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EL URUGUAY INDÍGENA Y ESPAÑOL. Ciencias Sociales Historia.
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EL URUGUAY INDÍGENA Y ESPAÑOL Ciencias Sociales Historia
El Uruguay anterior a su descubrimiento por los españoles en 1516, estaba poblado por unos pocos millares de indígenas a los que el conquistador europeo llamó charrúas, minuanes, bohanes, guenoas, yaros, chanaes y guaraníes; pueblos que también se extendían por los vecinos Argentina y Brasil. Indios charrúas
La macro etnia charrúa, mayoritaria, tenía el nivel cultural de los cazadores superiores; los chanaes practicaban también una agricultura incipiente; los enclaves guaraníes conocían formas algo más avanzadas de la agricultura. Pero todos ellos eran fundamentalmente cazadores, canoeros y pescadores. Algunos escasos restos arqueológicos testimonian la práctica de cerámica decorada así como el tallado de la piedra.
La llegada de los europeos y del ganado vacuno y caballar que estos abandonaron a comienzos del siglo XVII en territorio uruguayo, modificaron el hábitat, la demografía y las costumbres de esos indígenas. Ilustración del siglo XVII del trabajo esclavo indígena y negro en una mina de La Española (República Dominicana). Sólo para graficar las condiciones a las que eran sometidos los trabajadores forzados.Tomado de La América Española Colonial – Siglos XVI, XVII y XVIII. La minería.
Convertidos en diestros jinetes cazadores de vacas, terminaron diezmados por la viruela y la persecución del hombre blanco por cuanto su cultura los torno hostiles a las formas de trabajo que trajo el conquistador español. Ilustración del siglo XVII del trabajo esclavo indígena y negro en una mina de La Española (República Dominicana). Sólo para graficar las condiciones a las que eran sometidos los trabajadores forzados.Tomado de La América Española Colonial – Siglos XVI, XVII y XVIII. La minería.
El llamado "exterminio de los indígenas en Salsipuedes" (1831) fundó el mito del Uruguay europeo y blanco que las clases dirigentes del país siempre alimentaron, tanto más cuanto la inmigración transcontinental fue, en efecto, la base del crecimiento demográfico uruguayo.
La tradición historiográfica afirma ser el año 1831 aquel en que desaparecieron los charrúas como entidad demográfica de cierto peso, cuando fueron aniquilados por las tropas del primer gobierno republicano del Uruguay independiente. Misiones jesuíticas Plano de misiones jesuíticas
Misiones jesuíticas Esa destrucción no impidió que la sangre indígena penetrara en capas de cierta importancia de la población campesina del país, en particular guaraní proveniente del territorio que ocuparon las Misiones Jesuíticas. Plano de misiones jesuíticas
La Banda Oriental, designación que los españoles dieron al territorio uruguayo, fue una región de colonización tardía, contemporánea de la España de los Borbones en el siglo XVIII. Se pobló por tres motivos fundamentales: Pradera natural Bahía de Montevideo
Pradera natural la calidad de su pradera natural combinada con la multiplicación del ganado abandonado por los españoles en sus llanuras; las ventajas de Montevideo como único puerto natural del Río de la Plata; y la condición de territorio fronterizo en permanente disputa entre las coronas de España y Portugal. Bahía de Montevideo
Las ciudades y villas tuvieron a menudo su origen en la lucha hispano-portuguesa, por ejemplo el primer establecimiento europeo importante, la Colonia del Sacramento portuguesa en 1680, o el Montevideo español fundado entre 1724 y 1750. Colonia del Sacramento Plano de Montevideo
El carácter de frontera móvil del territorio influyó también en su economía -facilitando el contrabando y la burla del monopolio comercial español- y en la sociedad, ambientando en sus pobladores la actividad ecuestre y el oficio de las armas. Colonia del Sacramento Plano de Montevideo
La pradera natural y el ganado vacuno y caballar sin dueño ganaron la estancia -predio dedicado a la ganadería y productor de vacunos- y el estanciero, la figura dominante del medio rural. Matadero
Hacia 1700-1800 aparecieron los saladeros que convertían a parte de la carne vacuna de esas estancias en tasajo. Este era carne salada, dura y magra, por lo que la consumían al comienzo sólo los esclavos de Cuba y Brasil. Los saladeros eran una mezcla de estancia e industria asentada en Montevideo. El saladero Matadero
Por el puerto de Montevideo se comerciaba legalmente con España y Buenos Aires (desde 1779), e ilegalmente con el Brasil portugués y las naves europeas que arribaban "forzosamente" a sus playas. El Cabildo Abierto de 1808. Cuadro de Pedro Alonso
Esa actividad generó una renta suficiente para mantener tanto a la burocracia española que gobernaba la Banda Oriental, como a los ricos comerciantes que integraban el cuerpo municipal llamado Cabildo, única e imperfecta escuela de gobierno propio a la que "criollos" tenían acceso. El Cabildo Abierto de 1808. Cuadro de Pedro Alonso
La Banda Oriental formaba parte del Virreinato de Buenos Aires desde su creación en 1776 y una importante zona adyacente lo integraba como Gobernación. El Cabildo Abierto de 1808. Cuadro de Pedro Alonso
La población -30.000 habitantes hacia 1800, una tercera parte en Montevideo- estaba dividida tal vez con más claridad en regiones y en razas que en clases. Montevideo era sede del poder español y de la sociedad jerarquizada en razas y clases. Dama de la clase alta Damas y caballeros españoles de Montevideo según testimonio del viajero Dom Pernetty (1763) Estanciero
Comerciantes, prestamistas, estancieros ausentistas y altos funcionarios, formaban una clase alta que todavía olía a los orígenes humildes de sus antepasados canarios, vascos y catalanes. Dama de la clase alta Damas y caballeros españoles de Montevideo según testimonio del viajero Dom Pernetty (1763) Estanciero
Pequeños tenderos, pulperos, militares y funcionarios de baja graduación, y artesanos, integraban un esbozo de clase media. Debajo de todos, el tercio de la población era negra y esclava. Los negros
Estancieros que vivían en el medio rural El Interior, el medio rural, era el mundo donde todas las distinciones sociales, que existían tendían a desdibujarse o a amalgamarse con otros rasgos de la economía y de la cultura hasta hacerse muy singulares. Trabajos en la estancia. Dibujo de 1799
Estancieros que vivían en el medio rural Los estancieros latifundistas habían expulsado a anteriores ganaderos más pobres y menos influyentes ante las autoridades españolas. La mayoría de los grandes estancieros no poseían su tierra con títulos de propiedad perfectos. Trabajos en la estancia. Dibujo de 1799
Muchos sólo habían iniciado el trámite para adquirirla en Buenos Aires y lo habían abandonado, cansados por las demoras de la burocracia borbónica, así como disgustados por su costo que siempre superaba al precio de la tierra. Otros habían pagado tierras a la corona española dentro de determinados límites. Esas estancias, una vez medidas, resultaban tener una superficie mucho mayor que la abonada. Todos estos hechos tornaron a los estancieros dependientes de las resoluciones del Estado español primero y republicano después.
En ese Interior abundaba la población errante, a veces mestiza. La vida era fácil y el alimento casi único y esencial, la carne era gratuito. Este hecho se explica porque la producción era infinitamente superior a una demanda reducida al escaso mercado interno y a los limitados mercados externos cubano y brasileño. Interior de una pulpería Habitante de la campaña Gaucho oriental
El "proletariado" rural -el gaucho- era ecuestre (hasta los mendigos andaban a caballo en Montevideo), y tenían el alimento siempre asegurado. Para estos campesinos, el trabajo era una opción, no una necesidad. Los latifundistas observaban con fastidio a una mano de obra independiente, que sólo trabajaba cuando el Estado perseguía de tarde en tarde a los "vagos".
El gobernador de Montevideo, Francisco Javier de Elío (1767-1822) Existían tensiones. La autoridad española impedía a los estancieros la libre venta de sus cueros a los comerciantes ingleses y portugueses, y demasiado a menudo los amenazaba con cobrarles las tierras que detentaban. Así lo hizo, por ejemplo en agosto de 1810, meses antes del estallido de la Revolución por la Independencia en febrero de 1811. El virrey del Río de la Plata. Santiago de Liniers (1753-1810)
El gobernador de Montevideo, Francisco Javier de Elío (1767-1822) A comerciantes y ganaderos molestaba la sujeción a las autoridades políticas, judiciales y mercantiles (Virrey, Real Audiencia y Tribunal del Consulado), residentes en la vecina, competidora y envidiada ciudad de Buenos Aires. El virrey del Río de la Plata. Santiago de Liniers (1753-1810)
Los gauchos e indios odiaban todas las medidas que provenían del Cabildo de Montevideo o de su Gobernador. Estas medidas procuraban: la contención del contrabando, la persecución de los "vagos", o la expulsión de los pequeños terratenientes de las grandes estancias. Este último punto había generado resentimientos fuertes.
Los pioneros ocupaban los campos, sujetaban a rodeo el ganado abandonado y bravío, construían ranchos y corrales, combatían las incursiones de portugueses y la indiada sobre sus tierras. La faena de los hombres de campo (grabado de Brambila de 1794)
Y cuando la región se tornaba habitable, aparecía el favorito de Gobernadores y Virreyes, o el rico comerciante bonaerense o montevideano que había comprado esas tierras y lograba una orden de expulsión de los pioneros. La faena de los hombres de campo (grabado de Brambila de 1794)
Todo el Uruguay se había colonizado así en cuatro o cinco oleadas sucesivas de pioneros que luego habían sido declarados "intrusos" por la autoridad colonial. Todos estos resentimientos internos y externos (contra España y Buenos Aires), estallaron en 1811, cuando se aflojaron los lazos del control colonial ante la invasión francesa a la metrópoli. Fuente: Adaptación de documento elaborado por José Pedro Barrán en Página web de la RAU. Versión: setiembre de 1995. Grito de Asencio, óleo de Jorge Calasso