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MUSEU EL BORN C C LA GUERRA DE SUCCESSIÒ. BARCELONA MUSEOS - 8. MANEL CANTOS PRESENTATIONS Blog BARCELONA COMPLET canventu@hotmail.com.
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MUSEU EL BORN C C LA GUERRA DE SUCCESSIÒ BARCELONA MUSEOS - 8 MANEL CANTOS PRESENTATIONS Blog BARCELONA COMPLET canventu@hotmail.com
El Born era el lugar donde se celebraban las justas organizadas por la nobleza (Born significa torneo) y donde tenían lugar las principales fiestas religiosas o profanas.
El Born Centre Cultural es un patrimonio colectivo, un espacio público singular y de memoria viva, un equipamiento histórico, aspira a ser una referencia de la cultura catalana.
El Born está en el centro de una gran isla peatonal que facilita el acceso al recinto cultural
Desde el Barrí de la Ribera y arraigados a los fundamentos de la Ciutat Vella. Propone hacer una lectura del pasado. El Born Centre Cultural se convierte en un paso más en la recuperación de la memoria de los catalanes
Un referente cultural vivo un viaje a la Barcelona del año 1700 a través de yacimiento arqueológico y de una exposición permanente.
Una ciudad dentro de un mercado el primer edificio de la arquitectura del hierro a Barcelona proyectado por Josep Fontserè el 1871
El Born funcionó como un mercado activo durante mucho tiempo, Después de largas negociaciones se decidió habilitar el espacio como biblioteca, pero mientras se estaban realizando las obras saltó la sorpresa. Bajo el mercado aparecieron los restos de la antigua ciudad medieval en el que, probablemente, es el mayor parque arqueológico que se ha encontrado nunca en Europa.
Aún pueden identificarse espacios típicos de la época, como las casas de pescadores, las cuadras, una herrería y varias tiendas etc.
las piedras del Born no eran otra cosa que las casas, las vidas, los enseres, los recuerdos, de la gente que ocupaba las calles de la Ribera en 1714. Pero además, eran los restos de una Barcelona a caballo entre dos siglos: el XVII y parte del XVIII.
Los 8.000 metros cuadrados del yacimiento. El BCC, bajo la espectacular cubierta metálica creada para el mercado
El Born es “la zona cero de los catalanes”. “Aquí terminó todo en 1714 y aquí comenzó una nueva etapa. Este es un símbolo extraordinario de represión”
El Ejército de Catalunya fue la fuerza militar que se alzó en el Principado de Catalunya tras la decisión de continuar la guerra contra Felipe V y contra Francia el 6 de Julio de 1713, en la última fase de la Guerra de Sucesión Española.
En 1705 los vigatans firmaron el Pacto de Génova, una alianza militar entre Catalunya e Inglaterra en virtud de la cual Catalunya se comprometía a luchar por la causa del pretendiente al trono español Carlos de Austria con la ayuda militar de Inglaterra, y esta se comprometía a defender las constituciones de Cataluña fuera cuál fuere el resultado de la guerra.
En octubre de 1705 las tropas del archiduque Carlos tomaron Barcelona al asalto, y la Generalitat de Catalunya y los consellers de Barcelona le aclamaron como a su soberano. Días más tarde el archiduque de Austria era proclamado legítimo rey Carlos III de España, jurando respetar las constituciones catalanas y convirtiendo a Barcelona en sede de su corte y baluarte austracista durante el resto de la guerra.
Transcurridos ocho años de guerra en territorio español se empezó a negociar la Paz de Utrecht. Si bien en las primeras negociaciones de paz los embajadores del ya emperador Carlos VI defendieron que el Principado de Catalunya mantuviera sus leyes e instituciones propias, tras la renuncia de Felipe V al trono de Francia, la entrega del Peñón de Gibraltar y Menorca y las concesiones comerciales en América,los británicos reconocieron a Felipe V como rey de España y de las Indias.
En el artículo 13º Tratado de Utrecht firmado en julio de 1713 Felipe V se comprometió a amnistiar a los catalanes y a concederles sólo los mismos derechos y privilegios que los habitantes de las dos Castillas, aboliendo de facto las constituciones.
Tras el abandono inglés y ante la inminente evacuación de las tropas imperiales, se convocó en Barcelona el 30 de Junio de 1713 una Junta de Brazos (Junta de Braços) para deliberar si Catalunya debía someterse a Felipe V o proseguir la guerra en solitario. Finalmente el 6 de Julio de 1713 se llegó a la resolución de continuar la guerra en solitario, y el 10 de Julio se publicó un bando para alistar efectivos para el regimiento de infantería de la Generalitat, mientras la Ciudad procedía de la misma forma para aumentar los efectivos del regimiento de infantería de Barcelona
A finales de julio la leva ascendía a cerca de 4.000 combatientes a sueldo de los Tres Comunes de Catalunya, siendo asimismo nombrados los oficiales y entregadas las patentes en nombre de los Tres Comunes de Catalunya, no del rey Carlos III de Austria.
A fin de movilizar a los centenares de refugiados austracistas de los reinos de España que se agolpaban en Barcelona, los Tres Comunes de Catalunya concibieron la idea de organizar los regimientos del Ejército de Catalunya en función de la procedencia de los soldados; según dicho plan, de los ocho regimientos de infantería que se alzaron.
El regimiento de la Generalitat, el regimiento de Barcelona, el regimiento de Nuestra Señora del Rosario y el regimiento del Coronel Busquets serían reservados a los catalanes, el regimiento de San Narciso para los alemanes, el regimiento de Nuestra Señora de los Desamparados para los valencianos, el regimiento de la Santa Eulalia para los navarros, y el regimiento de la Inmaculada, bajo el comando teórico del General Comandante Villarroel pero efectivo del coronel Gregorio de Saavedra, para los castellanos.
De los seis regimientos de caballería que se alzaron, el regimiento de coraceros de San Miguel fue reservado para los aragoneses. A pesar de las intenciones de los Tres Comunes de Catalunya, la mayor parte de la leva tuvo que completarse con tropas catalanas. En cuánto a los antiguos miquelets , fueron reorganizados y encuadrados en los llamados regimientos de fusileros de montaña;
Por su parte la Coronela de Barcelona, la milicia formada por los cofrades de los gremios barceloneses, fue reorganizada como un solo regimiento de seis batallones: el Santísima Trinidad, el Inmaculada Concepción, el Santa Eulalia, el San Severo, el Santa Madrona y el Nuestra Señora de la Merced. Los miembros de la Coronela de Barcelona estaba sometidos a la jurisdicción militar cuando entraban de guardia y estaban a sueldo de la Ciudad; asimismo estaban completamente uniformados y equipados con fusiles de primera calidad desde 1707.
Siendo su coronel el Conseller en cap de Barcelona. Para mantener el orden público dentro de la Ciudad se levó la Compañía de la Quietud, y para aquellos inhábiles para el servicio de armas se organizaron los batallones de barrios, formados por ciudadanos que sin recibir paga tenían el cometido de servir de fuerza de trabajo, desescombro y reconstrucción en caso de bombardeo.
Finalmente se levaron las compañías de voluntarios formadas por civiles barceloneses y de otros estados de la Corona de Aragón que no estaban a sueldo pero que servían voluntariamente con armas propias, sin patente oficial y sin uniforme.
La armada naval se movilizaron cincuenta tartanas de guerra, nueve bergantines y seis fragatas, mientras se equiparon con entre veinte y cuarenta cañones cuatro navíos: el San José, el Santa Madrona, el Santa Eulalia y el San Francisco de Paula con el fin de custodiar los convoyes de suministros, armamento y munición procedentes de Mallorca.
Estado Mayor Para el cargo de general comandante de las tropas regulares se calibraron dos opciones: el teniente mariscal Antonio Colón de Portugal y Cabrera, conde de La Puebla, y el también teniente mariscal Antonio de Villarroel, siendo elegido éste último por haber nacido en Barcelona aunque no fuera catalán
Villarroel aceptó el nombramiento el 12 de Julio señalando que accedía a ello como buen militar profesional, por el hecho de estar involucrada la defensa de una plaza a punto de ser sitiada, y bajo las condición de obtener patente oficial del emperador Rey Carlos VI y disponer de suficiente número de tropas para la defensa de la plaza. La Junta de Gobierno accedió a sus condiciones y el día siguiente fue oficializado el nombramiento.
La Coronela de Barcelona la milicia gremial barcelonesa, fue reorganizada como un sólo regimiento de seis batallones, siendo su coronel el Conseller en Cap de Barcelona. Tras la entrada en el gobierno de la ciudad del ejecutivo de Rafael de Casanova en noviembre de 1713.
Se organizó desde la ciudad una segunda expedición con el fin de abrir un nuevo frente el interior de Catalunya. La operación fue éxito y el coronel Antonio Desvalls y de Vergòs fue nombrado general comandante de todas las tropas que combatían en exterior de Barcelona.
A fin de coordinar las decisiones militares y propiciar una ágil aprobación de las operaciones por parte de las instituciones políticas catalanas, una de las primeras medidas adoptadas en agosto de 1713 a petición del general comandante Antonio de Villarroel fue la creación de una Junta Secreta.
Dicha junta estaba formada por siete personas y con su sola aprobación ya bastaba para acometer una nueva operación militar. De entre estos siete cabe destacar al mismo general comandante, al Conseller en Cap de Barcelona, y a Juan Francisco de Verneda i Sauleda, comisionado secreto del emperador Carlos VI en Barcelona, quien estuvo en contacto directo con Viena durante todo el tiempo que duró el sitio de la ciudad
Tras varios años de conflictos y bombardeos por la Guerra de Sucesión, Barcelona sufrió el último asalto el 11 de septiembre de 1714. Como consecuencia de estos ataques, muchos edificios quedaron perjudicados. A nivel defensivo, por aquél entonces Barcelona estaba amurallada y también contaba con el castillo de Montjuic.
En Julio de 1714, tras la llegada del mariscal de Francia duque de Berwick, el bloqueo se convirtió en sitio y en el mes de Agosto ya se combatía a los pies de las murallas. Durante los tres días que siguieron al 12 de Agosto, cuando el duque de Berwick lanzó dos asaltos generales, las operaciones militares tuvieron lugar en los Baluartes del Portal Nou y Santa Clara.
Finalmente el 11 de Septiembre, y tras el colapso de toda la línea de defensa de las murallas y los baluartes, las ruinas de la ciudad de Barcelona se convirtieron en escenario de la lucha, desarrollándose un intrincado combate urbano marcado por las barricadas alzadas en las principales bocacalles de la ciudad, el control de la primera línea de casas ante las murallas, y la posesión de los conventos de Santa Clara y de San Pedro; en el interior de este último convento tuvieron lugar furibundos ataques, siendo tomado y perdido once veces entre defensores y asaltantes.
El general comandante Villarroel eligió los colores del regimiento de la Inmaculada Concepción, del cual era el comandante honorífico, siendo el fondo azul oscuro y la divisa grana; los torzales y botones eran de oro, los puños y la corbata de seda, y el tricornio estaba engalanado con plumas del color de la divisa.
Rafael de Casanova. En la famosa fecha del 11 de septiembre de 1714, salió portando la bandera de Santa Eulalia, Patrona de la ciudad, acompañado de una serie de Consellers y prohombres barceloneses, a animar con su presencia a los combatientes del Portal Nou.
Sala Casanova Es el espacio destinado a albergar las exposiciones temporales del centro, con toda la versatilidad de formatos que permiten los aproximadamente 350 m2 de superficie disponibles.
Retrato de Carlos VI y su esposa Isabel Cristina Brunswick una pareja que fue decisiva durante varias décadas de la historia continental, periodo que incluyó su reinado en Catalunya
Retrato de Jaime de Guzmán-Dávalos marqués de la Mina, gobernador Borbón de Catalunya en el siglo XVIII. Pintor Manuel Tramulles i Roig
Sala Villarroel constituyen, a la vez, un gran homenaje a los habitantes del barrio que fueron expulsados después de 1714. Aquellos objetos que ellos no pudieron llevarse en 1716 y en 1717 al ser expulsados de su casa, la Barcelona del siglo XXI los ha recuperado para mostrarlos al mundo.Vinculados a la exposición permanente, a pie de yacimiento podrán verse también tres espacios expositivos con objetos. Lo más destacable es la Sala de la Guerra, donde se mostrará una selección de los más de tres centenares de bombas de varias dimensiones, tipologías y materiales que se localizaron durante la excavación.
“Barcelona 1700. De les pedres a les persones” La exposición mostrará unos 1.800 objetos que se encontraron durante la intervención arqueológica en el yacimiento y que han aportado nuevos y valiosos conocimientos para conformar un retrato de la vida cotidiana de cómo vivían los habitantes de la Barcelona de hace tres siglos. La inmensa mayoría de los objetos se exponen en la gran vitrina de la Sala Villarroel y constituyen, a la vez, un gran homenaje a los habitantes del barrio que fueron expulsados después de 1714. Aquellos objetos que ellos no pudieron llevarse en 1716 y en 1717 al ser expulsados de su casa, la Barcelona del siglo XXI los ha recuperado para mostrarlos al mundo.