstante, existen técnicas (centrales y auxiliares) que pueden encajarse muy bien en el proceso de EIA para aportar esta fundamental información. • Cuando hacemos un estudio taxonómico de los instrumentos empleados en la EA, descubrimos que hay una familia central, la de técnicas evaluativas, y una familia auxiliar, la de técnicas analíticas. (evaluación = análisis) • La EIA tiene técnicas evaluativas, habituales y probadas, capaces de integrar la información sobre impactos en la dimensión socioeconómica del medio ambiente (efectos fiscales, efectos de renta y ocupación...), son técnicas vinculadas al proceso de EIA, que deben desarrollarse en el EsIA • Además, existe un conjunto de técnicas analíticas que hemos dado en llamar de la ‘familia auxiliar de EA’. Son técnicas de corte más analítico que evaluativo, con independencia funcional y metodológica respecto a EIA, como el análisis coste-beneficio (ACB), la valoración de daños ambientales (VDA), o el análisis de impacto económico (AIE) • He escogido como vector de referencia la obra multidimensional: escultura, película y literaria (aunque es una cuestión muchas veces ignorada) Spiral Jetty (1970) de Robert Smithson, un exponente singular del Earth Art.
Robert Smithson (Passaic, NJ 1938 – Texas,1973) Escultor y escritor, uno de los mejores representantes del Earth Art o Land Art norteamericano. A los veinte años realiza su viaje de ‘iniciación’ en la singular versión norteamericana: viaja en autostop por Estados Unidos y Méjico. Se relaciona con escritores y poetas de la generación beat, incluidos Jack Kerouac y Allen Gingsberg. Se instalará en Nueva York, en donde su obra irá transformándose en la búsqueda de su identidad artística (influencia de Pollock, minimalismo...). Conocerá a Virginia Dwan, galerista de la vanguardia neoyorquina. Se relaciona con Judd, Flavin, Robert Morris, Claes Oldenburg, Carl André A partir de 1966 desarrolla un especial interés por “los paisajes de perfil bajo, la cantera o la zona minera que llamamos paisaje entrópico, una especie de lugar atrasado o zona marginal” con frecuentes excursiones, que conducirán poco después a la realización de sus Nonsites. En este año propone su primera obra al aire libre (estanque de alquitrán y foso de grava). Se intensifica su carrera como escritor y escultor, comenzando las intervenciones en espacios abiertos, ampliadas con sus visitas al desierto de Nevada junto a Michael Heizer y Nancy Holt. Escribe y realiza sus obras más destacadas, manifestaciones del Earth Art: Spiral Jetty (1970), Broken Circle & Spiral Hill (1971) y Amarillo Ramp (1973), durante cuya ejecución fallecerá en un accidente aéreo mientras sobrevolaba la escultura...
evaluación de la dimensión socioeconómica La evaluación de impacto ambiental (EIA) es un instrumento que debería tener en cuenta siempre los impactos positivos y negativos de una actividad o proyecto sobre la dimensión biofísica y socioeconómica del medio ambiente. Sin embargo, en la práctica habitual se tiende a subvalorar, cuando no a ignorar prácticamente los impactos positivos, y especialmente los impactos sobre la dimensión socioeconómica. Esta práctica desvirtúa la esencia de la propia EIA y priva de mayores matices y riqueza a las decisiones intermedias (alternativas) o finales. Estas notas pretenden exponer diferentes técnicas de evaluación de impactos socioeconómicos que pueden aplicarse fácilmente por profesionales formadas en muy diversas disciplinas. Van a verse tres técnicas: 1) de efectos fiscales; 2) efectos de renta y ocupación; 3) otros efectos socioeconómicos
EIA medio socioeconómico: efectos fiscales 1/3 La evaluación (valoración) de efectos fiscales consiste en identificar y calcular los ingresos previstos para la administración, considerados globalmente como efectos positivos, durante el período de implantación y vida útil del proyecto. Para ello deberían sumarse los importes correspondientes a todos los impuestos que se espera sean recaudados a causa de la ejecución del proyecto: impuesto sobre el valor añadido (IVA), impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), impuesto sobre transmisiones patrimoniales, impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) impuesto sobre actividades económicas (IAE), y otros impuestos locales (licencias de obra y de actividad, impuestos sobre vehículos de motor, etc). No obstante, en los estudios de impacto ambiental lo más frecuente es estudiar los efectos fiscales del proyecto sobre las haciendas locales cuando el promotor es privado; o calcular el retorno fiscal total cuando la inversión se hace desde el sector público. A efectos de simplificación, nos fijaremos en los efectos fiscales sobre las haciendas locales, que son aquellos que permiten territorializar más razonablemente el efecto positivo –en este caso- de un proyecto. Fijándonos en la tipología de los impuestos locales, podemos advertir que una parte de ellos son obligatorios en todo el territorio nacional (IBI e IAE), mientras que otros, como el de construcciones son, de acuerdo con la Ley Reguladora de las Haciendas Locales (LRHL), potestativos. Vamos a detallar más los efectos fiscales locales...
EIA medio socioeconómico: efectos fiscales 2/3 Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). De acuerdo con el art. 61 de la LRHL, el valor del IBI deriva del valor catastral de los bienes inmuebles, referido al valor del mercado, sin que en caso alguno pueda excederlo. Cuando se fija una inversión sobre un terreno (urbanización y edificación) el incremento debería reflejarse en el catastro, generando mayor valor catastral. En ausencia de mejor información se calcula este incremento con el 50% del valor de mercado de la urbanización y obra civil del proyecto. Debe considerarse el cambio de valor del terreno en el caso de que este varíe su calificación urbanística. Sobre el nuevo valor catastral debe aplicarse la tarifa de IBI anual del municipio (caso de desconocerse o para una estimación puede utilizarse el valor del 0,85% anual). El límite temporal que se considera habitualmente para urbanización, obra civil y edificaciones es de 15 o 20 años. Impuesto de actividades económicas (IAE). Tiene, como en el caso anterior, carácter anual. Está afectado por un recargo provincial que recaudan las diputaciones. No depende de los beneficios que obtengan las actividades económicas, sino de la existencia de la actividad en sí, lo que hace su cálculo notablemente sencillo (las actividades de facturación anual <1M€ están exentas). El IAE es diferente según se trate de una actividad u otra, aunque un mismo proyecto puede pagar por conceptos diferentes. Por ejemplo, una planta de compostaje y de metanización pagaría un IAE por la actividad de compostaje y otro diferente por la de metanización. Es más, los datos para calcularlos serían distintos.
EIA medio socioeconómico: efectos fiscales 3/3 Impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras. Suele ser el más relevante para la mayoría de las evaluaciones de impacto ambiental, ya que no se paga en todos los municipios. Cuando se aplica el impuesto sobre la construcción, que se paga solo una vez, se calcula sobre el valor estimado de la obra civil y la urbanización (no se tiene en cuenta valor de maquinaria e instalaciones). La tarifa que suele aplicarse es considerable, alrededor del 2,5%. Si el ayuntamiento también recauda sobre la licencia de obras, debe calcularse de modo similar al anterior, aunque en este caso la tarifa suele estar entorno al 1%. Una vez acumulados a lo largo de los años (15 ó 20 en la mayor parte de los casos), los ingresos fiscales de la administración local pueden ser notables. Cuando corresponda no debe olvidarse la necesidad, a efectos intercomparativos, de transformar mediante fórmula de descuento, los efectos de la inflación futura en la moneda de cuenta). De forma aproximada pueden estimarse en un 5% sobre la inversión inicial, aunque la cifra oscila considerablemente de un proyecto a otro. De esta manera se obtiene el impacto fiscal diferencial que se daría en la administración local si se realizase el proyecto.
EIA medio socioec: efectos de renta y ocupación 1/3 En la evaluación de impacto ambiental es necesario averiguar, para un territorio dado, cuál es el impacto diferencial en renta y empleo de un determinado proyecto. A igualdad del resto de los factores, es posible que sin un proyecto determinado –dejando el dinero en el conjunto de la economía- resulten más o menos puestos de trabajo y/o renta, que sin el proyecto. Sin embargo, a pesar de ser estos efectos los que los ciudadanos perciben como más importantes a la hora de ejecutar un proyecto, simplemente suelen mencionarse cualitativamente en la mayoría de los estudios, y sólo muy raramente se cuantifican. Y esto, paradójicamente, teniendo en cuenta que identificar y cuantificar los impactos directos e indirectos de un proyecto sobre la creación de riqueza y de empleo, no es demasiado complejo, si bien depende de la opción metodológica que se emplee. Algunos de los métodos son: (a) multiplicadores regionales, calculados específicamente o elaborados a partir de otros estudios; (b) tablas input-output, o método de Leontief; o (c) modelos de regresión macroeconómicos (ej. funciones de producción). El método más sencillo es el primero si se utiliza un multiplicador ya existente. De no disponer de este, debe elaborarse, pudiendo utilizar para ello el método de tablas input-output.
EIA medio socioec: efectos de renta y ocupación 2/3 En cualquier caso, es necesario identificar y cuantificar tanto los impactos directos como los indirectos (también llamados inducidos). El impacto directo incluye tanto las inversiones realizadas como los gastos de operación que se van produciendo durante la vida del proyecto (ej. 10% sobre valor de inversión inicial). En cambio, los impactos indirectos son los que derivan de actividades complementarias pero necesarias para realizar el proyecto. Por ejemplo, en el caso de construcción de una carretera serán efectos indirectos: incremento de producción de maquinaria y de energía, aumento de la actividad de bares y restaurantes, etc. Son impactos que no forman parte de la inversión del proyecto pero que se derivan como consecuencia de la misma. Las tablas input-output se utilizan precisamente para calcular estos llamados efectos indirectos o inducidos. Una tabla input-output viene a detallar el funcionamiento por sectores y resumir la economía de un territorio para un período determinado. Las tablas input-output pueden considerarse en tres partes: matriz de transacciones intermedias, matriz de demanda final y matriz de oferta final (rentas e importaciones). La tabla debe contener el mismo valor de oferta que de demanda. En la parte de transacciones intermedias se recoge el valor económico que los distintos sectores (agrario, industrial, etc) compran y venden entre ellos durante un año para producir y poner en el mercado el bien o servicio para su consumo final.
Actividad Método Leontief Efecto indirecto por cada 100 euros de inversión Euros invertidos por puesto de trabajo creado Infraestructuras: carreteras, puertos y aeropuertos 40,28 37.768 Infraestructura ferroviaria 41,14 40.628 Red eléctrica 41,74 38.985 Telecomunicaciones 46,24 42.509 Conjunto de la economía 40,14 42.536 EIA medio socioec: efectos de renta y ocupación 3/3 La demanda total interna incluye conceptos como el consumo y la inversión privados y públicos; por tanto, son los aumentos en esta magnitud los que provocan un impacto ambiental. El incremento de la inversión en la economía provocará que la demanda total (X) aumente más que la propia inversión, y lo mismo sucederá con la inversión. Precisamente este aumento es el impacto que se trata de calcular. Formalmente, se trata de calcular la diferencia entre la nueva X y la X original, en donde la nueva X se calcula de acuerdo con la fórmula: X = [ I – A] -1Y , donde I es la matriz de identidad, A es la matriz de coeficientes técnicos; y la matriz I-A se conoce como matriz tecnológica o de Leontief. Ejemplo de aplicación del método de Leontief son los resultados de valoración de efectos indirectos en euros por cada 100 € de inversión y euros invertidos por puesto de trabajo-año (se emplea denominación puestos de trabajo-año y no puestos de trabajo/año, ya que los primeros se refieren a puestos de trabajo de un año de duración, mientras que los segundos se interpretan como permanentes, para cada año) creado, para Cataluña y en diversas actividades (Riera, 2000)
EIA medio socioec.: otros efectos socioeconómicos De acuerdo con Riera (2000), son muchos los impactos socioeconómicos que pueden contemplarse en estudio, como por ejemplo aquellos que se centren en los efectos: 1) demográficos, 2) sobre la vivienda, 3) sobre los servicios o equipamientos sociales, 4) socioculturales y de cohesión... En gran medida, la variante especializada de EIA, la evaluación de impacto social (EISo) se ha ido especializando en estos términos. Lo más conveniente es incluir, cuando los impactos son de cierta relevancia, estas técnicas de valoración orientada en el propio EsIA. Como referencia genérica se puede afirmar (Riera, 2000:57): “Los modelos de estimación de impacto demográfico están muy desarrollados y suelen estimar los cambios en la población tanto temporales como permanentes, así como su composición (edad, género, tamaño familiar) y características socioeconómicas (procedencia geográfica, nivel de instrucción o nivel de renta). A partir de las predicciones demográficas se suelen realizar estimaciones de demanda de vivienda (...). Como consecuencia de los puntos anteriores también se puede predecir la demanda de servicios y equipamientos sociales: nuevas plazas escolares, servicios sanitarios, servicios culturales o espacios recreativos, entre otros. E incluso respecto a la cohesión social o de la comunidad: se observan los cambios previsibles (de fortalecimiento o de pérdida) en la percepción y el sentimiento de pertenencia a un grupo, los cambios en el significado del entorno, estilo de vida...”
análisis de base socioeconómica Las herramientas más señaladas que forman parte de la familia analítica tienen como nexo común el poder participar o aportar su metodología, y por tanto contribuir de forma auxiliar a los procesos de evaluación ambiental. (en este contexto el término “auxiliar” respecto a la evaluación ambiental no pretende restarles importancia ni autonomía funcional –que tienen de forma sobrada- a estos instrumentos, sino ponerlos de la forma más clara posible en el contexto de su relación con la evaluación ambiental). La diferencia de estas herramientas de la familia analítica respecto a las técnicas ‘integrables’ en la EIA es que las primeras tienen un recorrido histórico autónomo y una independencia funcional básica. Esto es, pueden aportar método o técnica a la EIA, pero también responden (o han respondido, como el caso del ACB) a necesidades u objetivos concretos, diferentes de las de la EIA.
análisis coste-beneficio (ACB) 1/3 La técnica de análisis coste-beneficio es una de las primeras técnicas analíticas que entran en la escena del análisis y evaluación ex ante de proyectos y planes. está vinculada a las disciplinas económicas de las ciencias sociales: “el análisis coste-beneficio es para el sector público lo que el análisis de pérdidas y ganancias es para una empresa privada” Field & Field (2002). El análisis coste-beneficio tiene una importancia determinante en la generación histórica del proceso de evaluación ambiental, ya que este último se desarrolla como una reacción frente a las insuficiencias del primero. De hecho se acepta que la aparición de la Ley de Política Ambiental de los Estados Unidos (NEPA) en 1969, que crea la figura de la evaluación de impacto ambiental, es una reacción política ante la frustración que creaba la aprobación de enormes programas y proyectos públicos, con gran incidencia ambiental, mediante el filtro siempre optimista del análisis coste-beneficio.
Robert Smithson, Spiral Jetty, emergida con costra salina (ca. 2002)
análisis coste-beneficio (ACB) 2/3 En los Estados Unidos esta técnica de análisis coste-beneficio se remonta al año 1936 cuando se propone que acompañe a la Ley de Control de Inundaciones de ese mismo año. Se establecía que la participación del gobierno federal en proyectos de control de las inundaciones en los ríos más importantes del país estaría justificada “…si los beneficios, cualesquiera que sean sus destinatarios, exceden los costes estimados”. Esto obligó a que la ingeniería hidráulica se acompañara con documentos capaces de reflejar los costes y los beneficios de las obras proyectadas. En España ha existido hasta los años ochenta una tradición consolidada en los análisis de coste-beneficio social aplicados a la evaluación de proyectos de infraestructuras de transporte y otros ámbitos como el sanitario, educativo, cultural o incluso el ambiental. Sin embargo, esta metodología no estaba originalmente concebida para tener en cuenta la problemática compleja de proyectos con un fuerte impacto ambiental. Este tipo de análisis presenta, como en otros casos, las dificultades prácticas derivadas de la falta de tiempo, recursos y datos para llevar a cabo completos estudios coste-beneficio en los impactos ambientales. Especialmente para los impactos ambientales que no se reflejan en el mercado existe una práctica extendida de transferencia de valores en estos análisis. Los procesos de transferencia de valores serían mucho más operativos y fiables si se dispusiera de fondos de valores estándar establecidos previamente para distintas variables y escenarios.
análisis coste-beneficio (ACB) 3/3 Básicamente, el análisis coste-beneficio consiste en la comparación de costes y beneficios que se generan a lo largo de la vida del proyecto. Si los beneficios superan a los costes el proyecto se considera positivo, y negativo en el caso contrario. El análisis coste-beneficio considera todos los costes y beneficios relevantes, tanto para los promotores de la inversión (privados) como para los externos, de modo que tiene en cuenta el conjunto de la sociedad. El primer paso para analizar los costes/ beneficios es identificarlos, aunque deben seleccionarse sólo los más relevantes. Por ejemplo, en el caso de un proyecto de carretera pueden considerarse como costes: los de inversión, ocupación del suelo, mantenimiento y varios costes ambientales; y como beneficios: el ahorro de tiempo en desplazamientos, ahorro de costes de accidentes, ahorro de costes de reparación de vehículos y algunos beneficios ambientales. Una vez identificados los costes y beneficios, es necesario definir la vida relevante del proyecto. A continuación se procede a la valoración de cada variable relevante, ya correspondan a bienes o impactos que pasan por el mercado real (que tienen precio) o que no pasan por el mercado real, como es la mayoría de los impactos ambientales. Una vez contabilizado los costes y beneficios se procede a la agregación período por período. Finalmente, al saldo de beneficios menos costes se le aplica una tasa de descuento.
valoración de daño ambiental (VDA) 1/2 La valoración de daños ambientales (VDA) es una técnica de gran interés, tanto en el campo económico científico, como en el de la gestión ambiental. Se consideran daños ambientales aquellos que se producen sobre elementos del ecosistema o un ecosistema completo, y que tienen su origen en un suceso ordinario o extraordinario (incidente o accidente) vinculado con la actividad humana. En Estados Unidos esta técnica se desarrolla tras la aprobación en 1980 la Ley Integral de Respuesta, Compensación y Responsabilidad Ambiental (CERCLA), que habilita a los gobiernos federal, estatal y local para actuar como entes fiduciarios de los recursos naturales de titularidad pública y demandar judicialmente a los responsables de verter materiales que puedan contaminarlos. Su aplicación práctica es muy amplia: permite valorar de forma objetiva los daños causados al medio ambiente; cuantificar la compensación a que están obligados los causantes del daño (la legislación ambiental española plantea la obligación de reparar los daños causados al medio ambiente); tipificar la falta o delito dentro del rango de sanciones y; calcular o estimar las cantidades mínimas que deben estar aseguradas en el campo de la aplicación de fianzas o seguros ambientales.
valoración de daño ambiental (VDA) 2/2 El valor de los daños puede aproximarse por dos vías: la pérdida de valor experimentada por el recurso, y coste de recuperación o valor asociado a devolver el recurso a su estado anterior o coste de recuperación. En los últimos años y como consecuencia de los diversos pleitos planteados ante los tribunales (en USA), los costes de recuperación han pasado a ocupar un lugar preferente entre las diversas formas de medir los daños. Por definición, estos costes abarcan la recuperación, rehabilitación, sustitución y/o adquisición de recursos equivalentes a los dañados. A primera vista podría parecer que medir este coste es más fácil que medir la pérdida de los recursos dañados, ya que la recuperación parece implicar ante todo operaciones técnicas basadas en el conocimiento que aportan las ciencias físicas y biológicas. Pero en realidad, la idea de ‘recuperación’ es más complicada y hay casos en los que puede resultar técnicamente imposible; incluso puede llegar a suceder que la mera restauración física de los atributos físicos de un recurso no llegue a recrear todas las características ecológicas del mismo. La evaluación de los costes recuperación de un recurso natural implica diversas dificultades: determinar cuál era en realidad la calidad original del recurso, elegir la forma más rentable de recuperar el recurso, y decidir qué se entiende por recurso natural o ambiental de valor equivalente al que se perdió. Field & Field (2002) plantean que por ahora debemos aceptar el hecho de que es imposible hablar de la recuperación de los daños en términos biofísicos si no consideramos también los costes económicos.
análisis de impacto económico (AIE) El análisis de impacto económico está centrado en el estudio de los efectos que puede tener una actuación de carácter inmaterial: una nueva ley, un avance tecnológico, la apertura de mercados de importación sobre el conjunto o una parte de la economía. Cada economía y sistema ambiental puede requerir un tipo de análisis diferente: “(...) puede referirse a cualquier ámbito. A un grupo ecologista local le interesará probablemente los efectos de una ley de protección de los pantanos sobre la tasa de crecimiento de la población y la base impositiva de su localidad. Los colectivos regionales podrían estar más interesados en las repercusiones de una determinada normativa nacional sobre las condiciones económicas de la región. En el ámbito mundial, una de las mayores preocupaciones tiene que ver con el efecto de las iniciativas de control de las emisiones de CO2 sobre las tasas de crecimiento relativo de los países ricos y pobres. Sea cual sea el nivel de análisis, para llevarlo a cabo es imprescindible comprender cómo funcionan los sistemas económicos y qué interrelaciones existen entre sus diversos componentes” (Field & Field, 2002). La EPA estadounidense ha diseñado varios tipos de análisis de impacto económico (análisis de impacto de normas, declaraciones de impacto económico, análisis de flexibilidad normativa) para analizar propuestas que afectan al medio ambiente; aunque en realidad todas tratan de analizar los beneficios y costes de propuestas alternativas.
Referencias bibliográficas y documentales Cooke & Kelly (eds) (2005) Robert Smithson: Spiral Jetty. True Fictions, False Realities, Ed. Dia Art Foundation, New York, 208 pp. ISBN 0-520-24554-7 Field, Barry C. & Field, Martha K. (2002) Environmental Economics: an introduction.Ed. McGraw-Hill/Irwin (Ed. española: Economía Ambiental, 3ª ed., 2003, 556 pp.) Riera Micaló, P. (2000) Evaluación de impacto ambiental, Ed. Rubes, Barcelona, 127 pp. Smithson, Robert (1972) “Spiral Jetty” in The Writings of Robert Smithson, Nancy Holt (ed), New York City University Press, 1979 US Environmental Protection Agency (US EPA) (1973)Environmental Impact Statement Guidelines. Region X, Seattle, Washington ap. 1973 US Environmental Protection Agency (US EPA) (1984) Policy and Procedures for the Review of Federal Actions Impacting the Environment. Washington, DC Oct. 1984, 35 pp.
“Aunque el ingenio humano puede lograr infinidad de inventos, nunca ideará ninguno mejor, más sencillo y directo que los que hace la naturaleza, ya que en sus inventos no falta nada y nada es superfluo” Leonardo da Vinci gracias por vuestra atención