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No tengas miedo. ¡Yo estaré siempre junto a ti!. No mires ni diarios ni televisión: quédate siempre en mi Corazón en oración.
E N D
No mires ni diarios ni televisión: quédate siempre en mi Corazón en oración.
Considera entonces cómo todo lo del mundo te parece lejano y sin sentido, cómo todo te cansa y te aburre; cualquier cosa que no sea Yo, tu Madre, que te quiere todo, y en cada momento Consigo.
Aprende a dejarte poseer por Mí, para que todo lo que tú hagas sea Yo, a través de ti, quien lo haga.
La única cosa que importa es que os dejéis formar por Mí: para esto es necesario que cada uno se ofrezca y se consagre a mi Corazón Inmaculado, se entregue totalmente a Mí como Jesús se me ha entregado totalmente; después Yo pensaré en todo.
“¿Por qué te agitas? ¿por qué te preocupas? Estar consagrado a Mí quiere decir dejarse conducir por Mí. Quiere decir fiarse de Mí: como un niño se deja conducir por su madre.
¿Por qué no quieres fiarte de Mí? Deja que sea Yo la que construya –momento tras momento– tu porvenir. A ti te basta decir, lo mismo que un niño: “Madre, me fío de Ti, me dejo conducir por Ti. Dime: ¿Qué debo hacer?”
Aprende a sentirme siempre y en cada momento lo que soy verdaderamente para todos: ¡Madre, sólo y siempre Madre!”
Todo el que se ha consagrado a Mí me pertenece totalmente y no puede en ningún momento de la jornada disponer de sí libremente. Estando Conmigo, Yo misma te diré en cada momento lo que me gustas que tú hagas y entonces tu obrar será siempre según mi querer. Te tomaré Yo misma de la mano y haremos juntos todo. Yo contigo soy como una madre que está enseñando a dar los primeros pasos a su niño.
“‘Jesús, dame tu Corazón, porque quiero amar a la Virgen como Tú la has amado’. Ésta hijo mío, es una oración que Yo misma te he inspirado: nadie en verdad, me ha amado como mi Hijo Jesús.
Acostúmbrate a ser pisoteado, a ser olvidado, a no ser comprendido ni considerado. Es necesario que suceda así para ti. Y cuando sientas dentro de ti una rebelión interior que te lleve a decirte a ti mismo: “¿por qué?, no es justo, debo reivindicar mis justos derechos. Responde en seguida: apártate Satanás. ¿No he de beber el cáliz que el Padre me ha preparado?”.
“Tu vida, hijo, es muy preciosa y no debes malgastarla ni por un instante. Por eso ejercítate en estar siempre en Mí, en mi Corazón, en obrar siempre Conmigo: en pensar con mi mente, en ver las cosas con mi mirada, en tocarlas con mis manos, en amarlas con mi Corazón. Hay momentos en que tú adviertes esto de un modo particular, y es cuando estás Conmigo en la oración: entonces te sientes verdaderamente el hijo sobre el Corazón de la Madre y tu alma gusta así momentos de dulzura de Paraíso, que Yo reservo solamente a mis hijos predilectos. Salido de la oración, parece que cualquier otra cosa te cansa y te aburre. Esto es otro don que Yo te hago. Incluso cuando no oras, debes estar siempre en actitud de oración, y lo estás cuando vives habitualmente en Mí. Entonces, también cuando hablas, te diviertes, haces giras, estás siempre en Mí, porque todo lo haces Conmigo...
Tu poca fe, tu desconfianza en Mí me aflige, hijo. ¿Qué temes? ¿De qué tienes miedo? Ora y abandónate a Mí: deja que sea Yo sola la que verdaderamente obre.”
Te he elegido y te he preparado para el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo, y éstos son los años en que llevaré a cabo mi designio. Causará estupor a los mismos Ángeles de Dios; alegría a los Santos del Cielo; consuelo y gran aliento a todos los buenos de la tierra; misericordia y salvación para un gran número de mis hijos extraviados; condenación severa y definitiva para Satanás y sus muchos secuaces. En el mismo momento en que Satanás se haya sentado como dueño del mundo y se crea ya vencedor seguro, Yo misma le arrancaré de las manos la presa. Se encontrará como por encanto con las manos vacías y al final la victoria será sólo de mi Hijo y Mía: éste será el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo.
Cada cosa que te sucede está dispuesta por Mí para tu bien: aprende a confiarte siempre cada vez más a Mí. También los momentos de obscuridad, de sufrimiento, de incomprensión están predispuestos para que tú puedas crecer y hacerte fuerte en el camino de la perfecta consagración. Aprende a verme también en la obscuridad; aprende a sentirme aún en el abandono, oh hijo; aprende a hacer cada cosa Conmigo, en Mí. Entrégate totalmente a Mí, en cada momento, completamente. Tu pasado no existe: ahora Yo te veo sólo en mi Corazón, eres mío. Dame bien, con generosidad, el momento presente: sólo éste cuenta para Mí, porque de él puedo usar para mis designios.
Habiéndose consagrado a Mí, me pertenecen: son míos. Si son míos no pueden ya pertenecerse a sí mismos, no pueden ya poseer nada que no sea Yo misma. Y entonces, ¿por qué todavía piensan en el pasado? ¿por qué hacen proyectos para el futuro?. Que se entreguen a Mí verdaderamente con perfecto abandono. Que vivan confiados el momento presente.
Se acercan momentos tan graves que ustedes mismos ni siquiera pueden imaginar. Quiero, pues, prepararlos para que todos puedan estar dispuestos en el momento oportuno. ¡Por esto los llamo a la oración!”
“Camina en la simplicidad. Yo te llevo de la mano y tú sígueme siempre. Déjate conducir por Mí; déjate alimentar por Mí, déjate mecer por Mí: como un niñito en mis brazos. Puesto que Satanás hoy ha engañado a la mayor parte de la humanidad con la soberbia, con el espíritu de rebelión a Dios, ahora sólo con la humildad y con la pequeñez es posible encontrar y ver al Señor.
Mi adversario creerá un día cantar completa victoria: sobre el mundo, sobre la Iglesia, sobre las almas. Sólo entonces será cuando Yo intervenga –terrible, victoriosa– para que su derrota sea tanto mayor cuanto más segura sea su certeza de haber vencido para siempre. Cuanto se está preparando es algo tan grande, como jamás ha sucedido desde la creación del mundo: por eso ya todo ha sido predicho en la Biblia. Os ha sido ya anunciada la terrible lucha entre Yo –“La Mujer vestida del Sol”– y el Dragón rojo, Satanás, que todavía logra seducir a muchos con el error del ateísmo marxista. Os ha sido ya anunciada la lucha entre los Ángeles y mis hijos contra los secuaces del Dragón, guiado por los ángeles rebeldes. Sobre todo os ha sido ya claramente anunciada mi completa victoria. Vosotros, hijos míos, habéis sido llamados a vivir estos acontecimientos. Es el momento en que vosotros debéis saber esto, para prepararnos concienzudamente a la batalla.
Sor Lucía, vidente de FátimaEl 26 de Diciembre de 1957, el Padre Agustín Fuentes, Postulador de la Causa de Beatificación de Francisco y Jacinta Marto, entrevistó a Sor Lucía Dos Santos, vidente de las apariciones de Fátima. En el curso de esa entrevista, le dijo Sor Lucía al Padre Fuentes: "… La Santísima Virgen nos dijo, tanto a mis primos como a mí, que 2 eran los últimos remedios que Dios daba al mundo: el Santo Rosario y el Inmaculado Corazón de María…" "… Mire, Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en que estamos viviendo, ha dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario, de tal manera que ahora no hay problema por más difícil que sea: sea temporal y, sobre todo, espiritual; sea que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros o a la vida de nuestras familias del mundo o comunidades religiosas, o a la vida de los pueblos y naciones; no hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario". "Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. Por eso, el demonio hará todo lo posible para distraernos de esta devoción; nos pondrá multitud de pretextos: cansancio, ocupaciones, etc., para que no recemos el Santo Rosario". "Si nos dieran un programa más difícil de salvación, muchas almas que se condenarán tendrían el pretexto de que no pudieron realizar dicho programa. Pero ahora el programa es brevísimo y fácil: rezar el Santo Rosario. Con el Rosario practicaremos los Santos Mandamientos, aprovecharemos la frecuencia de los Sacramentos, procuraremos cumplir perfectamente nuestros deberes de estado y hacer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros". "El Rosario es el arma de combate de las batallas espirituales de los Últimos Tiempos".
No os asombréis si en esta batalla caen todos los que no han querido o no han sabido utilizar el arma que Yo misma os he dado: la oración sencilla, humilde y mía del Santo Rosario. Es oración sencilla y humilde, y, por tanto, la más eficaz para combatir a Satanás, que hoy os seduce sobre todo con el orgullo y la soberbia.
“Hijos míos, en la batalla en que cada día estáis empeñados contra Satanás, y sus insidiosas y peligrosas seducciones contra el poderoso ejército del Mal, además del auxilio especial que os prestan los Ángeles del Señor, tenéis necesidad de usar un arma segura e invencible. Esta arma es vuestra oración. Con la oración podéis siempre arrebatar al enemigo el terreno que os ha conquistado; podéis hacer brotar renuevos del bien en el desierto del mal y del pecado: sobre todo, podéis rescatar un número inmenso de almas, que Satanás ha logrado hacer sus prisioneras. La oración tiene una fuerza poderosa y suscita en el bien, reacciones en cadena más potentes que las mismas reacciones atómicas. La oración que Yo amo con predilección es la del Santo Rosario.
El Rosario es mi oración; es la oración que he venido a pediros desde el cielo, porque es el arma que debéis usar en estos tiempos de la gran batalla y el signo de mi segura victoria. Mi victoria se hará efectiva cuando Satanás, con su potente ejército de todos los espíritus infernales, será encerrado en su reino de tinieblas y de muerte, de donde no podrá salir jamás para dañar al mundo.