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Cefaleas Pediátricas Recurrentes. Por Jaime Ernesto Vargas-Mendoza. Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. 2009. Las Cefaleas Pediátricas Recurrentes representan un problema de salud clínicamente significativo para muchos niños y jóvenes.
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Cefaleas Pediátricas Recurrentes Por Jaime Ernesto Vargas-Mendoza Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. 2009
Las Cefaleas Pediátricas Recurrentes representan un problema de salud clínicamente significativo para muchos niños y jóvenes. Cerca de un tercio de todos los adolescentes en Estados Unidos se quejan de cefaleas y estos dolores de cabeza están entre los problemas clínicos más comunes de los escolares. Aunque las tasas de prevalencia varían, las cefaleas recurrentes actualmente se presentan en cerca del 10% de todos los preadolescentes y arriba del 15% de todos los adolescentes.
En general, la cefalea pediátrica recurrente • Típicamente aparece por primera vez alrededor de los 6 – 7 años de edad, • Se vuelve más prevalente con la edad, • Se presenta con más frecuencia en preadolescentes varones, y • Con más frecuencia en adolescentes femeninos.
Las cefaleas pediátricas son particularmente problemáticas pues pueden resultar en la utilización excesiva de servicios médicos y pueden producir prolongadas ausencias en la escuela. Se ha encontrado que los niños que sufren de dolor de cabeza pierden 2.5 veces más días de clases, que los que no los sufren (Abu-Arefeh & Russell, 1994). Adicionalmente, niños y jóvenes con cefaleas recurrentes tienen más riesgo de aislamiento social, deterioro académico y pérdida de habilidad para enfrentar las demandas de las clases. De manera general, se ha encontrado que los niños con cefaleas recurrentes experimentan incapacidad en su funcionamiento escolar y social, comparable con otros niños portadores de enfermedades crónicas significativas (Powers, Patton, Hommel & Hershey, 2003).
Las cefaleas recurrentes se caracterizan por episodios de dolor repetidos, que se experimentan a lo largo de varios meses y que ocurren en ausencia de causas médicas bien definidas. • Las cefaleas recurrentes más comunes en los niños son: • La cefalea migrañosa, pulsátil, frontal, lateralizada, acompañada de fotofobia (molesta a la vista la luz intensa) y nauseas. • La cefalea tensional, pulsátil, occipital, que se irradia al cuello y a los hombros. • Los principales problemas asociados con la cefalea, se refieren a la potencial presencia de una patología orgánica. Síntomas significativos incluyen un dolor progresivamente más intenso, deterioro intelectual, cambios en la personalidad y claudicación en las funciones. Un médico debe desechar las probabilidades de causas orgánicas.
Conceptualización Respondiente Tristemente, aún persiste el modelo donde la cefalea, en ausencia de patología orgánica, es considerada como evidencia de trastorno psicológico. No obstante, se cuenta con una evidencia creciente del importante rol que juegan los factores ambientales y genéticos en la etiología de las cefaleas recurrentes. Los individuos que sufren de cefalea recurrente actualmente son considerados como personas que tienen una predisposición genética para portar una disrregulación del dolor cerebralmente, por alteraciones en la conducción de los sistemas descendentes del control del dolor (Lewis, 2004).
En este modelo, el niño genéticamente predispuesto experimenta un reducido umbral a la estimulación ambiental interna o externa, que produce una cascada de reactividad autonómica (Rothner, 1995). Se piensa que es esta reactividad autonómica sostenida lo que lleva al dolor. Los estímulos comunes que pueden producir esta reacción y generar una cefalea subsecuente incluyen el ejercicio, la cafeína, el alcohol, la fatiga, las demandas académicas y la activación emocional (preocupaciones) (Larsson & Zaluha, 2003; Singer, 1994). De hecho, la mitad de todos los estudiantes que se quejan de cefalea, se refieren al estrés y la tensión como factores importantes (Schneider et al, 1995). Sin embargo, los estímulos provocadores también deben incluir eventos comúnmente considerados como positivos, como ir a un parque de juegos, asistir a un cumpleaños, hacer ejercicio físico o incluso, dormir de más en un fin de semana.
Así pues, en este modelo, las cefaleas no son indicativas de psicopatología (locura), ni éstas son causadas únicamente por eventos “estresantes” o son por la reactividad del niño. En lugar de esto, tanto la reactividad autonómica del niño, como los estímulos que la producen, son importantes para entender, al menos en parte, la etiología de las cefaleas recurrentes (Zeltzer, Barr, McGrath & Schechter, 1992).
Conceptualización Operante Además de los aspectos respondientes de las cefaleas recurrentes, las respuestas aprendidas ante el dolor pueden jugar un papel importante para comprender al dolor recurrente (Fordyce, 1976; Rachlin, 1985). Cuando los niños sufren cefaleas recurrentes, pueden permanecer en casa, acostarse, sentir que alguien les apriete la cabeza, oscurecer las habitaciones, recibir medicinas, demandar que haya tranquilidad y/o dormirse. Al hacer esto, ellos aprenden que estos comportamientos típicamente les proporcionan algún alivio al dolor. Como resultado, los niños, con mayor probabilidad, se involucrarán en estos comportamientos nuevamente, precisamente porque estas conductas producen reforzamientos (negativos) en la forma de reducciones del dolor de corto plazo.
Adicionalmente, el mantenimiento de la conducta de quejarse de dolor puede fortalecerse mediante la imitación de adultos con síntomas recurrentes de dolor (Fordyce & Steger, 1979). Adicionalmente, los niños pueden aprender que quejarse de dolor los puede hacer escaparse de demandas no placenteras (cantar en el coro) o de experiencias desagradables (exámenes) o llevarlos a recibir una mayor atención de los padres, enfermeras o compañeros.
Intervenciones Médicas No causa sorpresa que la forma más frecuente de intervención ante las cefaleas recurrentes no sea el manejo conductual, sino la intervención médica. De hecho, un médico es el profesional más apropiado para tener contacto y tratar a un niño que presente cefaleas recurrentes. Los tratamientos farmacológicos comunes involucran agentes abortivos y agentes profilácticos. Ya que los anti-inflamatorios analgésicos no esteroides tienen pocos efectos colaterales, estos medicamentos abortivos del dolor son la primera línea de tratamiento para los niños con cefaleas recurrentes (Singer, 1994).
Los medicamentos profilácticos si tienen muchos efectos secundarios como nauseas, somnolencia y fatiga, pero no hay estudios que indiquen en que medida esto pueda impactar el funcionamiento diario o la ejecución académica de los niños. Una revisión reciente de la literatura sobre el tratamiento farmacológico de las cefaleas infantiles, no mostró que los agentes abortivos o profilácticos posean una efectividad comprobada, mediante estudios controlados, con niños (Pakalnis, 2001).
Intervenciones Conductuales • Las intervenciones conductuales se han enfocado en enseñarle al niño a controlar la reactividad autonómica, producida típicamente por el ambiente. • De hecho, la investigación empírica ha demostrado que los individuos pueden conseguir un control voluntario sobre diversas funciones del sistema nervioso autonómico mediante el “entrenamiento en auto-regulación”. • Típicamente, este entrenamiento involucra enseñar: • Técnicas simples de relajación. • Retroalimentación biológica. • Relajación mas retroalimentación (Allen, 2004).
Ahora existe suficiente evidencia proveniente de los estudios, de los resultados del tratamiento, para concluir que ambos enfoques están bien establecidos como tratamientos efectivos para las cefaleas recurrentes de los niños (Holden, Deichmann & Levy, 1999). El entrenamiento en relajación puede involucrar la relajación muscular progresiva, la imaginación guiada, la respiración diafragmática o una combinación de estos elementos (Cautela & Groden, 1978). En la relajación muscular progresiva, los niños aprenden a tensar y relajar diferentes grupos musculares, para aprender a identificar cuando su cuerpo esté tenso y cómo relajarlo. En la imaginación guiada, a los niños se les enseña a imaginar una experiencia previa o en evento placentero para ayudarlos a relajarse y distraerlos del dolor.
La respiración diafragmática involucra enseñar a los niños a respirar lenta y profundamente, concentrarse en su respiración con el diafragma (Gevirtz & Schwartz, 2003). Estos recursos se implementan exitosamente con enfermeras escolares (Larsson & Carlsson, 1996), aunque pueden no ser bien recibidos por las enfermeras (Fichtel & Larsson, 1996) o por los estudiantes (Schneider et al, 1995), quienes frecuentemente van a la enfermería a descansar y no a aprender habilidades de auto-regulación.
La retroalimentación biológica involucra el aprender a incrementar la temperatura de las manos (retroalimentación térmica), como una forma de producir estabilidad autonómica. Las investigaciones han demostrado repetidamente que la retroalimentación térmica es efectiva en el tratamiento de las cefaleas pediátricas (Duckro & Cantwell-Simmons, 1989; Hermann, Kim & Blanchard, 1995). En estos estudios, más de un tercio de los niños experimentan una reducción significativa de un 50% en la actividad de sus cefaleas con la retroalimentación (Hermann & Blanchard, 2002).
REFERENCIA : Keith D. Allen Recurrent Pediatric Headaches: Behavioral Concepts and Interventions Behavior Analysis Review Vol.1, 2007 pp.65-73
En caso de citar este documento por favor utiliza la siguiente referencia: • Vargas-Mendoza, J. E. (2009) Cefaleas pediátricas recurrentes. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. Enhttp://www.conductitlan.net/cefaleas_pediatricas_recurrentes.ppt