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Testimonio de fe

Testimonio de fe. Texto: Patxi Larrainzar. Presentación: Asun Gutiérrez Cabriada. Música: Mahler. Sinfonía nº 5. Adagietto. Yo creo en ti, Señor Jesús, porque no eres un señor especial, ni poderoso y tu Dios no es un Dios raro ni castigador ni ajeno al ser humano.

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Presentation Transcript


  1. Testimonio de fe Texto: Patxi Larrainzar. Presentación: Asun Gutiérrez Cabriada. Música: Mahler. Sinfonía nº 5. Adagietto.

  2. Yo creo en ti, Señor Jesús, porque no eres un señor especial, ni poderoso y tu Dios no es un Dios raro ni castigador ni ajeno al ser humano.

  3. Creo en ti porque me convence tu vida de trabajador normal y corriente, y tu costumbre de andar con los marginados y pobres; porque amas esta vida con pasión y la haces respetar a todos. Me convence, Señor, tu modo de mirar a las personas y tratarlas a todas por igual; y, de preferir a alguien, prefieres a los niños y los débiles. Prefieres a las viudas, a los obreros, a los pobres...

  4. Me sorprende tu valentía para ir donde los ricos y cantarles las cuarenta, y tu decisión de exigir a los pobres que no quieran convertirse en ricos, que no sean acumuladores de riquezas o dinero. Me gusta, Jesús de Nazaret, la manera que tienes de tratar a los pecadores, sin ira y con calma, comprensivamente, esperando siempre su vuelta y confiando en su corazón rebelde.

  5. Me entusiasma también tu libertad; lo fácil que te desatas de tu gente, de tu propia familia; y lo lejos que quedas de la envidia y lo suelto que vives sin apenas dinero, sin la esclavitud de las cosas y los caprichos.

  6. Es bueno verte en las fiestas y banquetes y que sabes gozar de lo bueno de la vida, y verte en la playa almorzando sardinas con los amigos pescadores, o compartiendo tu pobre plato con un menesteroso. Es bueno seguirte a los entierros donde animas a las viudas y a los tristes y obligas a todos a meditar en lo profundo de la vida; y seguirte luego a la montaña y ver cómo te sabes recoger de vez en cuando, porque también tú necesitas un rato de soledad con el Padre.

  7. Me gusta saber que tienes miedo al enemigo, pero nos gusta más verte superar el miedo, porque los poderosos no te impresionan mayormente, y sabes que al final serán vencidos...

  8. Nos entristece comprobar que muchas veces te conocemos mal y te interpretamos peor, y que muchas personas sanas y decentes se han apartado de ti porque han creído que no eres un Dios digno del ser humano. Nos apena que los ricos te hayan manipulado para su provecho.

  9. Y yo no sabría decir muy bien por qué te seguimos y por qué nos convences: si porque eres tan débil y tan fuerte, si porque amas tanto la justicia y odias la hipocresía, si porque repartes el pan con los hambrientos, o porque te opones con energía al abusón y al cacique; no sabríamos decir si eres más atrayente cuando acaricias a los niños o cuando mueres en la cruz identificándote con el pueblo explotado.

  10. Creemos, Señor, que tú estás vivo, que Dios te ha resucitado para siempre. Y por eso nos convences, Jesús de Nazaret, porque estás entre la humanidad para hacer a los seres humanos libres, porque atacas lo sucio y corrompido del mundo para hacer un mundo limpio: porque dices a los creyentes: “amaos como hermanos”, y esa es la suprema ley. Te amamos y te queremos seguir, en resumidas cuentas, porque tú eres el mejor, el único, el primero.

  11. Y en este día de nuevo nos comprometemos a seguirte más de cerca y a quererte con más fuerza, porque tú eres nuestro Dios, nuestro hombre verdadero.

  12. Testimonio de Fe Yo creo en ti, Señor Jesús, porque no eres un señor especial, ni poderoso y tu Dios no es un Dios raro ni castigador ni ajeno al ser humano. Creo en ti porque me convence tu vida de trabajador normal y corriente, y tu costumbre de andar con los marginados y pobres; porque amas esta vida con pasión y la haces respetar a todos. Me convence, Señor, tu modo de mirar a las personas y tratarlas a todas por igual; y, de preferir a alguien, prefieres a los niños y los débiles. Prefieres a las viudas, a los obreros, a los pobres... Me sorprende tu valentía para ir donde los ricos y cantarles las cuarenta, y tu decisión de exigir a los pobres que no quieran convertirse en ricos, que no sean acumuladores de riquezas o dinero. Me gusta, Jesús de Nazaret, la manera que tienes de tratar a los pecadores, sin ira y con calma, comprensivamente, esperando siempre su vuelta y confiando en su corazón rebelde. Me entusiasma también tu libertad; lo fácil que te desatas de tu gente, de tu propia familia; y lo lejos que quedas de la envidia y lo suelto que vives sin apenas dinero, sin la esclavitud de las cosas y los caprichos. Es bueno verte en las fiestas y banquetes y que sabes gozar de lo bueno de la vida, y verte en la playa almorzando sardinas con los amigos pescadores, o compartiendo tu pobre plato con un menesteroso. Es bueno seguirte a los entierros donde animas a las viudas y a los tristes y obligas a todos a meditar en lo profundo de la vida; y seguirte luego a la montaña y ver cómo te sabes recoger de vez en cuando, porque también tú necesitas un rato de soledad con el Padre. .../...

  13. Me gusta saber que tienes miedo al enemigo, pero nos gusta más verte superar el miedo, porque los poderosos no te impresionan mayormente, y sabes que al final serán vencidos...  Nos entristece comprobar que muchas veces te conocemos mal y te interpretamos peor, y que muchas personas sanas y decentes se han apartado de ti porque han creído que no eres un Dios digno del ser humano. Nos apena que los ricos te hayan manipulado para su provecho.  Y yo no sabría decir muy bien por qué te seguios y por qué nos convences: si porque eres tan débil y tan fuerte, si porque amas tanto la justicia y odias la hipocresía, si porque repartes el pan con los hambrientos, o porque te opones con energía al abusón y al cacique; no sabríamos decir si eres más atrayente cuando acaricias a los niños o cuando mueres en la cruz identificándote con el pueblo explotado.  Creemos, Señor, que tú estás vivo, que Dios te ha resucitado para siempre. Y por eso nos convences, Jesús de Nazaret, porque estás entre la humanidad para hacer a los seres humanos libres, porque atacas lo sucio y corrompido del mundo para hacer un mundo limpio: porque dices a los creyentes: “amaos como hermanos”, y esa es la suprema ley. Te amamos y te queremos seguir, en resumidas cuentas, porque tú eres el mejor, el único, el primero. Y en este día de nuevo nos comprometemos a seguirte más de cerca y a quererte con más fuerza, porque tú eres nuestro Dios, nuestro hombre verdadero. PatxiLarrainzar

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