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L a Peste en la literatura: Tres casos que mezclan lo histórico con lo Magnífico. La Peste en la Historia Literaria.
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La Peste en la literatura: Tres casos que mezclan lo histórico con lo Magnífico.
La Peste en la Historia Literaria. En momento de la mayor aparición de peste en Europa (siglo XIV), los europeos comenzaban un proceso en el cual renovarían sus bases culturales, de acuerdo a los principios clásicos y temáticas modernas, el cual fue llamado el Renacimiento. La peste y todos los estragos que produjo, fue el caldo de cultivo para que surgieran expresiones artísticas que la tenían como eje, junto con el proceso que estaban viviendo las sociedades de la época. De esta forma, aparecen verdaderos cultos a la muerte, desesperación, la capacidad e incapacidad del hombre frente a los problemas, etc. que luego de varios siglos se ampliaron a temáticas más profundas, pero manteniendo como protagonista, directa o indirectamente a la peste.
La Peste en la Historia Literaria. Así El Decamerón de Giovanni Boccaccio, El diario del año de la peste de Daniel Defoe y La peste de Albert Camus, con varios siglos de diferencia entre sí toman la peste como protagonista, representación o eje y dan rienda suelta a su creatividad artística. Ahora revisaremos sus aspectos más importantes, en especial como una obra literaria puede representar un periodo histórico. No obstante, sin olvidar que estamos en un genero que por más que se parezca a la historia, sigue siendo literatura, es decir, mezcla aspectos fantasiosos con otros reales.
El Decamerón. Giovanni Boccaccio “...claramente comprendo y veo que la presente obra tendrá a vuestros ojos, un grave y enojoso principio, como sea que dicha obra tome comienzo de algo, cuyo recuerdo es a todo el mundo doloroso, como la pasada mortandad pestencial, la cual, a cualquiera asistió, y de ella tuvo noticia, ha sido causa de tanta aflicción y llanto, que aun después de haber transcurrido tanto tiempo está escrita en la frente de cada uno, p.7”. Este inicio del Decamerón es una advertencia al lector de por qué surge tal historia. Boccaccio no quiere relatar la historia de la peste, ni tampoco sus devastadores efectos directos, sin embargo la utiliza como punto de partida de su historia. Entonces ¿Qué quería relatar Boccaccio? La respuesta es simple luego de leído el libro. Uno se da cuenta que quería ejemplificar el cambió sufrido por la sociedad y por su gente luego de eventos tales como la peste y guerras. El Decamerón fue escrito tiempo después del ataque de peste que sufrió Italia y particularmente Boccaccio, el cual perdió a su madrastra y a supadre.
El Decamerón. Giovanni Boccaccio. También es una muestra de lo que tendría que seguir la sociedad del período. Para aquello muestra la huída de los personajes, precisamente de la peste: “… por cuanto los más, como desesperados de la vida, habían desamparado sus casas y haciendas, de tal modo, que la mayoría de las casas eran franqueables a todo el mundo… Para los que esta bestial opinión sostenían, con todo esto, su principal propósito era siempre huir de los que estaban enfermos, de tal modo que, en medio de tanta miseria y aflicción, la autoridad de las leyes, tanto divinas como humanas, yacía derribada… p.10” De modo de ejemplificar cómo la sociedad se encuentra en un proceso de restauración. Junto a esto hay que señalar el carácter moralista y recto de Boccaccio, por lo que su invectiva literaria siempre iba acompañada de alguna lección.
Boccaccio como describe todo aquel aspecto lúgubre acaecido después de la peste, pero con la doble intención de representar también los cambios que estaban sufriendo las sociedades europeas, en especial de Italia renacentista. El Decamerón. Giovanni Boccaccio. Además señala la incapacidad técnica de la medicina para combatir la enfermedad, lamentándose del destino que sufrieron las personas afectadas por el mal, en especial aquellas más notables estamentalmente y vaticina lo que tiempo después sucedería, es decir que la enfermedad se convertiría en una epidemia endémica: “…¡cuántos valerosos y nobles hombres, cuántos y cuán hermosas, graciosas y galanas damas, cuantos gentiles y alegres hidalgos que, no a jucio del pueblo común, más al de Galeno, Hipócrates y Esculapio, serían juzgados bien complexionados y sanos, a la mañana comieron con sus compañeros y amigos, y a la noche cenaron en el otro mundo, con sus antecesores!, p.14”.
El Decamerón. Giovanni Boccaccio. Cuando se refiere a Galeno, Hipócrates y Esculapio, se quiere referir a los padres de la medicina, que no podían hacer nada al respecto, y cuando habla de los nobles e hidalgos, se refiere a la cabeza de la sociedad, haciendo notar que nadie estaba a salvo ni de la peste, ni del desorden que podría afectar a los poderes existentes. Por lo tanto el contraste aparente que se ve en la obra de Boccaccio, sobre el horror de la peste en el inicio, y los conflictos humanos (amor, lujuria, fortuna, etc.) que se ven el resto del libro, no es sino la forma que tiene el autor de situarnos en el escenario de cambio, de renovación y de propia construcción que intenta reflejar. Por último debemos decir que El Decamerón nos sirve como una descripción de los hechos más notorios en una epidemia de peste, no obstante hay que identificar que es descripción y que es intención del autor. A pesar de esto es un libro que nos envuelve en la atmósfera de la época renacentista y por ende de los desafíos humanos, en particular la peste.
El Diario del año de la Peste. Daniel Defoe. Londres 1600, la peste ataca a una de las mayores ciudades de Europa, también una de las más ricas y modernas y por ende la que debería tener los mayores recursos para enfrentar una epidemia de esta naturaleza, no solo materiales, sino también humanos. Sin embargo y como señala Defoe en su libro, la ciudad tuvo que pasar muchas penurias. Sí bien este libro es un relato ficticio, porque no hubo ningún diario de la peste, ni Defoe es quien lo escribía, es cierto lo que sucedió con Londres, ya que la enfermedad luego de ser controlada, nunca se olvido del todo para los Londinenses. “El relato ficticio pero de gran fuerza evocadora que hizo Daniel Defoe de la peste en Londres en su Journal of the plague Year nos presenta un cuadro de vigor e inmediatez incomparables… Defoe nos permite comprender mucho mejor lo que pensaba la gente del siglo XVII sobre la peste” Lindemann, Mary, Medicina y sociedad en la Europa moderna 1500-1800, Editorial Siglo veintiuno de España Editores, Madrid, España 2001, p.17
El Diario del año de la Peste. Daniel Defoe. Eso mismo que genero los cuentos del Decamerón, o sea, la huída de la ciudad ante el ataque pestencial, es lo que sucede con el protagonista del Diario de la Peste. La duda de abandonar para salvarse, conociendo los peligros que esto revestía por los cuentos que en el mismo libro aparecen, o quedarse en la ciudad y aguantar el avance continuo de la enfermedad: “Esta manera de morir se parecía mucho a la gente que moría de la gangrena común, que se desvanecía y se iba, por decirlo así, en un sueño. Los que morían de este modo no tenían ni el menor indicio de que estuvieran contaminados hasta que la gangrena se había extendido por todo el cuerpo; y los mismos médicos tampoco podían saber a que atenerse respecto a ellos hasta que les descubrían el pecho o alguna otra parte del cuerpo y se veían las señales, p. 77”. La desesperación que sucede de un momento a otro, o el conocimiento de que la peste llegará irremediablemente hasta sus casas, es lo que Defoe trata de relatar en su libro. Junto con esto, tiene un claro sentido crítico hacia las autoridades de la época, por su despreocupación con la gente enferma, lo cual es más reprochable, considerando los recursos de la ciudad.
El Diario del año de la Peste. Daniel Defoe. También crítica a la misma gente que aun no enferma, debido a sus actitudes poco serías respecto a un peligro tan evidente. De eso se vale para introducir subterráneamente sus pensamientos sobre religión, política, ciencia, y todas las materias que la Inglaterra vivía en la verdadera época de Defoe (casi 100 años después de lo que aparecía en el diario). Un ejemplo de esto es la falta de cultura médica de la gente común, como de los regentes del poder. Debemos señalar que porque en un momento determinado la peste no ataque, no significa que no este cerca, además es propio del periodo, los ataques de otras enfermedades infecciosas, por lo que Defoe señala: “Los desdichados fueron tan necios como para ir tras curanderos y charlatanes y toda clase de comadres, pidiéndoles medicinas y remedios; ingiriendo tal cantidad de píldoras, pociones y preventivos pues así le llamaban- que no solo les hacían gastar su dinero sino que también les envenenaban de antemano, por temor al contagio, y más que defender sus naturalezas contra la peste, dejaban a esta el campo abonado, p.31”
El Diario del año de la Peste. Daniel Defoe. La crítica de Defoe alcanza para la medicina, la cual en la época de la gran peste de Londres, todavía no encontraba una cura contra la peste, ni tampoco cuando fue escrito el libro realmente. El cuestionamiento va más en el sentido de la falta de compromiso de las autoridades con la investigación y el tratamiento de las enfermedades, de hecho, Defoe en el libro señala que si hubiesen habido hospitales de apestados, medicamentos efectivos y gente capacitada para tratar a los enfermos, la cantidad de muertos hubiera sido mucho más baja. Este grabado de la época cuando ataco la gran peste Londres, muestra la desesperación de a gente ante la enfermedad. Señala: Señor, ten piedad de nosotros…Mientras muestra a una multitud reunida rezando. Esto Defoe lo crítica, diciendo que solo contribuía al esparcimiento de la enfermedad, poniendo en peligro a más personas, pero también lo alaba, ya que demostraría que la unidad religiosa es posible si se tiene en cuenta un objetivo en común, junto con sacar lo mejor de las personas.
El Diario del año de la Peste. Daniel Defoe. “Esto, para mi, dejo fuera de toda duda que el mal se propagaba por contagio; es decir, por ciertos vapores o humos, que los médicos llaman efluvios, por la respiración o por el sudor, o por el hedor de las llagas de los enfermos, o por cualquier otro medio, tal vez desconocido aun por los propios médicos…p. 70” Cuando Defoe señala esto, se está metiendo con una de las teorias más controvertidas de la medicina, en particular con el tratamiento contra la peste, ya que aún no estaba claro que el aire fuera el vehículo, o uno de los vehículos que transmitía la peste. Por ende, vemos la gran capacidad del autor, al tocar diversos temas, partiendo de un punto en común, como es relatar un episodio de la historia de una ciudad, lo que le da la libertad para exponer sus ideas, de manera muy familiar al lector que esta leyendo su libro, casi como un cuento.
En estas dos portadas de La Peste de Camus, se ejemplifica dos de los aspectos más nombrados cuando hablamos de la peste: Las ratas y su contagio, y la muerte dolorosa de los enfermos. La Peste. Albert Camus. "El bacilo de la peste nunca muere o desaparece completamente. Puede permanecer durmiente durante docenas de años en muebles o ropas... esperar pacientemente en cuartos, sótanos, baúles, pañuelos y viejos papeles, y quizás llegue el día en que, para instrucción o desgracia de la humanidad, la peste despierte sus ratas y las envíe a morir en alguna ciudad satisfecha”. Quien lea por vez primera esta frase, o el libro de Camus, tal vez no se dará cuenta de la verdadera intención del autor. Algunos dirán que es una novela sobre un caso de peste, otros dirán que es una analogía sobre el aislamiento humano. Lo cierto es que sabiéndolo o no, el sentido de la obra de Camus, ejemplifica como un autor puede tomar un tema tan atrayente como la peste y adecuarlo al contexto que vive o que quiere señalar.
La Peste. Albert Camus. Albert Camus toma la peste solo como una excusa, una excusa entretenida, atrayente, que involucra al lector, algo que era necesario para desarrollar el tema de fondo, el cual es colocar un ejemplo de totalitarismo. Esto lo decimos, porque en la historia de Camus, queda reflejado como sería una sociedad y sus integrantes, sin la disposición total y libre de sus vidas. La ciudad de Oran en África es aquella sociedad que Camus representa como ejemplo de lo que estaba sucediendo con el choque de fuerzas que sacudían al mundo post Segunda Guerra Mundial. A la vez, es una muestra del existencialismo que motivaba a Camus, que puede ser visto en uno de las frases de La Peste, cuando se discute sobre la intervención divina y la capacidad humana en la epidemia.
La Peste. Albert Camus. "Puesto que el orden del mundo está regido por la muerte, acaso sea mejor para Dios que no crea uno en él y que luche con todas sus fuerzas contra la muerte”… “Quiere veros (Dios) ante Él más tiempo, es su manera de amaros…. He aquí por qué, cansado de esperar vuestra venida, ha hecho que la plaga os visite, como ha visitado todas las ciudades de pecado desde que los hombres tienen historia”. Estas declaraciones del médico y el cura, en La Peste, muestran también como Camus quiere reflejar el pesimismo y el optimismo en un mundo dividido, además de la lucha de poderes en los distintos bandos, que ocasionan que la gente común sea castigada injustamente. Por lo mismo, la lucha de la vida, al igual como se enfrentaría ante la peste, debe enfrentarse ante las injusticias políticas e ideológicas del mundo.
La Peste. Albert Camus. El conocimiento acabado de las causas, síntomas y tratamiento de la peste, que denota Camus en su obra, nos muestra su calidad intelectual, la que le permite jugar con esta enfermedad para representar sus propósitos. Para Camus, la vida tiene muchos aspectos, cada uno de ellos importante en sí, para que caigan en manos de otros, es decir el ejemplo de la peste, es el ejemplo de la vida misma y al igual que la peste, un desafío difícil de enfrentar, pero ganable. Si bien este mapa no representa la Europa de Camus, sino la afectada por la peste de 1347, tiene la similitud de mostrar el temor de la gente en sus territorios: ya que en Camus es el totalitarismo y en este mapa la peste en sí.
La Peste en la historia literaria. De esta forma, vemos como incluso un ideal existencial, ideológico, crítico o perspectivo puede ser representado en una obra literaria. Y vemos como la peste tiene la fuerza conceptual para introducir tal temática, ya sea por su importancia en la historia del hombre, por lo terrible de su historia, o por la esperanza que ofreció su tratamiento, la peste se transforma en parte importante del argumento de estos tres libros. Y a pesar de no ser históricos, cumplen con la misión de representar fielmente el mundo que describen, con todos los matices que se pueden esperar de un libro de historia, ya que sus autores son parte de la historia, tanto de la que cuentan, como de la que nosotros sabemos. Entonces debemos situarlos a ellos y a sus obras, como un complemento valido al momento de entender los procesos históricos, y en el caso particular de la peste, entender la fuerza de tal palabra para desarrollar una historia.