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Lazarillo de Tormes: Una adaptación. Tratado primero adaptado por Español 1. Tratado primero: ¿D ónde nacieron Lazarillo y su familia?. Mi nombre es L á zaro de Tormes, y soy hijo de Tom é Gonz á lez y de Antonia P é rez, nacidos en Tejares, pueblo de Salamanca.
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Lazarillo de Tormes: Una adaptación Tratado primero adaptado por Español 1
Tratado primero: ¿Dónde nacieron Lazarillo y su familia? • Mi nombre es Lázaro de Tormes, y soy hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, nacidos en Tejares, pueblo de Salamanca. • De Tormes es mi apodo porque nací en este río, donde había un molino, el lugar del trabajo de mi padre. Vine al mundo de noche en este molino, por eso puedo decir que nací en el río.
¿Cómo murió su padre? • A los ocho años, acusaron a mi padre de robar el grano y lo metieron en la cárcel. Después, lo llevaron a la guerra, donde él murió. Mi madre, como viuda, vino a la ciudad y alquiló una casa donde trabajó como cocinera y se puso a lavar la ropa de las caballerizas y estudiantes. • Allí es donde mi madre conoció a un hombre negro, mi futuro padrastro.
¿Qué hizo con su padrastro para la familia? • Al principio, no me gustó mi padrastro, pero luego yo vi que nos trajo pan, carne y leña para calentarnos. Asi que empecé a quererlo. • Después de un tiempo mi madre tuvo otro hijo, mi hermanastro negrito. Era mi amigo y jugábamos juntos.
¿Quién conoció su madre en el meson? • Luego la policia descubrió que mi padrastro robó comida y leña para mi familia. Lo azotaron y no pudo entrar en nuestra casa. • Por eso, mi mamá empezó a trabajar en un meson. Allí ella conoció un ciego que necesitaba un mozo, como yo, para guiarle. Mi mamá aceptó este trabajo para mi como ella no podía mantenerme. • Al despedirnos, mi mamá y yo lloramos y el ciego le dijo que me tratara bien, como su propio hijo.
`El toro´ El ciego y yo, amo y criado, salimos de Salamanca y llegamos a un puente donde hay un toro hecho de piedra. Mi amo me dijo: - Acerca al oído al animal y vas a oir un gran ruido. Yo, confiado, lo creí y acerqué la cabeza a la piedra. Entonces el ciego me dio un golpe tan fuerte contra el toro que el dolor me duró más de tres días. Y él se rió mucho y me dijo: -Tonto, aprende, porque el mozo de un ciego debe saber más que el diablo.
Como vivir la vida de un pobre. • Asi que aprendí en aquel momento como vivir con el ciego, con los ojos abiertos. • Comenzamos nuestro camino y me enseñó el oficio y sus habilidades utiles para sobrevivir. Él era muy astuto y utilizó esa inteligencia para vivir. Aprendió las oraciones para rezar en las iglesias y para las mujeres que no podían tener hijos. También, podía decir a las mujeres embarazadas el sexo del bebé. • También, aprendió cosas de medicina y podía dar remedios a los enfermos. • Con todos sus conocimientos, ganó la vida, por lo menos para él solo.
Cómo engañar el avaricio del ciego • El ciego no me daba de comer. Asi que tuve que usar mi ingenio para no morir de hambre… • El ciego guarbaba el pan y otra comida en su saco de tela, cerrado con un condado. Unas veces, yo deshizo el saco y saqué comida.
El vino • También, él tenía vino en un jarro. Una vez él se dio cuenta, como un astuto ciego, de que el vino terminaba pronto. Entonces puso el jarro entre sus piernas para guardarlo mejor. • A mí, me gusta el vino, entonces hice un agujero en el jarro y lo tapé con un poco de cera. A la hora de comer, la cera deshacía por el calor y yo puse mi cara entre las piernas para beber. Fue mi engaño. Cuando descubrió mi amo aquel agujero, no dijo nada. • Otro día, él dejó caer el jarro contra mi cara y lo rompió en mil pedazos, a mi, me dejó sin dientes. Luego él me lavó las heridas con el vino y me dijo: • ¿Viste, Lazarillo? El vino que te enfermó te cura y da salud.
Las uvas • Después de esto, empecé a tratarlo mal también. Le enseñó los peores caminos con muchas piedras para hacerle daño. Por eso, me dejó llena de chichones. • Luego, fuimos a Toledo. El astuto ciego me dijo en el camino que compartimos uvas. Me dijo también: Vamos a compartirlas de forma de que no hay engaño. Come uno y yo otro. • Empezamos asi y luego vi que él cogió dos y luego cogió tres. Entonces empecé a hacer lo mismo con las uvas. Después, él comentó que notó que también yo comía tres en tres.
La longaniza • Para terminar, voy a contar una última cosa. Fuimos a un meson de Escalona y me dio un poco de longaniza para asar. Entonces vi un nabo pequeño junto al fuego. Lo cogí y cambié por la longaniza. • El me dio dinero para comprar el vino, me fui por el vino y me comí la longaniza. Él mordió el nabo entre dos trozos de pan. Al comprobar que no fue longaniza me dijo furioso: • ¿Qué es esto, Lázaro? • Le dije que fui a comprar el vino y alguien robó el longaniza.
Él no me creyó y yo volví a jurar que no fui yo quien robó el longaniza. Se levantó el astuto ciego y me cogió la cabeza. Luego metió su nariz en la garganta y, por la fuerza de su nariz y el miedo, salió de mi cuerpo la negra longaniza. • El ciego se enfadó mucho y me dio golpes. • Luego él contó a todos en el meson de mis desgracias: el vino, las uvas y la longaniza. Todos se rieron de mi.
Cruzar el arroyo • Después de esto no estuve contento con él y decidí dejarlo. • Al día siguente, salimos por la ciudad a pedir limosna y empezó a llover mucho. Decidimos volver a la posada pero había un arroyo que necesitamos cruzar. Y le dije: • El arroyo es muy ancho. Alli cerca está más estrecho y podemos cruzarlo fácilmente. • Llévame a ese lugar y pasemos sin mojarnos los pies: me dijo el ciego.
El fin • En este momento quise vengarme de todos sus malos tratos. Llevé el ciego frente un poste de piedra y le dije: • Salte todo lo que pueda para llegar a la otra orilla. El pobre ciego se lanzó con todas sus fuerzas y dio con la cabeza en el poste. Fue tan fuerte el golpe que cayó al suelo medio muerto y le dije: • Pudo oler la longaniza en mi cuerpo, pero no la piedra. Asi que me fui y lo dejó alli. No volví a saber más de él….