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El Corazón de Piedra Por Elsa, Sofia y Joanne
rase una vez, hace mucho tiempo, en un bosque muy lejos de aquí, unos elfos. Eran muy hermosos, con una agilidad incomparable. Pero estaban también conocidos por su corazón de piedra y su actitud altiva hacia los otros pueblos. Entre ellos, había Dunedel, un elfo que era solitario, poeta y filósofo. Tenía orejas muy puntiagudas, los ojos verdes, y rasgados. Llevaba una túnica hecha con hojas tijadas entre sí, y un cinturón con dos dagas encantadas. Su padre era el rey de los elfos, y su madre, la sabia señora que era una adivina sagrada. Vivía en ese bosque, y conocía todas las hojas de todos los árboles. Pero era un bosque especial. Ese bosque se situaba en un continente a la vez húmedo y vegetal y a la vez seco y árido. Las hojas no caían nunca pero cambiaban de color a cada estación, la flora era frondosa.
n día, el padre de Dunedel se puso enfermo. Como la requería la costumbre, Dunedel juró curarlo sobre su honor. Pero los días pasaron, y el rey no se curaba. Dunedel era tan desesperado que todos los animales se entristecían a su paso. La semana siguiente, como el viejo rey no se reponía, la Sabia señora, su madre, vino a él y le dijo : « Dunedel, hijo mío, tu padre no podrá superarlo. Hay una posibilidad, pero hay que salir de este bosque. Debes encontrar a una curandera humana, que se llama Blanca. ¿ Quieres ir, para salvar a tu padre ? » Dunedel no respondió en seguida. Estaba a gusto en ese bosque, como todos los elfos. No imaginaba irse. Pero, había prometido hacer todo lo posible. Entonces, dijo : « Lo haré » .
l día siguiente, Dunedel se fue a través del bosque. Subió dificultosamente los montos, recorrió las valles y las praderas y atravesó los ríos. Sabía de buena tinta que la curandera vivía en un pueblo humano. Una vez llegado a este pueblo, pregunto a un posadero dónde estaba la curandera. El posadero contestó : « La curandera del pueblo ha sido raptada en el mundo del elfo negro. Dunedel tomó la decisión de ir a buscarla sin tardar. El elfo negro se llamaba Zarasastro, y partenecía a las fuerzas del mal. Era muy peligroso, maquiavélico y ávido de poder. El mundo dónde vivía ere oscuro y el suelo era duro y seco. Ningún árbol a la vista, sólo algunos troncos muertos. Cuando Dunedel llegó a ese mundo, estuvo muy sorprendido de ver un sitio tan triste y tan desolado. El estaba acostumbrado a su bosque,a las flores coloradas y perfumadas, a la alegría de sus amigos los elfos. Aquí, todos estaban muy tristes, como si estuvieran encarcelados, y la ira se leía en su rostro. Eran maléficos porque ellos querían dominar el mundo entero.
unedel caminó, días y noches. Más de una vez quiso volver a su casa, desanimado. Pero pensó en su padre y no dejó de caminar. Un día, vio finalmente el castillo de su enemigo. Decidió dormir, cuando cayó la noche. Entonces, en sus sueños, oyó una voz, que dijo : « Soy el guardia del destino. ¿ Qué esperas hacer en casa del elfo maléfico ? ¿Piensas poder resistirle ? ». Dunedel se quedó silencioso, antes de responder : « Tengo un noble motivo. Prefiero morir que fracasar. Quiero ver a mi padre curarse. » La voz dijo : « Si, puedo ver que eres más valeroso que los otros elfos. Un solo valor te falta ; pero lo encontrarás allá. Entonces, te ayudaré : cuando te despiertes, verás un collar de plata. Póntelo. Es mágico, y puede deslumbrar a la gente mala. Después, podrás matarlo con tu daga. ¡Pero no falles! No tendrás una segunda oportunidad. Hasta luego, y… ¡ que las estrellas guíen tus pasos ! »
or la mañana, cuando Dunedel despertó, encontró al collar, y lo puso, como lo quería la persona de sus sueños. Caminó, y llegó al castillo de su enemigo. Respiró hondamente, para calmar los latidos de su corazón. Después, entró. El castillo era enorme, y parecía construido en un solo bloque de cristal negro. Se adelantó lentamente, y llegó por fin en la inmensa sala, hasta el trono, donde estaba sentado el elfo negro. Era de la misma altura que Dunedel, pero tenía los ojos y el pelo negros, con una chispa mala en su mirada.
uando vio a Dunedel, rompió en risa sin poder parar. « ¡Jua Jua Jua !, elfo tonto. Hay que ser muy estúpido para venir y pretender matarme... ¡Sólo tienes dos dagas ! Olvidas que soy un elfo también. Soy más rápido que la más rápida de tus dagas. ¡Inténtalo si puedes ! » Dunedel fingió intentarlo, pero no lanzó una daga ;blandió su collar sobre su cabeza, y el objeto centelleó. Dunedel se esforzó en mirar la luz, pero el otro no pudo y cerró sus ojos. Entonces, Dunedel tomó una de sus dagas, apuntó al corazón, y la soltó. El elfo, deslumbrado, no pudo evitar el puñal, y murió. Dunedel vino a él, recuperó su arma y dijo : « He ganado. ». Después, encontró a la curandera, y le dijo : « Necesito tu ayuda para curar a mi padre. ¿Aceptarías seguirme ? »
unedel había cumplido su misión : había encontrado a Blanca, la curandera. Ahora, debía volver a su mundo para curar a su padre. Una vez llegado, estuvo muy contento de ver su bosque, su familia, y sus amigos. Dunedel y Blanca habían cogido el sendero que llevaba a la cabaña del rey. Poco tiempo después, ellos abrían la puerta de la cabaña. El padre de Dunedel estaba acostado en una cama de madera, y Dunedel estaba muy triste y desolado de ver a su padre así. La curandera tomó sus hierbas, encendió un fuego, e hizo calentar un poco de agua. Después, ella mezcló todos los ingredientes y dio la preparación al rey. Después de beber esa poción, el rey fue completamente restablecido. Gracias a Blanca, Dunedel había aprendido mucho sobre la humanidad y los sentimientos. Su corazón de piedra se había vuelto de carne. Dunedel y Blanca se casaron, y fueron muy felices.