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La virtud perfección moral del hombre

La virtud perfección moral del hombre. Extracto del capítulo VII del Manual de Moral Fundamental, de Jorge A. Palma. P. Juan María Gallardo. Introducción. Las virtudes son perfección de la libertad pues aumentan la capacidad o la energía para obrar el bien.

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La virtud perfección moral del hombre

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  1. La virtud perfección moral del hombre Extracto del capítulo VII del Manual de Moral Fundamental, de Jorge A. Palma P. Juan María Gallardo

  2. Introducción • Las virtudes son perfección de la libertad pues aumentan la capacidad o la energía para obrar el bien. • “El camino cierto para alcanzar la bienaventuranza es la virtud”, enseña Sto. Tomás. • Estudiarlas es imprescindible para entender u orientar la conducta del hombre. • Al hablar de la virtud nos enfrentamos con un aspecto del obrar humano que se refiere al modo en que el hombre crece y se perfecciona -se libera de toda esclavitud-.

  3. Enseñanzas de la Sagrada Escritura • En el A.T. encontramos muchas figuras virtuosas: modos de obrar del hombre justo. (Majestad, fe, esperanza, simplicidad, sabiduría, paciencia, penitencia, obediencia, misericordia, prudencia, agradecimiento, perseverancia, fortaleza, humildad, temor de Dios, amor al prójimo, etc.). • El cristianismo incorpora nuevas virtudes como la castidad, la modestia, la mansedumbre, el amor a la Cruz, la docilidad, la esperanza. • San Pablo menciona elencos de vicios que contrapone a las virtudes que hay que practicar.

  4. Rom. 1, 29-31; 1 Cor. 5, 10-11; 6, 9-10; 2 Cor. 12, 20-21; Gal. 5, 19-21; Ef. 4, 31; 5, 3-5; Fil. 4, 8-9; 1 Tim 1, 9-10; 4, 12; 6, 9-11; 2 Tim. 3, 2-5; Tit. 3,3. Dos de estos recogen las virtudes contrarias: Gal. 5, 19-21; Ef. 4, 31. No son una enumeración exhaustiva, pues se trata de cartas a diversas comunidades con situaciones concretas. Encontramos hasta 15 catálogos de pecados:

  5. Las virtudes en la Patrística • S. Basilio (+ 379) predica sobre la caridad, la mansedumbre, la paciencia, la fe, la esperanza, la humildad... • S. Ambrosio (+397) muestra las virtudes en los grandes personajes bíblicos en De Officis. Temas como la modestia, la paciencia, las 4 virtudes cardinales, lo honradez, la justicia, la generosidad. • S. Agustín (354-430), la idea central de su teología moral es el amor. Considera las 4 virtudes desde la caridad. • S Gregorio Magno (540-604)...

  6. En la Teología Medieval: Pedro Lombardo (+1160) estudia las virtudes en N. S. Jesucristo. Sto. Tomás, S. Alberto Magno y S. Buenaventura estudian las virtudes tal como fueron presentadas y practicadas por el Verbo. Se han contabilizado 153 virtudes que merecen la atención de Sto. Tomás. En el pensamiento actual: Dos son los modos de presentar los contenidos de la moral católica: con el esquema de los 10 Mandamientos (S. Alfonso) o a partir de las virtudes (Sto. Tomás). La noción de virtud tiende HOY a recuperar su importancia pues ayuda a la exigencia personal y a encontrar la felicidad. Reflexión teológica

  7. Los hábitos • Noción: • Es una cualidad estable de las potencias del hombre(es una cualidad de un ser libre. Los animales no tienen hábitos.) • que las dispone e inclina(lo propio del hábito es disponer o inclinar la potencia a una operación. Veremos que no todos lo hacen de igual manera) • a obrar en un sentido. • Todo hábito se relaciona con el paso de la potencia al acto. • Son una cualidad estable, difícilmente removible. Es una inclinación permanente no casual o esporádica.

  8. División de los hábitos • Pueden ser ENTITATIVOS (como la salud, la gracia) u OPERATIVOS (radican en las potencias). • Los operativos se dividen: • 1) Según su origen: • NATURALES: Inclinación arraigada en la naturaleza que no se ha cultivado. • ADQUIRIDAS: Fruto del ejercicio de la libertad (voluntad). • GRATUITOS, INFUSOS O SOBRENATURALES: Concedidos por Dios • 2) Según su influjo sobre la libertad: • Negativos (Vicios) • Positivos o hábitos buenos (Virtudes y dones)

  9. Sujeto de los hábitos • El sujeto de los hábitos es la persona, a través de las potencias por las que obra libremente, es decir la inteligencia y la voluntad, con el concurso de las pasiones. • No es justa la voluntad, sino el hombre.

  10. Crecimiento de los hábitos • El modo en que nacen y se desarrollan los hábitos operativos se puede resumir en dos puntos. • 1. Todo hombre recibe con su naturaleza una inclinación natural de su inteligencia a la verdad y de la voluntad al bien, que llamamos hábitos de los primeros principios y “semina virtutum”. • (El hombre luchará contra el “fomes peccati). • 2. Tanto las virtudes adquiridas como los vicios se consiguen y aumentan por la reiteración de actos: conviene resaltar que importa no sólo el número, sino la intensidad. • (El hombre, al actuar, opta por lo bueno o lo malo).

  11. Disminución de los hábitos • Los hábitos naturales se debilitan por los actos que los contrarían. • Los hábitos sobrenaturales se reciben y se pierden con la recepción o pérdida de la gracia. • Los hábitos adquiridos disminuyen e incluso se corrompen por la realización de actos contrarios o por su no ejercicio. • Para que el hábito se corrompa el acto ha de ser de una intensidad suficiente para borrarlo o una repetición continuada de actos menos intensos. • El no ejercicio debilita y aun corrompe a los hábitos.

  12. Noción de virtud • Son hábitos operativos buenos. • Virtus: fuerza, energía, que orienta las potencias a obrar en forma adecuada a la consecución de su fin. • “Es la disposición de lo perfecto para lo mejor”, Aristóteles, Phys. VII, c. 3. • “Es la que hace bueno al que la tiene y hace buenas sus obras”, Aristóteles, Ethic., cc. 5 y 6. • “Es una buena cualidad del alma, por la que el hombre vive rectamente, de la cual nadie usa mal (producida por Dios en nosotros sin intervención nuestra). Define, sobre todo, a las virtudes infusas.

  13. Buena cualidad, es un hábito operativo, especificado por su bondad. • del alma (parte superior del hombre) esta cualidad puede encontrarse en los racionales, ya que la virtud perfecciona el obrar libre; • por la que el hombre vive rectamente y nadie usa mal, una propiedad exclusiva de las virtudes morales (con excepción de la sabiduría y de la prudencia, las intelectuales pueden usarse mal). • que Dios obra en nosotros y sin nosotros, se refiere exclusivamente a las virtudes infusas, y se entiende sin menoscabo de la necesaria cooperación de la libertad.

  14. Triplicidad constitutiva: • Toda virtud moral está integrada • por un creciente conocimiento (inteligencia), • amor del bien (voluntad) • y por un mayor orden en las pasiones (apetito sensible). • La virtud no puede confundirse con el acostumbramiento; es perfección de la libertad. • La costumbre no se confunde con la virtud; esta supone un íntimo crecer en el conocimiento y amor del bien. • Un hombre se dice virtuoso cuando obra de modo inteligente y vigoroso, con audacia, coraje, sin retrasos inútiles, con amplitud de miras; y esto con simplicidad y espontaneidad, sin ostentaciones, como algo natural, porque él es así.

  15. Unos entienden por virtud • el acostumbramiento o sometimiento a unas reglas más o menos formalistas y mecánicas. • Una virtud doblegada bajo el sometimiento del aburrimiento • Toda virtud es crecimiento en libertad, y depende del despliegue de las fuerzas del alma a través no sólo del empeño ascético personal, sino de la oración y los sacramentos; la aceptación de las pruebas, y de las mismas derrotas, a menudo más importantes que las victorias.

  16. División de las virtudes • A) Por su origen: • 1. Naturales o adquiridas (humanas) • Virtudes intelectuales: 1. El hábito de los primeros principios. 2. La sabiduría. 3. La ciencia. 4. La prudencia. 5. Las artes. • Virtudes morales: 1. La prudencia, 2. La justicia y la solidaridad. 3. La fortaleza. 4. La templanza. 5. La laboriosidad. 6. La penitencia • 2. Sobrenaturales (infusas): Fe, esperanza y caridad • B) Por su objeto o bien al que dispone

  17. Virtudes naturales o adquiridas (humanas) • Las virtudes naturales están depositadas incoativamente por el Creador en la misma naturaleza humana, a modo de semilla, y cada individuo las desarrolla con sus actos. • Distinguimos: • las intelectuales: que perfeccionan al hombre en cuanto al conocimiento de la verdad, ya sea especulativa, ya sea práctica. • Las morales: que perfeccionan al hombre para obrar rectamente respecto a la elección del bien.

  18. Virtudes intelectuales • Potencian la inteligencia humana para conocer el orden creado, y con ello, la manera adecuada de moverse dentro de él, facilitando que el hombre logre valorar acertadamente los varios fines que se propone y, mediante su prosecución, pueda unirse a Dios, que es su último fin. • El entendimiento especulativo es perfeccionado por la sabiduría; el intelecto práctico, por la prudencia y el arte. • Cada una de las virtudes se especifica y diferencia de las demás en razón de su objeto.

  19. El hábito de los primeros principios • Es el hábito que perfecciona la inteligencia en el conocimiento de los primeros principios de lo real, de suyo evidentes. • Los primeros principios NO SON unas ideas innatas o unos postulados más o menos convencionales, de los que deducimos el modo de ser de la realidad. • SON una luz intelectual, una perfección de la inteligencia, que facilita juzgar de lo que experimentamos por los sentidos y de nuestros razonamiento distinguiendo cuando son verdaderos o falsos. Guían nuestro saber.

  20. La sabiduría • Es el hábito que lleva a conocer las causas últimas del universo visible, esto es a conocer a Dios como causa Primera de todas las criaturas, y a éstas con relación a Él. • “Es propio del sabio, ver a Dios como fin de las cosas creadas y buscarlo como tal” (S. Bernardo). • A la vez es virtud moral, por eso implica también perfección de las disposiciones de la voluntad. • La SSEE dedica un libro a la “sabiduría” y afirma que nace de la humildad y el amor a Dios y nos hace poderosos para servir.

  21. La ciencia • La virtud de la ciencia perfecciona el entendimiento para conocer las cosas en razón de sus causas particulares. • Son hábitos de ciencia la física, la matemática, la biología. • La sabiduría guía las ciencias; por eso en la medida en que se dejan penetrar por ella, se perfeccionan también como ciencias. La prudencia • La estudiaremos dentro de las virtudes morales, como virtud cardinal.

  22. Las artes • Son los hábitos que perfeccionan el entendimiento, para que conozca el modo de hacer algo bien en orden a sus fines próximos; es la recta razón del bien hacer (facere), (es: “recta ratio factibilium”). • Ejemplos: el arte de cultivar el campo, de construir edificios, de fabricar automóviles, etc. • La bondad moral del artista, y de alguna manera del arte, procede de su ordenabilidad y efectiva ordenación al último fin. • Actualmente el término arte se reserva para las bellas artes; técnicas o habilidades profesionales para los demás saberes.

  23. Virtudes morales • Son las que perfeccionan al hombre en la práctica del bien moral. • Inclinan al bien y no pueden usarse para el mal. • Se distinguen por su objeto; por eso hay tantas virtudes morales como clases de obras buenas; ej.: generosidad, alegría, humildad, sencillez, paciencia. • Desde muy antiguo se agrupan en torno a cuatro de ellas: prudencia, justicia, fortaleza y templanza, que se llaman cardinales (“cardo”, quicio o gozne). • Son como las condiciones de todo obrar recto.

  24. La prudencia • Del griegoprónesis, prógnoia, prógnosis: conocimiento anticipado; del latínprovidentia (de procul videre): indica visión anticipada que connota efecto de de precaución y de protección contra un mal probable o posible. O bien de porro videns: el que ve de lejos, antes de que algo sea hecho. Conocimiento del futuro a partir del conocimiento del pasado y del presente. • Es una virtud que perfecciona la inteligencia en el conocimiento de la dimensión ética de los actos humanos, es decir, en su orden al fin último.

  25. Dirige el obrar humano en cuanto tal. • También se define como recta ratio agibilium (recta razón de las acciones), recto conocimiento de lo que se debe hacer. • Es un hábito de la inteligencia, que juzga sobre lo que debe hacer aquí y ahora en orden al fin, ordenando así todas las capacidades, hábitos y potencias. • Como virtud moral es “la recta razón que ordena los actos humanos al fin último objetivo de la vida humana, como hábito de elegir bien los medios para un fin moralmente bueno”.

  26. Perfecciona fundamentalmente el razonamiento moral práctico. • Pertenece al entendimiento práctico, porque es un conocimiento orientado a dirigir las cosas aprehendidas a la acción. • El objeto material de la prudencia es la praxis (las acciones libres en orden a los medios). • Sujeto: El intelecto práctico por sus actos (consultar, juzgar, mandar, son actos de la razón). • Objeto material: Los actos morales (no las acciones físicas). • Objeto formal quo: Los actos humanos bajo la razón de verdadero, práctico y bueno.

  27. La prudencia versa sobre las aplicaciones concretas individuales de los principios de orden moral. • Regula nuestros actos con relación al Fin Último. I. Virtud natural o adquirida: • La prudencia, hábito cognoscitivo-práctico de lo singular y concreto, ordenada a la acción libre y responsable, es una virtud natural que, para ser perfecta, debe orientarse al fin último de la vida. II. Virtud sobrenatural o infusa: • Es aquella virtud sobrenatural infundida, por la cual la inteligencia ilustrada por la fe, formada por la caridad y movida por el Espíritu Santo, juzga y prescribe qué hay que hacer en cada caso.

  28. Se distingue de la virtud natural: • 1) La causa eficiente de su adquisición es Dios, mediante la gracia. • 2) El fin a que se dirige es sobrenatural. • 3) El principio o motivo está iluminado por la fe y ordenado por la caridad al fin sobrenatural. III. Errores: • Es frecuente considerarla como la virtud de la mediocridad, de la mezquindad, o como una cierta actitud de contemporización que rehúsa tomar decisiones. • Contrariamente a lo que se piensa esta virtud tiene gran dinamismo: es la virtud de las iniciativas, del riesgo responsable, de las grandes decisiones y desafíos.

  29. IV. Actos o funciones: • a) Consejo (concilium): Ponderación de la realidad y de las exigencias morales universales en las concretas circunstancias. Estudio o deliberación, sobre los medios necesarios para que la acción se haga virtuosamente. • b) Juicio (iudicium): Juzgar rectamente, para aprender los criterios virtuosos y las normas o preceptos morales, sin renunciar nunca a la propia responsabilidad y para considerar y valorar los consejos recibidos. • c) Mandato o imperio (imperium): Mandato de ejecución de la acción, según el juicio, a las facultades que la han de realizar. Este es el acto propio y principal de la prudencia. • La prudencia requiere la acción. No se llama prudente al hombre que ve lo que hay que hacer y no lo hace.

  30. V. Partes integrales: • i) En cuanto virtud intelectual o cognoscitiva: • 1. Experiencia o memoria, recuerdo de las cosas del pasado. La experiencia es la madre de la ciencia. • 2. Entendimiento o inteligencia de la situación y de los principios morales que hay que aplicar al presente • 3. Docilidad, afecto y prontitud para aprender y aceptar la enseñanza o consejo de otros. • 4. Solercia, sagacidad o eustoquia (conjeturas) es la facultad de captar en una sola ojeada la situación imprevista y tomar nuevas decisiones instantáneas; perspicacia para hacerse pronto con la idea de cuáles son los medios congruentes para alcanzar el fin. • 5. Razón o razonamiento, prontitud para razonar.

  31. ii) En cuanto virtud práctica o preceptiva: • 1. Providencia, previsión de ordenar los medios al fin y prever; considerar los eventos futuros. • 2. Circunspección, consideración atenta de todas las circunstancias. • 3. Precaución o cautela, cuidado de evitar toda dificultad, impedimento, o inconveniente que se pueda presentar. Lo que más ayuda a actuar prudentemente es considerar las cosas desde el punto de vista de su valor para la eternidad. VI. Partes subjetivas: • a) Prudencia política, es la prudencia de los hombres como sujetos de una comunidad política, con el bien común como su último fin.

  32. b) Prudencia reinativa, comprende la asignación de roles y la administración de justicia a entidades políticas, tales como ciudades y Estados y tiene como fin último el bien de dichas comunidades. • c) Prudencia doméstica, difiere de la reinativa en cuanto que gobierna instituciones como la familia, que median entre el individuo y la comunidad política. Tiene como fin último el bien común de la familia o de la institución que medie. • d) Prudencia militar, se caracteriza por tener como fin la protección y el bien común contra amenazas internas o externas. VII. Partes potenciales: • a) Eubulia o buen consejo: Hábito de consulta; de aconsejarse

  33. b) Synesis o buen sentido práctico, sensatez. Virtud de juzgar bien las operaciones según las reglas comunes. • c) Gnome o juicio perspicaz, resolución equitativa. Virtud de la epiqueia, indica cuando por los motivos o principios más altos, conviene apartarse de la ley común a juzgar. VIII. Vicios opuestos: • i) Por defecto: • a) La imprudencia: que a su vez comprende: • 1) La precipitación: impremeditación (rapidez de acción) sin detenerse a deliberar. Antes de formular un juicio fundado, se lanza resueltamente al imperio y a la acción. Se opone a la eubulia. Si nace del desprecio a las reglas es temeridad.

  34. 2) La inconsideración: cuando no se consideran todas las circunstancias. Se opone a la synesis y a la gnome. • 3) La inconstancia: es la omisión del acto debido: Es un vicio que malogra y corta el paso en la parte más decisiva del proceso de transformación de la verdad en la “orden” o mandato. • Todos estos vicios proceden de la lujuria que entenebrece el juicio de la razón por su vehemente aplicación a las cosas sensibles opuestas a las intelectuales. • b) La negligencia: • 1) La omisión del acto debido, y • 2) el defecto de la solicitud requerida: son un defecto interno del acto de razón que no manda lo que se debe o de la manera que debe hacerlo.

  35. ii) Por exceso (o falsamente parecidos): • a) Prudencia de la carne; • b) astucia, dolo y fraude; no necesariamente se trata de un fin malo, peca también el que busca medios rebuscados; • c) excesiva solicitud de las cosas temporales y futuras. • Todos estos proceden de la avaricia.

  36. La justicia • La justicia es la virtud que, sustentada en la humildad y en el amor de amistad a Dios y a los demás, inclina a dar a cada uno lo suyo. • “Tiende a que el hombre, en la medida de sus fuerzas, dé lo suyo a Dios, sometiéndole totalmente su alma” (S. Tomás, S. Th., II-II, q. 57, a,1, ad 3). • En la SSEE “justicia” significa el conjunto de todas las virtudes, la bondad moral íntegra y completa. • El justo es el que tiene su voluntad puesta totalmente en Dios. • El justo por excelencia es Dios.

  37. Notas esenciales • a) Alteridad: se refiere siempre a otro; en sentido propio no hay deberes de justicia con uno mismo. • b) Derecho estricto: no es un obsequio, sino algo que se debe estrictamente. • c) Igualdad, entre los sujetos. • d) Exacta adecuación, no cierta compensación, sino exactamente lo que es debido, ni más ni menos. • Diferencia entre justicia y caridad: La justicia al ejercitarla doy al otro lo que es suyo. Los derechos de justicia son más estrictos. La caridad se basa en la unión por el amor. Doy lo que es mío. Es superior a la justicia. Partes subjetivas o especies de justicia • 1) Justicia general (o legal o social): Se dirige primera y

  38. directamente al bien común. “Es la decisión permanente de dar a la comunidad (civil o eclesiástica) lo que corresponde”. Virtud que inclina a la voluntad a cumplir los deberes sociales es la justicia general, por que tiende al bien común y porque dirige en general las acciones de los hombres hacia este bien. Bajo el imperio de esta virtud, el ciudadano cumple las leyes, paga los impuestos; el funcionario cumple su deber; el legislador hace bunas leyes; el juez las aplica debidamente. El nombre de justicia legal le viene de que su principal función se dirige a establecer y cumplir las leyes. Sin ella se perturba la paz y los ciudadanos sufren muchos daños (especialmente con las leyes injustas).

  39. Pago de los impuestos: Si no se pagan los impuestos se lesiona la justicia general, como cuando no se cumplen las leyes. Desde el punto de vista moral, los impuestos se han de pagar; son absolutamente necesarios para el funcionamiento de la sociedad. (“Dad al Cesar los que es del Cesar... Mt. 22,21). Esta obligación grava la conciencia. (“Por tanto es necesario someterse no sólo por temor al castigo sino también a causa de la conciencia. Por esta razón les pagáis los tributos (...) Dad a cada uno lo debido: a quien tributo, tributo; a quien impuestos, impuestos; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor” Rom. 13, 5-7). Si se defrauda hay obligación de restituir.

  40. En principio, como todas las leyes, hay que suponer que las leyes tributarias son justas, a no ser que sea manifiesto lo contrario. Distinto es la evasión de la elusión: aprovechar los recursos legales para pagar menos impuestos. No hay quebrantamiento de la justicia legal. • Otras colaboraciones de los ciudadanos en los asuntos públicos La primera colaboración es cumplir con sus deberes: tales como el cumplimiento de la moral natural en sus relaciones con los otros ciudadanos; el cumplimiento de las leyes justas; el pago de los impuestos. Han de estar dispuestos a manifestar su opinión cuando se les pide con objeto de elegir a los que han de gobernar.

  41. El incumplimiento del deber del voto sin causa justa puede constituir una transgresión grave. El sentido de solidaridad debe llevar a los ciudadanos a colaborar activamente en el buen funcionamiento de todas las entidades (sindicatos, colegio profesional, asociaciones culturales...) cada uno según su situación o posibilidades • 2) Justicia particular: Es la decisión permanente de dar a cada persona, tanto a las personas físicas como a las personas jurídicas, lo que corresponde. Se divide en: • a) Justicia conmutativa que es la decisión permanente de la persona privada de dar a otra persona privada lo que estrictamente le corresponde, observando una igualdad absoluta entre lo que se da y lo que se recibe. No es más estricta que la legal o distributiva. Su lesión obliga a restituir.

  42. b)Justicia distributiva, que es la decisión permanente que inclina al que gobierna la comunidad a distribuir equitativamente los honores y las cargas entre sus miembros, según sus capacidades y sus méritos. No lleva consigo una igualdad absoluta, sino proporcional. • c) Justicia vindicativa, que inclina al que gobierna una comunidad a imponer penas adecuadas a los delitos. Según se considere, queda incluida en la distributiva (si estas penas se imponen según una justa proporción); en la legal (si se mira principalmente su repercusión en el bien común); en la conmutativa, pues el juez ha recibido la misión de castigar estos delitos y no cumpliría con su oficio si no lo hiciera. Partes potenciales de la justicia • Son virtudes que se parecen a la justicia en que tienen el mismo objeto (dar lo suyo a otro), pero carecen de de la

  43. perfecta razón de justicia, por defecto de alguna de las notas esenciales. No alcanzan del todo el objeto de la justicia: • 1. En cuanto a la perfecta igualdad: • a) La religión: que nos lleva a adorar a Dios y a darle el culto debido. • b) La piedad: por la que damos honor y asistencia a los padres y a la patria. • c) La obediencia: por la que realizamos los mandatos legítimos de los superiores; inclina a tratar debidamente a los hombres de gran virtud y dignidad. • 2. En cuanto que sea estrictamente debido lo que se recibe: • a) La veracidad: inclina a decir la verdad y a no mentir. • b) La gratitud: inclina a recompensar de algún modo el beneficio recibido.

  44. c) La venganza (¿?): inclina a reparar las injurias perpetradas por otro. • d) La liberalidad: inclina a ser moderados en el amor a los bienes materiales y a saber usarlos debidamente en beneficio propio y del prójimo y en honor de Dios. • e) La afabilidad: inclina a hacer agradable el trato con el prójimo. • f) La equidad y la epikeia: inclinan por justas causas a dejar la letra de la ley para obrar según la presunta intención del legislador. Derechos subjetivos o de la persona • La virtud de la justicia es la decisión permanente de dar a cada uno lo que le corresponde “en estricto derecho”. Este “estricto derecho” consiste en el derecho de una persona o derecho subjetivo.

  45. El derecho subjetivo es la facultad moral o capacidad de hacer algo, tenerlo, exigirlo, etc. (activo); u omitirlo (pasivo). • Esta capacidad moral exige que los demás la respeten, por consiguiente engendra en ellos una obligación o deber de no violarla; a todo derecho de uno corresponde un deber de otro. La injusticia o injuria • Del latín in-iuria: conculcación de un derecho. • Es toda acción que se oponga a la virtud cardinal de la justicia. • Es pecado mortal ex genere suo;no es fácil determinar la parvedad o gravedad de la materia. • Una regla es el daño producido al prójimo o al bien común.

  46. No todas las injusticias son de la misma especie, por ej.: es distinto el robo que la difamación. • a) Nadie puede hace una injusticia sin querer. El que lesiona derechos ajenos sin querer (por ignorancia, etc.) comete una injusticia material. • b) A nadie se puede hacer una injusticia si no se opone a sufrirla, es decir, si la acción la sufre sin engaño y consintiendo libre y lícitamente, por ej., si alguien consiente a sabiendas y libremente que se lleven algo suyo. • Las dos categorías más amplias de injusticia son: • 1) La injusta apropiación de lo ajeno: robo, hurto, etc. • 2) La injusta damnificación: la acción por la que se causa un mal a otro sin apropiarse de nada suyo. Ej.: murmuración, calumnia, escándalo...

  47. La solidaridad • “nos ayuda a ver otro –persona o nación- no como un instrumento cualquiera, para explotar a bajo coste su capacidad de trabajar y su resistencia física, abandonándolo, cuando ya no nos sirve, sino como un semejante, una ayuda a quiene hacer partícipe, junto con nosotros, del banquete de la vida. La solidaridad es indudablemente una virtud cristiana. A la luz de la fe tiende a superarse a sí misma, a revestir las dimensiones específicamente cristianas de la gratitud total, del perdón y de la reconciliación. Entonces el prójimo no es ya sólo un ser humano con sus derechos y su fundamental igualdad con nosotros, sino que se presenta como imagen viviente de Dios Padre, rescatado por la sangre de Jesucristo y puesto bajo la acción del Espíritu Santo” (J.P.II, Sollicitudo rei socialis, n. 30-40).

  48. La justicia no basta si no está informada por la caridad; “únicamente con la justicia no resolveréis nunca los grandes problemas de la humanidad. Cuando se hace justicia a secas, no os extrañéis si la gente se quede herida: pide muchos más la dignidad del hombre, que es hijo de Dios. La caridad ha de ir dentro y al lado, porque lo dulcifica todo, lo deifica todo: “Dios es amor” (1 Jn. 4,16) (Josemaría E. de B., Amigos de Dios, n. 172). • “La justicia por sí sola no es autosufuciente y torna hacia la propia negación y autoaniquilación si no se permite que entre a plasmar la vida humana esa forma más profunda de relacionarse, constituida por el amor” (J.P. II, Dives in mesericordia, n. 12).

  49. La fortaleza I. Noción: Es la virtud que nos vigoriza para practicar el bien con constancia y paciencia, pese a las dificultades. • Tiene por objeto reprimir los temores y moderar las audacias. • Por la fortaleza aprendemos a superar las contradicciones que aparecen en la vida, y a no desanimarnos ante los propios defectos, superando el temor al esfuerzo, los peligros y dificultades que entraña la práctica del bien, perseverando con tenacidad para conseguir las metas propuestas.

  50. Enseña S. Gregorio Magno que “la fortaleza hace aprender a amar las dificultades de este tiempo para ganar una eternidad con Dios” (Moralia in Job, VII, c. 21). • “Es la virtud cardinal por la cual la voluntad se robustece de tal modo que no desiste en su esfuerzo por conseguir el bien difícil de alcanzar según el dictamen de la recta razón (virtud humana) o según el dictamen de la recta razón iluminada por la fe (virtud sobrenatural). • Es una actitud de firmeza, que lleva a la persona a cumplir con sus deberes y responsabilidades, aún cuando las dificultades lo hagan gravoso.

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