190 likes | 366 Views
EXPERIENCIA ORANTE FRANCISCANA COMO TÉCNICA ANTIESTRÉS. La energía transformadora de la oración de quietud. Por Dagoberto López Sojo II Congreso Internacional Franciscano. Primavera 2007.
E N D
EXPERIENCIA ORANTE FRANCISCANACOMO TÉCNICA ANTIESTRÉS.La energía transformadora de la oración de quietud Por Dagoberto López Sojo II Congreso Internacional Franciscano. Primavera 2007.
Con sus riesgos y osadías, sus temores y esperanzas, sus anhelos y fracasos, los seres humanos van en busca del sentido de la vida, de nuevos derroteros que le concedan seguridad y fortaleza en sus vivencias personales. Francisco, el hombre hecho oración, sigue mostrándose hasta el día de hoy, como maestro de vida espiritual, como alguien que logró el equilibrio humano espiritual en su propia experiencia de vida. Sus primeros biógrafos nos presentan un retrato hablado de su personalidad: “De carácter apacible, de índole calma, afable en hablar, cauto en el reprochar, fiel en el cumplimiento de las tareas confiadas, prudente en aconsejar, eficaz en el obrar, amable en todo. De mente serena, dulce de ánimo, de espíritu sobrio, absorto en la contemplación, constante en la oración y en todo lleno de entusiasmo” 1Cel 83. ¿A qué atribuir este equilibrio en sus emociones, sus afectos, sus sentimientos, sus pasiones, su quehacer cotidiano? Después de su conversión, el motor del equilibrio psico-físico-espiritual de Francisco fue la búsqueda incesante del Dios vivo a través de la oración de quietud, la contemplación y el silencio. PREMISAS INTRODUCTORIAS
Tesis de la presentación • La experiencia orante de Francisco (quietud, silencio, contemplación), es una fuerza espiritual que equilibra las exigencias prioritarias de nuestra vida y reduce en gran medida el estrés que abruma a todo ser humano. • La visión franciscana de la vida, avalada por ochocientos años de historia, puede confirmar que la experiencia de la oración de quietud se presenta como una respuesta terapéutica al síndrome de la prisa que todos vivimos, la posibilidad de encontrar “remansos de paz” en medio de nuestro complejo mundo de actividades humanas. • El estrés es considerado el cáncer silencioso que generaangustia y depresión. La oración de Jesús (hesiquiasmo), practicada por el Pobrecillo de Asís, puede convertirse en herramienta poderosa para afrontar nuestras angustias en los sombríos momentos de nuestra vida.
Status quaestionis • Todo ser humano es eminentemente espiritual; por tanto, no puede vivir sin espiritualidad. En un mundo competitivo, eficientista y globalizado, uno de los retos más evidentes para el hombre y mujer de hoy, es cómo generar vida espiritual auténtica. • La competitividad y el eficientismo, exigencia de nuestra sociedad, ha generado el círculo vicioso del estrés: ante las exigencias y los desafíos de la vida cotidiana se responde con activismo, más actividad mayor estrés, más estrés mayor actividad como antídoto a un estado de ánimo agitado.
El hombre contemporáneo vive una patología cultural: el síndrome de la prisa. Con esto se deteriora su humanidad, se vacía su ser espiritual, se deteriora su capacidad interrelacional. • ¿Es el estrés peligroso? • Hoy más que nunca, el estrés, producto de un activismo abrumador, se ha convertido en la antítesis de una vida espiritual auténtica. Este cáncer silencioso que todos padecemos en cierto modo y medida, es el causante también de una gran variedad de enfermedades psicosomáticas que van cobrando víctimas día con día. • En nuestra propia experiencia se constata como el creciente número de enfermos depresivos han tenido el estrés como presupuesto etiológico. Las farmacias se abarrotan con fármacos para combatir el estrés, ansiedad y depresión. • Prisa, estrés, depresión son la triada fenoménica del mal que aqueja a más 150 millones de personas en todo el mundo (cifras OMS: Organización Mundial de la Salud).
¿Atrapados en el síndrome de la prisa? Autodiagnóstico • ¿Cuánto tiempo dedico a la vida familiar?, ¿a la relación de pareja? ¿A la vida fraterna? • ¿Dedico tiempo a alguna práctica religiosa? • ¿Cuánto tiempo dedico al trabajo, al ejercicio, al descanso, a la diversión? • ¿Gusto por dar un paseo, caminar en el jardín, sentarme en un parque? • ¿Cuánto tiempo dedico a estar a solas conmigo mismo, a buscar momentos de quietud y relax?
¿Si es verdad que Francisco es el “varón del segundo milenio”, tiene algo que decir al hombre y mujer contemporáneos? • En su Carta a las Autoridades de los pueblos él hace una exhortación a todos ellos en este sentido: • “Les suplico entonces, con todo el respeto que me merecen, de no olvidar al Señor, preocupados como están por los cuidados y preocupaciones de este mundo… (CtaA, 4). • Buscador infatigable de Dios, detiene las preocupaciones cotidianas para encontrarlo en la quietud, la soledad y la contemplación.
Si la prisa, el estrés, y la depresión son la triada fenoménica del mal que aqueja al mundo entero, Francisco antepone la quietud, la soledad y la contemplación para contrarrestar su inercia despersonalizante. • Para Francisco, vivir es contemplar y contemplar es vivir, en ese programa de vida se impregna el alma de Dios y queda el alma pacificada. • Desde el Franciscanismo la contemplación se visualiza de dos maneras: contemplación pasiva, línea espiritual vertical que conduce a la unión mística; y la contemplación activa, aquel aspecto horizontal de la vivencia espiritual que contempla el Todo en todo. • ¿Cómo se llega a ella? mediante la inteligencia (el encuentro con lo divino me humaniza), pero también mediante la voluntad (necesito generar espacios de contemplación). De estas dos potencias del alma surge la convicción. • por convicción o simplemente nuestro futuro no será auténticamente contemplativo ni espiritual. La convicción es la argamasa necesaria en la edificación de todo proyecto espiritual.
En su carta a todos los fieles, San Francisco exhorta al mundo laico a aprender a contemplar las huellas del creador en el mundo circunstante. • La contemplación es pues propia del ciudadano del mundo. El contemplativo contempla a Cristo de manera siempre nueva, visualiza a Cristo en todo, porque todo lo llena con su presencia (Ef. 1,23); porque posee su mismo espíritu (Rm. 8,9); porque su contemplación lo hace crecer a la estatura de Cristo en su plenitud. (Ef. 4,13). • Para Francisco no existe auténtica contemplación sin el cultivo interior de la quietud y el silencio. Ellos son el fármaco infalible para combatir el síndrome de la prisa que todos en cierta medida padecemos.
La quietud y el silencio • ¿Fue San Francisco un hesiquiasta? • Hesiquiasta es aquel que practica el hesiquiasmo (del griego hesyxia='quietud') práctica de oración mental surgida originalmente en los monasterios orientales. • En Francisco, es posible hipotizar un cierto “contagio” monástico, residuo de su experiencia con los monjes benedictinos en los primeros estadios de su vida. Los escritos y biografías del santo corroboran esta aseveración:“En una ocasión, el hombre de Dios se quiso retirar en un cierto eremitorio, donde habría podido dedicarse más libremente a la contemplación” Lm, V,3 • “Buscaba siempre lugares apartados, donde podía unirse, no sólo con el espíritu, sino con cada uno de sus miembros a su Dios” • “cuando oraba en los montes y lugares solitarios llenaba los bosques de gemidos y bañaba la tierra de lágrimas”. • 2Cel, 95 es un texto clave para la afirmación del hesiquiasmo franciscano: “Frecuentemente, sin mover los labios, meditaba largamente dentro de sí, y concentrando al interno las potencias exteriores, se levantaba con el espíritu al cielo. En tal modo dirigía toda su mente y afecto a aquella única cosa que pedía de Dios.
El hesiquiasmo franciscano es posible.Oración de quietud, Oración de Jesús, Oración del corazón. • “Orad sin cesar” (I Tes 5,17); “Haced en todo tiempo, mediante el Espíritu, toda clase de oraciones…” (Ef. 6,18); “Es necesario orar siempre sin descanso (Lc 18,1); “Velad y orad en todo tiempo” (Lc. 21,36) • La oración de Jesús es una respuesta a ese llamado sugestivo del apóstol respecto a la oración incesante. En medio del desierto un oasis es necesario, los espacios contemplativos a lo largo de la jornada son auténticos oasis. • Desde Francisco la oración de Jesús es un don del Espíritu, pero también un arte espiritual, que en cuanto arte se aprende.Pronunciar un sinnúmero de veces el nombre de Jesús genera un poder regenerador como está escrito: me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mt 28,18) • Lo importante es “adornar” nuestro jardín con las flores de la quietud, silencio y contemplación. • Entremos pues a nuestro TALLER CONTEMPLATIVO
TALLER HESIQUIASTA • La oración de quietud es oración mental consistente en “pronunciar (mentalmente) incesantemente el nombre de Jesús alternándola con los movimientos de respiración: aspiración y espiración La función respiratoria es esencial para la vida del individuo, íntimamente ligada a circulación de la sangre, al ritmo del corazón a las fibras más profundas de nuestro ser. • La respiración profunda del Nombre de Jesús es vida para la criatura. • Adecuando la oración al ritmo respiratorio, el espíritu se calma, encuentra el oasis anhelado en el duro desierto de su vida. Algunas fórmulas más comunes (todas incluyen el Santo Nombre): • ¡Señor Jesucristo, hijo de Dios Vivo, ten piedad de mi! • ¡Jesús Bueno, compadécete de mi, pecador! • ¡Señor Jesús, recuerda la miseria de mi alma! • ¡Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mi! • ¡Ten piedad de mi Jesús, pues en ti confía mi alma (Ofp salmo 3,1).
ASPIRACIÓN ESPIRACIÓN 3 seg. Jesucristo, Hijo de Dios vivo Ten piedad de mi pecador
Consejos prácticos • “Recitando atentamente esta oración, permanecerás de pie o sentado, o incluso acostado, reteniendo la respiración, en la medida de lo posible para no respirar demasiado a menudo… Invoca al Señor Jesús con un deseo ferviente y en una paciente expectativa, abandona todo pensamiento, si llegan los pensamientos indeseables, invoca al Señor Jesús sin cesar y sin distracción, y ellos huirán, invisiblemente quemados por el Nombre divino” (Nil de la Sora). • La oración de quietud es de matriz totalmente cristiana, no es una terapia psicológica, ni un ejercicio mecánico, de yoga, mantra u otra cosa, si es en cambio, una oración eminentemente crística, eminentemente mística. • Se puede abrir espacios de15 o 20 minutos en diversos momentos del día. • “El nombre de Jesús es un perfume que se expande y que se ama respirar”. Gregorio el Sinaíta
¡Oh Alto y glorioso Dios! ¡Espíritu Santo Consolador! invocamos tu presencia en medio de nosotros, ven toca con poder y transforma nuestros corazones. Danos inteligencia y luz para poder descubrir las maravillas de tu acción. Tú eres el aliento de Dios que vivificaba a Adán, y la brisa suave que enjugaba la angustia de Elías (1 R 19,12). Tú eres ese cuádruple viento dócil que se posaba sobre el retoño de Jesé (Is 11,1-2); eres el viento huracanado y lenguas de fuego en el día de Pentecostés (Hch. 2), eres el derrochador de dones y carismas policromos en la primitiva Iglesia y en todos los tiempos de la Iglesia (1 Cor. 12,4-11). Eres huracán y brisa, fuerte y libérrimo, activo y múltiple, presente e invisible. ¡Ven Espíritu Santo! ¡Amén! ¡ANTE TODO, INVOCA EL ESPÍRITU DEL SEÑOR Y SU SANTA OPERACIÓN!
¡Observa bien! ¿Qué está tratando de expresar? ¿Qué sentimientos te produce? ¿Cuál es su verdad y cuál es tu verdad? ¿Por qué te conmueve, por qué no te conmueve? Francisco se enamoro de Jesús y éste, crucificado
¡Señor Jesucristo, hijo de Dios Vivo, ten piedad de mi! • ¡Ten piedad de mi Jesús, pues en ti confía mi alma • ¡Señor Jesús, recuerda la miseria de mi alma! • ¡Jesús Bueno, compadécete de mi, pecador! • ¡Jesucristo, amoroso, ten piedad de mi!
Iluminación: cuando la Oración de Jesús se convierte en Oración del corazón, su primer efecto es la iluminación. LOS FRUTOS DE LA ORACIÓN DE JESÚS • Armonía consigo y con el Tú/tú: mediante la oración del corazón y la gracia de la iluminación, el ser recobra su armonía interior, su unidad. Se vuelve la espalda a la dispersión, a la multiplicidad, a la división, al estrés. • Deificación: el espíritu, el corazón, el alma y el cuerpo se reconcilian. El hombre recobra su unidad original. Se recubre con la imagen de Dios y la semejanza divina. Viene “deificado”, la deificación en la teología oriental es obra absoluta de la gracia. La transfiguración del todo circundante ¡Feliz coincidencia de espíritus! ¡PAZ Y BIEN!