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LAS FUNCIONES APETlTIVAS. Las funciones apetitivas son las tendencias que mueven al ser vivo hacia su autorrealización, en virtud de una inclinación que sale de él. Las funciones apetitivas del hombre dan origen a los deseos e impulsos, que son el origen de la conducta. Apetito.
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LAS FUNCIONES APETlTIVAS • Las funciones apetitivas son las tendencias que mueven al ser vivo hacia su autorrealización, en virtud de una inclinación que sale de él. • Las funciones apetitivas del hombre dan origen a los deseos e impulsos, que son el origen de la conducta.
Apetito • Apetecer y apetito lo usamos en el sentido de inclinación, tendencia: el apetito en un ser vivo es la «tendencia o inclinación a la propia plenitud». • Dijimos que una de las características de la vida es que lo vivo camina y se distiende a lo largo del tiempo hacia una plenitud de desarrollo. A esto le llamamos autorrealización o crecimiento
Inclinación • La inclinación al crecimiento hace referencia a lo conveniente para una cosa, y lo que es conveniente para algo, es para él el bien. • Beber agua es un bien pues ayuda a vivir; beber veneno no lo es porque justamente va en contra del significado de la acción de beber: conservar la vida
El Bien • Por consiguiente, entendemos por bien, en este contexto, no un valor moral, sino una conveniencia. • «El bien es lo que todos apetecen», • sencillamente porque «todo aquello hacia lo cual el hombre tiene una inclinación natural es naturalmente captado por la razón como algo bueno y que, por tanto, hay que tratar de conseguir, y lo contrario como algo malo y vicioso».
Inclinaciones Sensibles • Pues bien, las inclinaciones o apetitos que nos dirigen hacia nuestros bienes propios • Pueden ser sensibles o intelectuales, dependiendo de a qué bien nos referimos en nuestra acción (el agua y el calor; la verdad o el cumplimiento de una promesa).
Inclinaciones Sensibles • La tendencia sensible se realiza mediante la estimación y la intelectual, mediante la razón práctica y la voluntad. Por ahora describimos las primeras: • Las tendencias sensibles, en los animales y en el hombre, se dividen en dos grandes tipos:
Deseos o Impulsos • Los deseos y los impulsos, y se dirigen a satisfacer los instintos sensibles de la nutrición y la reproducción. • La dualidad de facultades apetitivas se funda en dos tipos distintos de captación de valores en el tiempo:
(1) Deseo o apetito concupiscible(2) Impulso o apetito irascible • La captación de los valores dados en el presente inmediato de la sensibilidad funda el deseo (apetito concupiscible) • y la captación de los valores en el pasado y en el futuro según los articula sensibilidad interna funda el impulso (apetito irascible) • y permite referir el deseo a valores que están más allá del presente inmediato de la sensibilidad.
Los Deseos • Los deseos del sujeto se dirigen al bien presente y su satisfacción tiene carácter placentero porque implican la posesión de lo apetecido: tengo comida, quiero comer, como.
Los Impulsos • Los impulsos del sujeto son agresivos, pues se dirigen a un fin que es un bien difícil, arduo, que exige apartar algún tipo de obstáculos • El ejemplo más claro es la agresividad: quiero comer, no tengo comida pero si trabajo la consigo, no me apetece trabajar pero prefiero comer a no trabajar, trabajo, consigo la comida
Los Impulsos = el Bien arduo • Se puede afirmar que el impulso nace del deseo -tengo hambre, deseo comer-, pero es superior a él, ya que me hace discurrir. • El bien arduo es más difícil, pero más rico que el puro presente de la posesión del objeto deseado, porque implica un ponerse en marcha, un proyecto.
El Bien arduo del Apetito Iracible • Cuando predomina bien arduo el mundo interior es más rico, pues nos encontramos ante un vivir que ambiciona, que no se conforma sólo con lo fácil, que reconoce la dificultad de la vida y la excelencia del bien
El Bien arduo del Apetito Iracible • La gratificación del deseo se acaba pronto. Si no se apetece nada más, se provoca entonces la reiteración del placer de las sensaciones actuales. • El hombre es el único animal que reitera las sensaciones presentes sin necesidad orgánica, porque es capaz de razonar y proponerse la repetición de un placer que no le es necesario
Beneficio del Bien arduo • Los bienes arduos, por el contrario, suelen invitar a experiencias vitales más ricas: • la aventura sólo aparece cuando hay metas suficientemente altas como para tener, gracias a ellas, obstáculos que salvar
Beneficio del Bien arduo • El dinamismo de las tendencias humanas exige armonizar y completar los deseos con los impulsos, la satisfacción de lo conseguido y los nuevos proyectos. • En la historia no cabe detenerse con lo que ya se ha logrado.
la percepción humana y la percepción animal • Al ser diferente el modo de percibir en uno y otro, también será diferente el modo de tender hacia lo que se percibe: • el hombre es capaz de más realidad que cualquier otro animal.
la percepción humana y la percepción animal • Por eso mismo, se puede decir que la sensibilidad humana es la mejor de las que existen, pues es la que de un modo más perfecto (gracias a la unidad con lo intelectual) permite cumplir el fin de lo sensible, que es la conexión entre el sujeto y el mundo
Éstas son las cuatro grandes diferencias: • a) El hombre puede captar lo real en sí, sin que medie necesariamente un interés orgánico: el hombre no ve el mundo centrado en su propio interés, pues lo capta como es en sí. • En cambio, el animal sólo refiere los objetos a sus necesidades orgánicas • Nuestro conocer no está determinado por el interés de la satisfacción de nuestros instintos.
Éstas son las cuatro grandes diferencias: • b) Tampoco están determinados en el hombre los medios que hay que poner para satisfacer los fines biológicos: cocinamos, la pedida de mano, el traje blanco- que exigen una intervención de la inteligencia en todos los niveles de nuestro existir. • El hombre elige el modo de satisfacer sus necesidades instintivas.
Éstas son las cuatro grandes diferencias: • Pero, además, el hombre es capaz de proponerse fines nuevos, más allá de las necesidades vegetativas u orgánicas: música, aficiones, lectura, charlar, estudiar una carrera, cultura... • El hombre añade a sus tendencias vegetativas finalidades más altas, de tipo técnico, cultural, religioso, etc.
Éstas son las cuatro grandes diferencias: • d) El hombre es, por último, capaz de hábitos. El hábito seria una inclinación, no natural sino adquirida, para realizar ciertos actos que, está en manos de cada uno el concretar. • Los hábitos pueden ser buenos o malos, favorables o perjudiciales para el desarrollo del hombre. • Ese aprendizaje desplaza al instinto.