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La Isleta del Moro Desde los Escullos ya se ve la isleta del Moro ( o de Mohamed) Arráez, que así se apellida. La palabra árabe "ar-rais" significa "patrón de barco" y en el siglo XVIII aparecía escrita como "jarraez", llegando a nosotros como topónimo proveniente de una profesión a la que todavía hoy se dedica su población. Junto a un colosal peñón doble repleto de gaviotas, viven aquí unas gentes sencillas que encalan de blanco sus casa y las adornan de rojo geranio y malvas de red pescadora
La vida brota en una placeta de tierra, piedras y lavadero público en el que las mujeres aún hacen la colada y donde la Virgen del Carmen, Patrona del mar y tesoro de la aldea, nos habla de la fe y gran corazón de estos pescadores desde la minúscula cajita en la que la guardan y a la que llaman Santuario, antiguo trozo de escuela convertido en capilla, cuyo altar es una red que ha cambiado lo más profundo por lo más elevado.
No deje de probar las tapas, paellas y parrilladas que cualquiera de sus bares y restaurantes le ofrecen. Exquisita comida marinera que le recibirá coleteando en los mostradores. Encontrará alojamiento en su único hostal frente a un mar siempre quieto, con vistas a los Frailes.
El entorno invita a excursiones entre oasis de palmeras, lomas y acantilados repletos de flores, curiosas piedras y, el Peñón Blanco bella playa de arena al levante con "capricho" volcánico central y grandes paredes basálticas.
En verano, los amarillos y rojos de fuego son comentados por las cigarras, que sólo nos recomiendan el amanecer o el ocaso para pasear. Siguiendo la carretera hacia Rodalquilar podemos visitar calas vírgenes descendiendo por senderos trazados por el barranco.Mantener su limpieza y respetar religiosamente el entorno no resultará difícil en un lugar donde la Naturaleza se manifiesta con esplendor y nos permite admirar lo que en tantos lugares hemos echado a perder
El barranco del Negro, frente al cruce de entrada en la carretera, nos ofrece un ejemplo de la exhuberancia que esta tierra árida, con cuidado y atención, es capaz de mostrar. Cerca, los llanos del cortijo del Paraíso, son un raso mar de verdor durante el otoño e invierno y de flores en primavera.
La Isleta, que en el paleolítico y eneolítico se pobló de gentes que tallaron la piedra y dejaron enterramientos císticos en el islote, fue puerto de fenicios y romanos y fondeadero para la aguada de árabes y piratas. Más tarde, la inseguridad de las costas la mantuvo desierta, pues aún a mediados del XVIII eran frecuentes los asaltos por mar a los campesinos.
Creció por fin durante el siglo pasado al amparo del castillo de San Felipe. Los primeros asentamientos fueron de pescadores que, al final de siglo, también trabajaron en la minería de Rodalquilar. "Los Chinorros", los "Fresneras" y los "Matames" son familias de pescadores reconocidas por su profesionalidad y valentía en todo el litoral almeriense.Se conoció el alumbrado eléctrico en 1969, se asfaltó la carretera de acceso en 1979 y contó con el primer teléfono de todo el valle en 1982 hasta reunir población que hoy (1995) ronda el centenar de vecinos. Vídeo del entorno natural de La Isleta del Moro