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“Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa” ( Heb. 11:11, NVI). Saber que Dios puede hacer por medio de nosotros lo que no podemos hacer solos.
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“Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa” (Heb. 11:11, NVI)
Saber que Dios puede hacer por medio de nosotros lo que no podemos hacer solos. • Sentir confianza en Dios, reclamar sus promesas y esperar en él. • Hacer la decisión de tener una fe perfeccionada por obras.
Abraham y Sara desearon realizar el plan de Dios para ellos con su propia sabiduría, y fracasaron. Solo cuando entregaron todo a Dios obtuvieron, por medio de la fe, lo que no habían podido conseguir por medio de sus propios esfuerzos
Pregunta:Las promesas de Dios no son lógicas, no reflejan los pensamientos humanos, son sorprendentes. ¿Que impidió Abrahán y Sara visualizar y confiar en las promesas de Dios? • ¿Son las mismas cosas que te impiden de visualizar las promesas para nuestros días?.
Será un hijo generado “de ti”. La descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo. Gen 15:4 y 5 . • Reyes y tronos procederían de Abrahán. Ese hijo nacería de Sara. Gen 17: 16 y 19 . • Dentro de un año, Sara tendría un hijo. Gen 18:10 y 14 .
Veinticinco años se pasaron mientras Abrahán y Sara esperaban por el heredero prometido. Con cada promesa y con cada año que se pasaba, Dios hacía más evidente que el hijo sería fruto de un milagro
Pregunta: Dios dijo: “No temas, Abrahán, Yo soy tu escudo”. Pero Abrahán construyó su propio escudo sobre una mentira a fin de proteger Sarai de faraón. ¿Que nos dicen los resultados, sobre la manera de Dios considerar el menor desvío de la verdad?
Dios conoce todo sobre las verdades, secretos y mentiras. • Los que prefieren mentiras siempre cosecharán sus amargas consecuencias.
“No era ésta la primera ocasión en la cual Abrahán había pretendido que Sara era su hermana. Casi parecería que era su práctica usual, pero que hasta entonces Egipto había sido el único lugar donde el ardid produjo dificultad. El haber usado con éxito durante años el mismo engaño, desde aquella amarga experiencia con Faraón, había hecho que Abrahán fuera olvidadizo de su lección de estricta rectitud” CBA Tomo 1, p. 353
Preguntas:Sara se rió cuando oyó la predicción; ese no fue una risa de alegría pero de incredulidad. ¿Has tenido una experiencia similar en su vida? ¿Como el Dios, que no conoce imposibles, te sorprendió?
Dios cumple lo que promete • Vale la pena esperar. • Cuando la promesa se cumplió, Sara rió de emoción y de certeza, ahora, creyendo.
Sara cosecha resultados de sus propias decisiones erradas. Ahora arrepentida busca justificarse.
El vientre de Sara estaba muerto. Rm 4:19 . • De la misma forma todo pecador está muerto en pecado. Efésios 2 . • Cristo nos dio la fiel promesa, nos perdona, nos redarguye, nos ama y vendrá a buscarnos
Abrahán fue aprobado en la mayor prueba de fe de su vida. Dios recompensó su fe, pero el precio fue elevado. Solamente una fe viva y práctica puede proporcionar aprobación final en la vida de cada uno de nosotros.
Abrahán conocía la voz de Dios y aprendió a confiar totalmente en él. • Él dijo a sus siervos: “Volveremos para junto de vosotros” (Gen 22:5), razonando que Dios podría resucitarlo. Heb 11:19. • Abrahán se hace un ejemplo de fe y obras, mostrando cómo ambas andan juntas. Santiago 2:22.
1.Abrahán y Sara intentaron hacer cumplir el plan que Dios tenía para ellos en base a su propia sabiduría, y fallaron. • 2. Sólo cuando ellos rindieron todo Dios, recibieron, por la fe, lo que no pudieron conseguir por sus propios esfuerzos
3.“Necesitamos en estos días, de la fe que tuvo Abrahán, para iluminar las tinieblas a nuestro alrededor que impiden el afable brillo del amor de Dios y reteniendo el crecimiento espiritual. Nuestra fe debe ser fecunda en buenas obras, porque la fe sin obras es muerta” Ellen G. White, La Fe por la Cual Vivo [Meditaciones Matinales, un 1959], p. 115.