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MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 1. Todos los hombres han de morir. Ps 88, 49 : “¿Quién es el hombre que viva y no haya de conocer la muerte?”; Heb 13, 14 : “No tenemos aquí una ciudad permanente”. MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 2. Todos los hombres han de morir.
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MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 1 Todos los hombres han de morir Ps 88, 49: “¿Quién es el hombre que viva y no haya de conocer la muerte?”; Heb 13, 14: “No tenemos aquí una ciudad permanente”.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 2 Todos los hombres han de morir San Jerónimo, Epist. 108, 27: “Lo mismo muere el justo y el impío, el bueno y el malo, el limpio y el sucio, el que ofrece sacrificios y el que no los ofrece. La misma suerte corre el bueno que el que peca; el que jura, lo mis- mo que el que teme el juramento”. San Agus- tín, De Civ. Dei 13: “No es otra cosa el tiempo de esta vida sino una carrera hacia la muerte”.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 3 Magisterio interpretando Sagrada Escritura y Tradición: - La muerte consiste en la separación del alma y del cuerpo; - Se rechaza: negar la inmortalidad del alma y afirmar la aniquilación completa del hombre en el momento de la muerte; - La muerte es el término definitivo de la única vida en esta tierra. Es también el final de la peregrinación terrena y des- pués no cabe una ulterior decisión que afecte a nuestro destino definitivo.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 4 Circunstancias culturales actuales = vivir como si la muerte no existiera: ha llegado a ser tabú, algo inoportuno, que debe des- terrarse de la vida social y del campo de la conciencia. Olvidarse de la muerte supone: 1) no prepararse convenientemente para ella; 2) prestarle un pésimo servicioa la vida terrena: la postura que se tome ante la muerte implica la que se tome ante la vida.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 5 CCE 1008: “La muerte es conse- cuencia del pecado (...). Aunque el hombre poseyera una naturale- za mortal, Dios lo destinaba a no morir. Por tanto, la muerte fue contraria a los designios de Dios Creador, y entró en el mundo como consecuencia del pecado”. Rom 5, 12: “Como por un solo hombre entró el pe- cado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 6 1 Cor 15, 54: “La muerte ha sido absorbida por una victoria”. => última consecuencia de esa victoria = la resurrección final. Pero esa victoria ya ha sido alcanzada por Cristo: 1) “resucitado entre los muertos, ya no muere, la muer- te ya no tendrá dominio sobre El” (Rom 6, 9); 2)”Cris- to ha resucitado de entre los muertos y ha venido a ser como la primicia de los difuntos” (1 Cor 15, 20) = esa victoria se ha realizado también en nosotros: “muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando nos dio una vida nueva” (Prefacio de Pascua I).
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 7 A Es natural un cierto temor ante la muerte. Pero saber que la muerte es “dejar este cuerpo para ir a morar cerca del Señor” (2 Cor 5, 8) y la fe en la resurrección hacen que la esperemos “con alegría” (Es Cristo que pasa 21).
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 8 B Vivir de cara a la muerte supone: - ser conscientes de la brevedad de la vida; - valorar los sucesos de la vida con ojos de eternidad; - aprovechar el tiempo para “ser ricos ante Dios” (cfr. Lc 12, 21); - vivir vigilantes y con optimismo cristiano; - pedir la gracia de la perseverancia final.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 9 Juicio particular, 1 La existencia del juicio particular es una ver- dad directamente relacionada con verdades definidas por el Magisterio: inmortalidad del alma, existencia del Cielo, Infierno y Purgato- rio ya antes del Juicio final. => CCE 1022: “Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular” (remite a los Concilios II Lyon, Florencia, Trento, y en la Const. Benedictus Deus de Benedicto XII).
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 10 Juicio particular, 2 Unos teólogos católicos piensan que esta verdad está implícitamente definida, otros que es una verdad de fe propuesta por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia, otros que, al menos, es próxima a la fe por su íntima conexión con otras ver- dades reveladas.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 11 Juicio particular, 3 Alusiones al juicio particular en el AT. Ejemplo: “Que es fácil al Señor, el día de la muerte, pagar a cada uno según su proceder” (Ecli 11, 26). NT: “Está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio” (Heb 9, 27) + todos los pasajes que suponen o hacen referencia a una retri- bución inmediata (ejemplos: el Buen Ladrón, la parábola del rico Epulón y del pobre Lázaro...).
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 12 Juicio particular, 4 San Agustín, De anima et eius origine 2, 4, 8: “Las almas son juzgadas inmediatamente después de su salida de los cuerpos (...). ¿Quién puede, en contra del Evangelio, cegar su mente con tanta obstinación que no entienda esta verdad o no la vea expuesta en el pasaje de aquel pobre que fue llevado al seno de Abrahán después de su muerte, y de aquel rico que es cruelmente atormentado en el infierno?”.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 13 Juicio particular, 5 San Jerónimo, In Joel 2, 1: “Por día del Señor se entiende el día del juicio o el día en que parte cada cual de su cuerpo. Porque lo que ha de acontecer a todos en el día del juicio, eso mismo se cumple en cada uno el día de la muerte”.
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR, 14 Juicio particular, 6 Se discute si se tratará de un autojuicio o más bien de un diálogo entre el alma y Jesús. En cualquier caso, Dios iluminará el alma, ella será más conscien- te de su vida, y conocerá la sentencia definitiva. “A la tarde te examinarán en el amor” (San Juan de la Cruz, Avisos y sen- tencias, 57. Cfr. CCE 1022). Camino 746: “¿No brilla en tu alma el deseo de que tu Padre- Dios se ponga contento cuando te tenga que juzgar?”.