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Mª Cruz Pesquera Chus Ramos. Mi nombre es Cristóbal ¿Qué tal? mi apellido Colón, mi rostro oval, mi aspecto molón. De niño jugué a orillas del mar mirando el horizonte casi sin parar. Ese mar de agua que más da, que me da más… …Génova que Mallorca… …que Galicia, que Portugal…
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Mª Cruz Pesquera Chus Ramos
Mi nombre es Cristóbal ¿Qué tal? mi apellido Colón, mi rostro oval, mi aspecto molón. De niño jugué a orillas del mar mirando el horizonte casi sin parar. Ese mar de agua que más da, que me da más… …Génova que Mallorca… …que Galicia, que Portugal… Con ropa humilde yo me cubría que mi padre, amable, para mí tejía…
Milesde ratos pasé con Diego y Bartolomé. hermanos de mi alma, con los que tanto jugué haciendo barquitos de cáscara de nuez. …En invierno y en verano con gran curiosidad iba a la escuela que fue el puerto de mi ciudad… Observaba por fuera y por dentro… y yo de contento me ponía a soñar que un día como marino estaría yo, en alta mar.
En mis tiempos de mozo el mar sigue siendo mi pasión y el horizonte, mi obsesión. Pero también hay tiempo para el corazón, me enamoro de Felipa. ¡Ay Felipa de mi vida! ¡Ay Felipa de mi amor! En Portugal me caso con ella y Diego es el fruto de nuestro amor.
Por aquel entonces decían que la tierra plana era, más a mí la idea no me parecía más que una bobería: ¡Ni cascadas infinitas! ¡Ni abismos tenebrosos! Ni monstruos monstruosos.
Y aunque hombre de cortas letras soy ideas y esbozos recojo y tras mucho ingenio y paciencia llego a la conclusión de que la tierra es redonda, redonda, como el huevo de Colón. Quise ver con mis ojos quién tenía razón si los demás o yo.
Busqué ayuda para lograr que los barcos de mis sueños se hicieran realidad. Buscando entre unos cuantos aventureros de atar que pusieran ilusión siendo voluntarios de mi tripulación.
A mi señora Felipa, loca la tenía pidiéndole noche y día que hablara con fulano, que hablara con mengano. Y llevándome de la mano conocí gente influyente que me siguiera la corriente.
Hasta que por fin, en un convento doy con Fray Juan Pérez, ¡Qué contento! Es confesor de la reina y me promete algo más que un cuento… …una realidad. Presentándome en un momento a una grande de la cristiandad… …Es mi reina, mi Isabel que contándole mis sueños sonríe como un cascabel.
Fernando el Rey fue más duro de roer pero cuento con mi gran elocuencia y gran fuerza de persuasión. Esperé y esperé con gran impaciencia, fui probando ¡ a ver que tal! si recibía ayuda de Génova, Venecia, Francia, Inglaterra ó Portugal… …tararí, tararí la espalda recibí. Nanay de la China, Nanay del Paraguay.
Siete años han pasado durante los cuales Doña Beatriz, me embelesa una guapa cordobesa… …Mi morena traviesa, que otro hijo me da, y le ponemos Fernando ¿Por qué será? Los reyes mientras tanto con guerras han estado “ Pa” echar a los moritos “Pa” que reinen cristianitos.
Insisto en que conozco un atajo para llegar a la India ¡que majo! por el mar occidental y la reina cabezona, le da igual quedarse sin anillos y tal, y tal, y tal…
Conseguí lo más importante: dos carabelas, la nao y dinerillo de la corona para pagar a unas noventa personas. Pongo un anuncio en el puerto, que lo lee hasta el más tuerto: damos “tajo” a destajo desde sastre a capitán, pasando por cocinero, grumete , capellán, piloto y demás. Ofrecemos aventura… buen rancho y buen colchón y para las noches de frío un poquito de ron.” Otra cosa es lo que ocurra… que eso quisiera saber yo.
La Pinta y la Niña para Martín Alonso y Vicente los dos hermanos Pinzón, de Palos de la Frontera que ayudaron a Colón. de tradición marinera maestros en navegación. La Santa María es la nave donde viajaba yo, la nao capitana de esta gran expedición. La más lenta, la más grande, la más santa embarcación.
En el Puerto de Palos el tres de agosto de mil cuatrocientos noventa y dos salen nuestras naves, primero dos, La Pinta sigue a La Niña entre las olas del mar después la Santa María. Y las tres, quien lo diría hacia ultramar.
Largos días pasan y el sol travieso lanza guiños coquetos que nos mantiene inquietos. Lentas navegan nuestras dos carabelas mi nao, la mandamás quiere más y más. El timonel anhela hacer grande estela pero el tío barlovento no aparece de momento. Falta poco, falta poco, pero la tripulación le da “al coco” y las tierras soñadas no vemos. ¡Están tan lejanas…! que en sí no cabemos de desesperación.
La noche paso inquieto ¿será intuición? Doce de octubre, amanece y Rodrigo de Triana, fijando la mirada fue quien primero vio una isla en las Bahamas… llamada San Salvador, Guanahaní se llamaba en lengua que allí se habló. Como loco repetía: “He avistado una isla” “He avistado una isla”… Pero un mundo divisó.
Creí que encontré las Indias por occidente, inclinándome beso la tierra y observo con atención una gente que desnuda me ofrece de corazón: patatas, tomates, ricas piñas y aguacates, y de postre… …chocolate… Que de recuerdo aún el pecho me late.
Nosotros agradecidos con gusto les ofrecimos sombreros rojos, cuentas de vidrio a manojos, cascabeles y anteojos. A los dos meses creímos oportuno volver y como vinimos el camino deberíamos saber.
La mala suerte venía encallando la Santa María… …con sus restos construimos aposentos para que cuarenta de mis hombres nos esperaran allí contentos.
Yo me volví en La Niña que rebosando maravillas, ricos frutos, raras plantas y animales de bella estampa. ni España, ni Castilla, ni mi reina se imagina. Tras unas cuantas calamidades avistamos Portugal, cerca está nuestro puerto, el de Palos, nuestro destino cierto.
Con honores nos reciben pero no sin cierta incredulidad. algunos me dijeron que tan absurdo es creer en un mundo redondo, como poner un huevo en pie. Yo les reté en la propuesta, muchos lo intentaron otros sólo miraron, pero sólo ganó la apuesta el menda lerenda.
Y les demuestro resuelto con un golpe certero sobre la mesa del cantinero que si el huevo está cocido es asunto conseguido.
Nos citamos con los Reyes en plena Barceloneta y lo celebran contentos haciendo sonar la corneta. Ante sus altezas orgulloso me postré explicando muy nervioso que siendo una esfera la Tierra como era de esperar, al otro lado del mar grandes riquezas esperan… …en las tierras de ultramar.
Y les entrego como recuerdo para la Reina y el Rey cuatro indios con maracas que cantaban “Siboney”.
Los viajes de Colón uno, dos, tres, cuatro son y de ellos quiero destacar el primero, por la sorpresa, el segundo, por su afán, (visitando a los Reyes que en Burgos están preparándome privilegios con mucho gusto y tesón, en la Casa del Cordón. A cambio les entrego oro a mogollón y lo donan a la Cartuja para el retablo mayor.)
…el tercero por las rencillas con el señor Bobadillas que a mis hermanos y a mí a España nos envió con cadenas mil y sin los títulos que la Reina nos dio.
Del cuarto la tristeza por la muerte de mi Isabel quedándome tan de una pieza que en tan sólo dos años …también las palmé, siendo sólo un cincuentón pero dejando mi hueco en la historia sin ninguna discusión.
Cinco siglos más tarde Aún de mí se acordaban Y “La Trinca” una copla sacaba que así finalizaba: No hay huevo más famoso ni que sea tan vistoso, más glorioso, más garboso, más rumboso, más marchoso que el de Colón.
Imágenes reales que aparecen en páginas anteriores El faro de Génova es el único en tener nombre propio: La Lanterna. Tiene una altura total de 76 metros y su primera torre está construida en torno al 1128. Este mapa del mundo conocido lo realizó Paolo del Pozzo Toscanelli (s. XV),y representa el alcance del conocimiento europeo antes de las grandes exploraciones. Parece que Toscanelli fue el primero en lanzar la idea de llegar a Asia navegando hacia el oeste Le Caravelle di Colombo. Fresco del siglo XIX en Villa de Albertis , Génova El astrolabio es un antiguo instrumento de navegación que mide las posiciones de los cuerpos celestes. Los navegantes lo utilizaron hasta la invención del sextante en el siglo XVIII.
El cuadrante era un cuarto de círculo con una plomada. Un lado del cuadrante estaba orientado a la Estrella Polar. La altura de la estrella, medida por el ángulo de la plomada, revelaba la latitud de la estrella. Pero era muy difícil de usar en la agitada cubierta del barco. El retrato de Mona Lisa (1503-1506), de Leonardo da Vinci, más conocido como la Gioconda, se conserva en el Museo del Louvre de París. Pareca ser que Leonardo sentía una gran predilección por esta obra ya que se la llevaba consigo en sus viajes. Meter Heinlein ( cerrajero de profesión ) construye el primer reloj de bolsillo por el año 1505. El geógrafo alemán Martin Behaim construyó uno de los primeros globos terráqueos en 1492.