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Miguel-A. 160 seg. (R. Carlos). “Diario de un perro”. Yo quisiera poder aplacar una fiera terrible. Quisiera poder transformar tanta cosa imposible Yo quisiera decir tantas cosas que pudieran hacerme sentirme bien conmigo.
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Miguel-A. 160 seg. (R. Carlos) “Diario de un perro”
Yo quisiera poder aplacar una fiera terrible. Quisiera poder transformar tanta cosa imposible Yo quisiera decir tantas cosas que pudieran hacerme sentirme bien conmigo. Yo quisiera no ver tantas nubes... navegar sin hallar tantas manchas de aceite en los mares... y ballenas desapareciendo por falta de escrúpulos comerciales. Yo quisiera ser civilizado como los animales. Quisiera no ver tanto verde en la tierra muriendo y en las aguas de ríos los peces desapareciendo. ya sabemos que por todo eso vivimos ya menos. Yo no puedo aceptar ciertas cosas que ya no comprendo. El comercio de armas de guerra de muertes viviendo. Yo quisiera hablar de alegría en vez de tristeza, mas no soy capaz. Yo quisiera ser civilizado como los animales. Yo no estoy contra el progreso, si existiera un buen consenso. Errores no corrigen otros, eso es lo que pienso. (Roberto Carlos).
En mi niñez, mi familia poseía algunas ovejas. Los corderos lechales (10 a 12 kilos) se vendían. El carnicero los compraba y cargaba en su camioneta rumbo al matadero. En una ocasión, hacia mis 6 años, en un despiste del carnicero, le quité 3 corderitos, y los escondí. Fue inútil: los corderos balaron, y se descubrieron. Yo lloraba, e insultaba al carnicero. Éste me comprendió, y, en silencio, con una amplia sonrisa, me desmarañó el cabello. Pocos años después, comprendí al carnicero: Es la ley, no escrita, de la vida. Comparto con los “protectores de animales” mi amor por ellos... pero no la forma: Algunos se creen que las chuletas de cordero se bajan de internet.
Semana 1:Hoy cumplí mi primera semana. ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!.Mes 01:Mi mamá me cuida muy bien. ¡Es una madre ejemplar!. Mes 02:Hoy me separaron de mi madre. Ella estaba muy inquieta, y me dijo adiós con sus ojos en espera de que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella.
Mes 04:He crecido rápido... todo me llama la atención. Hay varios niños en casa de mis dueños, que para mí son como "hermanitos". Somos todos muy inquietos... ellos me tiran del rabo, y yo les muerdo jugando. Mes 05:Hoy me regañaron. Mi ama se molestó, porque me hice pipí dentro de la casa... pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además, duermo en el portal... ¡y ya no me aguantaba!.
Mes 12:Hoy he cumplido un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que he crecido más de cuanto pensaban. ¡Qué orgullosos se deben sentir de mí!. Mes 13:¡Qué mal me he sentido hoy!. "Mi hermanito" me arrebató la pelota. Y se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me han encadenado. Dicen que soy un ingrato. ¡No entiendo nada de lo que pasa!.
Mes 15:Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy sólo... mi familia ya no me quiere. A veces, se les olvida que tengo hambre y sed... y, cuando llueve, no tengo techo para cobijarme.
Mes 16:Hoy me han bajaado de la azotea. Creo que "mi familia" me ha perdonado. Me he puesto muy contento. Creo que me van a llevar con ellos de paseo. Enfilamos hacia la carretera y, de repente, se pararon. Abrieron la puerta, y yo me bajé feliz, creyendo que pasaríamos nuestro "día de campo". No comprendo por qué cerraron la puerta, y se fueron. Corrí tras el coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta de que casi me desvanecía de cansancio, y ellos no se detenían: ¡Me habían olvidado!.
Mes 17:He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento perdido. En mi camino hay gente de buen corazón, que me mira con tristeza, y me da algo de comer. Lo agradezco con mi mirada desde el fondo de mi alma. Quisiera que me adoptaran, y les sería leal. Pero sólo dicen: “¡pobre perrito, se ha perdido!".
Mes 18:El otro día pasé por una escuela, y vi a muchos niños y jóvenes, como mis "hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras. Una de esas piedras me lastimó el ojo, y, desde entonces, ya no veo con él.
Mes 19:Parece mentira, cuando estaba más hermoso, se compadecían más de mí. Ya estoy muy flaco... mi aspecto ha cambiado. La gente, más bien, me regaña cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.
Mes 20:Casi no puedo moverme. Hoy estaba al lado de la carretera en un lugar seguro llamado "cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se torció con tal de atropellarme. ¡Ojalá me hubiera matado, pero sólo me ha dislocado la cadera!. El dolor es terrible... mis patas traseras ya no me responden. Con dificultades, he podido alejarme un poquito de la carretera.
Mes 21:Llevo diez días acostado bajo el sol, la lluvia, y el frío. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal. Una fuerza extraña me ha hecho abrir los ojos. Era una mujer joven. - ¡Pobre perrito!. Junto a ella venía un señor de bata blanca, que dijo: - Lo siento, señora, pero este perro ya no tiene remedio. ¡Es mejor que deje de sufrir!. A la gentil dama se le escaparon las lágrimas. Como pude, moví el rabo, y les agradecí que me ayudaran a descansar. Sentí la inyección, y me dormí para siempre, pensando en por qué tuve que nacer, si nadie me quería.
La solución no es echar a un perro a la calle, sino educarlo. Los animales sufren como nosotros. No conviertas en problema una grata compañía. Las mascotas te lo agradecerán. NOTA: He respetado el texto, tal y como estaba en el original. Por mi parte, detecto un grave error, propio de “niñatos” que se han criado jugando con mascotas: La solución al problema no es educar al perro, sino al presunto dueño.