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LOS CUATRO AMIGOS. Una vez se encontraron en un camino un burro, un perro, un gato y un gallo. Los tres primeros se habían escapado de sus casas porque sus dueños los querían matar por no servir para nada, de lo puro viejos que estaban ya.
E N D
Una vez se encontraron en un camino un burro, un perro, un gato y un gallo. Los tres primeros se habían escapado de sus casas porque sus dueños los querían matar por no servir para nada, de lo puro viejos que estaban ya. Al gallo también querían matarlo con intención de llevarlo a la cazuela y hacer un sabroso sancocho, pero él, adivinando las intenciones de su dueña, huyó del corral y se sumó a los otros tres.
Reunidos los cuatro amigos pensaron que podían ganarse la vida si empleaban bien sus habilidades. Al poco rato de ir caminando vieron una lucecita y se dirigieron hacia ella. Al mirar por la ventana vieron que dentro de la casa había unos ladrones que comían tranquilamente. El burro invitó a sus compañeros a que subieran sobre su lomo y empezaran a chillar fuertemente cuando él les hiciera una señal. Con el estruendo que estos animales formaron salieron corriendo los ladrones, horrorizados de aquella inesperada algarabía.
Entraron en la casa los cuatro amigos y se dieron un buen banquete. Después apagaron la luz y se fueron a dormir. El gato se acostó junto al fogón, el perro en la puerta, el burro en el establo y el gallo en el corral. Cuando los ladrones vieron que la luz se había apagado y que ningún ruido se oía en la casa, mandaron a uno de ellos a ver lo que ocurría en la casa.
Entró éste en la casa y al llegar a la cocina se acercó al fogón creyendo que los ojos del gato eran dos brazas prendidas. El gato se lanzó a la casa del ladrón, arañándolo fieramente. El ladrón huyó asustado y al salir por la puerta el perro lo mordió. Llegó al establo y el burro le dio un par de patadas. Salió por el corral al tiempo que el gallo cantaba “ki ki ri quí, ki ki ri quí”.
Cuando el ladrón se reunió con sus compañeros les dijo que una bruja lo había arañado; que un nombre le había clavado un cuchillo en la pierna, que un monstruo le dio un golpe terrible con un palo, mientras que un juez gritaba: traédmelo aquí… traédmelo aquí…
El relato asustó tanto a sus compañeros que, horrorizados, se fueron de aquel lugar y dejaron tranquilos a los cuatro amigos que vivieron largos años alegres y felices en aquella casita. Y colorín colorado el cuento espero les haya gustado.