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LA LITERATURA DE TERROR. De Encarni López Gonzálvez. “La metamorfosis del vampiro. El personaje del vampiro en inglés y español (1819-1927)”. México: UNAM (tesis de maestría).
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LA LITERATURA DE TERROR De Encarni López Gonzálvez. “La metamorfosis del vampiro. El personaje del vampiro en inglés y español (1819-1927)”. México: UNAM (tesis de maestría)
Desde la Antigüedad han sido comunes las creaciones de leyendas y mitos que explicaban la relación entre el ser humano y lo misterioso. La mitología clásica es un claro ejemplo de ello. Aunque más atrás en el tiempo ya hay muestras de esto. MITOS ANTIGUOS • La MITOLOGÍA antigua sirvió fundamentalmente para explicar de un modo comprensible los misterios de la naturaleza. • El ser humano tiende a explicar todo, es un atributo innato que le da cierta seguridad frente a su propia mortalidad. • Cuando la LÓGICA no puede explicar ciertas cosas, sobre todo las relacionadas con la muerte, se recurre a la mitología.
VAMPIROS • Desde la Antigüedad se tienen noticias de figuras vampíricas que tienen ya la esencia fundamental del mito: el gusto por la sangre (o carne), el erotismo y la transgresión. • Algunos antropólogos han asociado la presencia de figuras vampíricas en el imaginario antiguo debido a las enfermedades relacionadas con la pérdida de sangre, ligadas a la asociación popular entre sangre y espíritu.
- Jacobo de Siruela, “Imaginar el vampiro”, Introducción a El vampiro. Antología literaria, CL, Cortesía editorial Siruela, Barcelona, 2001, pp. 11-57. • Esta idea (la unión entre sangre y espíritu) se remonta probablemente a antes del Neolítico pues ya hay figuras de esta época que hacen referencia a la misma. • En Babilonia ya aparece formada completamente, pues el humano ya se representa por un CUERPO y un ESPÍRITU, creados a partir de un Dios.
Las enfermedades de pérdida de sangre, por ello, desarrollarían la imaginación popular en este sentido pues ante la muerte no solo se dañaría el cuerpo sino también el espíritu, pues la sangre, como vimos, se vincula directamente con la divinidad.
Sumerios: Mitad humanos – mitad demonios. Los demonios como tales. Los muertos que no descansaban en la tumba; estos últimos son antecedentes directos de los revinientes. • MESOPOTAMIA: Akhkham • De la región de BABILONIA: Ekimmu, espectros que no tenían descanso y se dedicaban a robarle el alma a los vivos; los del desierto se llamaban Utuhhu.
En la demonología HEBREA hay una figura de vital importancia, pues es el nexo entre la tradición babilónica y la hebrea, así como entre la judía y la cristiana: Lilith. • Primera mujer de Adán que negándose a copular debajo de él se rebeló ante él mismo y ante Yahvé, quien la expulsó del paraíso y la confinó al reino de la noche, convirtiéndola en un demonio volador condenado a alimentarse de sangre.
Llega a representar la maldad femenina porque ataca los dos pilares considerados esenciales tradicionalmente en la feminidad: la sumisión al hombre y la maternidad. - Nombre directamente relacionado con lujuria y desenfreno porque proviene de la palabra sumeria Lilîtu, de raíz sumeria lala o lulû, que siginifican esto.
Tradición ÁRABE: Ghoul que suele ser un demonio femenino que se alimenta de sangre y carne, sobre todo de niños. • CHINA: ch'iang shih que son espíritus que toman forma humana a través de un cadáver y su fuerza de la luna. • INDIA: Rakasha que encarnan las pasiones extremas y son aficionados a los rituales caníbales.
EGIPTO: Apoop, híbrido animal con cabeza de lobo o perro y colmillos para devorar cadáveres. • AZTECAS: Cihuateteo, era un vampiro femenino similar a las Lamias griegas; se creía que una mujer muerta en el parto se podía convertir en ella. También, Thluelpuchi , cuyo alimento eran los vivos.
SUDAMÉRICA: Asema, especie de hechicero que abandonaba su cuerpo para alimentarse de otros.
GRECIA: Empusa y Lamia. • Empusa era un demonio, hija de Hécate, con los pies de bronce que aterrorizaba a los viajeros y se alimentaba de carne humana. Sin embargo, huía fácilmente la insultaban. Tenía la facultad de poder adoptar todas las formas posibles, incluso la de una bella joven para seducir a sus víctimas. Por la noche se unía a los hombres dormidos y les chupaba la sangre hasta la muerte. • Lamia (comúnmente confundida con Empusa) solía adoptar la forma de un fantasma aterrador que raptaba y devoraba a los niños. Había sido una bella mujer que se unió a Zeus, con quien tuvo varios hijos. Hera, celosa, los mató. Lamia se vengó convirtiéndose en un monstruo que devoraba a los recién nacidos. Como venganza, Hera la privó del sueño; y Zeus, compadeciéndose de ellla, le otorgó el don de poder quitarse los ojos a voluntad.
Con el paso del tiempo y con la progresiva implantación del catolicismo, toda esta legión de demonios de la Antigüedad va perdiendo los atributos animales a la vez que se va despojando del sentido mágico. Su pervivencia, por tanto, se ve relegada a la superstición popular, y a ésta se le une el trasfondo cristiano. Y es que el vampiro encarna una de las inquietudes más profundas del ser humano: el temor a la muerte. • Continuando con Siruela, en este sentido: "[…] el vampiro representa, en su rebelión a todos los tabúes, la angustia 'más antigua y más intensa de la humanidad'. La angustia hacia lo desconocido de la muerte".9 En realidad, el vampiro promete lo mismo que Jesús cuando dice: "Aquel que coma mi carne y beba mi sangre, tendrá la vida eterna",10 pero desvinculado de la divinidad. No promete la continuidad de la vida en el Cielo, sino en la tierra, "[…] donde confluyen los más viejos y perturbadores deseos humanos de conservar incorruptible la carne y los deseos". Conforma, por tanto, una inversión de los mundos de la vida y la muerte, que lo convierte desde su más íntima esencia en un ser fundamentalmente transgresor y humano.