540 likes | 676 Views
La ciudad rosa de los nabateos. dibujo de David Roberts 1839. 300 km al sur de Amman, capital de Jordania, lugar estratégico de antiquísimas rutas caravaneras.
E N D
La ciudad rosa de los nabateos dibujo de David Roberts 1839
300 km al sur de Amman, capital de Jordania, lugar estratégico de antiquísimas rutas caravaneras. Dice la Biblia que hacia 1500 a.C. (edad de bronce) vivía aquí el pueblo de los oritas. Éstos fueron expulsados en el siglo VII a.C. por los edomitas que, a su vez, fueron expulsados por los nabateos en el siglo IV a.C. Los nabateos edificaron Petra que, en su máximo esplendor (siglos I a.C.-1 d.C.) contaba con unos 35.000 habitantes. Romanos, bizantinos, árabes y cruzados dejaron aquí su huella. Petra quedó abandonada y olvidada para occidente durante más de seis siglos hasta que fue descubierta por el suizo J.L.Burckhardt a principios de siglo XIX.
Era peligroso para los europeos adentrarse en esas tierras controladas por el imperio otomano. Estando Burckhardt en Jordania oyó hablar de la “ciudad rosa” perdida entre las montañas rocosas. Estudió el Corán, el árabe y las tradiciones orientales para hacerse pasar por musulmán. Contrató un guía beduino que le guió hasta Petra con el pretexto de inmolar una cabra en honor de Aarón, hermano de Moisés, cuya tumba se encontraba en las cercanías de la misteriosa ciudad. En 1812 cruzó el Sik y descubrió el Khasné, como lo vamos a hacer nosotros a continuación…
En 1839, otro famoso pintor, el escocés David Roberts, acampó en Petra y realizó 14 hermosas vistas de los monumentos ayudado por un artefacto llamado “cámara clara”, una especie de cámara fotográfica.
Los turistas que llegan al poblado de Uad Musa suelen ignorar que en su lugar se levantaba la antigua Gaia, que primero fue un asentamiento edomita y luego residencia de los reyes nabateos antes de trasladar la capital al interior de Petra. En la parte alta del poblado se encuentra el manantial Ain Musa que brotó cuando Moisés golpeó la roca con su bastón (Éxodo 17:1-7) y que alimenta el torrente Uad Musa (río de Moisés) que atraviesa Petra.
Al suroeste se abre la gran quebrada conocida como Uadi Arabah por la que antiguamente fluía el río Jordán hacia el golfo de Akaba.
Pasada la entrada, una calle baja siguiendo el antiguo lecho del río. Estamos en el Bab al Sik “la puerta del Sik”, en el centro de la foto, un desfiladero que permite el acceso a la ciudad. El desfiladero del Sik es una estrecha garganta abierta por un terremoto y modelada por las aguas del torrente Uadi Musa a lo largo de cientos de miles de años. En épocas de lluvias, la orografía del lugar recogía las aguas como un embudo y las embocaba al desfiladero provocando en la antigüedad muchas catástrofes.
Para evitar las repentinas crecidas del torrente los ingenieros hidráulicos nabateos cerraron la entrada al Sik con un dique desviando el torrente hacia la derecha a través de un túnel que atravesaba la montaña rodeando el macizo y desembocando en su antiguo lecho pero aguas abajo de la ciudad, dejando libre el paso del Sik. En 1963, una crecida repentina sorprendió a un grupo de turistas en el interior del Sik, muriendo muchos de ellos. En la actualidad no se corren riesgos porque el curso del agua se desvía por el mismo dique y túnel que hicieron los nabateos pero nuevo y mucho más reforzado.
3 CUBOS DJIN (siglo I a.C.) de 9 m de altura separados de la montaña de atrás mediante una titánica obra de excavación. En origen recubiertos de mármol o bronce. Pueden tratarse de “tumbas torre” o receptáculos de los dioses guardianes de la ciudad (Djin, en árabe, significa “espíritu”)
Arriba, TUMBA DE LOS OBELISCOS. Abajo, el TRICLINIUM donde se celebraban los banquetes funerarios. Escavados a principios del siglo I d.C.
En el siglo III a.C. se hicieron las primeras casas de piedra pero mucho antes las viviendas estaban excavadas en la montaña. Debido a los terremotos solo se conservan las construcciones rupestres.
Mirando hacia atrás nada más entrar en el desfiladero del Sik.
Primeros pasos recorriendo la garganta del Sik. El suelo está pavimentado con grandes losas del tiempo de los romanos.
Aquí y allá pueden verse en las paredes del Sik nichos votivos en forma de quiosco con pilastras y frontones , pequeños obeliscos, oquedades, inscripciones y esculturas.
A veces, las paredes del desfiladero se separan abriéndose amplios espacios donde crece la vegetación.
Curiosa forma rocosa, resultado de la erosión, llamada “el pez”.
A lo largo de ambas paredes hay excavadas unas canalizaciones “ACUEDUCTOS” que conducían al agua del manantial de Moisés hasta Petra, a veces al aire libre, a veces mediante tuberías cilíndricas.
Quebrada sinuosa del Sik, de 1,5 Km de longitud, cuyas paredes llegan a aproximarse hasta tres metros y de una altura entre 90 y 180 metros. A veces parecen tocarse impidiendo por completo ver el cielo.
Escultura de una caravana. Descubierta en 1998 y rota en parte por una de las máquinas. Se distinguen las pezuñas del dromedario y los pies del hombre, calzado con “caligas”, ´sandalias de los soldados romanos. Por detrás, un tramo del acueducto.
Al final del desfiladero, una deslumbrante luz anuncia el monumento más emblemático de Petra: el Khasné. Produce una impresión indefinible.
La fachada, excavada en una pared vertical, tiene 40 m de alto y 28 de ancho. Se distinguen dos cuerpos: inferior y superior. Hay 11 esculturas en altorrelieve, muy deterioradas debido a la erosión natural y a la acción de iconoclastas cristianos y árabes. Éstos últimos acribillaron la fachada con disparos de fusil. Los árabes llaman al monumento “Al Khasné Faraum” (el tesoro del faraón) debido a una leyenda sin fundamento histórico por la que un faraón había escondido sus riquezas en la urna que remata el tejado cónico del tholos central de la fachada superior.
Cuerpo inferior. Pórtico de frontón con friso decorado. 6 columnas corintias de las que solo las centrales están separadas de la roca. Las esculturas ecuestres representan a los Dióscuros.
Cuerpo superior. Tholos central de techo cónico flanqueado por dos medios frontones. Todo sostenido por columnas corintias. La escultura central parece representar a la diosa Isis. Las otras son amazonas.
Plaza delante del Khasné. La antigua pavimentación se encuentra enterrada bajo unos 4 metros. Es probable que en la antigüedad se accediera al edificio mediante una escalinata cubierta hoy por los depósitos de aluvión.
El guardia real jordano custodia la entrada del Khasné cuyo interior parece haber sido más una tumba real que un santuario. Las paredes talladas en la roca muestran hermoso veteado multicolor. Planta del Khasné A – vestíbulo B – salas laterales C – pileta ceremonial D – Gran sala E - nichos
A derecha e izquierda, decenas de tumbas . Unas fachadas son de doble escalera, otras coronadas por almenas de tipo asirio.
MODELOS ARQUITECTÓNICOS Izquierda: fachada con almenas de tipo asirio. Derecha: fachada coronada por doble escalera
TEATRO de planta típicamente romana. Siglo I. Al excavarse en la roca se demolieron algunas tumbas de la parte de atrás (se ven las oquedades en la pared del fondo).
Interior de una de esas viviendas rupestres. El veteado multicolor de la roca es original.
Pasado el teatro, a mano derecha del camino que va hacia el centro de Petra, aparece la “avenida de las fachadas” con las “tumbas reales”. La primera de ellas es la Tumba de la Urna (en el círculo)
(1) TUMBA DE LA URNA La primera de una serie de cuatro tumbas, fácil de reconocer por los dos pisos de arcos que soportan la plataforma delantera. La alta fachada tiene el aspecto de un templo dístilo in antis. En la parte superior de los intercolumnios hay tres nichos de los que solo el central lleva una escultura muy deteriorada. En el vértice del tímpano superior se ve el acroterio con forma de urna (de ahí el nombre de la tumba).
En el año 447 el edificio fue convertido en iglesia para lo que se abrió una gran ventana sobre la puerta de entrada para dar luz al interior.
La puerta de entrada está coronada por un friso dórico cuyas metopas se han sustituido por círculos (típico nabateo) y por un frontón triangular.
Interior de la Tumba de la Urna, convertida en iglesia. Varios nichos centrales de la pared del fondo se unieron entre sí para formar un ábside.
(2) TUMBA DE LA SEDA. Se llama así por las vetas policromadas pétreas que cubren casi toda la fachada y que destacan sobre todo al atardecer o después de una lluvia, mucho más acentuada que en su vecina de la derecha. Las almenas son de tipo asirio, en escalera. Los capiteles con cuernos son los característicos del estilo nabateo.
(3) TUMBA CORINTIA. Contigua a la tumba de la seda está mucho más deteriorada que las otras debido a la caída de pedruscos de la pared de encima. Aunque cueste distinguirlos, todos los 22 capiteles son corintios. De ahí el nombre de la tumba.
La fachada de la Tumba Corintia presenta una mezcla de órdenes y estilos abrumadora que hace que se parezca al Khasné (algunos lo llaman “copia fea”) pero sin grupos escultóricos ni relieves. Todas las puertas llevan a otras tantas estancias independientes. La puerta central está tan erosionada que parece una caverna natural y da acceso a una cámara funeraria con numerosos nichos para toda una familia real.
(4) TUMBA PALACIO. Contigua a la anterior es la más monumental de Petra. (49 m ancho x 45 m alto) Las 4 enormes puertas están encuadradas por medias columnas con capiteles nabateos (con cuernos). La segunda planta, presenta un drástico cambio en el proyecto decorativo. Sobre el arquitrabe había un tercer piso cuya parte derecha estaba excavada en la roca y la izquierda , a falta de monte, se construyó con bloques de piedra, actualmente casi destruida por los terremotos. Quizá perteneció al último rey nabateo.
La calle principal, totalmente pavimentada con losas y flanqueada por una columnata, recorría paralela al cauce, tenía mercados, talleres, templos, palacios y edificios públicos.
La entrada a esta tumba, como otras muchas más, está taponada por varios metros de escombros arrastrados por el torrente Uadi Musa.