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II Domingo de Cuarema. Ciclo C . 24 de febrero 2013. MONICIÓN DE ENTRADA Bienvenidos a celebrar la Eucaristía del segundo domingo de cuaresma.
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II Domingo de Cuarema Ciclo C 24 de febrero 2013
MONICIÓN DE ENTRADA Bienvenidos a celebrar la Eucaristía del segundo domingo de cuaresma. Escuchar a Jesús es una característica esencial del cristiano. Hoy nos propone vivir con Él la experiencia del monte Tabor, dónde Dios nos invita a escuchar a su Hijo predilecto. Dispongámonos a celebrar esta Eucaristía como una experiencia profunda de podernos encontrar con el Señor y escucharle.
CANTO DE ENTRADA. Hacia ti, morada santa, hacia ti, tierra del Salvador, peregrinos, caminantes, vamos hacia ti. Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto, comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará. Reinaremos contigo en tu morada santa, beberemos tu sangre, tu fe nos guiará.
ACTO PENITENCIAL: La Cuaresma es tiempo de CONVERSIÓN: convertirnos a Dios y convertirnos a los demás. Arrepintámonos de las cosas de nuestra vida que nos alejan de este propósito y pidámosle perdón a Dios. Por las veces que, por pereza, no hemos vivido ni celebrado la fe. SEÑOR, TEN PIEDAD... Por las veces que hemos celebrado la fe por rutina, con poco interés, sin ningún compromiso. CRISTO, TEN PIEDAD... Por las veces que al celebrar la Eucaristía no nos hemos sentido más cercanos a los demás. SEÑOR, TEN PIEDAD... El Dios del Amor y de la Misericordia perdone nuestros pecados, nos llene de su Gracia, nos dé su Salvación y nos lleve a la Vida Eterna. Amén.
Lectura del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18 En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrahán y le dijo: Mira al cielo; cuenta las estrellas, si puedes. Y añadió: Así será tu descendencia. Abrahán creyó al Señor, y se le contó en su haber. El Señor le dijo: Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos para darte en posesión esta tierra. El replicó: Señor Dios, cómo sabré yo que voy a poseerla. Respondió el Señor: Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una
tórtola y un pichón. Abrahán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrahán los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrahán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. Aquel día el Señor hizo alianza con Abrahán en estos términos:
A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río Eufrates. Palabra de Dios.
Salmo 26 El Señor es mi luz y mi salvación. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?.El Señor es mi fortaleza, ¿quién me harátemblar?.
El Señor es mi luz y mi salvación. Escucha, Señor, mi clamor; ten piedad de mí, atiéndeme. Me dice el corazón: “Busca surostro”.
El Señor es mi luz y mi salvación. Sí, tu rostro, Señor, es lo que busco,no me ocultes tu rostro, no rechaces a tu siervo; Tú eres mi auxilio.
El Señor es mi luz y mi salvación. Espero gozar los bienes del Señoren la tierra de los vivos. Espera en el Señor, sé fuerte; ten ánimo, espera en el Señor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17. 4,1. Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, su vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos
un Salvador: el Señor Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos. Palabra de Dios.
Aclamación Mateo 17, 5 En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre:Este en mi Hijo,el amado: ecuchadle.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36 En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, aparecieron con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros se caían del sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: Maestro, que bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle. Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo.
Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.
HOMILÍA CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES. • Por la Iglesia, para que viva en constante renovación y tenga los mismos criterios de vida que Jesús. • ROGUEMOS AL SEÑOR • Por todos los que trabajan por transformar el mundo y ponen toda su esperanza en un mundo más humano, más justo y fraterno, en el que nadie quede excluido. • ROGUEMOS AL SEÑOR
Por los que no entienden los caminos del Evangelio y dudan o se desesperan ante el sufrimiento. • ROGUEMOS AL SEÑOR • Por los jóvenes, para que sean muchos los que escuchen las llamadas del Señor, y le respondan como Abrahán, con un sí generoso. • ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía nos ayude a dar un sí confiado a Dios, cuando nos lleva por caminos distintos a los que nosotros querríamos recorrer. ROGUEMOS AL SEÑOR
OFERTORIO. Yo no soy nada y del polvo nací, pero Tú me amas y moriste por mí. Ante la cruz sólo puedo exclamar: Tuyo soy, tuyo soy. Toma, mi mano, te pido, toma, mis labios te amo, toma mi vida ¡oh Padre!, tuyo soy, tuyo soy. Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedo darte yo? Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.
CANTO DE COMUNION Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar; tu grande eterno amor quiero gozar. Llena mi pobre ser, limpia mi corazón, hazme tu rostro ver, en la aflicción. Mi pobre corazón inquieto está, por esta vida voy buscando paz. Más sólo tú, Señor, la paz me puedes dar; cerca de Ti, Señor, yo quiero estar.
Pasos inciertos doy, el sol se va, más si contigo estoy, no temo ya. Himnos de gratitud, alegre cantaré y fiel a Ti, Señor, siempre seré. Día feliz veré, creyendo en Ti, en que yo habitaré, cerca de Ti. Mi voz alabará, tu santo nombre allí y mi alma gozará, cerca de Ti. Más cerca, oh Dios de Ti; más cerca sí, cuando la cruz, Señor, me lleve a Ti. Si tiende al sol la flor, si el agua busca el mar, a Ti, mi sólo bien, he de buscar.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN. Señor, que bien se está aquí a tu lado. Este es nuestro Tabor en el que te transfiguras en cada Eucaristía. Cuando estamos contigo a solas, cuando hacemos silencio, cuando nos ponemos a tu escucha nos ocurre lo mismo que a Pedro, a Santiago y a Juan, que nos cambias del todo, sentimos que nuestra vida se transfigura porque tú nos pones en contacto con lo mejor de nosotros mismos.
Tú nos descansas del trajín cotidiano, nos impulsas a perdonar, nos reconcilias con nosotros mismos y nos acompañas a bajar de nuevo a la vida. Nos dices que como a Ti, la cruz nos espera. Que hemos de salir de nuestro adormecimiento y bienestar. Que seguirte es duro, pero al final del camino, Tú nos esperas glorioso y resucitado. Así, de esa manera, podremos con todo. Gracias, Señor, por la fe y la esperanza que nos das.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA. Dios es fiel: guarda siempre su Alianza; libra al pueblo de toda esclavitud. su Palabra resuena en los profetas, reclamando el bien y la virtud.
II Domingo de Cuarema. Ciclo C. Día 24 de febrero del 2013