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Hoy es un día Concepcionista y por eso estamos de fiesta. y para estarlo no es necesario hacer muchas cosas, hay que sentirlo por dentro, vivirlo con alegría y el cariño de celebrar algo que quieres. Quizá muchos de nosotros no conozcamos muy bien a Carmen Sallés,.
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Hoy es un día Concepcionista y por eso estamos de fiesta...
y para estarlo no es necesario hacer muchas cosas, hay que sentirlo por dentro, vivirlo con alegría y el cariño de celebrar algo que quieres
Quizá muchos de nosotros no conozcamos muy bien a Carmen Sallés, tan sólo su rostro en una fotografía o en un cuadro
sentimos por dentro la necesidad de encontrar respuestas, de llenar de sentido nuestra vida, de encontrar el camino de la auténtica felicidad... JESÚS JESÚS
Nadie va a darnos la respuesta que nosotros tenemos que dar... ...Nadie puede buscar por nosotros...
Pero tampoco estamos solos Muchos buscaron antes y su vida puede ayudarnos
Por eso, queremos acercarnos hoy a Carmen Sallés, como podríamos hacerlo a la vida de muchos hombres y mujeres que entregan su vida por los demás...
Queremos mirar fijamente a los ojos de Carmen Sallés Los ojos de una persona nos muestran su interior...
Que sus ojos se conviertan en una ventana abierta al infinito corazón
Carmen Sallés tenía unos ojos dulces, cálidos, profundos y llenos de vida Una vida desbordante de ilusiones, verdad y libertad
Ojos azules como el azul del cielo chispeantes como el agua cuando refleja la luz del sol
Así era Carmen Sallés...chispeante, valiente, intrépida, alegre, profunda... ...en su presencia la vida cambiaba de color.
Siempre buscando ¡Algo más! de Amor y ayuda a los jóvenes justicia solidaridad entrega igualdad libertad
De este corazón aventurero nacieron sus palabras ¡¡Adelante, siempre adelante, Dios proveerá!!
Pero ¿Quién eres tú Carmen Sallés? Sabemos de tus viajes, de tu familia, de tus fundaciones... Pero ¿Cuáles fueron tus sentimientos?
¿Cómo te sentiste al descubrir que Dios te llamaba? ¿Cómo era tu interior?
¿Dejo que el mundo que me rodea ahogue en mí la canción que Dios me "susurra" por dentro?
¿He descubierto el "tesoro" que llevo dentro de mí? ¿Cuál es?
Soy capaz de enfrentarme a mi vida y preguntarme qué espera Dios y los demás de mi?
¿Cuénto con la ayuda de los demás y soy capaz de entregar parte de mi vida a quien lo necesite?