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La obra redentora de Jesucristo tiene relación con los oficios que desempeñó: Sacerdote, Rey, Profeta y Servidor. 1. Cristo como Profeta:
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La obra redentora de Jesucristo tiene relación con los oficios que desempeñó: Sacerdote, Rey, Profeta y Servidor
1. Cristo como Profeta: El profeta habla a los hombres de Dios. Moisés dijo que un profeta como él mismo sería levantado (Deuteronomio 18:15). Más allá de todos los profetas del Antiguo Testamento (Hechos 3:22-24). Las personas que conocieron a Jesús reconocieron esa condición (Mateo 21:11,46) Jesús mismo se declaró profeta, al anunciar el mensaje de Dios al hombre(Juan 4:44; Juan 17:8). Lo que hizo en tres momentos:
Cristo como Profeta: 1.- El Sermón del Monte (Mateo 5-7): Predicado en relación al reino, enfatiza la preparación del reino. Es un llamado al arrepentimiento para establecer el reino. 2.- El mensaje de los Olivos el martes de Semana Santa (Mateo 24-25): Detalla eventos futuros conducentes al regreso de Cristo para establecer ese reino mesiánico, davídico y milenial. 3.- El mensaje a los discípulos el jueves por la noche (Juan 13-16): La noche antes de Su crucifixión el Señor reveló brevemente varias cosas acerca de la nueva edad de la Iglesia que pronto sería inaugurada. (Juan 16:12).
¡Jesús, un auténtico Profeta! La ley ordenaba que los falsos profetas fueran apedreados. (Deuteronomio 13:1-5, 10). Jesús es profeta por: el cumplimiento de sus profecías y por sus milagros. (Lucas 7:11-16). La prueba total, su muerte y resurrección: a) Él profetizó que un cercano le traicionaría. (Mateo 26:21); b) Que su muerte sería incitada por los líderes judíos. (Mateo 16:21); c) Que sería crucificado y que al tercer día resucitaría. (Mateo 20:19).
2. Cristo como Sumo Sacerdote: La palabra “sacerdote” significa: mediador en los servicios religiosos; santo o apartado para llevar a cabo esos servicios, y el que habla a Diosde los hombres. La primera vez que se habló de sacerdote en la Biblia fue (Génesis 14) cuando Abraham, entró en batalla para rescatar a su sobrino Lot, que había sido capturado por el ejército de Elam. A su regreso, Abraham fue recibido por Melquisedec rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo. Melquisedec, “rey de justicia,” bendijo a Abraham y al Dios Altísimo quien le dio la victoria a Abraham.
Cristo como Sumo Sacerdote: Los sacerdotes eran mediadores de Dios por el pueblo, mediante la ofrenda de sacrificios. Un sacerdote era elegido como el Sumo Sacerdote, quien entraba en el Lugar Santísimo una vez al año en el Día de la Expiación, para colocar la sangre del sacrificio sobre el Arca del Pacto (Hebreos 9:7). Por estos sacrificios diarios y anuales, los pecados del pueblo eran temporalmente perdonados hasta que viniera el Mesías.
3. Cristo Sumo Sacerdote: Cuando Jesús es llamado nuestro Sumo Sacerdote, es con referencia a estos dos sacerdocios previos. Como Melquisedec, Él es ordenado como un sacerdote aparte de la Ley dada en el Monte Sinaí (Hebreos 5:6). Como los sacerdotes levíticos, Jesús ofreció un sacrificio para satisfacer la Ley de Dios, cuando Él se ofreció a Sí mismo por nuestros pecados (Hebreos 7:26-27). A diferencia de los sacerdotes levíticos, quienes tenían que ofrecer continuos sacrificios, Jesús solo tuvo que ofrecer Su sacrificio una sola vez, ganando la redención eterna para todos los que vinieran a Dios a través de Él (Hebreos 9:12).
2. Cristo como Sumo Sacerdote: Otro punto importante acerca del sacerdocio de Jesús: cada sacerdote es designado de entre los hombres, y Jesús es Dios desde la eternidad, por lo que es más grande que cualquier otro sacerdote, por lo que es llamado nuestro “Gran Sumo Sacerdote” en Hebreos 4:14, y eso nos da la confianza para acercarnos “al trono de gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.” (Hebreos 4:16).
3. Cristo como Rey: a) Prometido: El pacto del rey David, prometía que el derecho a reinar para siempre permanecería en la dinastía de David. (1 Reyes 9:5). b) Predicho: El profeta Isaías profetizó que un Niño establecería y reinaría sobre el trono de David. (Isaías 9:7).
Cristo como Servidor y Maestro: LAS BIENAVENTURANZAS (Mt 5, 3-10)