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VI Curso y IX reunión de Coordinadores de la Dimensión Pastoral de la Salud. Hacia un humanismo integral: Contribución de la fe cristiana al descubrimiento y promoción de la dignidad de cada persona humana. Dice el salmo 8:. “ Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna
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VI Curso y IX reunión de Coordinadores de la Dimensión Pastoral de la Salud
Hacia un humanismo integral: Contribución de la fe cristiana al descubrimiento y promoción de la dignidad de cada persona humana
Dice el salmo 8: “Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por las aguas…”
¿Cuántas aclamaciones podría haber agregado a este salmo uno de los dos primeros astronautas de origen mexicano, José Hernández, contemplando el universo desde el espacio sideral?
"Uno puede ver aquí, con sus propios ojos, la maravilla de nuestro mundo, de lo que es la atmósfera, algo muy delgadito que nos mantiene en vida, y uno puede ver todas las estrellas y decir: no es posible que esto nomàs fue por casualidad, creo que hay un plan grande, un poder que aún nosotros no comprendemos…”
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” Antes del acto extraordinario de la creación del ser humano, el Creador dice: (Cf. Gén. 1, 1-31).
“… sólo el encuentro con Dios permite no ‘ver siempre en el prójimo solamente al otro’, sino reconocer en él la imagen divina, llegando así a descubrir verdaderamente al otro y a madurar un amor que es ocuparse del otro y preocuparse por el otro” (CV 11).
(Lv. 19,18) • El contenido del mandamiento de “amar al prójimo como a sí mismo” contenido en el Levítico, es un llamado a un culto auténtico, basado no en sacrificios y oblaciones, sino en: (Cf. Is. 58, 1-12; Am. 5, 7-13.21-24; 8, 4-6).
El pecado original fue de desobediencia y de soberbia el hombre que no obedece a Dios, pierde su calidad de hijo :;. y pretendiendo igualarse a Dios, pierde su semejanza con él (Cf. Gén. 3, 1-13)
Por el pecado, el hombre no sólo se aleja de Dios, sino también de su prójimo.
No hay acto de obediencia y humildad mayor que el del nuevo Adán, que así se despojó de su rango y que partiendo del pesebre y culminando en la cruz, se asemejó en todo a nosotros menos en el pecado (Cf. Fil.2, 6-11).
Por si esto fuera poco, Jesús de Nazaret, en su predicación, asumió la defensa de los pobres, de los pequeños y de todos los que son menos a los ojos del mundo
en lo que Aparecida llama “los rostros sufrientes de Cristo” (D.A. 257. 407-408). (Cf. Mt. 25, 31-46) El documento de Aparecida nos hace una actualización de esta lista, de aquellos con los que Cristo se identifica,
Esto aparece muy claro en el Evangelio según San Juan, donde cada milagro es precedido o explicitado luego por un discurso:
Misterio de la relación entre Cristo y su Iglesia (Ef. 5, 21-33). • La semilla del Reino fue poco a poco afectando a todo el Imperio Romano, comenzando desde la simple admiración (“mirad cómo se aman”), hasta la asimilación del imperio en el cristianismo con la abolición de la esclavitud. Sobre la esclavitud, había amos y esclavos cristianos, conviviendo como hermanos en Cristo (Ef. 6, 5-9; Col. 3, 22-25; Tt. 2,9-10; Flm. 8-21; 1 P. 2,18).
Donde quiera que la Iglesia ha llegado a través de los siglos, ha llevado, junto con la predicación del evangelio, la promoción humana integral, la curación a los enfermos, la atención a los presos, el alimento a los pobres, el cuidado de los huérfanos, la búsqueda de la justicia, etcétera.
“El pensamiento, obra y testimonio demuchoscontribuyeron enormemente no sólo a la creación de propuestas integrales de liberación y promoción cristianas, sino a la integración de pueblos y culturas en una nueva comprensión del mundo y de su historia bajo un novedoso derecho internacional que asumía como principio fundacional la dignidad y los derechos de todos como personas…” (DECJALSCT #23).
Encíclica Centesimus Annus El triunfo en 1989 del mercado sobre el socialismo no ha significado en sí mismo la llegada de una era de justicia y respeto a la dignidad humana, como bien lo denunció en 1991 el Papa Juan Pablo II en la Encíclica CentesimusAnnus (C.A. #26)
Volviendo al siglo XIX El movimiento católico a favor de los obreros llegó a su culmen cuando el Papa León XIII publicó la primera Encíclica Social, la RerumNovarum el 15 de mayo de 1891 Marcó el nacimiento de la Doctrina Social de la Iglesia
La Doctrina Social de la Iglesia • Esta doctrina, es llamada por algunos “el secreto mejor guardado por la Iglesia”, por el desconocimiento que hay sobre su existencia.
Más de cien años de existencia y de enseñanzas que ahora podemos encontrar sistematizadas en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre?”.
Este Compendio no viene a suprimir la riqueza individual contenida en cada uno de los documentos sociales, ni mucho menos a cerrar la posibilidad a nuevos documentos.
y se define como interesada y comprometida con los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de hoy. En La Gaudium et Spes, la Iglesia se define a sí misma en su relación con el mundo,
“Inspirándose en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes, también este documento coloca como eje de toda la exposición al hombre ‘todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad” (CDSI #13).
EncíclicaPopulorum Progressio sobre el desarrollo humano “el paso de situaciones menos humanas a situaciones más humanas” (P.P. #20) el desarrollo integral lo definía como “el desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres”(P.P. #42).
Dice el Papa Benedicto: “A más de cuarenta años de la publicación de la Encíclica, deseo rendir homenaje y honrar la memoria del gran Pontífice Pablo VI, retomando sus enseñanzas sobre el desarrollo humano integral y siguiendo la ruta que han trazado, para actualizarlas en nuestros días” (CV8).
Pablo VI partía precisamente de esta visión para decirnos dos grandes verdades:
El desarrollo humano integral supone la libertad responsable de la persona y los pueblos(CV 17).
Populorum Progressio, No.15 : • “Sólo si es libre, el desarrollo puede ser integralmente humano; • sólo en un régimen de libertad responsable puede crecer de manera adecuada”
“El desarrollo humano integral como vocación exige también que se respete la verdad… La verdad del desarrollo consiste en su totalidad: si no es de todo el hombre, y de todos los hombres, no es el verdadero desarrollo” (CV 18; Cf. PP 16)
“Finalmente, la visión del desarrollo como vocación comporta que su centro sea la caridad” (CV 19).
No hay fraternidad sin paternidad, los hombres no se pueden hermanar sin Dios (Cf. PP 20)
El número 20 de la SolicitudoReiSocialis dice que no basta progresar sólo desde el punto de vista económico y tecnológico, sino que el desarrollo necesita ser ante todo auténtico e integral (Cf. CV 23).
“En la verdad, la caridad refleja la dimensión personal y al mismo tiempo pública de la fe en el Dios bíblico, que es a la vez ‘Agapé’ y ‘Logos’: Caridad y Verdad, Amor y Palabra” (CV 3).
“Sin la verdad, la caridad es relegada a un ámbito de relaciones reducido y privado. Queda excluida de los proyectos y procesos para construir un desarrollo humano de alcance universal, en el diálogo entre saberes y operatividad” (CV4).
“La caridad es amor recibido y ofrecido… • La doctrina social de la Iglesia responde a esta dinámica de caridad recibida y ofrecida. Es caritas in veritate in re sociale” (CV 5).
“La Caridad va más allá de la justicia, porque amar es dar, ofrecer de lo ‘mío’ al otro; pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es ‘suyo’, lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar…. (CV 6).
“El compromiso por el bien común, cuando está inspirado por la caridad, tiene una valencia superior al compromiso meramente secular y político” (CV7).
“Sólo con la caridad, iluminada por la luz de la razón y de la fe, es posible conseguir objetivos de desarrollo con un carácter más humano y humanizador. (CV9).